Relato: Un colectivo para dos

Hola a todos! Les dejo mi primer posteo en esta comunidad y mi primer relato.

Espero les guste, por favor comenten y dejen puntos si les gusto!

Aqui va:

La primavera es una hermosa epoca del año. Amanece más temprano, el clima mejora, entre otros tantos beneficios.

Pero estarán de acuerdo conmigo que esta época trae un beneficio adicional y es que nuestras hormonas se inquietan y no dejan de sugerirnos ideas de sexo cada hora. Algo que seguramente usted querido lector recordara con gusto, sobre todo en la época del secundario.

Esta mañana en particular yo me dirija a mi trabajo como de costumbre en uno de los tantos colectivos que cruzan la ciudad de Buenos Aires. Me encontraba totalmente perdido en mis pensamientos cuando la vi subir al querido "bondi".

Ella subió, y después de pagar su boleto apuro el paso hasta llegar al fondo del bus, muy cerca de donde yo estaba sentado. Apenas dos filas más adelante. Como todos los asientos estaban ocupados no tuvo más remedio que viajar parada. Fue una pena para ella, pero una gran fortuna para mi; ya que tuve la oportunidad de admirarla.

Tenia una cabellera pelirroja larga hasta los hombros y con unos bucles muy bien definidos. Su color era totalmente natural. Si hay algo que confieso me encantan de las pelirrojas son esas hermosas pecas que hacen juego con el pelo.

Media alrededor de 1,65 m, su figura era esbelta, se notaba que se cuidaba y hacia ejercicio pero sin matarse en el gimnasio. Los rangos de su cara eran finos, muy delicados. Y sus ojos eran de un color miel.

Debería tener unos 24 años, tenia varios un libro de Marketing en su mano, por lo que supuse que era una estudiante universitaria.

En un momento dado, deje de mirar de prestar atención a lo que pasaba alrededor mio en el colectivo. Y me concentre solo en ella, me imagine a nosotros solos sin nadie más.

En mi imaginación, comencé a acercarme a ella y le abrace por detrás rodeando sus caderas con mis manos, mientras mi nariz recorría cada centímetro de cuello de forma ascendente hasta llegar a su oreja. Llenan dome de su perfume, un perfume frutal de cítricos.

Ella respondía girando su cara hacia mi besándome en los labios, esos labios carmesí besaban con fuerza, con pasión.

Mis manos continuaban su recorrido por su cuerpo, acariciando su estomago subiendo poco a poco, hasta llegar a sus senos. Esos pechos eran redondos, bien firmes no eran muy grandes pero tampoco muy pequeños. Cabían completamente en mis manos. Comencé a acariciarlos recorriendo toda su curvatura con mis dedos. Luego mis pulgares comenzaron a danzar alrededor de sus aureolas esto le provoco una excitación inmediata a esta estudiante sus pezones se endurecían al mismo tiempo que comenzaba a gemir.

Sus gemidos eran suaves, y los hacia en un volumen muy bajo, directamente a mi oído. Si bien no había nadie más alrededor nuestro ella solo quería que yo los escuchara. Mis caricias estaban surtiendo su efecto, ella las disfrutaba y a mi me daba mucho placer ver los gestos de su cara mientras yo continuaba con mis caricias.

Decidí liberar una mis manos, para recorrer su cuerpo hacia abajo, siguiendo la linea de sus caderas hacia su pubis. Note con una agradable sorpresa que mi idea de que era pelirroja natural estaban totalmente acertadas. Una mota de pelo, la cual se hundía bajo la palma de mis manos, era lo que me separaba de mi objetivo.

Cuando llego a sus labios, los acaricio con mi mano abierta, para luego separarlos con mi dedo mayor, mientras mis dedos indice y medio se apoyaban sobre ellos.
Mis dedos se movían lentamente, de arriba hacia abajo, notando como en cada pasada se humedecían más y más...

Una frenada de golpe hizo que me moviera violentamente adelante, trayéndome de una manera muy brusca a la realidad. Volví a encontrarme rodeado en el mismo colectivo rodeado de la misma gente.
Los insultos del colectivero hacia el taxista que lo había encerrado terminaron de matar mi fantasía. Esa fantasía que se estaba volviendo cada vez más real.

Mire hacia donde estaba la estudiante, mi amada imaginaria, pero su lugar estaba ocupado por otra persona. Seguramente se había bajado varias paradas atrás.

Yo me baje, a las pocas cuadras. Si bien nunca logramos estar juntos en la realidad, el aroma cítrico de su perfume, me acompaño durante todo el día.



Si les gusto pasen por mi blog: http://hombrediscreto.blogspot.com.ar/ donde ire subiendo más relatos.

Se despide,
Un Hombre Discreto

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