Las cosas de la vida

Siempre quise hacer un trio con mi mujer. Ella se resistió siempre y consideraba que era un anormal. El tiempo hace que cambien las cosas. Poco a poco me pido que me vistiera de mujer y cuando al fin tenía una imagen realmente femenina, me dijo, así quiero que hagamos un trio.
Fuimos a un lugar bailable y ella estaba vestida espectacular. Su cuerpo era un imán para todos los tipos del sitio.
Hablo con varios hasta que dio con uno mientras yo esperaba ansiosamente. Al fin pesco uno y me lo presento.
Lo llevamos a nuestro departamento y el joven era cordial y atento, aunque de carita muy extraña.
Cuando pidió ir al baño, mi mujer casi susurrando me dijo, está todo bien, pero tú, vístete de mujer por favor, cosa que ya bien acostumbrado hice.
Lo esperamos en nuestra cama y llego el joven en pelotas y con un cuerpo bien metrosexual que me hacía sentir un boludo a secas.
Mi mujer acaricio sus hombres, su musculatura mientras empezó a desvestirse. Yo le ayude a bajar la tanga y debo confesar que me sentía un poco mal aunque debo admitir también que esto sucedía a pedido mío.
Me acompleje mucho cuando mi mujer sola bajo a chuparle la pija el pibe, yo siempre debía pedirle por favor. Y mucho más cuando vi que del cajo saco la vaselina y le pido que la ensartara por el culo y a mí que intentara ponérsela por la concha.
No habíamos hecho mucho pero ella estaba bien enganchada, así que el joven sobre ella de atrás le hacia el culo mientras yo intentaba por mi cuenta ponérsela en la argolla como pudiera.
Así la cosa se hizo un remolino de besos y abrazos. De pronto en el vaivén vi el rostro de mi mujer frente al mío, mientras sentí que me bajaban la tanga y comenzaban a hurguetearme el culo. No dije nada porque me comió ella la boca con un beso y cuando estaba en lo mejor, algo, inexplicable y nuevo entro por mi culo, placer, dolor y estremecimiento.
Su cara aun fija sobre la mía tenía una sonrisa cruel.
Había logrado mi primer trio con mi esposa

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