brandi 12

Aquella noche cuando Laura volvió a casa, su hermano Marc se encontraba ya en casa. Laura llegó tarde y su hermano Marc ya había cenado, y se encontraba en la sala de estar contemplando el film que proyectaban en televisión. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Laura al pensar en lo que habían hablado en casa de su amiga Brandi. Se sintió inquieta e insegura. No podría atreverse, y no sabía qué manera intentarlo. Laura fue a su dormitorio y se tendió en su cama, se sentía muy excitada, y no pudo reprimirse en frotar su coño e imaginarse completamente desnuda en brazos de su propio hermano Marc. Decidida se dirigió al cuarto de baño y pensó en tomar una ducha. Sin cerrar con pestillo la puerta comenzó a desnudarse, nerviosa y con celeridad. Mientras caían sus prendas al suelo y su desnudez resplandecía al descubierto, un sentimiento de nerviosismo y exaltación invadía su cuerpo. En cualquier momento podía entrar su hermano y sorprenderla desnuda. Laura se excitó al pensar en aquella sugestiva posibilidad.

Cuando sus bragas cayeron al suelo y su coño surgió apetecible, Laura se sintió ardorosa y exhibicionista. Laura se encontraba completamente desnuda y deseaba que en aquel momento entrara su propio hermano y la sorprendiera desnuda. Deseaba mostrar a su hermano su caliente cuerpo desnudo, y comprobar la reacción que provocaba en su hermano la contemplación de sus encantos desnudos por primera vez. Lo deseaba con ansiedad. Antes de introducirse en la bañera esperó, inquieta, que su hermano entreabriera la puerta y la hallara desnuda, pero no sucedió sus deseos. Tomó una rápida ducha y empezó a frotar su cuerpo desnudo con una esponja totalmente empapada de jabon, resfregando su cuerpo con movimientos sensuales. Dejó la puerta de la mampara abierta y esperó el mágico momento. A pesar de lavar su cuerpo durante un rato y en completo silencio, su hermano no fue al encuentro. Desilusionada por ver incumplido sus deseos Laura salió del baño. De pronto la puerta se entreabrió y su hermano salió a su encuentro.

Laura, que todavía no se había puesto prenda alguna y que continuaba totalmente desnuda se sorprendió por el inesperado momento. Laura se encontraba secándose su cuerpo con absoluta naturalidad y su hermano en un fugaz e intenso instante pudo contemplar sus más íntimos encantos. Después de disculparse, Marc, se volvió y se alejó. Una vez su hermano marchó, Laura sonrió contenta y satisfecha. El plan de su amiga Brandi funcionó y había conseguido que su hermano pudiera contemplar su cuerpo totalmente desnudo, pese a que fuera en un breve momento, pero muy intenso. Después de secar su cuerpo, Laura, no dudó en posponer el momento de vestirse y cubrió su cuerpo en una pequeña toalla, que apenas ocultaba sus preciados encantos. Salió del cuarto de baño y se dirigió a la sala de estar. Su hermano Marc la miró, y Laura pudo percibir en la mirada de su hermano el interés que despertaba su cuerpo. La toalla apenas cubría sus grandes tetas y la mirada de Marc se dirigió con inusitado interés.

- Perdona, Laura, no sabía que estabas tomando una ducha. -

- No te preocupes, Marc. Hace un calor tremendo. Me apetecía tanto tomarme una ducha, sabes. Ahora me siento más fresca. Me encanta ducharme. Me hace sentir muy limpia y fresca -

- Bueno, no sé, pero tampoco hace tanta calor, creo. -

- Pues yo tenía mucha calor. Y bueno, vaya corte, hermano. Se me olvidó cerrar la puerta con pestillo y me has visto totalmente desnuda. -

- Perdóname, Laura, como no escuchaba el sonido de la ducha pensaba que te encontrabas en tu habitación. -

- Ya te he dicho antes que no tiene ninguna importancia, hermano. Tampoco creo que nos debamos avergonzar por estas cosas. Si lo piensas bien, no creo que deba tener ninguna importancia la desnudez. Además, no sé, somos hermanos y no desconocidos, y no nos tendría que dar vergüenza vernos totalmente desnudos. Por ejemplo, mi amiga Brandi está acostumbrada a que su hermano la vea desnuda. Para mi amiga es muy normal que su hermano la vea completamente desnuda. Sabes una cosa, hermano, te voy a contar un pequeño secreto. En alguna ocasión

he fantaseado con la posibilidad de sorprenderte desnudo, hermano, y verte la polla, sabes, como nunca le he visto la polla a ningún chico. -

- De veras, Laura. -

- Sí, hermano, pero no pienses mal. Tu ya sabes que soy una chica muy vergonzosa. Y bueno, ¿ tú me enseñarías la polla, hermano ?. Es que me gustaría mucho verle la polla a un chico. Algunas amigas mías me han enseñado alguna revista con chicos desnudos, pero claro, no es lo mismo. No se, se me ocurre que podíamos desnudarnos los dos y contemplarnos totalmente desnudos. Puede ser divertido vernos desnudos, como somos hermanos. Sería muy emocionante. -

- Pues, Laura, me dejas estupefacto. Eres mi propia hermana, y no sé si es muy normal eso de que nos veamos totalmente desnudos. Me resulta tan chocante. -

- ¿ Acaso te da vergüenza que te vea yo desnudo, hermanito ? No seas tonto, será divertido y emocionante. Lo pasaremos estupendamente. Anímate, hermano. -

- Está bien, Laura, lo que quieras.

Laura, en seguida, se retiró la toalla y la lanzó al suelo. Marc, sorprendido y emocionado miró con atención el deslumbrante cuerpo desnudo de su hermana, concentrando su mirada en sus voluminosas tetas y sus anchos pezones. Las grandes y turgentes tetas de su hermana se mantenían firmes y desafiantes. No podía dejar de mirar las tetas de su hermana. Miró el coño de su hermana y se emocionó. No podía creerse que se encontraba mirando el coño de su propia hermana. Laura se levantó y giró su cuerpo para que su hermano pudiera apreciar su estupendo culo. Marc correspondió a su hermana Laura y se desnudó por completo. Su enardecida polla no podía esconder el grado de excitación que provocaba la contemplación del cuerpo desnudo de su propia hermana. Los dos hermanos rieron por la travesura en la que se veían inmersos.

- Ostras, hermanito, imagina si nos vieran papá y mamá. -

- Mejor no pensarlo, Laura. Sabes, yo también alguna vez he fantaseado con la posibilidad de verte desnuda, hermana. Estás tan buena y tienes unas tetas tan grandes. Me encanta verte desnuda, hermanita. Es tan alucinante. -

- De veras, hermano. Tiene gracia. Déjame verte bien la polla, hermano. Sabes, me parece que tienes una polla muy grande. Es tan emocionante poder verte la polla, hermano. Me resulta tan chocante. -

- Bueno, hermanita, también pienso yo que es muy emocionante poder verte totalmente desnuda, sabes. Me dejas tocarte las tetas, Laura. -

- Bueno, hermano. Sí, quiero que me sobes las tetas.

Marc, divertido, comenzó a sobar las tetas de su hermana, con entusiasmo y emoción, juntándolas, apretándolas, pellizcando sus pezones. Una extraña sensación de deleite y diversión recorrió el cuerpo de Marc, al sentir el calor que emanaba las tetas de su hermana y los latidos de su corazón Laura, sumisa y complaciente consentía a su hermano que magreara sus tetas. Se sentía muy bien, completamente desnuda, mientras su hermano, divertido y animado, amasaba sus tetas con constancia.

- Bueno, Marc, ya veo que te encanta sobar mis tetas, eh. A mi tambíen me gusta. Es muy agradable. Mis tetas son abundantes y firmes, como les gustan a los chicos. ¡ Me encanta que me sobes las tetas, hermanito ! ¡ Es genial ! Y bueno, hermano, ¿ qué te parece esto de magrearme las tetas ? -

- No puedo creerme que me encuentre sobándote las tetas, hermana. Pero, es una realidad. Es tan chocante todo esto. Es que estás tan buena, hermanita. Además es genial al tratarse de las tetas de mi cariñosa hermana. Saber que le estoy magreando las tetas a mi hermana me produce un placer especial. No puedo olvidar que le estoy metiendo mano a mi propia hermana. -

- Estoy contenta de que te guste mi cuerpo desnudo. Creo que a partir de ahora tendríamos que mostrarnos desnudos con mayor frecuencia. Se me ocurre que podíamos aprovechar cuando papá y mamá esten ausentes para desnudarnos y pasear desnudos por la casa. Y bueno, ya no deberías preocuparte por entrar en mi habitación y sorprenderme mientras me estoy cambiando.

- Ya verás qué generosa voy a ser con mi querido hermanito. Quiero que disfrutes de la visión de mi cuerpo desnudo cuando te apetezca. ¿ Tienes novia, hermano ? -

- Pues, no, Laura. -

- Yo tampoco tengo novio, hermanito. Ya sabes que soy una chica muy tímida y me da cierto temor las relaciones con los chicos. Los chicos siempren piensan en lo mismo, en la manera de cómo aprovecharse de las chicas. No sé, cuando hablo con un chico siempre tengo la sensación que me está desnudando con la mirada. Pero, por otro lado, me gustaría que un chico me follara. Sabes, hermano, nunca un chico me ha follado. ¿ Hermano, tú alguna vez te has follado a una chica ? -

- Pues, no veas, ¡ vaya pregunta que haces, hermana ! -

- Te da corte hablar de estas cosas conmigo, hermanito. La verdad es que de estas cosas nunca antes habíamos hablado. Pero, creo que deberíamos ser más espontáneos en hablar de estas cosas entre nosotros. Sería genial que pudiéramos hablar de sexo con total naturalidad, y poder contarnos intimidades. Creo que

entre dos buenos hermanos no debería existir ningún tipo de perjuicio. De hecho, creo que ya hemos empezado a perder cierto perjuicio en desnudarnos con naturalidad. Si nunca antes te has follado a una chica no tiene por que darte vergüenza, hermano. A mi me lo puedes contar. Soy tu hermana. -

- ¡ Claro que ya me he follado a una chica !. -

- Ay, no te enfades conmigo, hermanito. Yo solo quería saber. -

- No me enfado, Laura. -

- A mi me gustaría que me follaran, hermanito. Bueno, supongo que ya llegará su momento. Cualquier día de estos encuentro un apuesto chico, simpático y atractivo que se enamore de mi y quiera follarme. -

- Sabes, hermana, mientras estás hablando te estoy mirando, y ciertamente, estás buenísima. Estoy tan alucinado y deslumbrado. Tienes un cuerpo perfecto e imponente, unas curvas enloquecedoras, unas impresionantes tetas. Ya se que eres mi hermana pero tu cuerpo me fascina. Me encanta tus tetas, hermana. -

- Vaya, gracías, hermano. Me halaga mucho que me digas esas cosas. Bueno, tú también estás muy bien, hermano. Eres muy atractivo y tienes un cuerpo muy varonil. Ya te digo, fantaseaba con verte desnudo, hermano, y por supuesto has superado mis expectativas. Además, supongo que notarás con la atención que miro tu polla. Me parece una polla muy grande y hermosa. Me encanta mirarte la polla, hermano. Es muy emocionante.

Laura, natural y espontánea, agarró la polla de su hermano y la meneó con cariño. Marc se sorprendió por la naturalidad mostrada por su hermana en su proceder y la manera que sobaba su polla. Laura, juguetona, comenzó a golpear sus cojones con regocijo y apretar su polla entre sus manos, y Marc correspondió con magrear sus tetas y frotar su coño. Cuando Laura sintió las hábiles manos de su hermano hurgando en su coño, la parte más íntima de su cuerpo, se estremeció, y sonrió contenta a su hermano.

- Ostras, hermanito, he sentido un escalofrío al sentir tus dedos hurgando mi chochito. Sigue hurgando mi coño. Me encanta, hermano. Es muy agradable. Tú me tocas el coño y yo te meneo la polla, hermano. Creo que es estupendo que mostremos este grado de naturalidad, verdad, hermano. Por cierto, hermanito, tienes la polla cantidad de dura. Me hace mucha gracia, sabes. Supongo que debes estar excitado. Tienes la polla ardiendo, hermano. Estoy tan emocionada y exaltada.

- Claro, hermanita, y tú eres la causa. -

- De veras, hermano. ¡ Qué emocionante es pensar que la polla de mi hermano se endurece por mi ! Me hace mucha gracia y es estupendo que mi cuerpo desnudo provoque que tu polla se agrande. Me siento muy orgullosa y halagada. Nunca podría imaginar que me encontraría meneando la polla a mi hermano. ¡ Qué bien lo estamos pasando, hermano ! Podíamos hacer más cosas, verdad, hermano. No sé, como papá y mamá estaran fuera esta noche, podíamos aprovechar estupendamente la situación. ¿ Qué te gustaría que hiciéramos, hermano ? Yo estoy muy emocionada y me lo estoy pasando genial.

- Por mi podemos continuar toda la noche desnudos y metiéndonos mano. Me encanta meterte mano, hermana. -

- No sé, hermano, yo pensaba en algo más. ¿ No te gustaría follarte a tu hermana? Yo estaría dispuesta. Ya te he dicho antes que me encantaría que un chico me follara. Y bueno, ya hemos dado un primer paso en desnudarnos y meternos mano. -

- ¿ Estás hablando en serio, Laura ? ¿ De veras quieres que te folle, hermana ? -

- Sí, hermanito. Sería estupendo que me follaras, hermano. Y como papá y mamá están fuera podíamos aprovechar su ausencia. Ya te digo, hermano, me encantaría que me follaras, y creo que sería maravilloso que el primer chico en follarme fuera mi propio hermano. -

- No puedo creer lo que estoy escuchando. Mi propia hermana me pide que la folle. Pero si somos hermanos. Es inmoral y una perversión. Es incesto. Creo, Laura, que no deberíamos follar. -

- Venga, hermano, fóllame. Será inmoral y todo lo indecente que quieras, pero es que me encantaría tanto que me follaras, hermano. Antes te comentaba que mi amiga Brandi está acostumbrada a que su hermano la vea desnuda. Pues, además, está acostumbrada a que su hermano la folle. Y sólo me cuenta lo maravilloso y hermoso que resulta que su hermano la folle. Venga, fóllame, hermanito. Te lo ruego, venga, hermano, fóllame. -

- Pero que estás diciendo, Laura. ¡ Cómo voy a follarme a mi propia hermana ! -

- Anímate, hermano. Piensa en lo maravilloso que sería para ti el hecho de follarte a tu propia hermana. Ya me dirás, no creo que ningún amigo tuyo tenga esa suerte, de tener una hermana tan dispuesta a que la folle su propio hermano. -

- Estás loca, hermana. -

- Venga, hermano. Además debes reconocer que mi cuerpo desnudo te excita, hermano. Tu polla enardecida lo demuestra. Y no vas a decirme que no te apetecería follarme, hermano. Me has comentado que estoy buenísima. -

- Sí, claro, Laura. Estás buenísima, la verdad. Y debo reconocer que en el fondo me gustaría follarte, hermana. Pero, claro, eres mi propia hermana y parece muy fuerte que follemos tú y yo, hermanita. -

- Ya lo sé, hermano, pero eso hace que sea más emocionante y llamativo. Siempre podrías presumir que te has follado a tu hermana. Es todo un aliciente. Poder decir que te has follado a tu hermana me parece algo mágico, Marc. -

Marc se acercó a su hermana y la besó en los labios con cariño. Le apetecía. Era la primera ocasión que besaba a su hermana en los labios y le encantó. Sintió algo especial y mágico. Laura se mostró sumisa y generosa, y aceptó con cariño el beso de su hermano. Los dos hermanos se abrazaron apasionadamente y se tumbaron sobre el sofa, Laura tendida sobre su hermano. Continuaron besándose con ardor y vehemencia. Marc estaba alucionado y no daba crédito a lo que sucedía. Su hermana, completamente desnuda en sus brazos suplicándole que la follara. Besaba los labios de su hermana con lujuria y completamente aturdido por todo lo que estaba ocurriendo. Sentía emocionado y trastornado el calor que el desnudo cuerpo de su hermana transmitía con lascivia al frotar y resfregar contra el suyo. Sentía las poderosas y voluminosas tetas de su hermana pugnando contra su pecho, y cómo su polla oprimía el vientre de su hermana. Aprovechó para palpar y sobar el culo de su hermana, apretujando sus nalgas con pasión.

- Sí, hermano, abrázame. Estoy tan cachonda. Estar completamente desnuda, en tus brazos, abrazada a ti. Sabes, hermano, quiero comerte la polla. -

Así fue. Cuando Marc sintió como su polla era capturada por la ávida boca de su hermana, creyó alcanzar el éxtasis. Su propia hermana estaba chupando su polla. Era una hermosa e increíble realidad. Era una sensación maravillosa, que le producía todo tipo de mágicas emociones. Marc cerraba los ojos y se abandonaba a aquel mágico momento, sintiendo cómo su polla entraba y salía de la boca de su hermana, que mamaba con verdadera emoción y cariño. Laura estaba también emocionada. Le estaba comiendo la polla a su querido hermanito, y estaba eufórica. Su húmeda boca lograba impregnar de saliva la gran polla de su hermano, y se emocionaba al sentir cómo la polla de su hermano incrementaba su ardor y dureza. Por unos instantes cesó su mamada y se regocijó meneando la polla de su hermano sin dejar de mirarle a los ojos, con cariño y sensualidad.

- ¿ Te mamo bien la polla, hermano ? Lo hago con todo mi cariño, sabes. Ves qúe bien lo estamos pasando. ¡ Verdad que es impresionante las sensaciones que te produce que tu hermana se lleve a la boca tu polla, hermano ! No te arrepentirás, seguro. Antes de que me folles, hermano, quiero que nos tumbemos en mi cama y sentir nuestros cuerpos, desnudos y anhelantes, vale. -

- Sabes, hermana, estoy tan alucinado. Mi propia hermana chupándome la polla. -

Marc tomó a su hermana en sus brazos y la llevó a su dormitorio. La dejó sobre la cama con cariño y la miró con complacencia, recorriendo con su mirada cada rincón de su impresionante cuerpo. Volvió a besar los labios de su hermana y se abrazó a ella con pasión. Ardía de deseos de follarse a su hermana. Laura no podía esperar más. Deseaba sentir su coño atravesado por la polla de su hermano. Laura se sentó sobre la entrepierna de su hermano, y cuando notó cómo su polla penetraba su coño un escalofrío maravilloso recorrió su cuerpo. Su hermano la estaba follando. Podía sentir la polla de su hermano en su interior, invadiendo su intimidad. Y era una sensación maravillosa. Laura comenzó a agitar su cuerpo con virulencia, agitando sus voluminosas tetas al ritmo infernal de sus movimientos, frente a la mirada íncredula de su hermano. Laura deseaba vivir aquel momento en toda su intensidad y plenitud. Su hermano Marc acompañó sus movimientos y se ayudó posando sus manos sobre las nalgas desnudas de su hermana apretando con lujuria.

- Ay, hermano, me estás follando. Sí, follando. Me estás follando. Mi hermano me está follando. Estoy tan emocionada. -

- Hermana, te estoy follando. -

- Sí, fóllame, hermano. Folla a tu hermana. -

Laura dejó de moverse y mientras la polla de su hermano permanecía incrustada en su coño, se abrazó a él, con cariño y emoción. Deseaba sentir la polla en su cuerpo, mientras miraba y conversaba con su hermano con entrañable naturalidad.

- Hermano, permanezcamos así un rato, con tu polla dentro de mi coño. Tú no te muevas y deja que sea mis movimientos los que guie tu polla en mi coño. Sabes, es tan maravilloso sentir tu polla dentro de mi coño, hermano. Es tan alucinante y entrañable. Pensar que tengo la polla de mi propio hermano dentro de mi coño me provoca una sensación tan estupenda. Cierro los ojos, hermano, y cuando los vuelvo a abrir compruebo que sí, que mi hermano me está follando. -

- Laura, estoy tan excitado. Es una pasada todo esto. No puedo creerme que te esté follando, hermana. Ya me parece una pasada verte totalmente desnuda y meterte mano. -

- Pues, ya ves, hermano. Es toda una realidad. Me encanta estar así, desnuda, abrazada a mi querido hermano, y sentir tu polla dentro de mi coño. Es que pensar que se trata de la polla de mi hermano en mi coño me pone tan contenta. Después quiero que te corras en mi boca y me inundes la boca de leche. -

Marc no era capaz de prolongar más tiempo su avanzada excitación, y los sensuales y obscenos comentarios de su hermana contribuían a ello también. Retiró la polla del coño de su hermana y se la ofreció a sus labios carnosos y cálidos. Laura volvió, cariñosa, a mamar la polla de su hermano, chupándola con ternura como si fuera un delicioso helado. Todo aquello era tan dulcemente degenerado. Laura se sentía tan viciosa y tan mujer. Amaba la polla de su hermano. Lamía la polla de su hermano, con cariño y ternura, chupeteándola, mojándola con su endiablada saliva, besaba su extremo y se la introducía entera dentro de su boca con voracidad. De pronto, un torrente de cálido y espeso semén inundó su boca. Laura no deseaba desperdiciar una gota de semen de su hermano, y sin sentir un ápice de asco su boca se llenaba de semen, pringando su ávida lengua y sus carnosos labios. El semen de su hermano se mezclaba con su saliva y proporcionaba una combinación exquisita y deliciosa. Laura todavía se atrevió, una vez su hermano terminó su corrida, de volver a chupar la polla de su hermano y limpiarla del semen, degustando su exquisito e exclusivo sabor.

- Ostras, hermano, estoy tan aturdida y contenta. ¡ Qué pasada ! ¡ Tengo la boca llena de semen ! Estoy fascinada, hermano. Me encanta tragarme tu semen, hermano. Tiene un sabor diferente pero me gusta. -

- Ha sido increíble, Laura. -

- Sí, hermano. Ha sido fantástico, hermano. Sabes, hermano, estoy muy contenta con que me hayas follado. Creo que es maravilloso. Además, ésta no va a ser la primera y última vez que me jodes, hermano. A partir de ahora, ya sabes, tienes que complacer mis deseos más íntimos y perversos, hermano. Quiero descubrir todas las maravillas del sexo junto a ti, hermano. Resulta tan pervertido, pero es maravilloso. No sé, me siento bien y contenta. Ya ves, aquí completamente desnuda, la boca llena de leche, delante de mi hermano. Supongo que debería sentirme avergonzada y escandalizada por todo esto, hermano. Pero, lo cierto, es que no estoy nada arrepentida, sino más bien todo lo contrario, hermano.

- Yo estoy muy impresionado, hermana, pero también encantado de tener una hermana tan generosa y pervertida. Me acabo de follar a mi hermana, y suena muy bien decir esto, sabes. Me he follado a mi hermana. Suena bien. Bueno, esta noche podemos dormir juntos en la cama. -

- Sí, claro, hermano. Supongo que después de haberme follado, no creo que tenga ninguna importancia que duerma contigo. -

Laura no se había limpiado la boca y continuaba manteniendo restos de semen por sus labios. Sin ninguna aprensión se relamía con gusto ante la mirada de su hermano. Marc, sonriente, la miraba y acariciaba su cuerpo desnudo, sobando sus voluminosas tetas, recorriendo su piel desnuda y palpando su coño.

Laura le devolvía la mirada con ternura y con sensualidad.

Aquella noche durmieron juntos en la cama de Laura. Completamente desnudos compartieron la misma cama. Prolongando aquellos momentos tan excitantes y sugestivos. Ciertamente, ámbos hermanos, apenas pudieron conciliar el sueño después de vivir aquellos maravillosos momentos y tras los constantes y cálidos roces de sus cuerpos desnudos.

Cuando sus padres volvieron al día siguiente no podían imaginar que sus propios hijos hubieran follado con completa naturalidad en un maravilloso incesto. Laura y Marc no dejaban de mirarse a los ojos con graciosa complicidad y picardía. En ocasiones, Marc, se acercaba a su hermana e intencionadamente le palpaba el culo. Laura, risueña, le consentía a su hermano su descaro pero al mismo tiempo le pedía discreción. Sus padres podían sospechar algo si vieran a sus hijos en actitudes excesivamente cariñosas. Aquella misma tarde, mientras su madre se hallaba en la sala de estar, Laura se dirigió al dormitorio de su hermano. Marc, tumbado sobre su cama se encontraba leyendo una revista.

- ¿ Qué estás leyendo, Marc ? -

- Hola, Laura. Nada especial. Sabes, hermanita, no he dejado en todo el día de pensar ya sabes en qué. -

- Sabes, hermano, estaba pensando en lo que ocurrió ayer. Lo he estado meditando, sabes, y creo que nos pasamos un poco. Incluso, hoy, después de pensarlo me siento algo avergonzada. No sé lo que pudo pasar por mi cabeza. Supongo que mi amiga Brandi me trastornó y estaba bastante excitada. Pero, creo que no deberíamos follar nunca más. Somos hermanos y no podemos follar. Me da vergüenza ahora pensar en ello. -

- Bueno, hermana, no sé qué decirte. Lo cierto es que fue genial poder follarte, hermana. Estás muy buena, y no sé, es estupendo poder follarte a tu propia hermana. Aunque ahora, no sé, pero me resisto a pensar que no voy a follarte nunca más. -

- Ay, hermano, es que no debemos follar. Somos hermanos. Me encantó que me follaras, y tengo que decirte que me siento muy orgullosa. No me arrepiento. Follas muy bien, hermano. Pero no debemos convertirlo en una hábito, y que nos pongamos a follar con normalidad. No estaría bien. Es pecado. Yo tengo que encontrar a un chico que me quiera y lo mismo pasa contigo. Claro que, en alguna ocasión, quizás me apetezca rememorar que me follaste, hermano. Pero debe ser en algún momento que nos apetezca recordarlo. -

- Bueno, hermana, si lo ves así. Aunque lo que sí me gustaría es que me comieras la polla de vez en cuando, hermana. -

- Ay, Marc, sería lo mismo. No insistas, hermano. -

- Bueno, o quizás verte a menudo completamente desnuda, hermana. Es que estás tan buena, sabes. Me encanta meterte mano, tocarte las tetas, hermana. -

Marc alargó su mano derecha y sobó las tetas de su hermana por encima de su blusa, frotando con entusiasmo. Laura consintió su descaro. En el fondo Laura era consciente que ella había provocado aquella situación y dificilmente sería capaz de contener las ansias de su hermano por aprovecharse de ella. Laura, de todas maneras, se sentía halagada y orgullosa por el interés que despertaba su cuerpo a su hermano. Y le encantaba sentir las manos de su hermano toqueteando su cuerpo, especialmente sus grandes tetas.

- Me encanta tocarte las tetas, Laura. -

- Ya veo, hermano, pero ten cuidado. Mamá podría sorprendernos. Estoy viendo que no voy a poder convercerte que no deberíamos hacer estas cosas. Estás empeñado en meterme mano, hermano. -

- Venga, hermana, enséñame las tetas. -

- Pero, Marc, que mamá está en el comedor. Podría pillarnos. Mira, hermano, esta noche cuando estemos todos acostados, vengo a tu dormitorio y dejo que me metas mano todo lo que te apetezca, vale, hermano. -

- Y me chupas la polla. -

- Vale, hermano, y te chupo la polla. Te aprovechas de mi porque soy una chica frágil y sumisa. Eres un aprovechado, hermano. Eres un fresco.

De pronto, unos pasos llamaron la atención de los hermanos. Su madre se acercaba a la habitación.

- Hijos, voy a visitar a la vecina de enfrente, de acuerdo. La vecina me va a enseñar el video de sus pasadas vacaciones de verano

- De acuerdo, mamá. -

Cuando la ausencia de su madre era una realidad, los dos hermanos se miraron con picardía. A Laura le hacía gracia coquetear con su hermano y no evitaba provocar y confundir a su hermano.

- Bueno, hermana, te vas a desnudar o qué. Déjame verte desnuda, Laura. -

- Eres un fresco, hermano. Ah, sabes, hermano, la hija de la vecina de mamá, Blondie. Pues resulta que un día me confesó que tú le gustabas, hermano. Me dijo que le parecías un chico muy guapo y simpático. -

- De veras, Laura. Bueno, hermana, ahora que mamá está fuera me dejarás verte desnuda. -

- Pero, hermano, mamá puede volver en cualquier momento. Además ya te he dicho que tenemos que dejar estas cosas. -

Marc no atendía las quejas de su hermana, y descarado se dispuso a desabrochar los botones de su blusa, liberando pronto las turgentes tetas de su hermana, y acto seguido las magreó con desenfado. Aposentada sobre el sofá, Laura, comprobaba que su hermano no cedía en su empeño de completar su desnudez, y prosiguió quitándole sus tejanos. Laura, en realidad, halagada y seducida por las muestras de cariño de su hermano, se resignaba y no puso ningún impedimento a los deseos de su hermano de desnudarla. Después de desnudar a su hermana, Marc la miró con complacencia.

- Hermana, estás buenísima. No me cansaré nunca de decírtelo. -

- Eres un loco, hermano. Ahora podría volver mamá y nos pillaría en fraganti. Y ya me dirás qué le podríamos decir en estas circustancias. Yo, aquí, completamente desnuda en el sofa mientras mi propio hermano me magrea el cuerpo. -

- Es que, hermana, te veo desnuda y al saber que eres mi propia hermana, me pone cantidad de cachondo y excitado. Me alucina verte desnuda, hermana, y no digamos nada de la posibilidad de follarte, hermana. -

- Eres incorregible, hermano. -

- Estoy obsesionado, hermana. -

- No sé, hermano, yo intento lamentar que hayamos follado y hecho todas esas guarradas, quiero pensar que dos hermanos no pueden follar porque es pecado e incesto, pero si quieres que sea sincera y honesta, hermano, estoy muy contenta de que me hayas follado, hermano. Sentir tu polla, hermano, dentro de mi coño fue un momento mágico y maravilloso. Me sentía la mejor hermana del mundo, bien follada por su hermano. No sé, hermano, creo que quizás no sea capaz de prescindir de que me folles de vez en cuando, Marc. Pero, claro, habría que andar con cuidado de que papá y mamá no nos sorprendan. Me moriría de vergüenza, hermano, si papá o mamá nos pillara follando. -

- Eres un encanto, hermana. Me encanta follarte. -

Laura se encontraba tumbada a lo largo del mullido sofá, sonriente y graciosa, mirando a su hermano con cariño, con una sonrisa clara y limpia, totalmente desnuda, y sumisa entregada a cualquier deseo o vicio de su hermano. Su hermoso culo sobresalía con esplendor y su hermano pronto se dedicó a sobarlo y apretar sus cálidas nalgas. Metió sus manos entre sus muslos y buscó sus labios vaginales con descaro. Laura sonrió a su hermano.

- Como mamá vuelva del piso de la vecina, no tenemos escapatoria, hermano. Pero, me encanta estar así, completamente desnuda, para ti, hermano. Es muy agradable, sabes. Me siento muy fresca. Sabes, hermano, alguna vez he fantaseado con la posibilidad de estar desnuda ante numerosos chicos, que me tocan y me acarician todo el cuerpo. -

- Bueno, hermana, si quieres te presento a algunos de mis amigos. -

- Lo que pasa, hermano es que no sé si a la hora de la verdad me atrevería a comportarme como una fresca ante tus amigos. Para ti sí que soy capaz de desmelenarme y perder el control, pero no sé ante tus amigos. Lo que pasa es que tus amigos, si supieran que te follas a tu hermana, pensarían que yo soy una guarra y una puta. -

- Bueno, hermana, y te molestaría que pensaran que fueras una puta. -

- Bueno, hermano, acaso no te molestaría que tus amigos pensaran de tu hermana que fuera una puta. -
- Bueno, hermana, no sé, me excita pensar de que mi hermana sea una puta. -

- Ay, pero que dices, Marc. Es un disparate. Yo soy una chica decente.

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