No hay concha como la de Laura!

No hay concha como la de Laura…


Este relato es un homenaje a las mujeres que
con su belleza, inteligencia, personalidad nos hacen disfrutar mas de la vida.La palabra puta no es una etiqueta ominiosa, se ha transformado con el tiempo, en sinónimo de una mujer que disfruta de la sexualidad a pleno, y Poringa es un sitio que sin duda ha ayudado que asi sea.
Vaticino el dia en que las preciosuras adorables, las Poringueras del mundo, se puedan mostrar a pleno, sin pelucas ni anteojos de sol, sin fotos borroneadas, sin planos en que se corta la parte mas atractiva de ellas: sus rostros. Hasta que veamos que nuestra vecina es la que aparece en uno de los post y la saludemos con naturalidad…un chiste verde de mi infancia al estilo Ramiro 100.

No era un quilombo, pero la casualidad, había reunido en un mismo pasillo de la planta baja, a tres mujeres que se dedicaban a ser felices a los hombres con todo lo que una mujer tiene en abundancia.
Claudia de 25 años, pelirroja natural era requerida por el color de su cabello, por no apurar al cliente mientras cogían, por sus enormes pechos naturales y por ayudar al que se iba enseguida, mamandosela hasta que se le volvia a parar.
Maruja se parecía mucho a Marilyn Monroe, con 27 años tenia muchos amigos, amantes y clientes fijos.
Hacia lo que hacen las putas de alma, y cobraba según las posibilidades de quienes querían disfrutar de sus encantos .A los jóvenes de 18 años los iniciaba muchas veces sin cobrarles.
Tatiana era muy alta, no tenia muchos pechos, pero si un culo espectacular.Le gustaba llevar su pelo muy cortito para trabajar con vistosas pelucas.A los 22 años prefería a los hombres mayores. Incluso recibia ancianos a quienes lograba revivir sus fuegos casi extinguidos.
Las tres eran muy amigas y solian pasarse clientes cuando las horas no se les acomodaban en determinados días.Tambien competían en los servicios que daban. Ninguna tenia chulo que las explotara, ni se consideraban victimas por practicar''el oficio mas viejo del mundo''.Por el contrario se sentían privilegiadas de hacer lo que mas les gustaba hacer y ganar buen dinero por ello.
Ellas solian contar un chiste, que de tan repetido, las hacia reir cuando alguna, cuando venia al caso decía:''No hay concha como la concha de Laura…''.O:¿Por qué no se va a la concha de Laura?
Yo las conoci a las tres por mucho tiempo, no en forma continuada tuve trato amistoso con cada una, que por ser como eran incluia el trato carnal.
No recuerdo cual o si fueron mas de una que me comentaron el caso de Laura. Trabajaban en un quilombo cerca del rio, y sus clientes eran muchachos mayores todos, pero sin muchos recursos económicos. Casi ninguna de las putas del quilombo quería garchar gratis.
Todas tenían tarifas que empezaban desde una suma menor por mostrar las tetas y la concha, por dejarse tocar un poco, por hacerles una paja, por una mamada, por un polvo rápido hasta la que mas costaba, la completa que incluia dejarse coger por el culo.
Laura era tan calentona, que se prestaba a mas por menos, en contra lo que establecían sus colegas.
Pese a que en sus mejores años, que fueron muchos, era sumamente atractiva, y cogía todos los días y parte de las noche, se quedaba con ganas. Se quedaba con ganas y se metia todo lo que tuviera forma de pija.
Algun frasco de perfume, una coca cola chica, un pepino de verduleria, una banana de frutería…la manija de una puerta a la que llegaba en arriesgadas piruetas sobre una silla, un adorno sobresaliente de una cama, hasta que le regalaron consoladores diversos, con o sin vibración, pero que jamás llegaron satisfacerle como una buena cogida .Queria las pijas porque decía, eran cosas vivas.
Esto llego a oídas de una compañera, Teresa, reservada pero con buen culo, nada chismosa ,pero de concha calida y profunda y lengua humeda y movediza, con la que solian cocinar sus tortillas.*
La llevo a su pieza para decirle:.No se lo cuentes a nadie…por tu vida te lo pido, pero hace unos años cuando andaba con calenturas como las tuyas y nada me calmaba, me consegui en un puesto de pescado de la feria una anguila preciosa.
- ¿Una anguila?- dijo con gesto de repulsión.
- No pongas esa cara…aunque yo reaccione como vos…Una anguila viva que tenga el tamaño de una buena poronga…la lavas bien y la mantenes con agua en una palangana, si sabes cuidarla te puede durar mucho tiempo…Cuando te quedas con ganas, te abris de gambas, la agarras de la cabeza y te la metes en la cachu todo lo que se te de la ganas…siempre agarrada de la cabeza, te la metes y sacas todas las veces que se te cante el culo…Por el grosor es como una buena pija, y como se mueve es como si te cogieran pero bien, bien cogida. Eso si que sea en secreto entre la anguila y vos.
Proba, no te vas a arrepentir, cuestan poco y si sentís que no te va, la tiras por el inodoro.
Laura no demoro en adquirir su anguila y en poco tiempo no solo era hábil en su uso, sino que se hizo adicta.
Tantos orgasmos le producía que empezó a elegir mejor a sus clientes y aumentar la tarifa, mientras que pensaba que su anguila le daba mas placeres que muchos de sus machos.
Una tarde en que su agenda estaba nutrida de clientes, en un momento libre que tuvo, saco la anguila a quien había bautizado Panchito, y se puso a juguetear con ella. Quizas porque no había tenido la precaucion de secarla, o tal vez su vagina llena de fluidos estaba mas resbaladiza que nunca, sucedió que Panchito se le solto y se metió profundamente en ella.
Las sensaciones le resultaban formidables, tanto que decidió dejarla,si, la dejaría asi un rato, libre.
En eso suaves golpes en la puerta le anuncia la llegada de otro cliente-
- Un momento , por favor…
Como en otras ocasiones lo llamo en voz baja mientras introducía tres de sus dedos en la vagina para sacar a Panchito. De haber tenido tiempo lo hubiera regañado, como a un perrito travieso.
El macho calenton golpeaba la puerta con impaciencia-
- Ya va, mi amor, un momento tan solo…
Queria ponerse algo sobre su desnudez, porque a ese cliente le gustaba sacarle la ropa, pero no tenia tiempo .Asi que dejo a Panchito cerca de su cadera, se estiro para alcanzar la palangana que estaba debajo de la cama, cuando Panchito de un salto se le metió en la concha y desapareció. El macho sin anunciarse entro con su pija al palo dispuesto a morfarsela y Laura no pudo mas que mostrar su mejor sonrisa y dejarse penetrar.
Se cuenta que tiempo después salieron varios amigos del burdel y comentaban que tal les había ido.-
.'' Barbaro, no hay como Azucena…''y a continuación una evaluación de su cuerpo, para seguir hablando de cómo cogían…
¿Conociste a una hembra como Maria?…en su concha le entran las pijas mas grandes y la mia es, bueno---
Violeta es divina, cuando se la metes, no se como hace, pero se cierra sobre tu verga como un estuche de terciopelo…
- Por favor, lo que quieran, pero ninguna como Laura, hermosa, tetas naturales, caderas fabulosas, culo espectacular…y una concha tan caliente que hasta te muerde…!

Escrito original de Ramiro100 y de ninguna otra fuente.

*En Argentina se llama tortilleras a las lesbianas y tortilla a las relaciones sexuales entre ellas.

3 comentarios - No hay concha como la de Laura!

violexi
Que disfrute leer tus cuentos! Me encantó.