El se quedo callado

Él se quedó callado sin palabras, un poco pensativo, a los pocos segundos reacciono, y me dijo con mucha dulzura:
-no importa estate tranquilo Héctor, yo te enseñare todo- mirándome tiernamente mientras me acariciaba la mejilla y me besaba en los labios.
Mientras nos besábamos le fui desabrochando el pantalón y le saque la polla ya dura, me lleve una grata sorpresa ya que en reposo no parecía gran cosa, pero ahora me parecía la mejor que había visto, mientras con la otra mano le acariciaba todo el cuerpo, su cara suave, ese pecho sin un solo pelo, los brazos musculados.
Le solté los pantalones y le baje el pantalón hasta las rodillas y empecé a bajar dándole besitos por todo el pecho deteniéndome especialmente en esos pezones oscuros pequeñitos, los chupaba les daba mordiscos. Seguí bajando deteniéndome otra vez en el ombligo hundiendo mi lengua en él.
El parece que tenía prisa y empujo mi cabeza y la puso frente a su polla, entonces yo abrí la boca, cogí ese falo erecto y duro y sin pensarlo lo empecé a chupar dando pequeños lengüetazos como si fuera un helado en la cabeza descapullada, le daba pequeños mordisquitos en el frenillo.
Después de un buen rato así decidí dejarle completamente desnudo con su miembro completamente duro un tamaño normal 17 cm pero gordo venoso con la piel de color tostado como el con un poco de pelo alrededor pero muy poco y bien recortado.
Tras un largo rato chupando la cabeza con ansia rato en el que no dejaba de gemir y susurrar cosas que no podía entender decidí tragarme entero ese regalo de la naturaleza, ya tenía el típico liquidillo pre seminal que su pene había empezado a emanar cuando yo comencé mis juegos.
Se la mamaba a gran velocidad tenía la cabeza en mi boca y con una mano le hacía una paja mientras que con la otra acariciaba ese pecho que tanto me gustaba.
El tenia las mano en mi cabeza guiándome la velocidad y de vez en cuando me la metía hasta el fondo y me tenía un rato con la polla metida hasta el fondo, cosa que hacía que me excitase muchísimo.
-hummm… que bien la chupas no parece que seas nuevo en esto- me dijo
Baje mi cabeza y comencé a chuparle esa zona que tanto nos gusta a casi todos donde se juntan los huevos con el culo y subía mientras fijaba mi mirada en su cara de placer, en esos ojos que me comían con la mirada. Hasta que llegue a la punta y volví a engullir ese miembro entero.
-Para para por favor o terminare corriéndome y todavía no has probado nada-
Entonces se levantó y me cogió y en volandas me llevo hasta su dormitorio que tenía una cama inmensa donde me tiro y me desnudo. Empezó a chuparme los huevos a mucha velocidad y haciendo circulitos como si fuese un masaje.
Yo le acariciaba la cabeza con esos rizos encantadores que tenía mientras tanto él ya había comenzado a chuparme el falo durísimo después la comida de huevos y de tenerlo simplemente delante que ya era una cosa que me ponía… cardiaco.
Con un dedo empezó a hurgarme la entrada de mi ano haciendo círculos alrededor del anillo de entrada y poco a poco introduciendo el dedo. Claro yo le había confesado mi virginidad y como tal tenía que actuar, trataba de ser una gran maestro y lo parecía, yo trataba de aprender todo lo que podía de él.
-Relájate y disfruta que con migo no te va a pasar nada, no te haré daño lo prometo si te lo hago paramos- y subió y empezamos entrelazar nuestras lenguas.
Mientras mi esfínter dejó que su dedo comenzase a entrar, después empezaron a entrar uno tras otro hasta alcanzar los tres, momento en que él pensó que estaba preparado saco de la mesita un preservativo y lo abrió.
-Déjame pro favor- le pedí- quiero ponértelo.-
Y aparto sus manos dejando caer el condón sobre su estómago, lo cogí y le coloque la punta y después lo empecé a bajar muy lentamente y apretando con mis manos. Después me puse de rodillas sobre la cama pase una rodilla a la otra parte de su cuerpo y me senté sobre su pene mientras lo besaba y el con su mano llevaba la punta a la entrada de mi ano. Empujaba lentamente para no hacerme daño mientras me acariciaba la cara y nuestras lenguas estaban en la boca del otro, hasta que llegado un momento en el que mi excitación no podía ser mayor decidí que ya era el momento de que entrara entera, me eché hacia atrás y entró de una estacada, me notaba lleno era una sensación nueva para mí pero si muy excitante, coloco sus manos sobre mis caderas y me dijo -tranquilo-
Alguna lagrima salía de mis ojos y el la secaba con su mano.
Hasta que finalmente el dolor paso y comencé a cabalgar.
Cuando yo subía el me empujaba para que bajara y a la vez movía sus caderas muy rápido tras un buen rato en esta situación decidimos cambiarnos de postura, él se sentó al borde de la cama y yo me senté encima de él frente al espejo del armario.
Mucho rato después yo ya estaba agotado y el también asique comenzó a hacerme una paja mientras yo cabalgaba hasta que me corrí sobre su mano y entonces empezó a gemir y supuse que se iba a correr así que decidí quitarle el condón y chupar ese falo hasta que se corrió dentro de mi boca, en un gran orgasmo den.
Después de más de media hora de sexo nos duchamos juntos, el me jabonaba a mí con mucha delicadeza sobretodo mi ano, yo le jabonaba a él y después de la ducha nos fuimos a la cama nos abrazamos yo a su cintura y puse mi cabeza sobre su pecho y el me abrazo por detrás de los hombros.
A la mañana siguiente cuando me desperté seguimos en la misma posición con la empalmada matutina que se veía debajo de las sabanas q nos cubrían de cintura para abajo y a mí no se me ocurrió mejor forma de despertarle que meter mi mano bajo la sabana y agarrar ese duro miembro caliente y palpitante dispuesto para ser comido. Comencé a masturbarlo mientras besaba a ese ejemplar de macho y acto seguido comencé a bajar con mis besos acercándome a su miembro hasta que me encontraba frente a él, comencé a lamer la punta mirando a la cara. Seguí con mi mamada empezando a engullir el miembro entero encontraba alguna dificultad porque aunque no era muy grande si era algo gordo sobretodo la cabeza y rozaba con mi garganta y después de la mamada de la noche anterior la tenía un poco irritada.
Empecé entonces un rápido y a la vez suave movimiento de cabeza que haria correrse a cualquiera, pero él hay seguía casi sin inmutarse no se oía ni un gemido. Entonces me dije esto no puede quedar así y mientras continuaba con mis movimientos de cabeza comencé a masajear la zona que rozaba con mi lengua a pasar la punta de mi lengua justo por el pliegue en el que termina la cabeza y empieza la piel interna del prepucio. Fue entonces cuando note que el miembro comenzaba a papitar y empezaba a escupir leche calentita por mi garganta, no deje escapar ni una gota pese a que la cantidad era bastante considerable, entonces los suspiros y los gemidos empezaron a aflorar en mi hombre, me empezó a acariciar la cabeza y me dijo:
-A sido una de las mejores mamadas que me han hecho en la vida, esto si es un buen despertar- yo sonreí y con algo de leche en la boca lo bese y nuestras salivas se juntaron y su leche entro en su boca. Nos separamos y le mire a los ojos.
-Me acostado mucho mantenerme hasta el final sin hacer un solo ruido pero estaba despierto incluso antes que tu- yo empecé a acariciar su pecho.
-Me encantas- fue lo único que pude decirle
-lo que te encanta es mi leche- me dijo, yo me empecé a reír, el también rio y me volvió a besar.
-a mí también me ha gustado sobre todo cuando se ha juntado con tu saliva- y después de decirme esto se levantó y marcho.
Me quede tumbado en la cama pensando en todo lo que había pasado sus palabras su forma de tratarme esa ternura con la que me poseía, al rato apareció con una bandeja con comida y empezamos a desayunar. Se ducho y se marchó me dijo que me hiciera lo que quisiera me dejaba en su casa él tenía que ir a trabajar.
Como poco tenía que hacer en ese momento ya que mis padres estaban de vacaciones y me habían dejado solo decidí ir a mi casa y poner mi ropa del día antes del gimnasio a lavar y prepararme una nueva bolsa para volver a verle en su trabajo.
Coloque todo lo necesario en la mochila y me dirigí al gimnasio a la entrada me acerque a la recepción y le pedí a la encargada un horario con las actividades y cuando me lo entrego busque en la tabla la actividad que el coordinaba, era estretching, asique me dirigí a los vestuarios, me prepare la ropa y me fui a clase al llegar no estaba, en la sala nos encontrábamos unos viejos un grupo de marujas yo y mi verdadero personal trainer, quien me ponía las tablas de ejercicios y me hacia el seguimiento me lleve una decepción al verlo ya que pensé que mi German no iba a estar pero me confundí, al rato apareció el con sus mayas ajustadas esa camisa de tirantes.
Cuando me vio no supo reaccionar su cara era un poema una mezcla entre ¡¿pero qué haces aquí?! Y ¡que sorpresa!, la clase empezó sin más dilación llevábamos ya un rato de clase aproximadamente 15 minutos y nuestras miradas no hacían más que cruzarse asique yo que soy un poco comediante monte la típica escena de televisión en la que me da un tirón para que el concentrase toda su atención en mí y que el otro entrenador terminase la clase por el pero no cuando él se disponía a venir a ayudarme su compañero le detuvo y vino donde mí.
-¿qué te pasa?-
-no nada ha debido de ser un tirón, ya estoy mejor gracias-
-venga ya ¿me tomas por tonto?-
No supe que responder agache la cabeza y me quede callado, entonces el me cojio por debajo de los hombros y me levanto le dijo a German que me llevaba para darme una pomada y me saco de la sala.
-venga ya puedes dejar de hacer la comedia-
-¿perdona?- le dije
-no hay nada que perdonar- me respondió dejándome planchado –ahora vamos al vestuario-
Y empujándome del hombro comencé a caminar hacia el vestuario. Cuando llegamos él se dirigió a su mochila, saco una toalla y se empezó a desvestir.
-vamos que no tengo todo el día ¿a qué esperas?- me dijo esperando a que yo también me empezara a desvestir, me dio miedo y me desvestí lo más rápido que pude, me largue a una cabina y cerré la puerta.
Al momento se abrió y el entro al entrar no pude hacer otra cosa que recorrer su cuerpo con mi mirada, el hombre no era nada del otro mundo era mayo que German, más bajo que yo pero con un cuerpo muy trabajado también en el gimnasio al llegar a su miembro me lleve una sorpresa estaba flácido y marcaba unas dimensiones que prometían mucho.
Entonces él se acercó y comenzó a comerme el morro yo no quería besarlo asique mantuve mi boca cerrada, su reacción fue darme un gran bofetón que sonó en todo el vestuario. Con una mano empezó a sobarme el culo y a hacerme un “masaje” por llamarlo de alguna manera en la entrada de mi ano. Con la otra mano empezó a zarandear su miembro.
-relájate o te dolerá más de lo que te va a doler, yo no me ando con tonterías, se lo que le has hecho a mi compañero y yo quiero algo mas-
Me puso una mano en la cabeza y me empezó a empujar para abajo.
-no déjame- le decía yo mientras intentaba apartarme de sus garras pero él no me dejaba.
Dado que era por la mañana el gimnasio estaba casi vacío y él lo sabía por lo que no se preocupó y se empezó a reír.
-puedes llorar todo lo que quieras- en mis ojos ya se veían algunas lágrimas por la brusquedad con la que me estaba tratando- nadie te oirá asique también puedes gritar-
Y tras decir esto la puerta se abrió de golpe y allí estaba German me miro tendido en el suelo con lágrimas en los ojos cerro el puño y le propino un fuerte puñetazo a su compañero en toda la cara, lo que provocó que se agachara y empezó a sangrar por la nariz. German se acercó a mí me levanto me beso y me llevo a otra cabina sin pronunciar una palabra.
El me lavó a mi cada rincón de mi cuerpo besándome para tranquilizarme y también se limpió su cuerpo porque aunque en anteriores ocasiones yo le había limpiado no fui capaz por la impotencia que sentía tras lo ocurrido. Cuando nos fuimos a vestir su compañero ya se había marchado y solo estábamos nosotros en los vestuarios. Nos vestimos y nos fuimos.
-¿Qué te apetece?- me pregunto
-nada lo siento no tengo cuerpo, me voy a mi casa-
-ok pero podrías venirte a mi casa yo te cuidare y te daré algo para que te relajes y puedas descansar- me puso una carita que me dio pena asique le dije vale.
Nos dirigimos a su casa y me trato como nunca antes me habían tratado me acomodo me su cama me dio una pastilla con una tila y se tumbó a mi lado abrazándome lo que me tranquilizo.
Al despertarme eran las cuatro de la tarde y él no estaba me levante y estaba sentado viendo la televisión.
-te estaba esperando, vamos a comer tendrás hambre-
-humm… que bien huele-
-espero que te guste-
Comimos y estuvimos toda la tarde hablando de temas triviales el no intento nada y yo no tenía ganas tampoco.
Creo que fue uno de los mejores momento que pase con el ese día ya que a partir de aquí comenzó todo a ir en declive, cada vez lo notaba más tenso conmigo y no me volvió a invitar más a su casa.
Un día decidí tomar yo la iniciativa y fui a su casa, gran decepción ya que no había nadie así que me fui pero mi gran decepción llego cuando lo vi abrazado, calles más abajo, a una mujer rubia y al lado suyo correteaba una niña pequeña.
En ese momento me di cuenta de todo, las de la foto que había en la entrada no eran su hermana y su sobrina, como él me había dicho.
Tenía una sensación más de decepción que de otra cosa, nosotros no éramos nada, solo dos que un día se conocieron y tuvieron sexo, pero me sentía a gusto con él.
Quizás para el sí habría sido solo sexo y yo quería pensar que para mí también, peo en el fondo, el hecho de verlo con una mujer me había dolido, más que nada porque no me lo había contado y yo había montado en mi cabeza una película, que en ese momento me di cuenta que se había terminado.
Pase frente a él pero no se dio cuanta, ese mismo día fui al gimnasio y me di de baja, no quería volver a encontrármelo.

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