Fernando y Gisela. Segunda parte.

El lector es lo mas importante que tiene quien escribe. Por él esto sucede, se materializa y vive. Sin los lectores ,esto , jamas pasaria.

Les dejo aqui el primero de varios relatos de esta nueva serie. (les recomiendo leerlo antes de leer este.)

http://www.poringa.net/posts/relatos/2471614/Fernando-y-Gisela-Segunda-serie-de-relatos.html

Fernando y Gisela. Segunda parte.

Espero sus comentarios para saber si les gusta y continuar con el posteo.
Si es fantasia o realidad, eso, lo deciden Uds.....

Después de nuestra primera experiencia, pasamos un par de semanas teniendo un fabuloso sexo cargado de recuerdos. La calentura aun nos duraba y nos comía la cabeza. Yo aun tenía el video que había grabado de manera casi clandestina a escondidas de Gisela y Alejandro.

En mi había quedado la sensación luego de ver como Alejandro acomodo su pija entre los labios de su conchita y luego en su culo, que Gisela tenía ganas de mucho más, y que no se animaba a pedirlo así que un jueves luego de cenar ya en la cama jugueteando de nuevo, le digo

-Y si te digo que podes ver todo lo que pasó?

La cara de Gisela se transformo. No sabía si matarme a puteadas o pedirme que ya ponga el DVD. Obviamente paso lo segundo. A los pocos minutos de estar viendo el video, uno masturbaba al otro, hasta que llego “esa escena”, podía ver en detalle como subía y bajaba esa pija por entre los labios de mi mujer, como rozaba su clítoris y también como se acomodaba en su cola; empezó a gemir mucho más fuerte y al oído le dije

-Te parece repetir el encuentro… y te parece mañana?

Obtuve por respuesta solo un sí, y un orgasmo que dejo por varios minutos a Gisela recuperándose, y jugando con mi semen que había dado contra su pubis.

Al otro día arregle con Alejandro su visita y sin problemas combinamos para las 21hs sin cambiar regla alguna del anterior encuentro, solo se limitaría a recibir sexo oral o dar sexo oral como máximo.

Gisela nuevamente se preparo a destajo, retoco cada cm de su cuerpo enfundándose en un vestido a media pierna con un hermoso escote y suelto debajo. Para las 20.45 teníamos todo listo y ella hecha una diosa, nos besamos durante unos minutos subiéndonos la temperatura y aproveche para susurrarle.

-Me parece que vos tenías muchas ganas que el otro día en vez de juguetear te la hubiese hecho sentir no?

Su cara de pudor y culpa combinada con la excitación me dio la razón, pero el sonar del timbre desactivo cualquier excusa, “anda vos” le dije y fue ella quien lo recibió esta vez.

Abrió la puerta y al cerrarla, le estampo un beso profundo que lo sorprendió por completo a él. Su respuesta no se hizo esperar, comenzaron a comerse mutuamente, sus cuerpos pegados frotándose uno con el otro denotaban la mutua excitación, Alejandro tomaba su cintura con una mano mientras que con la otra recorría su espalda y sus cabellos, para luego bajar y morir en el nacimiento de su cola empujándola contra si apretando su pubis con el de ella.

El pantalón de vestir delato el estado de él y se apreciaba todo el largo de aquel instrumento, mi esposa bajo su mano y se encontró con esa dureza, lo toco levemente primero y luego apretó fuerte contra la pierna de él. Bajo el cierre del pantalón lo saco para poder acariciarlo mejor. Su mano subía y bajaba la piel de ese glande, mientras Alejandro corrió el escote para comenzar a comer los pechos de Gisela arrancándole los primeros gemidos.

Lo miro fijo a los ojos, mientras seguía con su movimiento, volteo buscándome y al verme se encontró conmigo en la puerta del recibidor con mi pija en la mano disfrutando de la escena, acto seguido se arrodillo frente a él comiéndose con desesperación cada centímetro posible de aquella verga. Solo apartaba los ojos de esa herramienta para ver su cara de satisfacción, el seguía acariciando sus pechos jugando con sus pezones, apretándolos bruscamente. Mientras que con su boca y su mano derecha recorría ese grueso falo que no podía rodear con sus dedos, con su mano libre busco su vagina y comenzó a frotarse por encima de su transparente y blanca tanga, poco tardo en correrla ya toda mojada para poder acariciar su clítoris y amasar toda la gordura de sus labios inflamados.

-Asi putita, chupala asi… extrañabas esta verga no? Asi cometela mamita…

Una afirmación desde la garganta ahogada le daba pie a seguir descontrolando a Alejandro.

-Te querías chupar esta pija? Te calienta mi pija no? Asi trolita asi cómemela toda..

Sus fosas nasales abiertas de sobremanera consumiendo oxigeno como agua, hacían notar su excitación. Se incorporo y se fundieron nuevamente en un beso, ella lo tomo de su pene y apoyando una de sus rodillas en los bancos de cemento del recibidor le dio la espalda apoyándose contra la pared mientras que acomodaba la pija de Alejandro, entre los labios de su vagina, nuevamente haciéndolo recorrer , frotar y desear esa hermosa y caliente cueva. Puso su mano debajo y cerro el contacto que hacia esa pija. El se movia, entendiendo el juego, sin penetrarla y gozando de esa hermosa paja, mientras besaba su cuello y como podía mordía sus pechos que ya sus breteles bajos dejaban al aire.

Podía observar la escena a centímetros mi esposa gozaba sin parar “así papito, así, haceme sentir esa pija hermosa” “así putita, así hermosa así movete así que me vas a hacer reventar”, se lo decían uno al otro, se besaban se jadeaban rítmicamente.

El glande pegaba contra el clítoris y la mano de mi mujer lo atrapaba contra ese hinchado botón y lo frotaba como si un genio fuese a salir de ahí. La pija de Alejandro brillaba de los jugos de mi mujer y se hinchaba a reventar, sus movimientos se hacían mas rápidos, también el respirar de Gisela. Ella lo presintió, lo sintió venir. Dejo fija su mano para que el haga el movimiento, lo apretaba firme contra ella.

- Queres la lechita mi amor?
- Sí dámela, mójame toda, báñame toda.

Empujo fuerte sacando la cabeza por sobre la mano de ella, y al retirarse para dar la estocada final y así acabar en su mano, Gisela apretó su mano contra su pubis cerrando el espacio que quedaba, haciendo que apenas en el primer empujón de él, su glande ingrese empezando a soltar sus chorros de semen uno tras el otro.

Al sentir que la penetro quedo dentro de ella y empujo aun mas fuerte tomándola por las caderas haciéndole sentir su pubis contra sus nalgas, solo pudiendo ver sus testículos como sobresalían por debajo, bufando, apretando sus glúteos en señal clara de su descarga, mientras mi esposa con restos de su sabor y de semen de él en su mano se la limpiaba con su boca sintiendo el sabor de su macho.
No pude hacer más que acabar al ver a mi mujer siendo penetrada por otro hombre, siendo gozada por otra pija. A menos de medio metro de distancia moje apenas su pierna sabiéndome solo un mero espectador de lujo del momento.

Al terminar de acabar, ambos se besaron, rieron complicemente sabiéndose del deseo mutuo que se tenían. Aun dentro de ella Alejandro le dijo

-Me hiciste ensuciarme todo…

Esbozo una sonrisa y saliendo de ella se corrió dándole el lugar para que comience a limpiarlo. Gisela se arrodillo una vez más frente a él y mirándolo a los ojos con un par de lamidas a todo el largo y grueso sacándole hasta la última gota de semen y de sus flujos, se levanto diciéndole, “listo, ahí estas todo limpito”, dándole paso en su camino hacia el baño.

Volteo y me vio a mí. Me beso, lleve mis manos hasta su sexo, introduje un par de dedos sintiendo su humedad y calentura.

-Te lleno toda...

Se sonrojo como cayendo en conciencia de lo sucedido, dejo salir un “sí” nervioso mientras apretaba mi pija que recobraba fuerzas. Al sentirla húmeda cayo en cuenta de mi brutal acabada sobre su pierna y el piso.

-Me parece que te gusto a vos también o no…

Nos reímos cómplices. Sabiendo que la noche recién comenzaba.
Al volver Alejandro nos fuimos derecho hacia la habitación. Mi mujer había pasado también por el baño y eso hizo que Alejandro al verla en ropa interior dedicada a mi pija y con las piernas abiertas se pierda en su sexo comiéndoselo como un desesperado. Luego de unos instantes su pija recobro fuerzas, se incorporo, le arranco la tanga que tenía puesta y la penetro de una sola estocada, su conchita ya estaba totalmente empapada y lo recibió sin impedimentos. Comenzó un mete y saca furioso comiéndole los pechos mientras ella aun me seguía dando un exquisito sexo oral.

-Que linda que sos, que linda concha que tenes, que linda puta es tu mujer Fer.

Nos decía Alejandro, su bombeo infernal hacia acabar nuevamente a Gisela que sin sacarse mi miembro de la boca solo desprendía sonidos guturales.

Cambio la posición, se puso en 4 frente a mí mientras nuestro invitado seguía disfrutando de su cuerpo. Mordió sus nalgas, luego bajo nuevamente a su vagina y recorrió sus labios, metió un par de dedos y la penetraba mientras que con su dedo pulgar jugueteaba en su ano. Podía ver la imagen y quería ver en que se desenlazaba eso. Se saco mi pija de la boca, yo iluso pensando algún reto por el jugueteo prohibido solo esbozo

-Por dios ponemela ya!

Cumplió sus deseos, se incorporo y como por arte de magia hizo desaparecer a su descomunal miembro dentro de mi esposa mientras se aferraba a sus nalgas y ya penetraba su culito con su dedo pulgar. En minutos fue el índice para poder sumar al mayor, y luego fue el anular.

-Si papito así rompeme toda.

Escupió en su ojete, saco su pene de la concha y mientras seguía jugueteando en su cola se acerco hacia su cara y apuntándole con su pija le pidió que se la lubrique. Tres chupadas bastaron, se coloco nuevamente mientras hundía su cara en la almohada. El glande comenzó a presionar y poco a poco se abrió paso, centímetro a centímetro fue desapareciendo ese falo. Cuando estuvo adentro se quedo quieto, apenas moviéndose. Mientras jugaba con sus pechos, y su concha. Fue Gisela quien comenzó a moverse metiendo y sacando ese aparato.

-Chúpasela a tu marido, mostrame como la chupas putita

Le dijo mientras la tomo suavemente del cabello como si de los crines de una yegua se tratara. El mete y saca fue frenético como así también la chupada que mi mujer me daba.

Se saco mi pija de la boca solo para pedirle que no pare, que le dé más. No pude resistir y masturbándome acabe sobre el cuerpo de mi esposa manchando sus pechos con semen.

Alejandro, siguió penetrando fuertemente a mi mujer, mientras la tomaba por sus pechos. Ella jadeaba como loca, la veía extasiada y gozando como nunca.

-Te cogieron el culito así alguna vez? Te lo llenaron de lechita?
-Nunca nunca …
-Uy que lindo que te lo voy a llenar yo….

Empezó a temblar en un fuerte orgasmo mientras Alejandro bufaba y apretaba los dientes acabando nuevamente una gran cantidad.

Toda la escena me activo nuevamente me quede masturbándome al costado mientras veía como mi mujer se tiraba boca abajo en la cama con su culo súper dilatado "veni" alcance a decirle.

Se dio vuelta me ofreció su concha abierta de par en par y comencé cogerla con muchísima fuerza. Mordisqueaba sus pechos, la tomaba de la cintura hundiendo mis dedos en su carne.

-Preciso otra pija, quiero tu pija en mi boca

Le decía a Alejandro quien veía la escena desde el costado, acariciándose su miembro semi erecto, se acerco a Gisela de pie y dejando a centímetros de su boca esa verga aun goteando semen, mi esposa estiro su cuello y sacando su lengua la poso por debajo de esa verga llevándosela así a su boca, y comenzó a chuparla como si se tratase de una bombilla tapada a la cual se le quiere sacar el tapón de yerba a la fuerza.

En cuestión de segundos podía ver a mi esposa devorar completa esa pija en todo su largo, masturbándola con una mano y acariciándole las bolas con la otra. Ambos comenzamos a respirar aceleradamente, tanto Alejandro como yo estábamos por acabar. Gisela entonces me sorprendió una vez más.

-Te quiero adentro mío.

Le dijo casi con desesperación a él, sin otro remedio más que salir de ella me corrí para que la vagina de mi esposa se abra completamente al paso de ese infernal falo.

-Veni, dame tu lechita. Acaba viendo como me llena.

Me dijo a mí. Nuevamente me reventó la cabeza. Comenzó a darme una mamada única, mientras veía como arremetía una y otra vez contra su carne nuestro invitado.

-Dámela, quiero quedarme con toda tu leche en todo el cuerpo.

Era literalmente así, su boca la había probado, en su cola tenía una gran descarga que aun le escurría, su cara, su mentón y sus pechos también habían recibido parte de una de esas acabadas y en sus manos estaba el resto de la recibida en el recibidor.

Alejandro apretó el ritmo, parecía querer hundirse, fundirse con mi mujer.

-Toma ahí tenes todo!”

El grito lleno la habitación, los gemidos de Gisela acompañaron y en cada ultima envestida salía un último chorro de semen. Yo también comencé a acabar descargándome en la boca de mi esposa, manchando con unas pocas y últimas gotas su mentón.

Meticulosamente volvió a limpiarme mi pija, que comenzó a perder definitivamente el tamaño. Alejandro salió de ella y se acerco a la cabecera de la cama para que haga lo mismo con él.

Alejandro se dirigió al baño, yo quede exhausto en la cama viendo frisado, la puerta del baño. Dé repente la imagen de Gisela entrando al baño, me sorprendió por última vez en la noche. Se sentó en el inodoro frente a Él que estaba por orinar, también lo sorprendió a él. Se sentó casi al fondo del asiento, abrió sus piernas al máximo, y con su mano izquierda retrajo la piel del glande de él, paso la lengua por el frenillo, dejo la boca abierta unos segundos, y pasándose la punta de esa pija por sus tetas le dijo, “meame”, increíblemente volvía a pararse esa pija monumental, pero logro descargar una gran meada sobre las tetas de mi esposa. El orín bajaba por sus pechos arrastrando restos de semen, bajaba por sus estomago y caía por los labios de su vagina, juntándose con el orín de Gisela que dejaba una mezcla de pis y semen adentro.

Al terminar de orinar, increíblemente estaba casi erecta la pija de Alejandro. Gisela se mordió su labio inferior, se llevo su mano derecha a su vagina aun goteando pis propio y ajeno, y con la otra se llevo a su boca esa pija comenzando una mamada nueva que encogía los huevos de Alejandro ante cada certera chupada de mi esposa.

El tipo claramente era una bestia, podía estar cogiendo todo el día. En mi mujer había despertado algo que estaba dormido y que tal vez nunca había salido a la luz. Y yo increíblemente me lograba excitar con la imagen misma de la lluvia dorada hasta este nuevo oral. En mi vida había podido acabar 4 veces y me sorprendía de la capacidad de mi esposa de excitarme, y de excitarme tanto con esa situación.

Ella movía su cabeza al ritmo de la demanda de la mano de él. Nuevamente en pocos minutos se descargaba, lógicamente mucho menos que las anteriores, en la boca de mi esposa que no dejaba escapar nada absolutamente, y yo como un nuevo mero espectador manchaba mis manos y las sabanas pobremente, como el final de una noche inolvidable para todos.

3 comentarios - Fernando y Gisela. Segunda parte.

angieyruben
Quien dijo que segundas partes no fueron buenas !!!!
Tremendo este segundo encuentro !!!!


Gracias por compartir.
Angie te deja Besos y Lamiditas !!!

anal
La mejor forma de agradecer la buena onda que se recibe es comentando, al menos al que te comenta. Yo comenté tu post, vos comentaste el mío?
Compartamos, comentemos, apoyemos, hagamos cada vez mejor esta maravillosa Comunidad !!!
EscritorPerverso
Muchas gracias por el terrible alago! y le aviso hay mas para este boletin.. pero los tiramos despues del finde... a menos que la banda los pida antes...
angieyruben
Volvimos con puntos de reconocimiento !!!
EscritorPerverso
@angieyruben Mil gracias!!!! asi da ganas de postear ( no por los puntos sino por la buena onda!)
calenton0135
Vale totalmente la pena leer tus relatos, enserio lo haces bien...
Esperare los otros...
EscritorPerverso +1
Muchas gracias! es la idea, si los logro poner en ese lugar, en ese momento y hacerles sentir que estan ahi y son parte.. entonces me doy por pago!
paulacasada
muy lindo escritor con mas dialogos calentitos exelente gracias segui porfis paulita
EscritorPerverso
Vio le dije que estaba escrito mas charlado.... en breve la 3er parte... gracias Paula!!