profe de guitarra en villa del rosario

Resulta que una de las clases de guitarra que por cierto eran en mi casa, yo preferí pasar la tarde platicando pues no andaba con ganas de aprender nada pues estaba molesta al haberme peleado con mi novio esa mañana. Le conté el problema y él como siempre me entendió y me dio un par de consejos por lo que yo lo abracé cariñosamente dándole las gracias.

Al sentir su cuerpo contra el mio, tuve una extraña sensación, como un cosquilleo por todo el cuerpo, al sentir sus manos en mi espalda, era muy extraño, algo que ni con mi novio sentía. Cuando nos separamos, lo miré a los ojos y queriendo sin querer le robé un beso. Él me preguntó que qué fue eso, le respondí que me había dejado llevar por que lo quería mucho. Me volvió a atraer hacía él diciéndome:

- Pero yo te quiero más - y nos besamos apasionadamente varios minutos. Me perdí con esos besos y solo deseaba que siguiera por que me encontraba muy caliente, delicadamente bajó sus manos por mi espalda y comenzó a acariciarme las nalgas por encima de mi falda y después levantándola tocando mi piel.

Acá es preciso aclarar que hasta entonces lo máximo que había hecho con mis novios era besarnos y dejar que me tocaran los pechos. Vale decir que en cuestión de sexo sabia algo de teoría pero no la práctica, era virgen. Entonces las caricias que me daba èl... eran superiores a cualquier experiencia que hubiera tenido, eran deliciosas y yo las disfrutaba mucho.

Delicadamente me echó en el sofá y mientras me besaba el cuello, me desabrochaba la blusa y apretaba mis pechos. El sujetador que llevaba ese día era de los que se abrían por delante así que junto con la blusa me lo desabrochó dejando mis senos a su disposición. Los besó, lamió y mordió como loco, dejando mis pezones muy duros y erguidos. Pasó su lengua por mi ombligo mientras metía sus manos debajo de mi falda quitándome violentamente la tanga y con sus dedos comenzó a jugar con mi co.ñito ya muy mojado a causa de la excitación.

Pese a que la sensación era súper deliciosa, le pedí entre jadeos que parara, el juego se me había salido de control y no quería llegar más lejos, pues temía de las consecuencias. Él obviamente no paró y mi resistencia se vio vencida cuando puso mis piernas flexionadas a la altura de sus hombros y me lamió el co.ño como solo él sabe hacerlo. Sentí como si un rayo me partiera en dos dejando su energía desde mis pies hasta mi cabeza, arqueé la espalda, cerré los ojos y solté un gemido fortísimo. Tomé con mis manos su cabeza y la acomodé entre mis piernas para que siguiera con su labor haciéndome sentir con cada pasada de lengua ese placer indescriptible del orgasmo. Me tuvo así por más de 15 minutos.

4 comentarios - profe de guitarra en villa del rosario

Guaisy
Muy excitante!!! 👍