Cómo me la paso con La Nena!!

En este relato les voy a contar de mis aventuras con La Nena (llamémosle así).
Al igual que yo, vive en Corrientes Capital, es de contextura pequeña, cerca del metro sesenta, ojos marrones, tez muy blanca, cabellos largos y oscuros... y poseedora de la conchita más jugosa que jamás he visto; tanto así que cuando se moja sin siquiera tocar mucho empieza a gotear.

Si me da permiso, antes de que termine el relato, les subiré algunas fotos para ilustrar un poco lo que escribo.

El sexo con ella es increíble, a ambos nos gusta jugar mucho y experimentar cosas nuevas, usamos muchos juguetes, tanto ella como yo; en un relato anterior describí mi condición de bi, condición de la que ella está al tanto... así que es normal para nosotros que después de cojerla yo, ella se haga cargo de mi cola con un consolador.

Siempre nos vemos los viernes, porque nos resulta cómodo a los dos, la subo al auto y sin mediar muchas palabras vamos al telo; siempre con la cabeza llena de ideas que queremos concretar, obviamente nunca podemos hacer todo, pero lo intentamos con ganas.

El viernes pasado, como siempre en el telo, nos desnudamos, y veo que su conchita ya está muy húmeda. Me agarra la pija y empieza a acariciarla.
Yo no hago lo mismo, no quiero tocarla, hago que se arrodille en la cama al lado mio, y veo su concha fijamente esperando esa gotita que me da tanto placer.
Tiene un sabor exquisito, en la lengua se siente suave como el terciopelo, el olor, el calor de esa concha es algo que puede llevar a la locura a cualquier hombre, yo no estoy exento.

- Date vuelta boca a abajo.

Y sin chistar, hace lo que le pido.

Empiezo a acariciar la cola preciosa que tiene, esparciendo todo su juguito y lubricando con él la entrada de su culito (bastante apretado, por cierto), para poder colar uno o dos dedos en él.
Sin mucha más previa, le pido que levante la cola, y meto mi pija dentro de su concha, no para cojerla, sino para mojarla y después hacer que me la chupe.

- Haaa.

Bombeo un par de veces y es suficiente para dejar mi pija bien mojada con su jugo.

- Mirá como me dejaste la pija, limpiala.

Y así nomás, se da vuelta y se la mete en la boca, hace lo posible por dejarla limpia, me exprime hasta la última gota, la lame, la besa, la saborea...

Tranquilamente puede seguir chupando hasta que se me ocurra darle la leche, pero tengo que pararla, porque tengo en mente muchas otras cosas.

- Date vuelta, hoy te la meto en el culo.

Y con una sonrisa picara, se da vuelta...

- Es tuyo, cojeme por como quieras.
- Como quiera? Trae el consolador. El que más te guste.

Tenemos cuatro, de distinto tamaños según la ocasión. Pongo mi pija en su culo.
Se la meto despacio para no hacerle doler, hasta que esta toda adentro.

- Ponete el juguete en la conchita.

Entonces le voy describiendo como le hago la cola.

- Ves, así me vas a cojer vos también a mí.
- Toda hasta el fondo, la saco un poquito, y empujo de nuevo.

A esa altura ya se la estaba metiendo rápido, siempre sacando un poquito y empujando hasta el fondo; muy de vez en cuando se la sacaba completo y la volvía a meter. Delicioso.

- Dame la concha

Saca el consolador de adentro.

- Huyy, mira lo mojada que está, se ve que necesita un pija adentro.

Ella se pone arriba y se sienta en mi pija, para empezar a cabalgar.

- Ponete el consolador en el culo.

Y empieza, primero despacio, pero yo no quería despacio, y empiezo a cojerla lo mas duro y rápido que puedo.

- Haaaa, me encanta tu pija. Dale papi...
- Siiii

La concha de la nena está tan jugosa que no hay ningún tipo de resistencia.
Hasta que la escucho.

- Haaaaaaa, siiii.

Y se tumba arriba mío. Siento cómo me respira agitada y acalorada cerca del oído.
Se la dejo un rato adentro... Ella no quiere que se la saque. Se quedaría a dormir arriba mío con mi pija metida bien adentro de su concha porque le gusta demasiado tenerla ahí... y luego...

Limpiamela, y baja a chupar de nuevo.
Es increíble la técnica que tiene para chupar. Si fuera una profesión La Nena tendría una maestría en Chupología. Es capaz de ponerte los ojos en blanco una lamida de su lengua calentita e inquieta.
Y sigue bajando, lame todo el tronco, los testículos y luego... la cola...

- Siiii, nena, seguí.

Saca el lubricante, y sin retirar la lengua del lugar, pone un poco en su mano y luego en mi cola.
La acaricia y me vuelve loco, hasta que no aguanto más.

- Cojeme, nena, dale.

Y empieza con un dedo, dos dedos... y cuando no es suficiente, se pone el arnés y empieza a darme como si fuera un hombre.
Sabe exactamente lo que tiene que hacer, me pone en cuatro, patita al hombro; básicamente me da vuelta como quiere.

Entonces siento que viene.

- Te quiero lechear la boca.

Me paro, se arrodilla delante mio abre la boca y saca la lengua.

- Ahí viene, haaaaaa

Increíble la cantidad de leche que le tiro, y ella se traga todo lo puede, a veces todo.

Tenemos incontables historias, una mejor que otra, cada vez que se nos ocurre algo que puede ser lindo, lo hacemos, y siempre nos quedamos con ganas de más...

Como dije, para ser mas ilustrativo, les dejo algunas imágenes de La Nena, mi nena