Mi viejo se cogió a mi novia en una fiesta

Cuarta pare de la historia de cómo mi viejo se cogió a mi ex novia Claudia por mucho tiempo.


Acá una descripción para que se ambienten.


Tengo 20 años y me llamo Nicanor, mi novia se llama Claudia y tiene la misma edad que yo. Hace 3 años que salimos, nos conocimos en cuarto año de la secundaria.
Ella es hermosa, es alta, mide 1,75 m. es bastante flaca, pesa cerca de 52 kg, tiene un pelo precioso castaño obscuro que le llega hasta los pechos, su piel es clara, tiene un buen tono brillante sin llegar a estar bronceada. Sus ojos son marrones y profundos, tiene cejas prominentes que hacen sus ojos más llamativos, tiene la nariz finita y una boca pequeña. Su cuerpo es un párrafo aparte: Al ser delgada y alta, y al tener su pelo negro y largo, recuerda mucho a la figura de una modelo. Unas piernas largas y carnosas, y más allá de que es flaca, tiene muy buen culo, blanquito pomposo y redondito. Su cinturita es una ricura, finita, y sus tetas son como el tamaño de limones, tiene los pezones chiquitos y morados.

Capítulos anteriores

Primero.
Segundo.
Tercero (Primera parte).
Tercero (Segunda parte).




Cuarta parte


Ya había asumido que definitivamente era un cornudo de primer nivel, porque tu novia se puede tranzar a un tipo en un boliche sin que te enterés, o se puede estar comiendo a un compañero de la facu, pero que se coja a tu viejo a tus espaldas es otra cosa.

Lo malo de todo esto es que la puta estaba muy buena y no quería dejar de aprovecharme de lo buena que era para la pija.


Uno de los últimos capítulos de esta saga ocurrió una noche en el cumpleaños de mi hermano menor.
La joda iba a ser importante porque estaba invitados tíos, tías, amigos, y hasta conocidos de mis viejos que no tenían nada que hacer en el cumpleaños de mi hermano.
En la joda iba a haber las mismas boludeces que hay en otras jodas, pizza, palitos, chizitos y birra a patadas.
La gente empezó a llegar 21.30 para saludar a mi hermano, todos bien vestidos y algunos con algo para tomar. Con el tiempo fueron tomando sus lugares, armándose los típicos grupitos en donde hay edades y charlas diferentes.

Cerca de las 22 llegó Claudia, hermosa como siempre. Desde que se la empezó a coger mi viejo se puso cada vez menos conservadora para vestirse. Llegó a la fiesta con su pelo Castaño obscuro largo voluminoso y suelto. Un vestido verde obscuro ajustado que en la parte de arriba la tomaba como una musculosa y en la parte de abajo le llegaba hasta la mitad de los muslos, por lo que dejaba ver esas piernas blancas largas y carnosas que me encantaban, y tenía unas chatitas del mismo color.

Entró a mi casa, saludó a los que conocía y se dirigió hasta mí y se sentó a mi lado en la cocina donde estaba yo con un par de amigos tomando cerveza y charlando.

Mis viejos estaba en la sala contigua a la cocina, ahí permanecían sentados con algunos de mis tíos y conocidos, en fin, gente más grande. Mi novia se quedó mirando a mi viejo para llamar su atención y recibir un saludo a lo lejos. Cuando mi viejo al fin se percató de la presencia de Claudia, le sonrió y la saludó, Claudia levantó su mano izquierda y lo saludó moviéndola mientras le regalaba una sonrisa que ellos y yo comprendíamos.

A la media hora llegó al lugar Cecilia, una compañera de trabajo de mi vieja. Cecilia tiene unos 32 años y para su edad zafa bastante. Era morocha tenida de colorada, tenía el culo grande pero parado, y unas buenas tetas grandes de una mujer de su edad. No era delgada, pero tampoco era gorda, era rellenita y por lo que se podía adivinar, muy buena para la verga, ya que era soltera y siempre andaba en autos con chabones distintos.

Cecilia para mi no era importante en esta historia hasta que vi como saludó a mi viejo, con la misma sonrisa y mirada cómplice que saludaba Claudia a mi Papá. Eso que noté yo, también lo notó mi novia, que cuando vio esa escena de dos amantes saludándose en medio de gente que ni se percataba lo que estaba pasando, se puso muy nerviosa. No paraba de moverse en la silla, se tocaba la parte de abajo del vestido, buscaba cosas en su cartera y revisaba el celular a cada rato sin sentido, todo mientras miraba de reojo a Cecilia y a mi Padre que ya estaban sentados juntos, compartiendo un vaso de cerveza. En definitiva lo que no podía ocultar eran los celos de que el viejo se esté comiendo a otra pelotuda más que ella.

Claudia seguía inquieta y los miraba de reojo y trató de charlar conmigo de cualquier cosa para distraerse pero le resultaba imposible. En eso empezó a jugar a la ofensiva y me apoyó las piernas en mis rodillas y me empezó a acariciar el cuello, la cara y el pelo mientras me hablaba, mientras miraba de reojo a mi viejo, tratando de darle celos, conmigo, toda una ironía. El viejo se puso serio y miraba a Claudia desde lo lejos con recelo. La táctica había funcionado.

Me di cuenta de eso inmediatamente y le dije a Claudia al oído que lentamente nos fuéramos a mi pieza, y ella sin dudarlo me tomó de la mano y se dirigió hacia la habitación, sin antes mirar para atrás como burlándose del viejo.

En la pieza nos besamos contra una de las paredes fervientemente, trate de tomarla por el costado para poder manosear sus piernas, sus tetas y meter mis manos entre ese vestido para masajearle la concha, ya que eso siempre me ponía al palo.

La muy puta se dejaba, aún sabiendo que a metros había un montón de personas que podía descubrirnos. En eso la tomo de las caderas, la doy vuelta y la pongo contra la pared, saco mi pija de mi pantalón, pero ella se da vuelta y me dice, -No da chavón.
Yo le pregunté -¿Por qué?
-Porque nos puede escuchar alguien y voy a salir con el vestido todo arruinado.
- Ok Puta, mamalela toda.
Ahí la tomé de los hombros y la hice arrodillar, ella no se opuso, seguro porque le calentó que la tratara mal, ya que nunca lo hacía, además se quería vengar del viejo.
La muy puta me la empezó a mamar como una desesperada, agarraba mi pija desde la base y se la metía hasta la mitad sin cesar. Era la primera vez que me la chupaba a mi y no se dio cuenta que estaba quedando en evidencia de que estaba aprendiendo en otro lado.
Agarré las mangas de su vestido y se las bajé, pude desabrochar su corpiño y le empecé a manosear las tetas mientras me hacía el favor.
Después de tanto chupar, sacaba mi pija de su boca y la pajeaba para acelerar la acabada. Cuando sentí que venía lo mejor, la tomé de la nuca y le hice mamarmela rapidísimo, en algunas embestidas la metía lento pero bien adentro de su garganta y después la sacaba para dejarla respirar. Cuando recuperaba el aire se la volvía a meter bien adentro, y a ella no le molestaba.
Cuando estaba por acabar agarré mi pija y la empecé a pajear, le ordené que ponga la boquita como pato, ella se rió y lo hizo mientras agarraba sus tetas y las apretaba entre sí. No aguanté más y volqué todo el semen de mis huevos encima de sus labios, ella abrió la boca y recibió la segunda tanda de lenfa dentro y después siguió chupando lo que salía de mi poronga. La leche que tenía en los labios la junté suavemente con mi dedo y se la hice tragar, ella se tomó toda le mema y abrió la boca bien grande y suspiró como cuando tomaba algo fresco después de un rato de calor. Ella abrió la boca bien grande para mostrarme que como nena buena se tomó toda la leche.

Después del pete, se paró, agarró una toalla y se limpió la cara. Nos acostamos y nos besamos un rato, entre los besos le subí el vestido y le manosee el orto blanco y macizo que tiene y me di cuenta que tenía una tanga bien chica, cuando siempre usó culots o bombachitas. Después de un rato decidimos arreglarnos e ir a la fiesta para disimular la ausencia.

El tiempo pasó y seguimos en la fiesta, tomando, comiendo, brindando por el cumpleaños de mi hermano. Yo empecé a tomar con mis amigos y de tanto en tanto no separamos con Claudia, porque salían distintas charlas y cada uno iba haciendo sociales con un grupo distinto.

Cerca de las dos de la mañana yo estaba entretenido tomando cerveza con un grupo de amigos y charlando de boludeces, cuando me doy cuenta de que no veía a Claudia ni a mi viejo por ningún lado. Dejé la cerveza de lado y comencé a buscar disimuladamente. Dije que iba a tomar aire a fuera y me fije si estaba el auto o la camioneta de mi viejo, conociendo las andanzas de ambos no me extrañaría que se hubiesen ido a escondidas a coger por ahí. Lo raro era que los dos vehículos estaban. Me dirigí a las piezas, y no había nadie. El último lugar que me quedaba era el quincho en la parte trasera de mi casa.

Fui hasta atrás y vi todas las luces apagadas, ecepto las del baño, lo cual me pareció raro y comprensible, seguro estaba ahí. Abrí la puerta del quincho muy despacio y entre la oscuridad me dirigí al baño que queda al otro lado de la entrada.

Lo que esperaba ver lo vi. Mi novia con las manos apoyadas en la pared del baño, con las tetas salidas para afuera, por encima del vestido. Con el vestido verde subido hasta la cintura y la tanga corrida para el costado de una de sus nalgas. Atrás de ella estaba mi viejo con los pantalones en la altura de los tobillos, tomaba a Claudia por la cintura y le daba pija desde atrás. Seguramente me perdí la parte de la escena de celos, los pedidos de disculpa, los besos y abrazos, las manoseadas y el pete que ella siempre le hacía a él.
Mi viejo estaba concentrado mirando el culo de ella mientras golpeaba contra su pelvis, ella disfrutaba la verga del viejo pero contenía sus gemidos para no anunciar a nadie que estaba garchando. El viejo se la metía desde atrás y en un momento se violentó, con la mano derecha la agarró del cuello fuertemente y con la otra le manoseaba las tetas desde atrás. Mientras le apretaba el cuello le decía cosas como- Sos una puta de mierda, te encanta la pija hija de puta.
Ella asentía- Si soy una puta, re puta. Soy tu puta mi amor, cogeme toda.
Él- Como te gusta la verga pendejita de mierda.
Después de eso el viejo la volvió a tomar de las caderas y le daba salsa desde atrás violentamente. El culo blanco y macizo de Claudia sonaba como cachetadas en la pelvis negra del viejo. En pleno goce el viejo le metió el pulgar derecho en el ano a Claudia y a ella le encantó. Primero se lo metía tanteando el ogete de la puta, después la punta del dedo y después un poco más adentro. Todo esto mientras se la cogía desde atrás por la zorra.

Después de un rato el viejo sacó su pija de la conchita de Claudia y la empezó a pajear. En unos instantes descargó su poronga gorda y negra en las nalgas de mi novia. Varios segundos estuvo sacando todo el semen para depositarlo como una ofrenda en el culo de Claudia que estaba hecha una seda recibiendo salsa caliente en sus nalgas.

Después de la acabada Claudia se dio vuelta y se besaron un rato, ahí aproveche para huir hacia la fiesta, sabiendo que en un rato iban a entrar los dos como si nada hubiese ocurrido.

8 comentarios - Mi viejo se cogió a mi novia en una fiesta

thecazaculos +1
muy buen relato!...muy mal padre...deplorable novia
Si-Nombre
Lo que mas rabia me da es que no lograste ensartar a esa perra divina, o sera parte de otra historia, excelente gracias por compartir
Jony1000
Que buen historia 😉
kramalo
prefiero seguir leyendo y cuando termine, voy a dar mi comentario, jeje. te sigo hasta el final.....
frankyto25 +1
No podes tener una novia tan puta y un terrible viejo sin codigos... Geniales tus relatos..
TiziOeste666
Novia y compartirla mejor
TiziOeste666
Lindo seria q se la hubieran cojido los demad hombres de la familia