Me entregó la cola

Eran las 9 de la.mañana de uno de esos días que te dan ganas de pasear por alguna plaza o estar al aire libre. Y contento con el clima y ansioso por verla llegué al departamento de la ex de mi viejo, y me estaba esperando con unos mates y medialunas secas. Estás un poco decaído, me dijo después de unos mates. "Te pasa algo? Porque tenés una cara". Yo le conté que tenía problemas con mi supervisor. Que el desgraciado me tiraba el fardo de un error de él y yo no podía hacer nada. Y entonces con cara de puta me dice: "bueno, te tengo una sorprecita que te va a levantar el ánimo seguro". Se levantó y se paró bien cerca mío. Tanto que rozo sus pechos contra mi cara, tomó mi mano y la puso en su vientre y me dijo: "busca que vas a encontrar algo que te va a gustar mucho". Así que yo, ni lerdo ni perezoso, acaricié su pancita bajando hasta su conchita.
Lo primero que noté fue que no llevaba puesta ni siquiera una tanga, y después, que se había depilado. Su conchita estaba preparada para mí, pero cuando le sí las gracias por la atención y que se la iba a comer a besos me dice: "no, no es todo. Fijate un poco más". Entonces, suspirando largamente, con mi mano palpé un poco más abajo de su vestidito corto de entre casa. Mis dedos resbalaron por sus labios llamativamente húmedos hasta llegar a lo que parecía un pedazo de plástico. Y mi corazón se aceleró súbitamente. No podía creer lo que estaba pasando. Con mi otra mano rodie su pierna y me abrí paso entre sus nalgas hasta llegar a descubrir que llevaba puesto un abridor anal. Y medio tartamudeando le digo: "qqque tenés puesto"? Se aleja unos pasos haciendo sonar sus tacos en el piso, me da la espalda, para la colita, se sube el vestidito y con una sonrisa pícara me dice: "esta es mi regalito. Espero que te guste". Y quedo con la boca abierta al ver con sorpresa que efectivamente tenía puesto un consolador anal. Color azul cristal, que con su base separaba sus nalgas un poco, dejando ver su empanadita depilada.
Me quedé sin palabras, inmóvil sentado en la silla. Entonces ella caminando sensualmente llega hasta el sofá, se arrodilla en el borde y agarrándose una nalga me dice: "vení, mi colita es toda tuya".
Torpemente me levanté y llegué a su lado. Acaricié su colita preciosa y se la comí a besos. Mi lengua empezó a jugar con su vulva y automáticamente mi mami empezó a gemir suavemente. Con cuidado le fui moviendo el consolador hasta que lo saqué totalmente. Su agujero estaba bien dilatado, mostrando su interior rosa intenso. Ella dio un quejido y le pregunté si todo.estaba bien y me contestó que no me preocupe. Jugué a penetrarla con el consolador por unos minutos, mientras besaba sus piernas suaves. Y mientras pensaba: al fin su culito es mío. Tantos años de adorarlo con mis pajas cuando la espiaba tomando sol, o cuando mi vieja, sin mucho cuidado, andaba en tanga cola less limpiando o haciendo cosas de la casa. Ahora esa colita redondita y con la celulitis justa es mía.
Este pensamiento me calentó mucho y en medio de mis besos me fui bajando el pantalón. Mi verga estaba mas que lista para entrarle, y encima mi mami me dice: "tomé todas las precauciones para que sea una penetración limpia, así que si querés usar la lengua...". Para que. Me fui directo a chuparle bien el culo. Y era verdad. Hasta se había puesto lubricante saborizado. Mi lengua se deslizaba fácilmente por su agujerito dilatado dándole placer a mi mamá y llenándome de lujuria a mí. Y después de unos besos negros bien apasionados me puse de pie y con la cabeza de mi verga babeante frote, con movimientos firmes y susves, su conchita y su culito. Le di una nalgada y le dije: "bueno ma. Estás lista? Mira que entro". Y me respondió enseguida: "dale, ponémela, que la quiero sentir adentro". Y se acomodó recostándose apoyando las tetas y la cara en el almohadón del asiento dejando sus cola.bien abierta para la penetración. Era mi primera penetración anal y no sabía que hacer. No sabía que se siente. Apoyé la punta en su agujero y con muy poca presión mi verga entró por esa cueva suave y cálida. Un poco mas de lubricante y la segunda adentro hasta los huevitos. Cuando la penetración fue completa y mis huevos golpeaban suavemente su conchita húmeda, la agarré de las nalgas y le dije: "no puedo creer este momento. Estoy dándote por el culo ma. Esto ni lo soñé y ahora estamos culeando. Gracias, es el.mejor regalo que me pudiste hacer". Sus ojos brillosos en su mirada de reojo y su sonrisa me decían que la estaba pasando bien.
Y el frenesí no tardó en llegar. Mis movimientos eran lentos y delicados. Pero pronto la lujuria hizo efecto. Pero nos faltaban cogidas juntos, y la pija se me salía dos por tres. Y mi mami, que no dejaba de sorprenderme, me dice: "Lu, quedate quieto que yo me encargo". Me pare bien firme y ella con gran pericia me la agarró y se la ensartó en el culo. Con movimientos perfectos recorría todo el largo de mi verga, dándome muchísimo placer. Sus nalgas chocaban contra mis piernas haciendo este sonido tan particular que solo se escucha cuando alguien esta cojiendo. Yo estaba en la gloria. Me parecía estar viviendo una película porno. Mi vieja estaba echa una puta. Y la verdad, nunca una mina me había hecho vivir algo así.
Sus gemidos entrecortados por el choque de nuestros cuerpos indicaba el ritmo de la culeada. Yo acariciaba sus piernas y su espalda y de vez en cuando una palmadita suave. Pero los años no vienen solos. Bastante bien se la banca con sus 47 pirulos. Y me dice: "me duelen un poco las rodillas. Cambiemos de pose. Sentate vos que voy arriba tuyo".
Se la saqué de adentro y me senté. Ella se arrodilló, me agarró la verga con determinación y me dio una buena mamada, algunas arcaditas por la garganta profunda y besos y lamidas bien calientes. Al terminar me dice: "no solo vos estás pasándola bien. Me encanta verte gozar y disfrutar con mi cuerpo". Se sacó el vestidito y me dio la espalda, marcha atrás buscó mi verga y con delicadeza se sentó sobre mí penetrándose por el culito. Nos acomodamos un poco y ella subió sus piernas quedando como haciendo sapito sobre el futón, pero de espaldas. Yo la guiaba en los movimientos sosteniéndola con mis manos en su cintura. En un momento de frenesí la sostuve así mientras con rapidez le bombeaba el culito. Ella se recostó hacia atrás apoyando sus brazos en mis hombros mientras yo seguía con mis movimientos de penetración frenética. En esa pose sus tetazas sobraban para los costados rebotando al ritmo de mis arremetidas. Y en medio de mi descarga de energía ella me dice: "Lu, mira quien está enfrente". Y yo quedé helado. Dejé de moverme. Con vergüenza mire por al lado de ella y solo estaba el espejo. Pero encontré su sonrisa cómplice y me tranquilicé. Y me dice: "mira que linda foto. Mira esta escena. Tanto tiempo sin tomar la decisión y ahora lo estamos viviendo. Me encanta cojer con vos. Es lo mejor que me paso en le vida. Siento que tengo 20 años menos". Y mientras decía esto, yo miraba sus tetazas colgando, sus piernas abiertas, su conchita mostrando un poco de su interior rosa por la presión que mi verga ejerce desde atrás y su carita de mina feliz.
Se recostó sobre mí y mientras yo seguía bombenado se masturbaba el clítoris con los dedos. Yo acerqué una mano y poco a poco ella me guió a meter dos dedos en su vagina. Su conchita estaba ardiendo y súper lubricada. Con la palma de mi mano hacía presión sobre su clítoris mientras que sentía con mis dedos la penetración anal. Mi excitación era tal que salió el primer chorro de esperma adentro del culito de mi vieja. Yo sentía... No se, es inexplicable. (Cuando comes cosas con picante como el jalapeño, o pimienta Blanca, el esperma sale picante también). Me aferre con fuerza a su conchita y a uno de sus pechos. El segundo chorro fue largo y enseguida vinieron los gemidos graves, machos, del orgasmo masculino. Y mi mamá me dice: "hay! Siento como estás acabando adentro mío. Dale, llename el culito de leche! Dale Lu". Y entre gemidos y palabras sucias mi orgasmos terminaba. En ese preciso momento mi mamá empezó a gemir con fuerza. Conchita empezó a tener espasmos y yo podía sentir como su ano se contraía a la par de sus movimientos orgásmicos. Sus gemidos de placer llenaron la casa. Yo la veía por el espejo y me deleitaba al saber que estaba pasándola mas que bien.
Terminó y quedamos tirados en el sofá hasta el mediodía. Desnudos, satisfechos, queriendo que no pase mas el tiempo.

2 comentarios - Me entregó la cola

Elmacho25x9cm
Muy bueno pero tambien hago el pedido Fotos?