Esto no es Crepúsculo (relato erótico)

este relato me agrado y se los comparto espero que les agrade a ustedes tambien.



Era noche de Halloween y tanto a Sara como a mí, Luis, nos habían invitado a la fiesta privada que un amigo celebraba en su casa. El año pasado no habíamos podio ir, y un amigo que fue nos contó que había sido una pasada, buena música, bebida e iluminación como en una discoteca. Atraídos por nuestras expectativas confirmamos nuestra asistencia, y que iríamos disfrazados.

Mi novia Sara (de 27 años) no quiso desvelarme de qué se disfrazaría. Me daba morbo imaginar su delgado cuerpo disfrazada de colegiala, con su carita de niña buena, pequeñas tetitas y culito respingón haciendo más real el disfraz. No me dijo nada.

Cenamos juntos en casa y tras ponerme mi disfraz de troglodita la llamé para irnos a la fiesta. Seguía sin vestirse. Quería que fuese una sorpresa total y me dijo que fuera yendo yo a la fiesta, que no estuviera pendiente de ella y me divirtiera y que en un rato iría, que iba a tardar en prepararse.

Algo indignado, me fui hacia la fiesta.

Los rumores eran ciertos. Era una pedazo de fiesta. Gracias a que el chalet estaba algo alejado de otras casas podían tener la música a tope. Estaba lleno de gente disfrazada. Puesto que no localicé al anfitrión, disfrazado de vampiro, y no conocía a nadie más, me senté en un sofá y me tomé un cubata. Mandé un mensaje a Sara, pero no me respondió. Me tomé otro. Sara estaba tardando demasiado. Cuando iba por el cuarto cubata, el anfitrión se sentó conmigo y nos pusimos a hablar un rato. Me presentó a unos amigos suyos y juntos nos tomamos unos chupitos de tequila. Yo empezaba a ir borracho y ya ni sabía el tiempo que había pasado desde que había llegado allí.

De repente, y casi por casualidad llegó Sara: llevaba un vestido corto de cuero negro escotado, con una banda roja, un colgante y unos dientes postizos. Debía de llevar sujetador con relleno porque sus pequeños pechos estaban a punto de salírsele por el escote. Su cara pintada de blanco conformaba el disfraz perfecto de vampiresa sexy.

Le dije lo increíble que era su disfraz y nos tomamos una copa juntos. A aquellas alturas yo ya estaba borracho y ella con muchas ganas de bailar y pasárselo bien.

SARA: ¿te importa cariño si bailo un poco? Es que me aburro.

LUIS: lo que quierassshh, yo no etoy parrrua mucho tro-troo trote.

Me sonrió mostrando sus largos colmillos de vampira y se fue a bailar donde había más gente.

La veía bailar sola hasta que en un momento dado me quedé dormido.

Sara suspiró cuando vio que su chico se había dormido. Estuvo tentada a ir a despertarle y decirle de irse a casa. Pero después de haber preparado todo el rollo del disfraz decidió quedarse un poco más.

Se puso a bailar al ritmo de la música. Sabía que era el centro de atención de muchas miradas, ya que apenas había chicas en la fiesta.

DESCONOCIDO: ¡hola! Parece que tu chico no puede más.

Sara se giró y vio a un chico de más o menos su edad disfrazado de vaquero.

ROZZ: hola, soy Rozz.

Se presentaron y dieron dos besos.

ROZZ: este es mi colega Jaime.

Jaime era algo mayor, disfrazado de romano, y de mirada penetrante.

Los tres hablaron un poco de la fiesta y sobre Halloween hasta que empezó a sonar una canción bastante marchosa que era la preferida de Sara.

Sara levantó sus brazos por encima de la cabeza y empezó a bailar moviendo la cadera. Sus tetitas saltaban al son de la música ante las atentas miradas de Rozz y Jaime. Les dio la espalda, y apoyando una mano en su cadera, contoneó su culito de un lado a otro. Gracias a lo corto y ajustado que era la falda del traje sus nalgas de marcaban perfectamente. Los chicos no salían de su asombro. Sara Apoyó sus manos en un chico disfrazado de la muerte con una careta de la película Scream que tenía enfrente y deleitó a sus nuevos amigos subiendo y bajando sus nalgas como si de una clase de aerobic se tratara. La chica giró y empezó a bajar como haciendo una sentadillas sin dejar de moverse. Se puso de lado y subió sus brazos lentamente para luego bajarlos mientras se acariciaba las caderas.

ROZZ: madre mía cómo me está poniendo – dijo a su amigo.

Volvió a ponerse de lado, y subiéndose un pelín la falda, movió su cadera de derecha a izquierda como si quisiera sacar brillo con el culo a un mueble imaginario. Se dio la vuelta, y subiéndose la falda de tal modo que revelaba su tanguita negro, dobló un poco las rodillas y comenzó a mover el culito como una posesa. Todo el mundo aplaudió, silbó y gritó.

Bailando frente a Rozz y Jaime, se pasó las manos por los pechos y se inclinó hacia delante. Por causa del ritmo de su baile aquellos dos apretados pechos luchaban por escaparse de su prisión y casi lo consiguieron.

La gente le gritaba que enseñara las tetas cuando justo cambió la canción por un ritmo más latino. Sara se puso frente a Jaime y movió su cuerpo como si quisiera desprenderse de los brazos con el movimiento. Sus pechos subían y bajaban con riesgo a salirse. Jaime bailó como pudo. Sara apoyó sus bazos en el pecho de Jaime y tras inclinarse un poco, contoneó su culito. Rozz se acercó por detrás y se colocó a escasos centímetros de Sara. Ella miró atrás, y tras sonreírle con aquella dentadura de pega con grandes colmillos, se estiró un poco y pegó su trasero contra Rozz. La chica restregaba sus nalgas contra el paquete de él cada vez más rápido. Jaime hacía fuerza para no irse para atrás por la fuerza que ejercía Sara al apoyarse en él.

Confiado, Rozz se frotó contra la chica. Al ver que no le evitaba, colocó las manos en su cintura y la pegó bien contra su paquete. Sara se inclinó hacia abajo y Jaime pudo verle perfectamente aquellos dos preciosos y pequeños pechos. La chica le sonrió y tras pasarle los brazos por detrás del cuello, bailó restregándose contra el paquete de aquel chico disfrazado de romano. Jaime le puso las manos en la cintura y bajó hasta el culito, donde se lo apretó. Sara se dio la vuelta con una cara que iba entre la regañina y la diversión cuando de repente Rozz la abrazó desde detrás. Sus brazos la rodeaban por la cintura y fue subiendo hasta rozar y apretar los pechos de la chica.

ROZZ: nos estás poniendo muy calientes. ¿Estás segura de lo que haces? – le susurró al oído.

Ella le miró divertida, se giró y e hizo un amago de morderle el cuello.

SARA: soy una vampiresa, ¿lo olvidas?

ROZZ: con ese baile, esto no es crepúsculo; es la vida real, y poniéndonos tan cachondos lo que estamos deseando ahora mismo es follarte.

SARA: ¿quién te ha dicho que en Crepúsculo no se folla?

Roz comenzó a besarle el cuello y Sara no dejaba de bailar. El desconocido que iba disfrazado con la máscara de Scream se acercó y le tocó el culo. Los besos del cuello fueron subiendo y acabaron en los labios. Ambos se besaban con pasión y ella no dejaba de contonearse al son de la música.

SARA: ya te he dicho que soy una vampira. Soy peligrosa.

Rozz rió, y de repente Sara se dirigió a Jaime y empezó a morderle el cuello. El chico flipaba, pero en un arranque de determinación, cogió a Sara por el culo y la pegó contra su cuerpo. Buscó sus labios y al encontrarlos empezó a besarlos con pasión.

JAIME: basta ya de tanto jueguecito y ponernos enfermos de calor.

El romano cogió a la vampiresa en brazos – no sin dejar a la vista de todos su tanguita negro – y se la llevó a otro lugar.

Rozz les buscó, y al final les encontró en un cuarto. Sara estaba sentada en la cama hablando con Jaime, mientras que este se masturbaba con su tranca a la vista de cualquiera. Sara tenía una mano bajo su vestido y por su cara se adivinaba que estaba haciendo lo mismo.

SARA: … ¿así que te he puesto cachondo eh? ¿No tienes miedo de estar con una vampiresa sedienta? Mmmm.

JAIME: si estás sedienta, pronto podrás tragarte todo lo que quieras.

Al ver a Rozz, Sara se acercó a él y empezó a acariciarle el paquete por encima de la ropa. Empezó a entrar más gente en el cuarto. Mirones, entre los que estaba el hombre con la máscara de Scream y un variado elenco de gente disfrazada.

Sara desabrochó el pantalón del Vaquero Rozz y sacó su polla al aire. No acababa de sacarla cuando se la metió en la boca y empezó a hacerle una mamada. Jaime se acercó y Sara continuó con él mientras masturbaba lentamente al otro.

Esto no es Crepúsculo (relato erótico)

El hombre Scream se había sacado la polla y se masturbaba mirando la escena sin acercarse. Sara se giró ante los vítores de su público que empezaron a hacerle fotos y grabarla con el móvil.

Rozz le abrió la parte de arriba del vestido dejando al aire sus dos pequeños pechos realzados por su sujetador. Se lanzó a succionar aquellos diminutos pezones rosados.

La polla de Jaime planeaba sobre la lengua de la chica mientras esta se la cascaba y me miraba con ojos lujuriosos. Cuando pasó a chupársela a Rozz, Jaime le sobó las tetas y jugueteó con sus pezones.

Esto no es Crepúsculo (relato erótico)

Sara cogió ambas pollas y las puso juntas ante las protestas de los chico. Se puso a darles lametazos para terminar metiéndose aquellos dos glandes a la vez en la boca. Mientras que estaba recostada en esta posición, notó cómo unas manos le agarraban y manoseaban el culo. Era Scream. El chico le acarició el coñito por encima del tanga y tras empaparse los dedos, se lo quitó. Le subió el vestido dejando aquel culo perfecto a la vista de todo el mundo. Sin miramientos, el desconocido acercó su pequeña polla erecta y se la metió. Se la folló a cuatro patas mientras Sara gemía débilmente. Al poco rato, el chico se la sacó y se corrió sobre su culito. Sara se acarició y con la ayuda de un dedo se metió parte de aquel semen dentro de su ano.

Se tumbó boca y Jaime se le lanzó encima como un oso. El chico empezó a follarla sin cuartel hasta que Rozz le pidió turno e hizo lo propio. Cambiaron de postura y Sara le quitó el sombrero de cowboy a Rozz.

SARA: me toca hacer de vaquera.

Se subió sobre Jaime y empezó a cabalgarle recordando a muchos de los que veían el espectáculo el baile que había hecho antes.

Rozz se acercó y sin decir nada, le metió la polla en la boca. Las tetas de Sara botaban mientras cabalgaba y chupaba polla.

Cambiaron de postura y se pusieron de lado y Jaime se la folló a toda velocidad. Entre los mirones, más de uno se masturbaba mirando. Uno de ellos, disfrazado de preso, se acercó y empezó a correrse sobre las tetas de Sara.

SARA: ¿nadie más quiere correrse? – gritó Sara.

Esto no es Crepúsculo (relato erótico)

El círculo se cerró alrededor de la cama y más chicos afilaron sus mástiles apuntándola. Un pirata le echó un buen lechazo en la cara, después otro vampiro casi le dio en un ojo, y finalmente un troglodita le acertó en los ojos. Todo se detuvo para que ella pudiera limpiarse. Cuando se dispuso a echarle la bronca al tío, se dio cuenta que era su novio Luis, algo más recuperado.

SARA: cariño….

Él pasó de las palabras y animó al gentío.

LUIS: venga, correos todos en la puta de mi novia. Le encanta.

Ella cerró los ojos, y como en los mejores bukakkes de Internet, uno a uno se fue corriendo sobre su cara. Cansados, poco a poco se fueron yendo, dejando sólo a Luis, Rozz y Jaime en el cuarto. Luis le limpió la cara con una toalla.

LUIS: venga chicos, terminad lo que habíais empezado.

Sara empezó a cabalgar a Rozz, y Jaime a dilatarle el culito. Cuando lo tuvo preparado, escupió sobre él, y empezó a meterle la polla. Al principio el sándwich fue lento, y más adelante se sincronizaron. Aquel pequeño culito le estaba apretando la polla muchísimo, y Jaime tardó poco en correrse dentro de chica.

Rozz aceleró el ritmo y Sara gemía como si la torturaran. Finalmente se corrió dentro de la chica dejándola tumbada bocarriba con los ojos cerrados y exhausta.

El cuarto se vació y Sara se quedó sola, dormida, mientras que desde sus dos agujeros fluían hileras de semen.

* * * * * * *

A la mañana siguiente se giró, pero en la cama no estaba Luis. Se recompuso como pudo el vestido y tras ir al baño se fue al comedor.

La casa estaba hecha un desastre, pero no se veía a nadie. Llamó a su novio, pero tenía el móvil apagado.

Oyó pasos en la escalera y un chico bajó. Aún iba disfrazado de vampiro y debía de ser el anfitrión.

ANFITRIÓN: vaya vaya. Animaste bien mi fiesta.

SARA: espero no haberte causado ningún problema.

ANFITRIÓN: no, no, todo lo contrario. A la gente le encantó.

SARA: ¿sabes dónde está mi novio? Un chico vestido de troglodita o algo así.

ANFITRIÓN: creo que uno de los tíos a los que te follaste le acompañó a casa.

SARA: vaya… A ver cómo vuelvo ahora.

ANFITRIÓN: si fueras una vampira de verdad podrías hacerlo volando.

SARA: ¿a la luz del día?

Ambos rieron.

ANFITRIÓN: yo lo siento, pero tengo mucho trabajo aquí limpiando.

SARA: y si… Sara se llevó un dedo a los labios.

ANFITRIÓN: eres una vampira insaciable. Ven aquí y chúpamela.

Sara obedeció y el anfitrión terminó corriéndose rápidamente dentro de su boca.

ANFITRIÓN: buena chica. Ahora te llevo a casa. Espero que como vampira no te dañe la luz del sol, porque esto no es crepúsculo.

SARA: Ni yo me alimento de Sangre

🙎‍♂️

1 comentario - Esto no es Crepúsculo (relato erótico)

flopy122
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