La venganza es dulce...

Querida amiga:
Perdóname por dejarte tanto tiempo sin noticias, tenia muchas ganas de escribirte para contarte una nueva historia pero ninguna había merecido entrar en detalle como esta que estoy por relatar.
Había hecho varios intentos por convencer a mi mujer de tirarse a otro hombre pero ninguno con éxito, el día que mas nos acercamos fue el día de nuestro aniversario, la lleve a cenar a un restaurante de esos que solo puedes entrar haciendo reservación una semana antes y después de la cena fuimos a bailar salsa en un lugar no tan exclusivo pero que nos habían recomendado sus amigas. Le pedí que fuera vestida muy sexy pues no quería que pareciera novata ya que suponíamos la mayoría de las mujeres estarían vestidas con vestidos cortos luciendo sus piernas y dejando ver un poco mas en cada vuelta, ella eligió el vestido mas corto que tiene el cual le queda maravilloso y prácticamente nunca usa por lo entallado que va. Durante la cena me comporte como todo un caballero, escuchaba atento su platica mientras disfrutaba de la botella de vino que pedí para acompañar los alimentos. Cada que podía le recordaba lo mucho que me gustaba y lo orgulloso que estaba de tener una mujer tan bella e inteligente a mi lado.
Ella se mostraba muy contenta y alagada con mi comportamiento y mis palabras y aunque no me seguía al mismo ritmo con la bebida, reíamos a la par por cualquier bobada hasta que termino su postre, yo la botella y el trio la canción que dedique a ella junto a una rosa que compre al niño de las flores.
Ya en el auto antes de bajar para entrar al salón de baile, me arme de valor para pedirle que si veía a un buen bailarín con el cual quisiera practicar no dudara en hacerlo pues no tendría yo ningún problema en aceptarlo pues a mi esa música no me entusiasma mucho y siento que hago el ridículo cada vez que lo intento. Respondió que ya vería, dependiendo de la situación.
Para poder obtener una mesa bien ubicada había que consumir una botella así que pedí que fuera de whisky para beberlo sin soda directo en las rocas. Error.
Esa noche se me pasaron las copas, todo lo caballeroso que había sido durante la cena lo eche a perder pues no llevábamos en el lugar ni una hora y yo estaba molestando subiéndole el vestido, preguntando cual era el macho que le había gustado, insistiendo para que ella también tomara unos tragos, viendo a otras mujeres y diciéndole que varios hombres la veían con ojos de quererla coger ahí mismo. Como podrás imaginar nada resulto, al contrario se puso seria y cruzada de brazos me dijo que ya no disfrutaba estar ahí.
Yo en cambio estaba eufórico, molesto porque mi plan había fallado y ebrio por tanto alcohol que había consumido. Decidí pararme a bailar a la pista con la mas guarra del lugar como esperando que mi esposa hiciera lo mismo pero ella solo me miraba con ojos de indiferencia hasta que nos besamos en medio del lugar y para cuando abrí los ojos me habían dejado.

Fue difícil hacerla olvidar el mal rato durante toda la semana, créeme que me esforcé con los detalles, los cuidados de la bebe, salidas al cine, no ver a los amigos, etc. Hasta que este fin de semana pasado se caso mi hermano en un pueblo a hora y media de la ciudad.
Nos hospedamos en el hotel donde se llevaría a cabo la fiesta a la noche siguiente, toda la familia iba llegando, los primos que no veía desde hacia varios años, tíos y tías que deje de ver cuando era adolecente, amigos de mis padres que no recordaban mi nombre y varias amistades de mi hermano y su futura esposa.
El banquetero que además era un importante proveedor en el trabajo de mi cuñada, nos ofreció un festín de bienvenida una noche antes de la boda a todos los invitados que habíamos llegado con anticipación, que no éramos pocos por cierto, al parecer el dinero no es su problema.
Ya desde esa noche mi mujer llevaba un vestido que le hacia lucir muy bien, el mismo que utilizo en nuestra boda civil, yo no podía evitar tener pensamientos lujuriosos que incluían a mi esposa y a alguno o varios de los invitados morboseandola a lo lejos. Así pasamos esa velada, yo con el pito erecto toda la noche, saludando a conocidos y desconocidos mientras que Eva no se despego de la mesa de la familia en toda la noche, disfrutando de todos los platillos que nos sirvieron, los cuales fueron una delicia.
Antes de dormir ya en nuestro cuarto, le dije que todos me habían felicitado por tener una esposa tan guapa y que debería de convivir mas con los invitados. Un leve brillo en sus ojos se asomo entonces.

Al día siguiente horas antes de la boda me mostraba el vestido que usaría para la fiesta, nunca lo había visto, al parecer una amiga se lo había prestado. Extendido sobre la cama, parecía lindo, muy largo para mi gusto pues seguramente le cubriría hasta los tobillos, aunque de la parte superior parecía que solo un par de finos tirantes llevarían toda la responsabilidad de mantenerlo en su lugar. Mientras se arreglaba me dijo en un tono muy serio: Hoy me voy a cobrar la que me hiciste la noche de nuestro aniversario, así que tienes prohibido beber el día de hoy y yo seré la que se emborrache estas de acuerdo?
- Si. conteste emocionado.
- Ahora sal del cuarto y espérame en la recepción.

Cuando la vi salir por el ascensor, no lo podía creer, el vestido aunque era largo era demasiado sexy, resaltaba sus caderas y mucho mejor aun era que se transparentaban sus piernas hasta donde comenzaban sus nalgas, supongo que a partir de ahí llevaba un fondo. La parte de arriba mostraba mucha piel, sus hombros, cuellos y parte de sus senos vacilaban entre lo elegante y lo vulgar. La novia, mi cuñada, se va a infartar pensé.

Quería masturbarme todo el tiempo, durante la ceremonia, mientras la cena, cuando nos parábamos a bailar, mientras la veía socializando en las otras mesas, todo el tiempo. Mi sueño se estaba cumpliendo! Casi todos los hombres del lugar la veían con deseo y a mi me seguían felicitando por semejante vieja.
Se paso casi toda la fiesta bebiendo, bailando y conociendo gente nueva, yo sin gota de alcohol me daba cuenta de todo lo que ocurría, podía darme cuenta como conforme pasaban las horas y las bebidas hacían efecto entre los invitados, varios de estos se atrevían a acercarse a mi esposa y decirle cosas que le hacían reír mientras yo me encontraba mirando a la distancia. Lo que me ponía el pene mas duro que nunca, a punto de reventar. Por donde pasaba ella caminando todos murmuraban, seguramente algo respecto a su vestimenta o a su estado de embriaguez, pues ya caminaba tambaleando un poco y con una sonrisa en la cara que no podía disimular, así que fui por ella a alcanzarla pues venia caminando directamente a la mesa donde se encontraban la familia y quería evitarle cualquier tipo de accidente con ellos, además quería llevarla nuevamente al otro extremo donde se habían acomodado los invitados de la novia donde casi nadie nos conocía y donde se encontraba una mesa con varios jóvenes que ya se habían acercado a ella con anterioridad.
Al toparla me pidió que la acompañara al baño pues no quería tropezar ya que no se sentía muy bien, le dije que debía parar un poco de beber para poder seguir disfrutando, cuando me interrumpió para decirme que le habían dado de comer un brownie con marihuana y ya comenzaba a sentir los efectos. Me preocupe pues no sabia que tanto había comido de este pastelillo y tampoco que tanto había bebido y si la mezcla de ambos la podía knockear.
Me dijo que solo necesitaba refrescarse un poco en el baño y tomarse unos segundos. Le dije que la acompañaría hasta que se sintiera mejor pero insistió en que la dejara sola y yo que no había bebido decidí dejarla en la puerta del baño y esperar afuera cerca de la barra de los dulces para cuando ella saliera.
Después de varios minutos la vi salir caminando y como no la vi del todo mal, deje que lo hiciera sola, apartándome un poco mas y colocándome en un lugar donde ella no pudiera verme con facilidad pero yo a ella si. De pronto se acerco a ella un hombre para hacerle platica que por su pinta deduje no se trataba de un invitado mas, pues vestía muy elegante y no mostraba signos de haber bebido, al menos no tanto como ella. En lo que yo pensaba que hacer, por el micrófono invitaron a todos los invitados a salir al jardín pues estaba por comenzar el show de los fuegos pirotécnicos y antes de reaccionar el la tomaba del brazo y la llevaba afuera quizá para tomar aire fresco o quizá para ver el espectáculo.
Afuera todo estaba oscuro y entre tanta gente deje de ver en donde se habían instalado, mientras los cohetes tronaban en el cielo y alumbraban levemente yo buscaba preocupado a mi esposa con un temblor que me recorría todo el cuerpo producto de una mezcla de miedo y excitación por no saber en donde se encontraba ella y mucho menos saber que es lo que estaba haciendo en compañía de aquel hombre que no reconocí en un principio.
Terminaron de estallar todo tipo de petardos, siguieron los aplausos, los besos de los recién casados, las fotos y después todos regresaron al interior para seguir la fiesta. Yo seguía buscando con la mirada entre la oscuridad que era ahora mayor sin las explosiones. Decidí ir adentro y actuar normal pero no podía dejar de temblar y me la quería sacar y jalarmela en cambio metía a discreción la mano dentro del pantalón y pude sentir como la ropa interior comenzaba a mojarse y no podía dejar de pensar en que mi esposa estaba empinada recibiendo el pene de aquel del smoking negro.
Ya había pasado demasiado tiempo y no la encontraba por ningún lado, en verdad ya estaba preocupado y cuando estaba a punto de comenzar a preguntar por ella la vi entrar al salón sola, sin tambalear pero con la misma sonrisa que con la que desapareció.
Cuando regreso me sonrió y dijo que ya quería irse a dormir, mi corazón palpitaba mas fuerte que nunca mientras caminaba con ella hacia los elevadores que nos llevarían a nuestra habitación cuando le pregunte si había estado con el hombre del tuxedo, ella se rió y me hizo una señal de que guardara silencio y solo respondió: le regale mi braga.
Quede mudo, me vine en los calzones sin tocarme, quería saber quien era, que hicieron, en donde pero era obvio que ella no me lo diría esa noche.
Días después al sacar el tema confeso que le había mamado el pene al banquetero en el jardín mientras yo la buscaba, los novios se abrazaban mirando el cielo y miles de chispas de colores caían sobre todos nosotros.
Tenia su numero telefónico y me dijo que no dudaría en usarlo si yo volvía a meter la pata de nuevo.
Te mantendré informada.....
Besos, Carlos

2 comentarios - La venganza es dulce...

kramalo
muy bueno...!! te la creias y ella te madrugó... ahora te tiene agarrado de las bolas..ja! sigue...?