El día que nos volvimos grandes




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Compendio II


😂 😂 😂
¡Me da tanta risa y es tan tierno! ¡Me hace muy feliz!
😍 😍 😍
“Me gustó lo que escribiste y aunque me preocupa que no estudies, yo no puedo hacer nada desde acá y eres tú la responsable de tus cosas. Lo que si te pido es que si te cansas, nadie te obliga a que sigas escribiendo. Te lo digo por experiencia propia.”
☺️ ☺️ ☺️
“¡Gracias por seguir cuidándome!” le respondí, muy feliz.
“¡Para nada! ¡Lo mejor de todo es que me gano un descanso!” dijo él, muy bromista.
😡 😡 😡
Pero a mí no me hizo ninguna gracia, porque me debe 2 historias, al menos.
Pero dejando eso de lado, quiero contar finalmente de la primera noche que dormimos juntitos.
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Yo sé que hay personas que tienen una vida difícil y que no les da tiempo para la niñez.
Pero yo siento que el primer día que empecé a sentirme como adulta fue cuando mis padres se marcharon.
“Bueno… ¡Cuídate!” fue lo único que me dijo papá esa mañana.
Mamá, mis hermanas y yo lloramos un rio porque nos separábamos y papá me daba esas palabras de aliento.
😡 😡 😡
¡Me sentía enojada y con mucha pena!
😭 😭 😭
Desde chica, mamá me encargó que cuidara a mis hermanas.
Me dijo que como yo era la mayor, era la responsable de defenderla y cuidarla.
Cuando empezamos a aprender a leer, mamá y yo la mirábamos porque leía raro, pero nunca nos burlamos ni nos enojamos con ella.
😡 😡 😡
En cambio, papá se enojaba, le decía que era una tonta y le gritaba, lo que ponía a mi hermanita a llorar.
“¡Ayúdame a ser como tú!” me decía mi hermanita, tomando el silabario por la noche e intentar ensayar.
Por eso siempre la cuido y la quiero mucho, porque ha sido muy buena, empeñosa y nunca ha querido causar problemas.
😆 😆 😆
Me acuerdo lo gracioso que fue cuando nos empezamos a volver señoritas.
Mi hermanita empezó a crecerle el pecho como a los 12 años, pero yo seguía plana como tablón.
Mamá nos consiguió de alguna manera sostenes, pero los que le quedaban buenos a mi hermana, me quedaban a mí demasiado grandes.
Y todavía me acuerdo que me puse a llorar el día que mi hermana me regaló sus sostenes viejos, porque finalmente los pechos me empezaban a parar.
Ella ya ocupaba los que les dejaba mi mamá y le habían crecido tanto, que incluso le quedaban pequeños y parecían querer reventar.
😂 😂 😂
¡Me enojé tanto esa vez! Porque no quería admitir que Cami era más grande que yo, si siempre tenía que regalarle mi ropa.
¡Me pareció humillante que siendo menor casi por un año, ella tuviera unos tremendos pechos y yo tenía unos chiquititos!
“¡No te enojes, Mari! ¡No sabes la suerte que tienes! Nadie te mira, ni tratan de abrazarte demasiado y cuando corres, no te duele tanto…” me dijo ella, tratando de consolarme.
😂 😂 😂
¡Yo sentía que me pateaba en el suelo!
Pero mi hermanita siempre me respetó y se ponía contentísima cuando le regalaba mi ropa.
“¡Viene con olorcito a ti!” me decía cuando se la daba, oliscándola muy contenta.
Ella siempre respetó y cuido mi ropa y me hacía sentir bien.
Por eso, se me hizo habito prestarle mis cosas (incluyendo mi pololo, jijiji).
Pero sin ella, ni mi hermanita pequeña ni mamá, yo no sabía qué hacer.
😢 😢 😢
Tampoco pudo venir ese día mi prima y eso me ponía más triste.
Me alegra saber que es medio-hermana de mi hermanita pequeña, porque así la siento también como hermana mía.
Pero me da pena saber que mamá no pueda tener más hijos por culpa de lo que le hizo su cuñado.
😟 😟 😟
Por eso pienso que no he tenido problemas con lo que ha pasado con mi marido, porque él ha sido el único que ha actuado como un hombre de verdad.
Recuerdo que esa tarde, me invitó a comer a su casa con mis suegros.
Cocinaron algo rico, pero yo no tenía hambre, porque mi familia se me había ido.
Mi marido estaba muy animado y él y mi suegro estaban planeando ir a un remate, para arreglar la cocina.
Solamente mi suegra estaba tan triste como yo, porque su niñito querido, bueno y más chico se iba a vivir conmigo.
Estuvo conmigo todo el día. Me llevó a su pieza y vimos animé toda la tarde, abrazándome y haciéndome cariño.
Hasta que llegó la noche y volvimos a mi casa.
😭 😭 😭
¡Me dio mucha pena que las luces estuvieran apagadas!
Todo estaba muy callado y cuando entramos al living, por primera vez escuché el eco de una habitación vacía.
Él siempre estuvo a mi lado y respetó mi dolor.
Ni siquiera teníamos donde sentarnos y lo único que se me ocurrió fue volver a mi pieza, donde las cosas eran más normales.
😭 😭 😭
¡Me puse a llorar con mucha pena!
Él se acostó a mi lado y me hizo cariño y trató de consolarme.
“¡No pienses que soy cruel, Marisol! Pero estoy contento con que se hayan ido…”
😲 😲 😲
¡No podía creer que me dijera eso!
Él, a quien yo amaba tanto.
😖 😖 😖
Le miré, sintiendo mucho miedo.
“¡Yo entiendo lo que sientes y me duele verte sufrir así!... Pero hace tiempo que quería vivir contigo.”
☺️ ☺️ ☺️
¡Puso una carita tan tierna y su tono de voz fue tan dulce, que fue la primera alegría que sentí ese día!
“¡Yo también estoy asustado! Todos me dicen que no hay problemas, porque mis papás viven cerca y todo lo demás... Pero me doy cuenta que por primera vez, soy grande… y lo que más me gusta, es que soy grande contigo…”
😢 😢 😢
Él también se puso a llorar y quedé tan impresionada, que mi llanto se detuvo.
“¡Yo sé que tienes miedo y te sientes muy sola! Pero lo que más feliz me hace es que pueda estar contigo todo el día… ¡No tienes idea de cuánto te amo, Marisol!... y trataré de cuidarte, quererte y hacerte muy feliz…”
Y lo empecé a besar como esa primera vez.
😍 😍 😍
¡Teníamos tanta penita, que juntitos, era lo mejor que podíamos hacer!
¡Y él me abrazaba y me besaba muy fuerte y me sentía suya!
¡Su polola!
¡La mujer que él más amaba jamás!
“¡Me encantaría vivir contigo todo el tiempo!”
😳 😳 😳
“¿Más que para irte a vivir afuera?”
Él me sonrió.
“¡Sí! ¡Si no es contigo, no me voy a ninguna parte!”
Y nos empezamos a besar nuevamente.
😍 😍 😍
¡Ya lo necesitaba! ¡Mi cuerpo lo pedía gritos dentro de mí!
Y él, con lo especial que es, se dio cuenta de algo que yo ni siquiera me había fijado…
“Marisol, ¿Te molestaría mucho que esta noche durmiéramos en tu cama?”
😱 😱 😱
¡Sería la primera vez que dormiríamos juntos!
“Es que en todo este tiempo que hemos estado pololeando, he fantaseado acostarme contigo en tu cama… y ahora que no hay nadie más… quería ver si estabas de acuerdo…”
😍 😍 😍
¡Yo estaba en las nubes y lo único que podía hacer era mover la cabeza!
😳 😳 😳
¡No podía creer que se estuviera sacando la ropa!
¡Y yo no paraba de mirársela, porque parecía un cañón de guerra, listo para disparar!
Entonces, tomó el preservativo (lo único malo de esa noche) y se metió bajo las sabanas.
😍 😍 😍
Yo seguía vestida, pero a él poco le importó.
Voló el polerón, la camisa, el sostén y me desabrochó el pantalón, metiéndome las manos en la rajita.
😍 😍 😍
¡Esa noche ardía por agarrarme mis pechos y por correrme mano!
Y me besaba, me besaba y me besaba y yo me entregaba completa a sus caricias.
Y empezó a intentar meterla, mientras estábamos acostados.
😂 😂 😂
¡Fue tan divertido!
Él estaba desesperado y todavía no estaba consciente de su tamaño.
Entonces, la tomaba, la encajaba, empezaba a empujar y se salía.
La tomaba de nuevo, la volvía encajar y otra vez lo mismo.
“¿Me dejas ayudar?” le pregunté.
Y se la tomé. La puse en la entradita, siempre afirmándola.
“¡Dale!” le pedí.
Y de nuevo, esa sensación tan rica…
😖 😖 😖
Ya estaba mojada.
Hasta los codos.
Y me dio un beso tan delicioso a medida que me la metía.
😍 😍 😍
“¡No puedo creer que lo estoy haciendo contigo acá!” me dijo, tras empujarla muy adentro.
¡Lo sentía más duro de lo normal!
😍 😍 😍
“¡Lo estoy haciendo con mi alumna!” me dijo, sacándome estrellitas de colores con su vaivén.
Lo abrazaba y sentía su espalda carnosa y ardiente, mientras me daba placer.
“¡Uh, Marisol! ¡Eres muy rica! ¡Lo mejor de todo, es que podríamos estar todo el día haciéndolo!” me decía, dándome bien duro.
😳 😳 😳
“¿Todo el día?” pregunté, chorreándome entera una vez más.
😍 😍 😍
“¡Así es! El fin de semana podríamos probarlo… después que compremos la cocina y esas cosas, claro. ¿Te imaginas? ¡Podríamos estar una, 2 horas así!”
😂 😂 😂
En esos tiempos, una hora era una eternidad. No como ahora, que ni siquiera alcanza para la mitad.
XD
Y nuevamente, se llenó ese malvado preservativo.
😕 😕 😕
Pero no podía quejarme, porque había durado más y estaba conmigo.
Además, su conversación me subió más los ánimos.
“Vamos a tener que organizarnos y acostumbrarnos a pagar las cuentas. También vamos a tener que ir a la feria y al mercado. ¡Me vas a tener que ayudar mucho!”
😳 😳 😳
“¿Yo a ti?” le pregunté, sin poder creerlo.
Él es tan listo, que nunca pensé que iba a necesitar mi ayuda.
“¡Por supuesto, ruiseñor! Entiendo que se te complique con la universidad y todo eso, pero como yo trabajo, no me puedo encargar de todo. Vas a tener que fijarte cuánto tiempo nos dura el balón de gas y si llega una cuenta y se me olvida pagarla, me tendrás que avisar. ¡Cositas pequeñas, pero que ayudan!”
No sabía qué pensar. Me parecía todo tan bonito.
“Además… si tú y yo decidiéramos en el futuro, “comprometernos” un poquito más… cualquier ayuda que pudieras darme sería muy valiosa.” Agregó, de forma disimulada.
😍 😍 😍
Mi corazón se detuvo al escucharlo, porque hasta ese día, no habíamos hablado de “La Gran Pregunta”.
👰 👰 👰
Y como se dio cuenta que estábamos empezando a hablar palabras mayores…
“¿Te gustaría hacerlo otra vez?” preguntó, con su sonrisita tan alegre y tomando otro malvado villano.
¿Cómo iba a decirle que no?
¡De alguna manera, me tenía que sacar la pena!
XD
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3 comentarios - El día que nos volvimos grandes

profezonasur
Un muy buen relato que describe con simpleza aspectos de las relaciones humanas. Un abrazo.
metalchono
😊 ¡Muchas gracias!
Neotete
muy bueno... los emoticones los sacaria yo, solo consejo, beso!
metalchono +1
😕 ¡A mí me gustan porque le dan color, pero gracias!
pepeluchelopez
Incluso x eso dicen qjue hasta despues de un funeral es bueno hacer el amor para aliviar las tristezas. En este caso solo era un cambio de aires