Caminos que llevan a otros caminos

Miro a Naty desnuda en la cama, recostada de lado, durmiendo la borrachera de sexo mañanero que venimos sosteniendo hace meses, y aun no creo toda esta sucesión de hechos que llegaron gracias a Agustina...

Agustina... Podría describirla como la novia perfecta, despampanantemente alta y dueña de unos ojos verdes misteriosos, siempre divertida y conversadora. Trabaja en tv pero mucho más en radio, su rostro es fácilmente reconocible y de una belleza singular. La conocí en un evento que ella estaba cubriendo y en el cual me entrevistó por ser uno de los expositores. Si bien soy un empresario que me desenvuelvo excelente con mis clientes, soy tímido para entrar en confianza con mujeres. Confusión, inseguridad, miedos, todo eso ante una mina linda. Pero ante Agustina me sentí cómodo (virtud de la entrevistadora) y después la encaré, y como nunca, se me dio.

Después de unos meses de salir con ella debí mudarme a un depto más céntrico que el anterior, y a pesar de que lo ofrecí, ella opto por no mudarse conmigo, lo cual me dolió un poco. Era entendible, si bien anda por los treinta como yo, aun vive con sus conservadores padres; el paso lógico es que ella se vaya a vivir sola antes que con el novio. Sin embargo salimos todos los días a cenar o eventos, después a mi depto a “sacudirnos” un rato. Y a la madrugada se iba.

Por las mañanas suelo ir a la panadería, vuelvo al depto para desayunar tranquilo, y salgo a mi empresa, siempre y cuando no esté de viaje. De ese modo empecé a conocer a los vecinos del edificio, donde yo era el novio de “la Agustina, la de la radio", y siempre me preguntaban por ella.

También solía encontrarme con mi vecina del depto de al lado, llamada Naty y que es estudiante de derecho que convive con su novio que tiene un negocio informático. Con ella me encontraba en el ascensor, en la terraza donde colgamos ropa, y ahora tb en la panadería por las mañanas. Pequeña, delgada y rubia, sus ojos celestisimos eran muy expresivos. Note que me sonreía con facilidad y su saludo era alegre. Obviamente ella sabía que soy el novio de "la Agustina".

Comencé a sospechar que yo le interesaba pero la vdd es que ni intente seducirla. No sabría como hacerlo, y tampoco estaba desesperado por sexo (como en otras épocas). Hasta que una mañana baje a la panaderia y allí estaba ella comprando. Nos saludamos y mientras yo hacia mi pedido ella se quedo en la puerta. Me espero hasta que saliera y dijo un alegre -Vas al depto?

Conversamos de lo rico del pan y ya estábamos en el ascensor cuando me dice:
-me invitas unos mates? si no tenes nada planeado...
La mire a esos ojazos y era evidente el coqueteo.
-Dale, si tu novio no está esperandote para desayunar... (sí señor, soy un auténtico looser)
-Ni, el sale más temprano a abrir el negocio, siempre desayuno sola!

Sonreí tímidamente, pensando que hoy no había nada urgente en la empresa, y además no venia la Bety, quien cada tanto viene a limpiar mi depto.

La invite a pasar y yendo a la cocina noto que venía tras mío. Mientras colocaba el agua a calentar ella buscaba mi equipo de mate, agachándose como si yo no fuera a verla. Tenía menos trasero que yo, pero no dudó en chocarme un par de veces con él.

Ese cuerpo diminuto comenzó a despertar mi morbo. Así, vestida con un pantalón de gimnasia solo parecía una adolescente de secundaria, solo en sus ojos se veían sus veintilargos años.

En la misma cocina y de pie tomamos unos mates cebados por ella, conversamos de nada y de Agustina, tema obligado. Me conto que sabía que Agustina venia conmigo bien entrada la tarde, que salíamos a veces, y que hasta se escuchaba a qué hora Agustina se iba a su casa. Obviamente que debe haber escuchado las ruidosas cogidas que me daba Agustina, pero no lo mencionó.

En un momento se agacho para tirar la yerba del mate y me apoyo nuevamente su trasero pero más descaradamente. Se veía el dibujo de una tanga debajo de ese pantalón, y automáticamente la tome de la cintura. Se irguió, y dándose vuelta se estiro hasta mi rostro, tuve que inclinarme un poco y me regalo un beso húmedo en la boca, ansioso e intenso. Tomándola de la cintura, la senté en la mesada de la cocina, seguimos comiéndonos la boca mientras ella me rodeaba con sus piernas y me apretaba con fuerza.

Comencé a recorrer su espalda con mis manos, las baje hasta sus nalgas y las aprete hacia mi. Sumergi mi lengua muy profundo en su boca mientras mis dedos se escondían bajo su pantalón, buscando la parte baja de su espalda. Después saque su camiseta y me quede viendo ese corpiño de encaje negro que sostenían unas tetas interesantes para ese cuerpo delgado. Era todo un remolino de silencios y suspiros y yo no pensaba, solo quería hacerla mía.

Me erguí, y con ella abrazada a mi cuello sin soltarme, enfile a la habitación, pero alcancé a escuchar un susurro...

-No, cama no... Vamos a tu sillón del living.

Son todas iguales pensé... Allí es donde más le gusta coger a Agustina, y Naty debe haberlo adivinado por los ruidos.

Me sente en el sofá y con ella arriba mío seguimos desvistiéndonos. Su tanga también era de encaje negro. Estaba producida, todo esto había sido programado por ella. Bajo hasta mi mastil y comenzó a comerlo pero en forma extraña, casi como si no tuviera experiencia, pero me miraba mientras tragaba toda mi verga. Se detuvo, se fue hasta el equipo de audio que tengo, sintonizo la radio y empezamos a escuchar a Agustina en su programa de la mañana. Mirándome picaronamente, volvió hasta el sofa y se puso arriba de mi. Ni siquiera tuve que intervenir. Ella sola se acomodo sobre la punta de mi verga, y comenzó a cabalgar muy lenta y superficialmente. Puso sus tetas sobre mi boca y comí muy suavemente sin tocar los pezones. Ella cerró sus ojos de placer, el morbo de estar a punto de cogerse al "novio de la Agustina" la tenia mojada hace rato.

Casi no hablamos, solo se escuchaba la voz de fondo de Agustina opinando del vandalismo en algunos sectores del centro de la ciudad, y los suspiros de Naty que jugaba superficialmente con mi verga. Mas de fondo, la encargada del edificio estaba limpianzo el pasillo de nuestro piso.

Comenzó a bajar cada vez más en su recorrido de mete y saque lento, abrió los ojos y mirándome, se sentó hasta lo mas que pudo. Era estrecha pero estaba mojada como pocas veces he sentido a una mujer.

-que grande la tenes- lo dijo bajando la vista.

Entonces aumento su ritmo del mete y saca, y recién allí comencé a mordisquear sus pezoncitos durísimos. No estuvo ni dos minutos, apenas se escucho que la encargada se fue del piso y ahogo el grito de un orgasmo intenso, cerrando los ojos y apretándome contra sus tetas.

Inmóvil, solo sentía los espasmos de su conchita apretada contra mi miembro. Que placer en silencio que me estaba regalando, mi verga vibraba pidiendo acabar, así que la acosté sobre el sillón, y me coloque entre sus piernas. Tome control lentamente y comencé a entrar y salir todo. En un momento acelere y le di rapidamente un par de minutos, ella me miraba casi entregada, hasta que me apretó fuertemente con sus piernas senti su segundo orgasmo el cual grito fuerte. No aguanté mas y le tiré todas las cabras adentro.

Nos besamos y nos quedamos dormidos juntos en el sillon. Después nos levantamos y nos duchamos casi en silencio, besándonos y acariciándonos.

Encendí el celular, vi los mensajes de laburo y supe que debía irme.

-Naty, estuviste genial.

-Mejor que Agustina?

Ahí entendí todo.

-Uff, le pones mucha onda- le dije- Mañana igual?

-Dale, mañana anda a la panadería y tocame el portero cuando estes por subir...

Y apagando la radio, se fue a su depto.

0 comentarios - Caminos que llevan a otros caminos