La Ascensorista

Esto me pasó hace unos años. Yo era soltero y trabajaba en un edificio de oficinas en el décimo piso. El edificio tenía dos ascensores grandes. Un día llego a trabajar, espero que baje alguno de ellos, llega, se abren las puertas, y al entrar veo una chica que me saluda, respondí el saludo y me llamó la atención que no bajaba, de pronto me dice “a que piso vas”, “al décimo” respondí y me quedé mirándola, ella me sonríe y me comenta que era su primer día de trabajo como ascensorista.

Me sorprendí, le desee suerte y seguí mirándola. Era bajita, morocha, ojos marrones, pelo largo, muy buen cuerpo. A medida que pasaban los días fuimos entrando en confianza, me contó que estaba sola, que el trabajo era aburrido pero que no le venía mal la plata, ella sabía que yo trabajaba en una oficina con mi jefe que estaba pronto a asociarse y que la mayoría del tiempo yo estaba solo.

Así la amistad surgió. En una oportunidad mi jefe se fue de vacaciones y yo esperaba su regreso para poder irme. Fui como todos los días al trabajo y a media mañana salgo para hacer unos trámites. Al volver tomo el ascensor que ella manejaba, subo yo solo, de repente ella se me acerca y me pide que la abrace, me dice que le gusto desde que me vio, cuando me quiero dar cuenta nos estábamos besando sin parar. Al llegar al piso ella traba el ascensor y me empieza a desabrochar el pantalón, yo la quiero parar pero ella insiste, me decía “bajátelo un poco”, me di cuenta que me estaba excitando pero al mismo tiempo sabía que era una locura, cuando me quise acordar ella se arrodilló tomó mi pija y la empezó a lamer, jugó con su boca unos minutos, se para de golpe y me dijo “esto fue el principio”, me fui a mi oficina totalmente desorientado. Después de eso ninguno de los dos dijo nada.

Dos días después, al mediodía, tocan a la puerta de la oficina y era ella. La saludo y me dijo que era la hora de su almuerzo y “que quería comerse lo que había probado antes”, ni lo pensé, entró a la oficina, la empecé a besar y aproveché un tipo sillón sin respaldo y largo que había para usarlo de cama. Le fui sacando la ropa mientras me sacaba la mía, nos abrazamos y empecé a besarle sus hermosos pechos, jugaba con ellos y eso le gustaba, ella me empezó a lamer la pija suavemente y la mete en su boca, cuando termina la acuesto en el sillón, pongo sus piernas a los lados y me dedico a su conchita, levanto un poco las piernas y juego también con su cola, mi lengua iba y venía, la besaba, seguí así hasta que acabó, como el sillón era un poco angosto ella se arrodilla y me dice “así me podés cojer?”, si le dije, y sino invento como, me paro atrás de ella y la penetro despacio, comenzamos a movernos, yo me sentía en la gloria y ella entre gemidos pidiendo más, cuando la agarro de los pechos y le beso el cuello siento que me dice “no te olvides de la cola”, paré y le dije “si está en la menú ya te la sirvo”, empiezo a jugar con un dedo y mi lengua y la penetro, de nuevo sus gemidos empezaron y los dos ya nos movíamos con más fuerza hasta que exploté. Fue un encuentro inesperado, muy loco y perfecto que se repitió varias veces y que de vez en cuando me gustaría revivirlo, en carne y hueso obvio 🙂.

0 comentarios - La Ascensorista