Me culie a mi ex novia en un hotel de Colombia

El relato que le comparto mediante este posts, es una experiencia que me sucedió hace poco en el pequeño pueblo donde vivo y trabajo.

Por cuestiones de la vida, se me presentó la oportunidad de reencontrarme con mi ex-novia, una mujer con un rostro hermoso, labios anchos, piel blanca, cabello rizado, senos pequeños, nalgas medianas y una distribución corporal muy buena, de estatura no muy alta. Toda esta descripción física, contrasta con la mía; un moreno con rasgos indígenas y con la suerte de tener una ex novia linda.

Ella llego después de un viaje largo de 12 horas por tierra al pueblo donde nos quedamos de encontrar. Yo no sabía cómo reaccionar, ni siquiera estaba seguro porque la invité si entre otras cosas no sentía que la amaba. De todas maneras ya había sucedido, ella estaba conmigo y al estar frente a frente conmigo, la recibí con un abrazo afectuoso que en el fondo no lo era tan afectuoso. De parte de ella sucedió igual. La invité a caminar un poco por el pueblo y conversamos sobre temas varios excepto de amor.

Pasado unos minutos, no fue difícil hacerme invitar al hotel donde ella se estaba hospedando. Y desde ese momento, se me vinieron los pensamientos más perversos con ella. Para mi fortuna, el encierro del cuarto creo una disposición especial para mis oscuros propósitos. No aguante y puse mis labios a buscar los suyos, como agua bendita cada beso que ella me regalaba. Por su parte mis manos hacían su habitual recorrido sobre el cuerpo de ella. Tanto tiempo sin tocarla y en ese momento estaba sucediendo, estaba pasando. Cada beso que me daba, llegaba hasta lo más profundo de mi instinto, el instinto aceleraba el pulso, en consecuencia, mi verga sufría una tensión descomunal.

Así pasaron algunos minutos y comenzó lo bueno. Primero la blusa y una chupada de pezón. Mi boca en total descontrol siguió un recorrido que va desde sus tetas, hasta el botón de sus jeans, desabrocho el botón para deshacerme lentamente de su ropa inferior. Wao para mi sorpresa me encuentro con una tanguita roja que hacia hinchar aún más mi glande colmado de sangre. Con delicada voz me pregunta: ¿te gusta mi tanga? A lo que contesto con voz de depravado: me fascina pero quiero chuparte la concha.

Así que con la aprobación de ella, me dedico a acariciarle las tetas y a chuparle toda la vulva. Como un animal gimiendo ella comenzó a retorcerse en la cama de aquel viejo hotel. Mi lengua no podía dejar de recorrer su vagina de un lado al otro, de arriba abajo en toda dirección, bajo figuras geométricas variadas. Que intenso momento estaba sucediendo y eso que solo estaba chupándosela y con la tanguita ligeramente corrida, ¿cómo sería el momento que reservábamos con celo para posteridad? Pensaba yo hacía mis adentros.

Hijue-puta no puedo más, la puse en cuatro y ante la majestuosidad del paisaje, sin piedad alguna la penetro lentamente. Siento una vagina ardiente que abriga con su calor todo mi miembro. Ella puesta como una perra me la como con todo el morbo posible. Sus espaldas, su cabello, su color de piel, su voz, hacen parte de todo ese mágico momento. Sin perder impulsos la tumbo sobre la cama abro sus piernas de par, desplegada como una rosa sigo gozando de su sexo, de sus senos, de su cintura, de sus gemidos y de verla en esa posición de guerra. No puedo más y me vengo sobre su cuerpo derramando en cantidades chorros de líquido seminal.

Para este posts se los dejo hasta aquí la historia pero después narraré lo que vino después, que también es fuego puro. Incluye, sexo anal, facial, doble penetración. También les contaré mis experiencias de infidelidad. Jeje.

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