mi amiga

En ese momento no le preste atención estaba mas atenta mirando a la gente ir hacia sus clases y pensando en cual me tocaría y si me pasaría lo mismo de siempre, me encontraba algo nerviosa; al instante salio el director para decirnos a donde debíamos ir primero.

-- Disculpen, primero deberían ir a la doctora…debemos hacerle un pequeño chequeo medico…-- dijo el Director indicándonos la dirección.

-- Muchas gracias…-- dijo Christine con un tono como de molestia, no sabría decir si en ese momento ella también habría escuchado la conversación telefónica que tuvo el Director pero mejor no pensarlo.

Nos dirigimos por el pasillo, yo no dejaba de mirar de un sitio para otro viendo las clases y como en un instante los pasillos se habían quedado desiertos, por el camino solo pude ver aquella chica de la entrada, nos quedamos mirando un momento incluso me detuve mientras Christine seguía avanzando, en ese momento Christine se dio cuenta de que no estaba a su lado.

-- Akemi…¿Se puede saber que es lo que te pasa…? …Ven aquí…Que aun tengo que abrir la tienda…Vamos date prisa…-- dijo Christine casi gritándome al momento Aoi me guiño un ojo en ese instante un escalofrió recorrió mi espalda y ella prosiguió su camino.

-- Si…lo siento…parece que ando algo dormida…-- dije mientras aligeraba el paso hacia la doctora.

A llegar Christine llamo a la puerta y escuchamos una voz suave que provenía desde el interior.

-- Adelante…-- dijo la mujer de su interior, con un tono calido.

En cuanto entre pude ver a la enfermera que estaba buscando algo podía ver, aquel trasero redondeado y perfecto apretado en aquel uniforme de enfermera, y con aquellas medias con liguero de color blanco marcaban sus muslos perfectamente sedosos y casi brillantes que parecían llamarme, incluso pude ver algo de su ropa interior de color negra, la mente casi terminaba volando por suerte Christine apretó mi mano para despertarme de aquel estado.

Al momento se levanto su constitución era normal, tenia una larga cabellera hasta la espalda de color moreno atada con una cinta al final, sus rasgos eran redondeados y de estilo oriental también aunque no sabría precisar bien de donde, tenia unos pechos de tamaño bastante generoso incluso los botones de la blusa de color crema pálida parecían querer saltar de un momento a otro, llevaba una minifalda de color blanco que apenas llegaba unos centímetros por encima de sus muslos casi podía verse su ropa interior, llevaba los labios pintados de un rosa pastel muy bonito y una sombra de color celeste, sus ojos eran de un color azul profundo, las uñas las tenia pintadas de color rojo, en sus pies lucia unos zuecos de color blanco con agujeritos.

-- Buenos días…Me ha avisado el director de que venían…si puede entrar la niña…usted puede quedarse en la puerta…-- dijo la enfermera con un tono amable incluso sonriendo, mientras me invitaba a sentarme en la camilla.

Aquella habitación olía a desinfectante no era particularmente molesto las paredes estaban llenas de póster y algún que otro calendario, al fondo había un escritorio y varias carpetas encima de el, en una parte de estaba situada una camilla de color negro y al otro lado lo dominaba una estantería llena de libros y detrás del escritorio una ventana que daba al campus, podía escucharse a los equipos de fútbol entrenar.

-- Muy bien…aquí se la dejo…Escucha tengo que comprarte los libros y hablar unas cosas con el director mientras la enfermera te hace el reconocimiento…así que espérame aquí…-- dijo Christine mientras me miraba, con ojos de preocupación, en ese momento supe que había escuchado lo que dijo el Director, pero preferí no preocuparla mas aun.

-- De acuerdo…-- dije, mientras la miraba con desconfianza, sabia que planeaba algo pero no el que.

En ese momento entre en la consulta y me subí a la camilla en seguida la doctora saco un fonendoscopio para a oscultarme; por mi parte no podía apartar la mirada de sus pechos que parecían invitarme, a mis oídos llegaba como una voz que me decía que los tocara y los chupara, tenia que apartar aquella cosa de mi cabeza y centrarme, no podía dejar que tomara el control de la situación.

-- Muy bien quítate la camisa y la chaqueta…-- dijo la enfermera mientras se acercaba con el fonendoscopio.

Al momento me quite la ropa, y sentí un escalofrió, aunque la habitación tenia puesta la calefacción, note el fonendoscopio frío al tacto con mi piel, mientras la enfermera escuchaba atenta los latidos de mi corazón, así estuvo un buen rato parecía que le extrañaba algo.

-- Vaya parece que…tienes algo de taquicardia…que extraño…-- dijo la enfermera mientras yo bajaba de la camilla y me disponía a medirme y pesarme.

-- Esto parece estar bien…para la edad que tienes…-- dijo la enfermera nuevamente, al momento se dio la vuelta y aquel maravilloso trasero se pudo delante mía nuevamente, es como si no lo pudiera resistir, aquella voz parecía incrementarse no podía resistirme y en ese momento me desmaye por un momento caí al suelo.

No te como aquella cosa empezaba a crecer y como la pegatina empezaba a despegarse lentamente, abrí los ojos y es como si ya no estuviera allí pero sabia lo que hacia, vi como la enfermera me estaba mirando absorta incluso, algo asustada pero en sus ojos podía ver el deseo y la impaciencia de querer tenerlo dentro de ella de alguna forma morbosa y no iba a defraudarla.

Enseguida puse mi mano sobre su cabeza y la empuje note como tenia la boca cerrada y empecé a restregarle aquel glande monstruoso por su boca y llenársela de liquido preseminal
En un momento la boca de la enfermera cedió y se abrió poco a poco fui introduciendo mi sexo dentro de ella acogedora y caliente notaba como la saliva me recorría el glande y como su lengua se movía lo que podía para poder saborearlo, pero aun no estaba satisfecha, con mis manos apreté su cabeza hacia abajo y la introduce mas profundamente incluso pude notar su garganta y como sus ojos casi se quedaron en blanco parecía no poder respirar, y la saliva no hacia mas que salir abrillantando mi sexo cayendo por fuera de su boca, al momento la deje libre de mi presa y pudo respirar tranquila, empezó a toser un poco por lo que había tenido dentro, retrocedió unos pasos contra el escritorio, limpiándose los restos de saliva y liquido preseminal que tenia en su preciosa boca.

La enfermera se incorporo lentamente, mirándome con ojos de miedo y pasión una macla interesante mientras yo me acercaba lentamente y amezadoramente con mi miembro goteando su saliva.

-- Se puede saber que es lo que haces…Detente ahora mismo…-- dijo la enfermera ordenándomelo, no sabia lo que hacer incluso se sentó en la mesa, con las piernas abiertas podía ver su preciosa ropa interior negra de encajes incluso el aroma de su sexo era embriagador, aquella personalidad parecía que había tomado el control y hasta que no estuviera satisfecha no iba a detenerse.

Cuando estuve a su altura pudo notar como mi glande se introducía entre su falda y rozaba su ropa interior, como si quisiera despedazarla, ambos podíamos sentir el calor del otro, introduje mi mano dentro de su falda y aparte un poco la ropa interior y pude notar un calor delicioso que rápidamente me invadía, la enfermera casi ni se podía mover del miedo que la recorría pero sabia y sentía que lo quería de una manera morbosa.

Rodee su cuerpo tanto como pude con mis manos e instintivamente mi sexo busco la entrada del suyo y empezó a introducirse, ella no pudo mas que emitir un gemido de placer, que creía que llamaría la atención de todo el mundo pero poco me importaba ya, poco a poco fui introduciéndolo, sin prisa, notando cada rugosidad de su interior, la calidez que desprendía y su humedad, llegado a un punto note como oponía resistencia y sabia que había llegado al final pero no tenia ni siquiera la mitad de aquello dentro, así que la solté y la eleve no se como, pero aquel sexo tenia una fuerza descomunal y se bajo un poco mas, podía notar como en su útero había cedido bajo mi presión, y pude ver como un bulto en su vientre del tamaño de mi glande; al momento empecé a moverme a un ritmo normal, sus flujos lo habían lubricado de forma asombrosa y ahora resbalaban por sus muslos y por mi sexo.

El movimiento era delicioso estaba en el cielo, aquel sexo se deslizaba de una forma maravillosa, la cara de la mujer era de estar en el pleno cielo sus ojos casi estaba en blanco, ella no tenia casi fuerzas y yo solo escuchaba sus gemidos que eran música celestial y quería que estuviera así siempre, al fin podía calmarme de alguna forma, pero aquello no duraría siempre, ni siquiera escuche la puerta al momento note como unas manos se agarraban a mi y me empujaban hacia atrás, note como mi sexo salía de allí y no quería, mire hacia atrás y vi a aquella chica que había visto en la puerta de la academia mirándome con una sonrisa.

Intente resistirme pero era imposible su fuerza era mucho mayor, la enfermera cayo al suelo e intento ir a coger un calmante, se acerco a mi y me inyecto aquello enseguida la vista se me nublo y caí al suelo.

Cuando me desperté vi que estaba Christine mirándome, aquella chica sonriéndome y la enfermera intentando reponerse y coger algo de aliento en su escritorio, note como la pegatina volvía a estar en su sitio.

-- ¿Pero se puede saber que es lo que has hecho…?...No se te puede dejar sola…¿No te habrás quitado la pegatina que te puse…? …-- Pregunto Christine sin cesar, una tras otra, aunque yo aun me encontraba algo aturdida por el sedante.

-- Christine, te prometo que no se lo que ha pasado…esa pegatina cedió sola…Lo siento espero no haberle causado problemas…-- dije intentando disculparme pero aquella sensación de estar dentro de ella fue maravillosa e indescriptible, pero necesitaba centrarme aun me dolía algo la cabeza.

-- No te preocupes…ha sido algo raro…Christine me lo ha explicado todo…y siento curiosidad…Esa chica que te aparto de mi es Aoi y mas o menos es como tu se podría decir que algo especial…-- dijo la enfermera mientras me la presentaba.

-- Hola…Soy Aoi…Encantada de conocerte…al parecer tenemos casi el mismo problema…me ha resultado raro encontrar alguien mas como tu por aquí…-- dijo Aoi mientras me sonreía, de una forma calida y muy amistosa.

-- Hola…Encantada soy Akemi…-- dije bajando la cabeza, aunque no se si era por vergüenza o por timidez hacia Aoi.

-- Bueno…¿Y como se encuentra…? …-- pregunto Christine con interés después de esa extraña revisión que habíamos tenido.

-- Pues…esta bien solo tiene algo de taquicardia pero es comprensible…ahora solo tiene que coger los libros y dirigirse hacia su clase…Aoi te acompañara…A propósito me llamo Ashley…-- dijo Ashley presentándose e invitándome a seguir a Aoi para recoger los libros.

Una vez fuera Christine se despidió de mi y dejo todo en las manos de Aoi para recoger y llevarme a la clase, andamos por aquellos pasillos vacíos, casi sin hablarnos aquella situación parecía bastante incomoda.

-- Me ha dicho el director que eres una genio…espero que te encuentres bien en esta academia…-- dijo Aoi mientras me sonreía, su mirada era como si me estudiara de una forma extraña aunque yo estaba haciendo lo mismo con ella.

-- ¿Qué tal es la academia…? …-- pregunte siendo lo único que hable durante el trayecto.

-- No esta nada mal…esta semana es la de los clubes…en el recreo estarán en el gimnasio cogiendo gente para que se les una yo también tendré mi stand por si quieres unirte…-- dijo Aoi volviéndome a guiñar un ojo, aquella señal de complicidad cada vez se me hacia mas como una muestra de cariño que otra cosa.

Al instante llegamos a recepción Aoi entrego una nota a la encargada y enseguida saco unos libros, por un momento se me quedo mirando y esbozo una sonrisa, solo esperaba que aquello no fuera el preludio de lo que siempre había sufrido en los anteriores colegios.

Aoi me entrego los libros y solamente sonrió, comenzamos a caminar de nuevo en dirección hacia la clase, al llegar abrió la puerta y el profesor un hombre mayor y algo calvo se quedo sorprendido por un instante al verme incluso los alumnos empezaron a cuchichear, aquello ya me había pasado al parecer estaban dando clases de algebra.

-- Señor Martín el Director me ha dicho que…esta es su nueva alumna…-- dijo Aoi presentándome ante la clase, escuche como casi se reían de mi.

-- Vaya…si el Director lo ha dicho ve y siéntate al fondo de la clase…espero que puedas seguir las explicaciones...Aoi dile al director que quiero hablar con el después…ya no sabe que hacer para enviarme gente…-- dijo Martín con un tono de enfado, al parecer no hacían mas que enviarle gente una y otra vez.

-- Muy bien se lo haré llegar…-- dijo Aoi sonriendo mientras se despedía al parecer no estaba en mi misma clase.

Me dirigí hacia mi asiento escuchando los cotilleos de la gente que sabia que rápidamente se iban a propagar, al llegar a mi asiento solo vi a una chica de grandes pechos aunque su forma de vestir era el típico uniforme parecía que su forma de ser era algo tosca como si fuera un chico incluso tenia una tirita en la nariz lo mas seguro de algún golpe que se habría dado.

Al momento saque los libros y el profesor continuo con la clase, aquello que estaba explicando incluso me parecía algo fácil pero sabia que tenia que estudiar para ponerme al mismo nivel que ellos, en seguida la clase se me paso en un suspiro en el intercambio vi como aquella chica salía fuera y se encontraba con otra mas pequeña aunque de momento no le preste mucha atención a aquello, varios compañeros se me quedaron mirando.

Decidí salir fuera un poco para tomar el fresco, en seguida empecé a oír las burlas de costumbre, aunque ya estaba acostumbrada me seguía doliendo mucho, cuando estuve fuera, me dirigí al baño para poder refrescarme algo esperaba que en aquel descanso me diera tiempo.

Al llegar al servicio pude observar una estancia normal con varios baños con puertas de madera en la que había varias pintadas, algunos espejos y unos lavabos era muy simple y normalito; varias chicas que se me quedaron mirando y salieron casi al instante, fui al lavabo a refrescarme un poco la cara, me quede por un momento mirándome al espejo, al instante escuche la puerta del baño abrirse y observe entrar a Aoi sonriendo como siempre.

-- ¿Te ocurre algo…?...-- pregunto Aoi con los colores subido a sus mejillas.

-- No es nada, es lo de siempre…creo que no encajare aquí de ninguna forma…-- dije bajando la cabeza esta vez era por tristeza

-- No te preocupes…a veces pasa…al menos tienes una amiga…lo que no suponía es que también fueras una futanari y eso me ha sorprendido mucho…según me ha dicho la doctora…-- dijo Aoi mirándome fijamente y bajando la cabeza a mi altura.

-- Tampoco lo sabia yo hasta hace poco…y no se como controlarlo…-- dije con un tono de tristeza, no de odio por mi madre.

-- Pues tienes mucha suerte…al menos tu puedes esconderla…-- dijo Aoi mientras se dirigía hacia la puerta y la cerraba y empezaba a mirar por debajo de los baños para comprobar que no hubiera nadie, aunque me extrañaron bastante sus palabras.

Al momento Aoi se levanto la falda y bajo su ropa interior de color blanco y de allí salio un sexo casi del mismo tamaño que el mío, pero la mitad de grueso y muy flexible por lo que parecía ser, podía incluso notar el calor que emanaba de el, Aoi solo se quedo allí mostrándomelo con los colores subidos a su rostro y sonriéndome.

-- Woow…es increíble…¿Y como logras ocultarlo...? …-- pregunte extrañada al verlo, y por que negarlo incluso sentía ganas de chuparlo y sentir sus venas palpitando dentro de mi boca, al menos de momento la pegatina aguantaba en cierto sentido pero no sabría hasta cuando así que no quise tentar a la suerte.

-- Pues la verdad cuesta mucho …la mayoría de las veces lo tengo introducido dentro de mi pero eso…es solo pro cortos periodos de tiempo…así que tengo a veces que ir al baño a tomarme un descanso…-- dijo Aoi mientras se volvía a introducir aquel miembro dentro de ella incluso pude oír como emitía un gemido de placer muy flojo.

Me quede por un momento mirándola mientras se refrescaba algo la cara en el baño no podía creer aquello, lo suyo si era un problema algo mas serio, ya que ocultarlo le era imposible esconderlo como yo, al momento oímos como la sirena del pequeño descanso toco para ir a clase, salimos las dos de allí y nos dirigimos hacia nuestras aulas, la gente no dejaba de mirarme y soltar rumores, pero ya estaba acostumbrada a aquello, el resto de las clases paso de manera normal y algo lentas pero no hubo problemas.

Cuando toco la sirena del almuerzo, cogí lo que me había preparado Christine y salí en mi camino me tope con unos chicos los típicos macarras de instituto que se pusieron delante mía, ya me había ocurrido algunas veces.

-- Vaya aquí tenemos a la nueva…¿Qué es lo que llevas para comer…? …-- dijo el muchacho mientras me daba un tirón de la comida, yo no pude ni reaccionar sencillamente me quede allí parada mirándole fijamente por unos momentos.

En un momento desenvolvió el almuerzo que tenia hecho y colocado en una cajita de color rosa.

-- Vaya que lindo…al estilo japonés…-- dijo el chico mientras abría la caja pero antes de que pudiera hacerlo, escuche una voz que venia detrás de ellos.

-- Dejadla en paz…devolvedle el almuerzo…-- dijo Aoi a aquellos macarras con una voz firme, en el tiempo que la conocía no la había visto enfadada ni nada parecido, pero el tono de su voz era firme y decidido.

-- De acuerdo…toma…aunque tu y yo tenemos que hablar cuando estés a solas …-- dijo el joven mientras me devolvía el bento con rudeza.

-- ¿Estas bien…? …Son unos imbeciles no les prestes atención…aunque no puedo negar que tengas mucha sangre fría …-- dijo Aoi sorprendida por ver que no me había movido ni un solo centímetro, mientras me amenazaban aquellos chicos.

-- No es sangre fría…es solo que ya estoy acostumbrada a eso…a que me lo hagan…-- dije recordando lo que me había pasado en otros colegios unos recuerdos muy amargos, aunque felices en ciertas ocasiones, nunca había podido tener un amigo o amiga verdadera, pero Aoi parecía estar decidida a conseguirlo además teníamos algo en común.

-- Lo siento tengo que irme…tengo que poner el stand y demás…si quieres pásate por el y te apuntas…-- dijo Aoi mientras salía a toda prisa para el gimnasio.

Por mi parte salí afuera al campus a respirar algo de aire fresco y sentir el sol al menos me despejaría, me senté en una de las gradas para comer tranquila de mientras podía ver a los equipos de fútbol y a las animadoras entrenarse para cuando había un partido entre ellos pude ver aquella chica de grandes pechos que estaba sentada al lado de su amiga mas pequeña que ella, y me resultaba extraño ver una pareja así al menos de momento, no podía entender el significado de su relación.

En cuanto termine decidí pasarme por el gimnasio para ver los clubes que había y mirar si alguno me interesaba aunque lo dudaba la verdad, cuando llegue vi que aquello estaba todo decorado como si fuera una fiesta y la gente estaba dando vueltas por todas partes recogiendo octavillas, pude ver varios de ellos algo cómicos como la gente estaba disfrazada, otros un tanto mas sencillos al fondo del todo pude ver el de Aoi muy simple incluso no tenia letrero, también observe como algunas chicas se habían reunido delante de ella pero no quisieron coger nada de nada.

-- Vaya has venido…-- dijo Aoi sonriéndome como siempre.

-- No lo has adornado…-- dije simplemente fijándome en como casi pasaba desapercibido.

-- Es cierto pero busco algo en particular además hasta que no tengamos cuatro miembros no lo pondremos considerar un club…-- dijo Aoi explicándome la situación, algo escabrosa ya que rechazaba a cada alumno que se acercaba a su stand.

-- ¿Qué es lo que buscas…? …-- pregunte extrañada por su comentario.

-- Pues quiero hacer un club con ftutanaris…como tu y yo…que puedan conocerse en tranquilidad…y que pasemos nuestro tiempo libre…-- respondió Aoi haciéndome saber que la verdad iba a resultarle algo poco frecuente de conseguir además no pensaba siquiera que hubiera mas como nosotras.

-- No se tu crees que habrá…mas como nosotras…yo lo dudo la verdad…-- dije algo incrédula.

-- No creo que seamos las únicas en esta academia …estoy segura de que habrá mas…lo que ocurre es que no pienso que se den a descubrir tan fácilmente…-- dijo Aoi intentando pensar que no podíamos ser las únicas en la academia y la verdad no el faltaba razón.

En ese momento mientras estábamos discutiendo se acerco el Director, y la expresión de su rostro no esperaba que fueran buenas noticias.

-- Señorita Aoi le he dicho varias veces que no puede hacer un stand a menos que tenga cuatro miembros para formar su club…así que desmonte esto…-- dijo el Director en un tono algo tosco.

-- ¿Pero podemos tener un sitio de reunión al menos…?...-- pregunte intentando averiguar si había alguna posibilidad de ayudar a Aoi.

-- Si lo alquilan…no tendría problemas en dárselo…-- dijo el Director mientras se lo pensaba.

-- Muy bien…por mi no hay problema…-- dijo Aoi con decisión no podía dejar escapar esa oportunidad.

-- Muy bien suyo es el almacén que hay junto al gimnasio…por supuesto tendrán que adecentarlo…-- dijo el Director mientras se sonreía, al parecer aquello iba a resaltar un cuchitril pero era mejor que nada.

-- Muchas gracias Akemi…no sabría como agradecértelo…ya lo se tu serás la presidenta…este club ira por tamaños y el tuyo sin dudas es mayor que el mío…prefiero quedarme con el cargo de Vicepresidenta…-- dijo Aoi satisfecha de si misma, por aquella oportunidad que había recibido.

Al terminar el recreo volvimos a las clases en la cara de Aoi podía verse la alegría de haber conseguido un triunfo, un pequeño paso mas para su soñado club.

El resto de las clases pasaron con rapidez en cuanto sonó la sirena vi que Aoi estaba en la puerta esperándome para ir al almacén y comprobar como era.

Aoi me cogio de la mano y salimos corriendo casi se podía decir que tiraba de mi a toda prisa salimos del colegio y llegamos al campus empezamos a mirar por el sitio hasta que vimos el almacén apartado en un rincón parecía que nadie lo usaba, abrimos la puerta con el candado y de allí salio una gran cantidad de polvo que nos hizo toser.

-- No parece gran cosa…-- dije mientras miraba el interior lleno de trastos de gimnasia, antiguos y colchones tirados por el suelo, aquello necesitaba un repaso y muy grande.

-- Bueno…al menos es nuestro…es un paso aunque tendremos que limpiarlo muy a fondo…espérame aquí tengo que hablar una cosa con el Director…-- dijo Aoi mientras se despedía de mi y salía corriendo.

Al momento llegaron aquellos chicos con los que me había topado en el recreo, eran los que menos quería ver.

-- Vaya mira quien tenemos aquí es la sabionda de turno…Contigo queríamos hablar enana…-- dijo uno de los muchachos amenazándome.

-- No se te ocurre insultos mejores…parece que la falta de vocabulario es casi idéntica a la de valor que tienes…-- dije insultándolos aunque pensaba que no lo cocerían.

-- Vaya…parece que se nos ha puesto chula…cogedla…-- dijo el jefe de aquella patética banda mientras dos de los suyos me cogían por los hombros y el se crujía los nudillos, aunque me habían insultado nunca me habían golpeado y tenia algo de miedo por lo que pudiera pasar.

No pude mas que cerrar los ojos y esperar que todo aquello pasara cuanto antes, pero antes de cerrarlos me fije que en sus mano había una especie de tatuaje de color rojo y con el símbolo del fuego, me extraño bastante, casi cuando estaban a punto de darme la tunda escuche un voz al fondo que los detuvo en seco.

-- Dejadla en paz…ahora mismo…-- dijo una voz de una chica pero el tono era mas bien masculino.

-- Vete a paseo…Esto no te concierne…-- dijo el jefe de la pandilla amenazadoramente.

-- Que valientes…pegándole a una niña pequeña…probad conmigo…-- dijo la muchacha mientras se remangaba las mangas de la camisa, detrás de ella estaba la que aprecia ser su amiga una chica incluso mas pequeña que yo, pero no pude verlas con claridad ya que el sol me daba en los ojos.

-- Muy bien tu lo has querido…-- dijo el jefe mientras se lanzaba por ella para golpearle por suerte el puño no llego a su destino y aquella muchacha después mover su cuerpo para esquivarlo su puño fue directo hacia el estomago, al golpearlo, el cuerpo del chico cayo al suelo como un peso muerto, intentando recuperar el aliento y dolorido.

Los otros dos chicos me soltaron y se lanzaron a por ella, los golpes empezaron a sucederse pero ninguno llegaba a alcanzarla sus movimientos eran rápidos mientras su amiga se quedaba atrás mirando y sonriendo, la joven en cuento hubo esquivado varios golpes se lanzo al ataque detuvo dos golpes mas y sus puños fueron a parar justos a la cara de ambos haciéndoles retroceder y al parecer rompiéndoles la nariz por la sangre que soltaban viendo que no podrían con ella cogieron a su jefe y salieron como pudieron.

-- Escucha…ya nos veremos…mas tarde o mas temprano…-- dijo el jefe mientras se alejaba de mi a toda prisa.

-- Son unos cobardes…se puede saber que es lo que les has hecho para que se pongan así contigo…-- dijo la joven mientras se acercaba y se ponía delante del sol, y por lo menos podía verla bien sus rasgos eran algo masculinos, los ojos eran de un color marrón y grandes, su pelo tenia un color negro y era corto y algo despeinado, tenia una tirita en la nariz, lo mas probable de las peleas que había tenido, su cuerpo tenia pocas curvas pero estaba muy bien formado vestía le típico traje de la academia, y al parecer con unos grandes pechos pero no demasiado, al momento la otra chica se acerco a ella entregándole la chaqueta, sus rasgos era la de una chica muy joven incluso mas que yo, tenia unos ojos grandes de color verde y el pelo lo tenia recogido en un lazo de color rojo grande, su constitución era la de una niña aun ni siquiera tenia curvas, vestía el mismo uniforme.

-- Lo siento no nos hemos presentado…me llamo Kameko…y ella es…Etsuko…esta en un curso por debajo de mi…-- dijo Kameko mientras se ponía la chaqueta que se la entregaba su amiga, aunque la verdad me extrañaba esa relación de amistad.

-- ¿Qué hacías por aquí…? …Sola en este lugar…-- pregunto Kameko con curiosidad ya que no había casi nadie por le instituto, mientras miraba el almacén del gimnasio abierto.

-- Estaba con Aoi…que ha ido a preguntar algo al director…se puede decir que hemos alquilado este almacén…-- respondí mientras miraba hacia todos lados para poder encontrarla aunque me extrañaba un poco que tardara tanto.

-- Tu eres la nueva …¿no? …-- pregunto Etsuko con curiosidad aunque no se por que sabia la respuesta perfectamente.

-- Si me he trasladado hoy mismo…-- respondí intentando evitar ese tema, siempre me enfadaba cuando me decían que era la nueva.

Cuando gire la cabeza pude ver a lo lejos como Aoi se acercaba corriendo con unos papeles en la mano.

-- Lo siento haber tardado tanto…lo que si me ha extrañado es ver a unos chicos sangrando por la nariz de camino a la enfermería…-- dijo Aoi algo preocupada por lo que había visto.

-- Si, los he mandado yo…estaban a punto de atacarla y no podía permitirlo…-- dijo Kameko mientras sonreía por lo que había hecho.

-- Muchas gracias Kameko…no me gustaría que le sucediera nada a la presidenta de nuestro club…-- dijo Aoi mientras me abrazaba con ternura, los colores saltaron a mis mejillas al momento, tampoco comprendía el cariño queme había cogido de repente.

-- ¿La presidenta del club…?...¿Y tenéis un almacén de sitio de reunión…? …-- dijo Kameko con ironía, no podía creer que yo fuera presidenta de ningún club y tenia razón ni siquiera yo me lo creía aun.

-- Si, lo acabamos de fundar precisamente…se que no es mucho pero iremos progresando poco a poco…además ya tengo el contrato de alquiler…al menos el almacén es nuestro…-- dijo Aoi enseñándome el contrato de alquiler, al parecer estaba todo en regla y el precio era bastante justo.

-- ¿Bueno y que tipo de club es…? …-- Pregunto Etsuko con curiosidad, mientras agarraba el brazo de Kameko con ternura, parecía que estaban muy unidas.

Aoi se quedo por un momento mirándolas de arriba abajo, como si estuviera apreciando su ropa o le diera algún tipo de señal lo que vestían.

--Vaya al parecer…podrías formar parte del club…eres una futanari…¿Verdad…? …y tu amiga por lo que veo también…-- dijo Aoi sonriendo y muy convencida de lo que había descubierto.

-- ¿Pero como narices lo sabes…?...-- pregunto Kameko sorprendida por la afirmación que había echo al parecer fue descubierta y Etsuko rápidamente se escondió detrás de Kameko como avergonzada.

-- Es sencillo en la falda cuando hay una brisa se queda marcado un bulto muy peculiar…y siendo tu una futanari…tu amiga lo mas seguro lo sepa y probablemente lo sea también…Me encantaría teneros en nuestro club…-- dijo Aoi como siempre sonriendo, y satisfecha por lo que había descubierto.

Kameko bajo la cabeza y a Etsuko casi ni podía verla estando detrás de ella, al momento sabia que tenia la intención de negarlo, pero sabia que eso solo el traería mas curiosidad por parte de Aoi que estaba convencida además podría preguntar a Ashley para confirmarlo mas aun.

-- Vale…de acuerdo…tienes razón…somos futanaris…-- dijo Kameko confirmándolo con la cabeza bajada, parecía que le habían puesto un gran losa encima de ella.

-- Pero…no se lo puedes decir así…-- dijo Etsuko de detrás de Kameko con un tono de tristeza.

-- No podemos hacer nada …además tarde o temprano nos hubieran descubierto…Pero si es así vosotras también lo sois…-- dijo Kameko como si nos estuviera acusándonos.

-- Si, y por eso precisamente quiero formar un club secreto que solo las futanaris…puedan reunirse y poder hablar de sus problemas y por que no relajarse de vez en cuando…se que no es mucho aun pero algo ya tenemos solo necesitamos adecentarlo un poco e iremos al menos ya tenemos un primer club ya somos cuatro miembros …si quieres claro…-- dijo Aoi mientras sonreía no sabia por que pero esa sonrisa era su mejor arma.

-- ¿Y si no quisiéramos…? …-- pregunto Kameko con curiosidad parecía que lo que le había dicho Aoi sonaba a amenaza.

-- No te preocupes no pasara nada…solo que así al menos estaremos tranquilas después de clases…podremos hacer actividades y demás…sabremos que no estaremos solas…-- dijo Aoi explicándole lo que planeaba y se notaba que no tenia intención de traicionarlas.
-- Muy bien…mañana te daremos la respuesta…-- dijo Kameko mientras le entregaba la mano a Aoi en señal de compromiso, una vez la chocaron se fueron de allí podía verlas discutir mientras caminaban, al momento nos pusimos a limpiar algunas cosas y al parecer el tiempo se nos paso volando.

Al salir Christine estaba en la puerta de la academia preocupada, por si me había pasado algo.

-- ¿Se puede saber por que has tardado tanto…? …Me tenias preocupada…-- dijo Christine abriendo la puerta del coche, mientras yo me despedía de Aoi.

Ya de camino podía verse la expresión de preocupación que tenia, esperaba que al menos se le pasara el enfado, pero no sabia que lo que le diría lo acrecentaría mas.

--Vaya parece que has hecho una amiga…me alegra ver eso…¿Y que tal te ha ido…?...-- pregunto Christine mientras conducía hacia la casa.

-- Pues mas o menos normal…he hecho algunas amigas…además me han atacado unos chicos pero una de ellas me ha defendido…pero lo mas extraño tenían un tatuaje en la muñeca con el símbolo de la llama…-- dije resumiéndole el día que había tenido, observe como por el retrovisor su cara cambio de golpe, parecía que aquello le había caído como una bomba…

0 comentarios - mi amiga