Mi primera experiencia de intercambio

Lo que les relataré ocurrió unos 4 años atrás, en una de las islas Canarias donde estuve viviendo durante muchos tiempo.

Mi pareja en ese momento tenia 40 años y pongamos que se llama Ángeles. Parece muy recurrido, pero es una mujer delgada, 1,56 de altura, con un pelo rubio muy largo, unos ojazos verdes, y una cuerpo que sencillamente le quita el hipo al mas experimentado. Fué en su juventud reina de Carnavales en su pueblo, y en femeneidad no le ganaba nadie. Aquella hermosa sonrisa y su simpatía la hacian el centro de todas las reuniones y fiestas.
.
Soliamos ir a una zona de marcha en una ciudad turistica, y al tiempo nos hicimos habitues de un karaoke. Todos los fines de semana ibamos a pasarla bien allí.
La verdad q llamabamos la atencion, ella por lo sexy y atractiva y yo no me quedaba atras, soy alto, morocho, bien parecido y mi acento rioplantense gusta mucho en aquellas latitudes.
Siempre se nos acercaba gente a charlar y asi fuimos haciendo amistad con Carlos, un empresario q cada vez q nos econtrabamos nos invitaba con copas y con lo que quiseramos, y siempre le estaba soltando piropos a mi mujer e, invitandola a cantar con mucho respeto si, pero se notaba que le tenia ganas.

Una noche de sabado, nos tomamos unas copas, nos duchamos juntos donde yo aproveche a acariciarla de pies a cabeza, ponerla de espaldas y meterle mano por todo su cuerpo que tanto me ponia a cien, y salimos calentitos. Me gustaba sacarla caliente de casa para q estuviera mas sexy aun, y esa noche de verano estaba espectacular con un vestidito beige ceñido al cuerpo que le resal;taban sus curvas y sus de tacos alto.
Fuimos al karaoke y alli estaba Carlos, estuvimos de risas y charlas con el mientras bebiamos mucho whisky durante toda la noche.
Cuando llegó la hora de irnos, el insiste en que vayamos a su oficina, que alli tenia una botella de whisky y algun otro blanco estimulante. Yo no lo veia muy claro al asunto, pero mi mujer que ya estaba con unas cuantas copas encima me insistió en que fueramos a tomar unas copas alli a lo cual terminé accediendo con mucho recelo por que pudise suceder, aunque en mi cabeza se empezó a despertar un morbo desconocido para mi.

Hicimos las dos cuadras que nos separaban de su oficina vacía y alli siguió corriendo el whisky. Carlos es un buen anfitrion y estaba pendiente de que no nos faltara nada. Y tambien es un tipo muy habil, poco a poco fué llevando la conversacion hacia el lado del sexo hasta que planteó jugar al "verdad consecuencia". Y claro, de entrada empezó picando con preguntas sobre el sexo en nuestra pareja, q debo decir que era sencillamente espectacular.
Y las consecuencias claro, era ir perdiendo ropa. Yo al principio lo pasé mal al ver como mi hermosa mujercita perdia el vestido y luego Carlos perdia camisa y pantalon, era una sensacion extraña ver como ese hombre devoraba a Angeles con los ojos, sentia rabia y a la vez un morbo increible y sumado al alcohol que corria segui con el juego.
No sé en q momento pero ella quedó solo en tanquita y el totalmente en bolas, y con respeto me preguntó si se podía pajear, a lo cual accedimos.
El aprovechó y se acercó mas a nosotros, a mi me salia el corazón por la boca, el tipo pajeandose a solo centimetros de mi mujer que quedó entre medio de los dos era una imagen muy fuerte.
Buscando mi aprobacion con la mirada,el le puso una mano sobre las piernas y empezó a acariciarla, y ella para dejarme tranquilo me empezó a pajear , que ya estaba muy caliente de verla así.
Carlos seguia llevando la batuta y le dijo que la queria verla chupandome la pija, y ella enseguida se arrodilló frente a mi, haciendome una mamada de antologia, y ya totalmente calientes ella me pregunta: "-Amor, dejamos que Carlos me la meta?" Cuando él vio que no me negué, se puso detras de ella y se la metió de un solo saque, bombeandola como loco mientras Angeles me la chupaba con mas ganas que nunca.
Los gemidos ahogados por mi pija en su boca y la imagen de Carlos detras de ella agarrandola de la cintura y dandole duro es la imagen mas morbosa que guardo de esa noche.
Estuvimos unos minutos asi, no se si 5 o 50, los tres gozando como locos hasta que le llené la boquita de leche a mi mujer mientras Carlos descargaba en su conchita y ella explotaba en un orgasmo que la hizo casi desvanecerse en el suelo.

Descansamos unos minutos, nos vestimos y nos fuimos con las primeras luces de la mañana, entre miradas complices y la sensacion de no saber bien que era lo que habia pasado esa noche, pero que lo habiamos disfrutado como locos, abriendo una puerta totalmente nueva para nosotros.