La esposa del doctor Jorge.

Salomé es una mujer de 35 años, de muy buenas medidas, por la profesión de su marido siempre está en el gimnasio o en esos lugares de estética, así que se conserva como una vedete, tetas grandes y paradas, culo muy trabajado, piernas que le daría envidia a cualquier jovencita de 20 años, además tiene un rostro hermoso, de ojos celestes, labios carnosos, una nariz recta y pequeña, su pelo es negro azabache, y lo tiene largo y lacio, en fin, una mujer que seguro es el motivo de la paja de todos los adolescentes que la conocen. Su esposo Jorge, es médico, un buen hombre, honrado y atento, siempre dispuesto a ayudar a las personas, 15 años mayor que ella, se casaron cuando él tenía 32 y Salomé estaba en su primer año de medicina, carrera que nunca terminó. Por la buena vida que su condición económica le proporcionaba, Salomé era arrogante, despectiva, discriminadora, sin ningún sentido de humanidad, amabilidad o gentileza en su trato.
Ya con varios años de carrera y una cuenta bancaria bastante suculenta Jorge decidió que debía devolverle a la vida lo que a él tanto le dió, ya que venía de una familia humilde y se graduó en la universidad con mucho esfuerzo de sus padres, los que ya no estaban en este mundo, así que pidió licencia en su trabajo, encargó su consultorio y pacientes a un medico amigo y decidió ir a un pueblo del interior a ayudar a los niños más humildes, decisión que a Salomé no le gustó tanto, pero que podía hacer, sino aceptar la decisión del doctor ya que él es el que le daba tantas comodidades y ella nunca había trabajado o ganado si quiera una moneda para vivir.
Así que en menos de dos meses ya estaban instalados en un pueblo del noreste de país, allí él empezó a revisar a niños y jóvenes primero y luego a adultos también ya que no había si quiera un puesto de salud en el lugar, Salomé se instaló un gimnasio en su nueva casa, salía a hacer compras, miraba con desprecio a la gente, trataba mal a los lugareños, contrató a una cocinera y a un jardinero, a los que día a día los presionaba juzgándolos por su condición de pobreza y su color de piel, se regocijaba diciendo que en este pueblucho estarían todos muertos si no fuera por su esposo y cosas así.
Pasaron los meses y la gente comentaba, muchos estaban cansados, hasta que un día sucedió que un muchacho de unos 15 años que venía corriendo la cruzo y empujó accidentalmente, haciéndola caer en un charco, lo que provocó la burla de todos los presentes, el adolescentes pidiéndole disculpas quiso ayudarla a levantarse y cuando estuvo de pie, la enfadada mujer le respondió con una cachetada, provocando un silencio incomodo entre los presente, gritando que eran unos irrespetuosos y pobres diablos, que se arrepentirían por semejante atropello.
Muchos comentaban y maldecían a la intolerante mujer, pero por otro lado, apreciaban a su marido y lo respetaban, pero este incidente llegó a oídos del hermano mayor del muchacho, Juan, quien juró que ella pagaría por lo que había hecho, entonces empezó a elaborar un plan para quitarle lo altanera, intolerante y arrogante a esa vil señora.
Conociendo que el Dr. una vez a la semana viajaba a un pueblito vecino que estaba a unos pocos kilómetros, decidieron que ese sería el día de la venganza, entonces Juan hablo con sus amigos de siempre, José, Adrian y Carlos; los cuatro estaban decididos a bajarle los humos a esa perra como le decían.
El día esperado llegó, ellos estaban cerca del lugar, cuando vieron el auto del doctor marcharse, esperaron una media hora para dirigirse a la casa, cuando estuvieron ahí, Juan tocó la puerta, obviamente los empleados domésticos estaban avisados para faltar ese día a trabajar, así que la Sra. Salomé se encontraba sola.
Golpearon la puerta y salió ella diciendo:
- ¿Ustedes que quieren aquí?
- Vinimos a enseñarle educación Señora.
con la arrogancia que la caracterizaba soltó una carcajada, luego mirando despectivamente les respondió:
- Mírense ustedes, negros de mierda, ignorantes, gentuza llena de tierra de este pueblucho ¿Que pueden enseñarme a mí?
Juan se acercó unos pasos, mirándola fijo a los ojos, ella hizo lo mismo, demostrando que no le temía, entonces uno de los acompañantes de Juan la tomó por atrás tapándole la boca con una mano y rodeando su cintura con la otra, Juan y los otros tomaron de sus extremidades y la llevaron adentro de la casa, le arrancaron toda la ropa a tirones, incluso su ropa interior, la sentaron y ataron sus manos por atrás y cada una de sus piernas a una pata de la silla. Ella calma e insolente como siempre, levantó la vista y mirándolo a Juan le dijo:
- Así que además de chusma, son simples violadores, criminales, era obvio, que ver este cuerpo los despertara, de tanta mierda de mujeres que tienen por aquí, todas gordas y dejadas, con manos y pies llenos de callos, mujeres arruinadas sin amor propio.
Juan, sonriendo habló:
- le prometo que cuando termine el día, toda esa arrogancia, esa soberbia desaparecerán de este pueblo señora.
Entonces comenzó a sacarse la ropa y mostro algo que ella no veía hacía mucho tiempo, un cuerpo joven, curtido por el sol, el viento y la arena, formas varoniles, un macho con todas las letras, y más aun cuando dejo caer su ropa interior, dejó a la vista un monumento al pene, un pedazo de carne colgando, que aun dormido, era gigante, pero eso no fue todo, los otros acompañantes que hicieron lo mismo, también mostraron unos lanzamisiles de alto calibre, que la orgullosa mujer dejó caer una baba por la comisura de los labios.
- Se ve señora que a pesar que odia a este negro, también siente admiración por lo que tiene entre las piernas.
- Es verdad, pero un burro también tiene un gran aparato, sin embargo no deja de ser un burro.
- cuando termine el día, este burro le va a dejar una marca de por vida.
Ella mirándolo desafiante, jamás bajo la vista, siempre se mantuvo jactanciosa y pedante, con la soberbia de los que siempre tienen el poder. El muchacho se acercó a ella, tomando de su gran miembro y arrimándolo a cara le indicó que lo chupara, ella cerrando sus labios con fuerza respondió:
- Esto es vomitivo.
Él llevando un cuchillo muy afilado a su garganta, la amenazó:
- Yo estoy jugado señora, es lo mismo la violación que el asesinato, asi que preferible que quede viva para poder denunciarme.
Pareció comprender la situación y con gestos de asco, introdujo ese descomunal aparato a su tan perfecta boca, de a poco ese miembro morcillozo y brillante comenzó a crecer, tanto que apenas ocupaba una parte de él. Lentamente fue cambiando sus gestos de repugnancia a gestos de deleite, su cabeza iba y venía, primero lento después acelerando de a poco, mientras los otros chicos acercaban sus miembros a su cara para que ella realizara el mismo trabajo con sus respectivos penes. La insolente dama se vio rodeada con cuatro pilares negros gruesos y largos, que en su interior le producían una excitación tal que se notó en su entrepierna, la cual empezó a humedecerse primero y luego a mojarse literalmente, el contacto de sus labios vaginales con la silla de madera dejaba notar los líquidos de su interior, y ella movía su cintura para tratar de maximizar el contacto de sus partes intimas con la cálida madera. Juan se dirigió a ella, diciéndole:
- Señora veo que esta disfrutando esta violación, si la suelto ¿promete no hacer ninguna estupidez?
- ¿Que podría hacer una dama como yo ante animales de mucha fuerza y poco cerebro como ustedes?
Juan tomo el cuchillo ante la mirada temerosa de la mujer y se dirigió a su espalda, cortando las cuerdas que la asían a la silla. Ella tomó sus muñecas como tratando de apaciguar el dolor, luego tomó una de las porongas que las rodeaba con una mano y con la otra hizo lo propio con otro aparato, tomó una tercera con la boca y comenzó a chupar y a pajearlas tres bergas a la vez y con locura, sus movimientos, no eran de una mujer que estaba siendo violada, sino los de una mujer que tomaba las riendas. Juan mientras la agarró de la cintura corriéndola hacia atrás, cosa que siempre sentada sus partes quedaban sobresaliendo hacia atrás de la silla, agachándose comenzó a chupar su concha y su ano, los cuales ya estaban completamente empapados por los jugos de la cachonda mujer. Los jadeos comenzaron a aparecer de la garganta de Salomé, mientras se atragantaba con voracidad del cañón que tenía en su boca. Juan se incorporó arrodillado detrás de la hembra empuñó su falo y lo dirigió directamente a la entrada de su ano, ella soltando la estaca que tenía clavada en la boca, giró su cabeza y ya con sumisión le suplicó:
- no por favor, nunca lo hice por ahí, me vas a matar con tu chota.
- no se olvide señora que nosotros somos burros, no entendemos de explicaciones-
- no, no, no, por favor, nooooooo - gritó con un sollozo en su garganta.
- no se preocupe mi bella dama, voy a hacerlo con delicadeza y con escrúpulo, no como usted trató a mi gente.
Entonces tomó un poco de aceite de cocina y lo unto en sus nalgas, luego comenzó a masajear las inmediaciones del ano, y metió un dedo, cosa que sacó un suspiro y un pequeño gritito de la señora Salomé, fue masajeando su interior con el dedo, ella se fue relajando, luego metió otro dedo, sacándole suspiros y quejidos de dolor, ella estaba como una estatua, quieta con sus ojos cerrados y tomando las dos chotas que antes había pajeado como si fueran pasamanos, agarrándolas con fuerza, casi estrangulando esos culebrones, mientras Juan seguía con su trabajo, colocó mas aceite en su mano para untarlo en su miembro, dirigiéndose a si victima le dijo:
- Tranquila señora, no se vaya a desmayar, va a tener en su interior la poronga de un burro, que le va a dejar un recuerdo imborrable.
Sin mas preámbulo apoyó el glande en el ano de Salomé y dió un empujón con una fuerza tal que entro por completo el glande sin compasión, acto que arranco un grito desgarrador, y las lagrimas de la mujer.
- noooooooooooooooooooooo me duele, no por favor, no mas noooooooooooo por favor, ten piedad, me parte no lo soporto, noooooooooooooo
- tranquila mamacita, relájate, ya, ya , si, si, respira, respira, respira, si, eso es, no me muevo, pero tenes que relajarte, si no va a ser peor.
Agitada y tratando de calmarse, respiró profundamente y trató de aflojar su cuerpo.
- está bien, pero hazlo despacio, te lo ruego, ya viste mis lagrimas y mis suplicas, ya conseguiste doblegarme, no me mates, despacio amor, despacio.
Ya calmada Salomé, él la tomó de la cabeza y girándola le dió un beso de lengua, al cual ella respondió con pasión, entonces Juan dió otro empujón ya más suave y comenzó el vaivén, lento pero firmemente, ella apoyando su cabeza sobre el rostro de su violador, agitada de a poco fue cambiando sus expresiones de dolor a las de placer, con jadeos nuevamente, gustosa estaba recibiendo ese gigante huésped en el interior de su recto, así este gigante visitante logró entrar por completa hasta lo más profundo de un conducto que nunca antes había sido explorado por semejante tranca. Los movimientos se hicieron mas y mas rápidos fuertes y apasionados, ella arqueaba la espalda para poder recibir a su visitante lo más cómoda posible, después de un rato decidieron llevarla sobre el piso, soltaron sus amarras, y la levantaron para que ella callera de rodillas.
Juan se tiró de espaldas sobre el piso, ordenándole a la señora que lo montara, así lo hizo, se sentó sobre su temible poronga ubicándola en la entrada de su depilada chocha, y fue bajando, su cara estaba desencajada de placer, cuando estuvo totalmente adentro, ella exclamo un siii suave y placentero, entonces comenzó la cabalgata, primero lento, luego acelerando de a poco, sintiendo ese armamento de alto calibre acariciar las paredes de su tan fina vagina. Adrian se arrodilló a sus espaldas, Juan hizo un alto y el muchacho la penetró por el ano, ella arqueó su espalda y grito, le dolía aun por la primera penetración, pero al tener dos chotas dentro de ella, de ese tamaño la excitaba de sobremanera, entonces Adrian empujó nuevamente y logró meter hasta el fondo todo ese falo brillante y deseoso de arrancar gritos de placer a la engreída señora, cuando estuvieron listos los tres, comenzaron una serie de movimientos acompasados, de entrada y salida, los otros dos muchachos se acomodaron y apuntaron sus penes a la cara de la señora, quien sin más los agarró y comenzó a pajearlos y a chuparlos alternadamente, su respiración comenzaba a sentirse agitada, y sus movimientos eran cada vez más fuertes, así se mantuvieron un rato hasta que el primer orgasmo de ella llegó con tanta fuerza y lujuria que los gritos debieron oírse a kilómetros de distancia, luego cambiaron y le tocó el turno a José y Carlos, que se acomodaron de igual manera, ella montó a Carlos y José la enculó, mientras ella tomaba con sus delicadas manos las vergas de Juan y Adrian, y las chupaba alternadamente.
Los orgasmos vinieron en mayor intensidad y más seguidos uno de otro, fueron alrededor de once o doce, y esto calentaba mas a los muchachos, José no aguantó más y comenzó a respirar y a dar bufidos de placer, y sin preámbulos se corrió dentro del culo de la presumida mujer, diciendo:
- siente usted señora que el semen de todos los humanos es igual? blanco, caliente y viscoso??? s
- Si amooooooorrr, mas siento tu leche caliente y me quemaaaaaa, siiii mas por diossss massss quiero mas pijaaaaaa .
Entonces Adrian volvió a encular a la deseosa mujer, pero un movimiento de Juan desconcertó a sus compañeros, él se levantó y se dirigió a tras de ellos y por detrás de Adrian y de Salomé hizo un intento de hacer una tercera penetración en su vagina, aun si sacar la pija de Carlos, esto la puso a mil, ella empezó a gritar y a gritar de placer.
- Vamos hijos de puta denme pija, que es lo que necesita, hagan de mi su puta, que para eso es lo unico que sirven para sementales, vamos denme mas maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas
- Si usted lo dice señora, le vamos a dar lo que pide, y con sus tres porongas adentro de Salomé comenzaron a moverse, primero con dificultad, pero luego con mas soltura.
Cuando ella exprimió todo su cuerpo de orgasmos, ellos sacaron sus tremendas morteros y de pie la rodearon, mientras ella de rodilla tomaba las chotas que podía con las manos y otra con la boca y las pajeaba y chupaba sin cesar, se sumó José que ya había recuperado de la primera acabada, así los cuatro muchachos se alistaban a bañar de ese liquido tan ansiado por la bella dama.
- Meta muchachos denme su lefa, quiero tragarla y bañarme en ella, denle a esta puta lo que merece si mis machos, larguen todo lo que tienen que aquí lo voy a aprovechar todo.
- Sus deseos son ordenes para nosotros señora.
Dicho esto, comenzaron de a uno a acabar, primero fue Juan, que largó una serie de chorros impresionante, que fué a parar en su mayoría dentro de la boca de Salomé, ella agarro y chupó y limpió todo el sobrante, luego lo siguió Adrian, que tiró su leche sobre su cara pasándole el miembro por todo el rostro embadurnando cada centímetro de su cara, luego vino Carlos, que le volcó su liquido en las tetas mientras ella terminaba de limpiar la poronga de Adrian, y por ultimo vino Juan que la acostó, abrió sus piernas y la penetro por la vagina. Salomé le dijo:
- si amor, dame duro y embarázame, que quiero parir un macho que tenga una pija así de grande. dale a esta puta un hijo, si mas mas maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas
Mientras ella gritaba, el muchacho largo todo ese liquido dentro de la excitada mujer. Luego saco su verga, se paró y se escuchó la voz de Juan:
- Disculpe usted doctor, se que es incomodo esto, pero su esposa es una bruja, y merecía esto.
Salome con sorpresa se dió vuelta y vió a su marido parado en la puerta, con lagrimas en los ojos, callado y sin decir palabras, totalmente asombrado. Ella se incorporó con rapidez y tomando su ropa para cubrir su cuerpo se dirigió a su esposo le dijo:
- Amor, me violaron, llama a la policía, estos cuatro no se van a salir con la suya, se van a podrir en la cárcel.
Juan se dirigió al Doctor, y le dio una cámara de video, diciendo aquí está todo grabado, como nos ordena que le demos, como nos insulta mientras lo hacemos, solo queríamos mostrarle a usted que no se merece una mujer como esta, es usted un buen hombre. El doctor, miró el display de la cámara y le bastó solo unos segundos para terminar de comprender, solo expreso unas palabras:
- Vete de mi vista para siempre, no quiero volver a verte, y si por algún lado de tu depravada cabeza, se pasa la idea de pedirme un solo centavo, te juro por mi vida que voy a asegurarme que este video llegue a todos nuestros amigos y conocidos, vas a tener la fama que siempre quisiste.
Ella solo se fue, al día siguiente el Doctor le dio un poco de dinero para que viajara a Buenos Aires y para que sobreviviera mientras conseguía como vivir. El Doctor Jorge se quedó a vivir en el pueblo y con su dinero construyo un hermoso hospital, compro algunos aparatos de alta tecnología y lo más importante se volvió a casar, una mujer de casi su misma edad, una buena mujer que lo amó y lo acompaño por el resto de su vida, trabajando a su lado en el hospital. De Salomé no se supo nada por un tiempo, luego apareció en varios de esos canales de chimentos tratando de hacer algo de plata, pero eso le duró muy poco. Por nuestro pueblo, nadie volvió a mencionar nada de lo que pasó por respeto al doctor Jorge, quien se gano nuestro cariño y lealtad.

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11 comentarios - La esposa del doctor Jorge.

donov +1
esta bastante bueno el relato
jawifi01 +1
BUENISIMO!!! Gracias
kramalo +1
muy bueno...!! Ché, donde la podría ubicar..? asi me la cojo gratis....jajaja!!
galocasto +1
buen relato
PretorianoSX
Gracias por pasar y por los puntos.