Al fin, un trío con mi mejor amigo

Ya sé que muchos relatos dicen ser 100% reales, pues bien, éste lo es, desde el principio hasta el final.
Estoy desde hace más de 10 años con mi señora, a la que llamaremos Lía, ella tiene ahora 42 años y yo 50 y no tenemos hijos. Somos de apariencia normal, yo flaco, con algo de panza, ella rellenita, muy culona y tetona.
Desde hace un par de años empezamos con esto de los tríos, siempre con otro hombre y yo, si bien no fueron muchas veces, cuando lo hicimos, fue una explosión de sexo y morbo. La primera vez, fue ella sola con un amante, yo no estuve pero estaba sabiendo todo en todo momento, luego ella me contó todos los detalles mientras cogíamos. Fue algo explosivo para mí, así que quise más. Fue una especie de prueba, para saber si me lo bancaba, y realmente, me explotó la cabeza imaginármela cogida por otra pija.
Las siguientes veces fueron con machos contratados, siempre elegidos por ella, siempre naturalmente, mucho más dotados que yo. No tengo pija chica, pero tampoco soy un superdotado, 17 x 6, me alcanzan y a mi mujer tamb….. bueno, a ella no jeje.
La cosa es que a veces pensamos en cómo sería hacerlo con alguien que no nos cobre, que lo haga por el sexo mismo, por el deseo ¿se entiende? Pero tampoco queremos entablar una relación, sería solo sexo y después, a seguir con nuestras vidas.
Cierto día, conversando sobre esto con ella, de quién podría ser, le digo por joderla, ¿y Carlos? Es mi amigo más antiguo, de mi edad, hicimos toda la primaria y secundaria juntos, nos conocemos hace 40 años. A lo que ella me respondió que ni en pedo. Mirá que tiene un aparato importante le dije jajaj.
Bueno, todo quedó ahí, como una simple broma.
Con el paso de los días, empecé a imaginármelos cogiendo, jamás se me hubiera ocurrido lo que sentí. Me empezó a gustar la idea cada vez más, el morbo de ver a mi mujer con mi mejor amigo, prácticamente es mi hermano, si hasta soy el padrino de su hija mayor. El problema es que yo sé que a ella no le atare físicamente, aunque él es bien corpulento y morocho y tiene su atractivo con las mujeres.
Bueno, el caso es que yo me ratoneaba secretamente con eso, y cierta vez, con uno de nuestros “terceros” le comento, éste tenía cierto aire a Carlos ¿no te parece? A lo que ella respondió inmediatamente que nada que ver, que ni parecidos. Pero pasados unos momentos, como pensándolo mejor, me dice que sí, que podía ser. En lo que no se parecen es en la verga, le digo, y ella me dice que era de esperarse, el tipo que había estado con nosotros tenía una muy buena pija. Entonces yo le digo que no eras eso lo que quise decir, Carlos tiene bastante más verga que éste.
Lo que ví en su mirada me hizo ver la oportunidad de salirme con la mía, ese brillo en sus ojos tenía toda la lujuria y la curiosidad que puede tener una mujer tan puta como la mía. ¿Tanto tiene? Me dijo queriendo parecer desinrteresada. Caíste pensé yo, y empecé mi trabajito para hacer crecer ese deseo.
No voy a entrar en demasiados detalles, el caso es que en unos días, la tenía donde quería, cogíamos y yo le metía un consolador negro gigante que tiene y le decía que era como la de Carlos, que la estaba cogiendo él, que se estaba dejando coger por mi mejor amigo. Sus orgasmos no mentían, explotaba en pocos segundos, y yo también.
Después de un par de ocasiones como ésa, no tuvo más remedio que aceptarlo, y teminó reconociendo que estaba muy caliente, que ya lo miraba de otra forma, ya no como nuestro amigo, sino como a un macho que se quería bajar. La cosa de aquí en más, era cómo convencer a mi amigo de que se prenda, y la oportunidad me la dio él sin quererlo.
Cierto día que estábamos boludeando, hablando de nada, sale el tema de los petes, y él dice: ahhh que lindo, cuánto hace que no me hacen uno!!!! Eh, digo yo, y tu jermu? Naaah, de casualidad si cogemos dos veces por año, ehhhhhhhh ¿andan mal? No me dijiste nada che, nooo, mal no andamos…pero tampoco cogemos, que se yo, no le interesa mucho el sexo. Uh, le digo, a Lía le encanta petearme, la verdad es que no me puedo quejar, Que suerte HDP, te envidio. Envidiame nomás, porque petea como ninguna (cosa que es cierto) Y bueno, seguí con la misma tónica recalentándole la cabeza y contándole cosas que hacemos.
Pasó el tiempo, y en otra de esas charlas “profundas”, esta vez con algunas cervezas, se ve que le quedó picando la idea, y me saca el tema, que yo la pegué con mi mujer, que esto, que el otro, que si me seguía haciendo petes, que si era tan buena y que se yo. Entonces yo le digo ¿vos viste la boca que tiene? (tiene unos labios bien gorditos) Con esa trompa y buena actitud, ¿Cómo no va petear bien? Uuuh, basta que me caliento y después llego a casa y me quiero matar jajajja. Entonces, aprovechando la escusa del alcohol, le confesé que habíamos hecho un trío. No lo podía creer, no podía entender cómo dejaba yo que otro tipo se cogiera a mi mujer, no le entraba en la cabeza, en la de arriba, porque la de abajo sí, se le notaba la erección que tenía. La cuestión es que quedó todo ahí.
Bueno, el camino estaba bastante allanado, pero si se lo proponía directamente, no iba a agarrar viaje, así que decidí esperar la oportunidad. Y se dio, una vez que la mujer se fue con las hijas a pasar un fin de semana largo a lo de la madre, que vive en otra ciudad.
Le conté a mi mujer, le dije esta es la nuestra, lo invitamos a cenar y lo calentamos ¿todavía te lo querés coger? No hacía falta que me responda, sus ojos volvieron a delatarla.
Viernes, lo invitamos a comer pizza a casa, era algo normal que vengan, esta vez la escusa era que si estaba solo, venga a casa. Cena normal, nosotros lo incitamos a que tome más de lo normal, él que decía no che, que tengo que manejar, y nosotros, dejate de joder, te quedás acá y listo. Estábamos en el Living, el sentado en un sillón y nosotros dos en el sofá, fuimos llevando la charla hacia el sexo, yo dije que no le demos más alcohol a Lía porque se pone cachonda, ella entendió el mensaje y se prendió en la joda y que esto y el otro y “disimuladamente” me acariciaba la pija por sobre el pantalón. El, se hacía el distraído y miraba de reojo, se le epezaba a notar el bulto en su pantalón, se quiso ir “para dejarnos solos” y no lo dejamos “porque no estaba para andar manejando”.
Lía se recostó en el sofá, con su cabeza sobre mis piernas, dándole la espalda a él, tenía unas calzas que se le metían en el culo, y se lo ofreció para que lo mire en todo su esplendor. En un momentp, me baja el cierre sin decir nada, saca mi pija y me la empieza a chupar, Carlos me mira y dice bueno, ahora sí que me voy. Yo le digo Dejate de joder y terminate esa cerveza, mientras disfrutás del espectáculo. Esta hija de puta se acomodó de manera que él pudiera ver bien como me la chpaba, y me la empezó a mamar como nunca. Se le salían los ojos a mi amigo, no podía creer lo que veía, el pantalón se le iba a reventar. Así estuvimos como diez minutos que parecieron horas, entonces le hago señas de que saque la pija fuera del pantalón, el alcoho ayuda en estos casos, cuando lo hizo, estaba al repalo, entonces le digo a mi mujer, Amor, mirá lo que tiene Carlos. Cuando ella lo miró, no pudo reprimir el comentario Ah la mierda!!!! Que buena verga!!!! ¿te gusta? ¿te gustaría chupársela? Siiiiiiiii, claro que siiiiii.
Le hice señas a él de que se acerque, dudó por supuesto, no entendía nada!!!!! Hasta que reaccionó, por puro reflejo, y se acercó. Se quedó parado al lado nuestro, y Lía, que puta por favor!!!!! Se arrodilló frente a él, agarró el pijón con sus dos manos, y mirándolo a los ojos, con su mejor cara de puta, se la empezó a chupar….
Voy a hacer una pausa aquí, solo para que nos se haga muy largo, y puedan hacerse unas pajitas, pero les prometo que les termino de contar como siguió el fin de semana. Hasta hoy, el mejor de nuestras vidas.

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