Seis por ocho (109): Las mujeres mandan




Post anterior
Post siguiente
Compendio I


¡Loco obsesivo! ¡No lo pienses más! ¡Date cuenta que te amo y vuelve a la cama conmigo! Tan lindo para escribir de mí. Tan inseguro para no saber cuánto te amo. Me río cuando me llamas tu tierno ruiseñor, cuando tú has sido el mío. ¡Hace tu trabajo y despreocúpate! Las mujeres somos fuertes y mandamos…
He decidido dejarlo. Marisol se dio cuenta que este fin de semana he estado obsesionado. Ella sabe que quiero terminar los relatos y aunque ella quiere que continúe, respeta mi decisión.
Siempre que escribo esta bitácora, dejo el titulo escrito para el próximo capítulo, para no perder la continuidad. Imagino que Marisol aprovechó que dejé el portátil encendido para escribir sus pensamientos, lo guardó, lo apagó y empezamos a hacer el amor, para que definitivamente me despreocupara.
Probablemente, pensó que hablaría de lo que hizo ella y “mis cuernos forzados”, ya que ni ella ni yo queríamos en el fondo que lo hiciera, al leer las últimas líneas de la entrega anterior, pero se olvidó lo que habíamos descubierto de Fiona… ella por los labios de Kevin y yo, de primera fuente.
Tenía pensado llamar esta entrega “El secreto de mis vecinos”, pero claramente, Marisol tenía otro título pensado.
Ella sabe que todavía me asusta dejarla con Kevin y probablemente, también debe sospechar que fantaseo (más preciso, tengo pesadillas con) que ella y Diana tendrán un trío con él, aprovechando que estoy fuera de casa, pero a pesar de todo y como dice ella, “las mujeres mandan”.
No estoy diciendo que me fue fiel y que cuando regresé, todos mis temores habían sido imaginarios. Pero afortunadamente, la realidad fue muchísimo más dulce que lo que esperaba.
Cuando regresé a la casa, estaba vacía. Eran alrededor de las 10 de la mañana. Se veía bien ordenada y limpia. Fui minucioso al revisarla. Después de todo, tenía la certeza que me estaban poniendo los cuernos y me esperaba que la cama estuviera cubierta de semen, al igual que nuestro baño y la cocina y por supuesto, ropa interior esparcida por toda la casa.
Pero nada de eso se veía por los alrededores…
Al poco rato, sonó el timbre de la puerta.
“Marco, you’re back!” me dijo Fiona, dándome un efusivo abrazo.
(¡Marco, volviste!)
“Hi!... How have you been?” Le pregunté, sin preocuparme de sus pechos masivos enterrándose en mi estomago.
(¡Hola! ¿Cómo has estado?)
“Great! I’ve been cooking a lot and everything is turning out delish…” me informó.
(¡Muy bien! He estado cocinando un montón y todo está saliendo delicioso…)
“Good! Have you seen my wife?” le pregunté mi mayor inquietud.
(¡Qué bueno! ¿Has visto a mi esposa?)
“Not really… maybe she’s in class…” me respondió.
(Realmente, no… tal vez, esté en clases…)
“But is she all right?” le pregunté, desesperado.
(Pero ¿Ella está bien?)
Ella me dio una gran sonrisa.
“Geez! Relax!… you just got back here and start thinking that someone murdered or kidnapped your wife… ” me dijo, en un tono de burla. “Yes, she is fine. Kevin came to check her up every night, like you said and found nothing wrong.”
(¡Cielos! ¡Relájate!… recién regresaste y empiezas a pensar que alguien mató o secuestró a tu esposa… Si, ella está bien. Kevin vino a revisarla cada noche, como tú dijiste y no encontró nada mal.)
Eso me aliviaba algo, pero no me calmaba del todo.
“And how are you? How are things between you and Kevin?” le pregunté, todavía alterado.
“Why are you asking me that? Things between us are fine… better than ever…” me respondió, bien relajada.
(¿Por qué me preguntas eso? Las cosas entre nosotros están bien… mejor que nunca…)
“But how is the sex? Did you have sex this week?” le pregunté, desesperado.
(Pero ¿Cómo está el sexo? ¿Tuvieron sexo en la semana?)
Ella se enrojeció al escuchar mi pregunta.
“What’s wrong with you? Why are you asking me that? It’s… none of your bussiness… right?” me preguntó, algo intrigada.
(¿Qué es lo que te pasa? ¿Por qué me preguntas eso? No es… asunto tuyo, ¿Cierto?)
Entonces, me di cuenta.
“You’re right! I’m sorry! It’s not!” le respondí, tratando de excusarme.
(¡Tienes razón! ¡Lo siento! ¡No es mi asunto!)
Ella suspiró.
“All right!... I guess you deserve to know it, since I told you we heard you. Yes, I did have sex… twice a night, actually…” me respondió.
(¡Está bien!... supongo que mereces saberlo, desde que te conté que te escuchábamos. Si, tuvimos sexo… de hecho, 2 veces por noche…)
Fue un alivio. Si Fiona se había acostado con Kevin, probablemente, no lo había hecho con Marisol…
Pero luego pensé que Kevin podría haber visitado a Marisol apenas regresara del trabajo y ahí haberse acostado con ella. Luego podría tener tiempo para recuperarse y hacerlo con Fiona. Al menos, así lo habría hecho yo.
“Why are you asking me that? Why are you so interested about my sex life?... wait a minute… Maybe you’re responsible for that!...” Exclamó Fiona, muy enojada.
(¿Por qué me estás preguntando eso? ¿Por qué estás tan interesado sobre mi vida sexual?... espera un minuto… ¡Tal vez tú seas responsable de eso!...)
“Responsible about what?” le pregunté.
“Responsible about…” iba a decirmelo, pero se arrepintió. “… about Kevin’s weird behavior…”
(Responsable del… comportamiento raro de Kevin…)
“What weird behavior?” le pregunté, asustado como un gato.
A ella le avergonzó.
“I’m not crazy! I’m not going to tell you!” me respondió, enojada.
(¡No estoy loca! ¡No voy a decírtelo!)
“Come on! Tell me!” le dije, tomándola de los brazos.
(¡Vamos! ¡Dímelo!)
Ella se resistió, pero fue obediente.
“All right!... but you have to promise me… you won´t tell a soul…” me dijo, mirándome muy seria y muy roja.
(¡Está bien!... pero debes prometerme… no se lo dirás a nadie…)
“I promise…” le dije, comprometiéndome.
A ella le costaba decirlo, viéndome a los ojos...
“Kevin… has been trying… to stick fingers in my butt…” me reveló, roja de vergüenza.
(Kevin… ha estado… tratando de meterme dedos en el trasero…)
Yo respiré aliviado.
“Oh! That!” le respondí, suspirando.
“Yes, THAT!” me dijo, muy enfadada. “Why do I have the feeling you knew about… THAT?”
(¡Si, ESO!... ¿Por qué tengo el presentimiento que sabías de…ESO?)
“Yes, I know! I’m sorry! So sorry!” me disculpé.
Le pedí que se sentara y empecé a explicarle sobre cómo Kevin llegó a esa idea…
“You’re telling me… my husband… is getting bored… about having sex with me?” me dijo, con ojos flameantes.
(¿Me estás diciendo… que mi esposo… se está aburriendo… de tener sexo conmigo?)
“No!... I mean… he said you have a cute ass… and well… he wanted to give you an Anal…” traté de defenderme.
(¡No!... digo… él dijo que tenías un trasero bonito… y bueno… él quería darte un anal…)
“Liar! He wasn´t giving me any exam!” me dijo ella, con unos ojos que me hacían creer que caminaría la plancha.
(¡Mentiroso! ¡Él no me estaba haciendo un examen!)
No sabía si reírme o asustarme… era una respuesta muy rara.
“Have you ever seen porn?” le pregunté, pensando la única explicación lógica que quedaba.
(¿Has visto alguna vez pornografía?)
Ella se enrojeció de furia.
“No! It’s disgusting!” me respondió, con intenciones de lanzarme cuchillos.
(¡No! ¡Es asqueroso!)
Yo estaba sorprendido… en esta época, una mujer como Fiona y ¿Sin ver pornografía?
Parafraseando a Holmes. “Cuando lo imposible queda eliminado, lo improbable, por ridículo que parezca, debe ser la verdad.”
“Well… you have a nice ass… and he asked me how to do it… so… I showed him…” le respondí.
(Bueno… tienes un bonito trasero… y él me preguntó cómo hacerlo… así que… se lo mostré…)
“And you showed him?... wait a minute… I was supposed to feel good about it?” me preguntó, muy confundida.
(¿Y tú se lo mostraste?... espera un minuto… ¿Se suponía que debía sentirme bien haciendo eso?)
“Well… maybe… it’s just… hard for me to explain it to you if you haven’t seen porn…” Le expliqué.
(Bueno… tal vez… es sólo… difícil para mí explicártelo, si nunca has visto pornografía…)
“Show me!” me dijo, como si fuera a matarme.
Y bueno, instalé el portátil en la cocina, lo encendí y le mostré una página que creo que todos conocemos bastante bien… (P!), ya que en mi vasta colección de pornografía, prefiero los pechos a los anales.
No fue difícil encontrar algo y ella lo encontró atroz…
“I’m not going to let him do that to me!” me advirtió. “I mean… it’s my ass… and well… no way I’m going to let him do that to me…”
(¡No voy a dejarle que me haga eso!... es decir… es mi trasero… y bueno… no le voy a dejar que me haga eso…)
“Well… I think you should…” le sugerí.
(Bueno… yo creo que deberías…)
“What? Are you stupid? Have you seen his penus? It’s…” me empezó a decir, pero le tomé las manos.
(¿Qué? ¿Eres estúpido? ¿Has visto su pene? Es de este…)
No necesitaba saberlo. Mucho menos ahora, de primera fuente y sin haber conversado antes con Marisol.
“At the beginning, it isn´t like that. Your asshole is too tiny and tight to put it all. That’s why you start with fingers, to start making room for the penus…” le expliqué.
(Al principio, no es así. Tu trasero es tan pequeño y apretado para meterla entera. Es por eso que empiezas con dedos, para hacer espacio para el pene.)
“How do you know these things?” me preguntó, sorprendida.
Era una pregunta tonta, que ni siquiera se merece traducirla. Solamente, le mostré el ordenador...
“Does your wife knows you watch that?” me preguntó, asombrada.
(¿Tu esposa sabe que ves eso?)
“Of course! We watch it together!... Really, Fiona, you’re not pulling my leg by saying you never saw porn before?” le pregunté, ya que me empezaba a preocupar.
(¡Por supuesto! ¡Lo vemos juntos!... En serio, Fiona, ¿No estás bromeando al decirme que nunca viste pornografía antes?)
“No, I’m not joking. I was raised in a catholic family and they always told me that watching that was sin.” me respondió.
(No, no bromeo. Fui criada en una familia católica y siempre me dijeron que ver eso era pecado)
Supongo que aún quedan en el mundo católicos de los buenos…
“Well, it´s just a shame. By the way you look, I thought you knew that…” le confesé.
(Bueno, es una lástima. Por la manera que te ves, pensé que lo sabías…)
“”The way I look”? Are you saying I look like a prostitute, a harlot?” me preguntó, enojada.
(¿”La forma que me veo”? ¿Estás diciendo que parezco prostituta, una ramera?)
Por su vocabulario, me empezaba a convencer su versión…
“No, not at all! But look at these girls!” le ordené, sorprendido por su “inocencia” (?)
(¡No, para nada! ¡Pero mira a estas chicas!)
“No way, pervert!” me dijo, cubriéndose la cara.
“All right!... but what I mean is… well… these girls tend to look a lot like you…” le expliqué.
(¡Está bien!... Pero a lo que me refiero es… bueno… estas chicas tienden a parecerse a ti…)
“No, they don’t!” Me respondió, sin despegarse la mano de la cara.
“Actually, they do… What did you do before meeting Kevin? How did you end up looking like that?” le pregunté, empezando a creer que me había caído en un episodio de la “dimensión desconocida”.
(De hecho, se parecen… ¿Qué hacías antes de conocer a Kevin? ¿Cómo terminaste viéndote así?)
“Like what?” me preguntó, cubriéndose con la manga.
“Like a hot cheerleader…” le respondí.
“How did you know?... Ah!... Come on!... Close that stupid thing…” me ordenó, al bajar la guardia y ver la pantalla.
Me contó que había sido capitana del equipo de porristas para un grupo de jóvenes cristianos. Kevin había sido uno de ellos y la historia de siempre: se enamoraron y se casaron…
Pero claramente, sólo Fiona seguía manteniendo sus votos religiosos…
“So… you never been with another man?” le pregunté.
(Así que… ¿Nunca has estado con otro hombre?)
“Of course not! What kind of question is that?” me respondió.
(¡Por supuesto que no! ¿Qué clase de pregunta es esa?)
“So… you don’t have feelings for me? ...better yet… you can’t have feelings for me, right?” le pregunté, apoyandome en sus creencias.
(Así que… ¿No tienes sentimientos por mí?... mejor aun… No puedes tener sentimientos por mi, ¿Cierto?)
Ella se avergonzó.
“Well… I do have feelings for you… but I don’t think it’s on the same carnal way you’re looking for…” me confesó.
(Bueno… siento algo por ti… pero no creo que sea de la misma manera carnal que estás buscando…)
Aun me costaba procesarlo. Podía estar diciendo la verdad y que todo lo que pasó antes fue una confusión y que Marisol y yo nos equivocábamos. O bien, podía estar mintiendo y tratar de conseguir algo más de nuestra relación de vecinos…
Por lo menos, agradecía que aunque se enojaba, no me transportaba a un maizal infinito, en otra dimensión…
Como fuera, ella tenía todas las cartas…
“Ok!... I’m going to believe that you’re telling me the truth… and well, you’re a weird girl who has been living under a rock…” le dije, tomando una decisión.
(¡Está bien!... Voy a creer que me dices la verdad… y bueno, que eres una chica extraña que está viviendo bajo una piedra…)
“No, I´m not!” me respondió, en negación.
“Well… this is going to be a lot harder for you to understand… and I’m really going to feel miserable if you are telling the truth… but… Kevin is cheating on you…” le dije, esperando cualquier reacción.
(Bueno… esto va a ser mucho más difícil de entender… y me voy a sentir muy mal si estás diciendo la verdad… pero… Kevin te está engañando…)
“What?” exclamó ella, de una manera convincente para creer que no mentía.
“Well, yeah… and the reason I asked those things earlier was that I thought he was having something with my wife too…” le expliqué.
(Pues, si… y la razón por la que te pregunté esas cosas antes fue porque pensé que tenía algo con mi esposa también…)
“Why? Why would he do that to me?” me preguntó, llorando a mares.
(¿Por qué? ¿Por qué me haría eso?)
“I don’t know!... maybe is the way you are…” le dije.
(¡No lo sé!... quizás es por la forma que eres…)
“What?” preguntó ella y se puso a llorar más.
Tras verla llorar desconsolada por una hora, me di cuenta que no me mentía. Ella ama a Kevin. Es su novio de la secundaria y blablablá, aunque no sé si él se la merezca.
“Look!... not everything is lost… there’s still a silver lining…” le dije, tratando de animarla.
(¡Mira!... no todo esta perdido… aun hay una esperanza…)
Pero ella estaba demasiado enfadada para entender la verdad.
“What?... my husband doesn’t love me… and gets bored having sex with me…” me respondió, enojada y llorando.
(¿Qué?... mi esposo no me ama… y se aburre de tener sexo conmigo…)
“But that’s the thing: he is, still, your husband, he is still having sex with you and wants to try these things with you. Also, like I said earlier, you look as appealing as those girls.” Le expliqué.
(Pero eso es la cosa: él, todavía, es tu esposo, él todavía tiene sexo contigo y desea probar esas cosas contigo. Además, como te dije antes, te ves tan atractiva como ellas…)
“So what? I let him put fingers in my butt?” me preguntó, sollozando.
(Entonces ¿Qué? ¿Le dejo ponerle dedos en mi trasero?)
“Well… yeah! Would you prefer that he did it with another girl?” le respondí, mirandola a los ojos.
(¡Pues… si!... ¿Preferirías que se lo hiciera a otra mujer?)
“No… but I don’t like it…” me dijo, taimada como una niña.
(No… pero no me gusta…)
Le tomé la cara y la miré con dulzura.
“Like I said before, this is just like cooking: it’s not about what you like. It’s about what the person you love likes.” Le aclaré.
(Como te dije antes, esto es como cocinar: no se trata de lo que te gusta. Se trata de lo que le gusta a la persona que amas.)
Al decirle eso, se calmó.
“So… if I learn those things… he will love me again?” me preguntó.
(Entonces… si aprendo esas cosas… ¿Me amara de nuevo?)
“I don’t think he stopped loving you… I was afraid he was going to try those things with my wife…” le respondí, expresando mi preocupación.
(No creo que haya parado de amarte… tenía miedo de que él fuera a intentar esas cosas con mi esposa…)
“What?” me preguntó, enfadada otra vez.
“Well, the first time we met… we started talking and I told him what I did with my wife… I was surprised, after seeing you, that he told me he had a lover in the city… basically, I told him what I have told you about cooking… that you enjoy doing it more with the person you love… but I had no idea what kind of sex you had…” le respondí, con honestidad y nerviosismo.
(Bueno, la primera vez que nos conocimos… empezamos a hablar y le dije lo que hacía con mi esposa… estaba sorprendido, después de verte, que él me dijera que tenía una novia en la ciudad… básicamente, le conté lo que te he dicho sobre cocinar… que lo disfrutas más con la persona que amas… pero no tenía idea qué tipo de sexo tenían…)
“So… this is all your fault!... We used to have sex, to have babies and start a family…” me dijo ella, como si fueran tiempos gloriosos.
(Asi que… ¡Esto es tu culpa!... antes, teníamos sexo para tener bebes y empezar una familia…)
“I know, but that’s another thing: from what he said, you’re pushing too much…” le expliqué.
(Lo sé, pero eso es otra cosa: de lo que dijo, creo que estás presionándolo demasiado… )
“What?” exclamó nuevamente.
“Well, sex is to let go your work stress and you know, have a good time with someone else… it’s not always about having babies… and besides, if you’re thinking about having babies, you have to be kind and loving with the other… that’s the difference between sex and making love…” le expliqué.
(Bueno, el sexo es para dejar ir tu stress laboral y tú sabes, divertirte con alguien más… no es siempre de hacer bebes… y además, si piensas en tener bebes, debes ser considerado y amoroso con el otro… esa es la diferencia entre el sexo y hacer el amor…)
“It’s easy for you to say it! You’re having one already!” me dijo, enfadada y celosa.
(¡Es fácil para ti decirlo! ¡Ya van a tener uno!)
“Actually, we’re having 2… but we never planned it… it just happened…” le aclaré.
(De hecho, tendremos 2… pero nunca lo planeamos… solo sucedió…)
“How?” me preguntó.
Y le conté de nuestra relación con Marisol… desde el principio hasta nuestro compromiso, pero omitiendo las partes que podrían alterarla (en otras palabras, mis otros 4 amores…).
Le llamó la atención que a Marisol le gustara tener relaciones al aire libre, al igual que cuando le conté que Marisol sospechaba que había sido violada, cuando en realidad, su embarazo se debió al descuido mío del preservativo y al olvido de ella de la pastilla anticonceptiva. Había sido un embarazo improbable, ya que fue la primera vez que nos descuidamos, pero fue el primer paso para que nos termináramos casando.
“So… you had sex… before getting married?” me preguntó.
(Así que… tuvieron relaciones… ¿Antes de casarse?)
Fiona es salida de una capsula del tiempo, de al menos, 20 años…
“The point is that you can learn these things now. Believe me, if he was me and you were my wife, I would have some twisted thoughts desires about you…” le dije, sonriendo.
(El punto es que puedes aprender esas cosas ahora. Créeme, si él fuera yo y tú fueras mi esposa, tendría algunos deseos bastante perversos sobre ti…)
“So… you can teach me!” me dijo y otra vez, ese frio en mi espalda…
“¡No, I’m not! You’re not my wife and it’s not really my problem…” le respondí, luchando como Edipo contra sus jodidas estrellas…
(¡No, no lo hare! No eres mi esposa y realmente, no es mi problema…)
“Well… you know about these things… and you can teach me, just like cooking…” me argumentó.
(Bueno… tú sabes de estas cosas… y puedes enseñarme, al igual que la cocina)
“Why don’t you ask Kevin to teach you?” le pregunté, partiendo por la solución más lógica.
(¿Por qué no le preguntas a Kevin que te enseñe?)
“Well… because Kevin´s penis is…” y me mostró su tamaño, con mucha vergüenza.
Yo tragué saliva…
Tenía razón. Si le hacía un anal con eso, no podría sentarse por días…
“But there’s the internet and things you can practice on your own…” le respondí, tratando de zafarme de ese nuevo lio de faldas.
(Pero está la internet y cosas que puedes practicar por ti misma…)
“Yes, but I still find it gross… plus, you have already done it with your wife…” me insistió.
(Si, pero aun lo encuentro asqueroso… además, lo has hecho con tu esposa…)
Suspiré. Al menos, quedaba una esperanza para esquivar esa nueva bala loca…
“All right! I’ll teach you, as long as we don’t have sex with each other…” me rendí.
(¡Está bien! Te enseñaré, mientras no tengamos sexo tú y yo…)
Debería haberme expresado mejor… haber cerrado todas las clausulas posibles… porque sigo pensando que pude haber esquivado esa bala.
“No, we won’t! I promise!” me dijo ella, prometiendo con la mano.
Y en realidad, cumpliría esa promesa… porque acabaríamos haciendo el amor… para que quedara embarazada.


Post siguiente

0 comentarios - Seis por ocho (109): Las mujeres mandan