esta bueno

Mi vecina, que me atrae mucho y con quien sueño con tener sexo, salió de viaje con mi prima por unos días y me dejó las llaves de su casa para que pueda alimentar a sus mascotas. Al entrar a la casa me encuentro con la sorpresa de que es un desorden y encuentro ropa por todos lados, entre ellas, sus tangas usadas.

Luego de la tremenda masturbada que me di con la tanga que estaba en el librero a la entrada al baño, observo otra tanga más en el piso del cuarto. Luego de limpiarme el semen de la verga, me dispongo a explorar un poco las habitaciones. Entro en la primera y veo cómo están las cosas, tomo la tanga que está en el piso y observo que ésta no se encuentra manchada de jugos, una pena para mi. Así que la devuelvo al mismo lugar. Reviso dentro del cuarto, por aquí, por allá y voy encontrando más y más tangas, algunas usadas y otras no. Basta por el momento en este cuarto.

Me dirijo a la siguiente habitación que no es muy diferente a la anterior, ropa aquí, ropa allá, una que otra tanga, etc. Entonces, me doy por revisar entre los cajones y bolsas, tal vez encuentre algo interesante. Dentro de un cajón, encuentro otra tanga, como echa rollito, ya saben, como si nada más se las bajó y las echó al cajón. Éstas tienen un poco más de aroma de mujer. Me despierta de nuevo a mi amigo, se pone duro y pide atención nuevamente.

Pero quiero esperar, aún no es momento de tocarme. Regreso a la otra habitación para revisar entre los cajones y las bolsas. Reviso un cajón, luego otro y nada. Voy por las cajas de zapatos apiladas, coño, sólo son zapatos. Reviso las bolsas, coño, nada interesante. Tal vez en la repisa de la esquina... veamos. Mmmmm, solo artículos de mujer, pinturas, rubores, alguna libreta...

Pero coño, qué es esto... Vaya, vaya, vaya, aquí hay una tanguita blanca. Ohhh, se ve que está llena de jugos. Al ser la tanga blanca, se nota más los restos de los flujos. Al parecer, estaba muy excitada la última vez que las usó, hay demasiados flujos secos.

Ahhh, ese aroma, tan rico. Me pregunto si así olerá en la realidad, que aroma más seductor. Mi verga se pone tiesa, ya no puedo resistir más. Me tengo que masturbar. Me saco la verga y empiezo a masturbarme, tomo la tanga entre mis manos, la extiendo para exponer bien los flujos secos. Mi mano aumenta la velocidad de la masturbación, mientras aspiro profundamente para llenarme de ese olor de su vagina. Voy un poco más allá y paso la lengua sobre los flujos secos.

Mmmmm, que sabor más delicioso. Tan rico. Estoy a punto de venirme. Ahhh, cómo deseo echarle todos mis mecos en su cara, dentro de su boca, que se coma todo mi semen. Ojalá pudiera hacerlo. Siento el semen en la punta de la verga, a punto de salir disparado. Me contengo un poco, quiero disfrutarlo más.

Regreso al librero donde estaba la primera tanga que encontré. La saco y comparo los flujos, cuál tiene más flujos secos. Definitivamente, la blanca. Ya no puedo más, tengo que venirme. Preparo la otra tanga, la enrollo en mi verga. Quiero dejar su olor en toda mi verga. Mientras la otra tanga la tengo en mis manos y la llevo hacia mi nariz para seguir aspirando ese rico aroma.

Ya está, me voy a venir ahora mismo, acomodo la primera tanga para poderle echar toda mi leche; ya está lista, aspiro fuertemente mientas en mi mente me imagino a la vecina arrodillada con la boca abierta pidiéndome que le llene la boca de semen. No aguanto más y lanzo varios chorros de semen caliente sobre la tanguita, que rico se siente, uno de los mejores orgasmos que he experimentado.

El corazón me late a mil por hora. Las piernas me flaquean y una hilera de semen cuelga desde la punta de mi verga hasta su tanguita que se encuentra ahora empapada con mi semen. Me limpio bien la verga con la tanguita y la regreso a su lugar. Tal vez más tarde encuentre otra tanga más para llenarla de mecos.

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