con tres deditos me toco

Era tarde en la noche…y escuché ruidos. Sabía que no podía ser mi marido, ya que hacía minutos me había telefoneado para decirme que se quedaría en la oficina, para terminar unos escritos que debía entregar al otro día. Estaba quedándome dormida y pensé que había sido parte de un sueño, que recién arrancaba…hasta que volví a escucharlo…no era un sueño…era un zumbido. Esta vez, ya no quedaban dudas, era un ruido, real y salía de mi cocina. Temí prender la luz, y provocar un ataque de un desconocido, así que sin siquiera vestirme, para no hacer ruidos… tomé coraje y me dirigí a la cocina. Estaba todo oscuro, salvo por un resplandor que salía de… la mesa de la cocina. Con el corazón palpitando a mil, me acerqué a mi netbook, que había quedado recibiendo carga, sobre la mesa…
La única forma de acercarme a la net, era situándome justo enfrente de ella, con lo cual, mi cuerpo desnudo…quedó momentáneamente expuesto a la luz azulada de la pantalla…Cual no sería mi sorpresa al notar que no solamente la PC se había encendido, sino que también estaba encendida la luz indicadora de la webcam. Todo parecía inexplicable, tenía entendido que yo debía autorizar cualquier video llamada, para que se produjera, sin embargo, allí estaba la web Cam, encendida. Me puse a investigar cual era el motivo para que la luz azul, hubiera cobrado vida, por sí sola. Tan concentrada estaba en las diferentes ventanitas Windows que encontré en la barra de herramientas, que tardé unos minutos en descubrir, que una de las ventanas, era la de él. Su voz sonó como un latigazo en mi cocina…
-¡qué buen recibimiento! ¡No esperaba un atuendo tan alentador! – ironizó.
Mi sobresalto fue tal, que me golpeé el muslo contra la mesa, lo que hizo que me doblara por el dolor. Instantáneamente, mis tetas se abalanzaron hacia la pantalla.
-ayyyy, menudo machucón, que me quedará!- me quejé.
-ayyyy, gracias, pero podrías besarme con tus labios, en lugar de darme un tetazo!!! – protestó él.
Ese comentario, lejos de parecerme vulgar o desubicado, provocó una risa sincera, que luego se convirtió en una risa traviesa… que, a juzgar por los ruiditos en la net, satisfizo mucho a mi interlocutor.
Estaba allí, era él. Mi amiguito del MSN. No sé cómo pudo conectar mi cámara, pero allí estaba, viéndome, y sonriéndome. Claro, yo estaba en una posición bastante comprometedora. Lejos de incomodarme, o turbarme, tuve una sensación exquisita. La tranquilidad de sentir que no había ningún extraño en mi casa, junto a la exposición involuntaria de mi cuerpo, provocó en mí, algo a lo que no estaba acostumbrada….No puedo o no sé describirlo. Solo puedo decir que mi cuerpo comenzó a temblar, inconteniblemente, mientras que mis dedos comenzaron a teclear palabras inconexas… Mis dedos, vale la aclaración, se mueven con cierta agilidad, y muchas veces he tenido la sensación de que tienen vida propia. Pueden escribir a la velocidad de la luz, lo primero que se me viene a la mente, mucho antes de que mi cerebro, siempre tan frío y racional, pueda contenerlos.
-tú…aquí…yo…qué bueno!…me gusta!…te gusto? Quieres que me mueva para tí?…
Nooooooooo, pero qué estaba diciendo? No podía creer lo que decía mi cuadro de diálogo, y menos aún, comprender esa mirada, entre entusiasta, y sorprendida, que me escrutaba desde la pantalla. Claro, la confianza debería ser mutua, ya que nos conocíamos desde hacía más de 30 años, sin embargo, había algo que estaba claro. Nos habíamos dejado de ver siendo aún muy jóvenes, casi niños. Y esta nueva situación a la que nos enfrentábamos nos resultaba inquietante, adrenalínica. Sus ojos eran los mismos de antaño, y hasta su voz, aunque más grave, me resultaba familiar, sin embargo, la mirada…ya no era aquella mirada infantil, que nos prodigábamos en el herrumbroso subeybaja, de la niñez. Esa mirada estaba cargada de un interés muy especial, muy carnal, y mientras yo sentía que mis piernas temblaban, algunos fluídos comenzaron a brotar…al tiempo que mi corazón se ponía a mil.
- Podés hablarme….yo te escucho perfectamente – puntualizó.
Su voz sonaba como una caricia, que me intimidaba, a la vez que me impulsaba hacia la pantalla. Mis manos, casi sin querer, tocaron el frio plástico y la sensación fue de rechazo. Estaba allí, pero tan distante…
- No, no toques la pantalla. Solo mirame, escuchame, obedeceme.
Su voz era clara, precisa, contundente. No dejaba lugar a dudas. Era imposible no obedecerle. Esa orden en sus labios, me provocaba una sensación de seguridad….me sentía contenida…y esperaba ansiosamente la siguiente orden. Solo se escuchaba el crepitar de la leña en la estufa, y el suave zumbido del disco duro, que cada tanto se aceleraba, como queriendo imitar la velocidad de mis latidos.
- ¿Me escuchás bien?
- ¡Sí! – respondí, tecleando casi al instante.
- Creí haberte dicho que yo te escuchaba perfectamente…podés hablarme.
Se hizo un silencio que parecía alargarse más de la cuenta. Su mirada era inquisidora, firme. No pude soportarla, y bajé la vista. Verme desnuda y saber que era observada, me provocaba cada vez más excitación. Nunca había estado orgullosa de mi cuerpo en general, pero sabía que contaba con algunos puntos “fuertes”, y algo me incitaba a resaltarlos. Deslicé mis manos por mi cuerpo hasta llegar a levantar mis pechos, para hacerlos ver más altos…Eso pareció gustarle, sentí que esbozaba una sonrisa, como si mis pezones fueran el lente de una cámara Nikon, y yo estuviera a punto de tomarle una fotografía. Eso me animó a pellizcarlos, siempre sin levantar la mirada. Se podía escuchar su respiración, cada vez más agitada. Mi corazón, creí que no aguantaría más la presión del momento, y las piernas se me aflojaban. Casi no puedo describir cual fue la siguiente orden, pero debe haber sido que llevara la netbook, hasta el cuarto, porque allí estaba yo, recostándome en la cama, con la computadora, encima de mi almohada. Sus órdenes, eran claras, concisas, e inexpugnables. Igualmente, yo, la que siempre se reconoció mandona, intransigente, dueña de sus actos… ahora me encontraba allí, recostada, no pudiendo dejar de mirar la pantalla, y obedeciendo cada palabra que salía de sus labios, como si en ello me fuera la vida.
- Volvé a acariciarte las tetas, me gustan, y quiero verlas endurecerse ante mi presencia. Más fuerte, como si lo hiciera yo. Más. Otra vez. Estás fuerte!, sos una buena mina, y tenés un fondo sexual, que me gusta….me hace vibrar….me da gustito…
Yo estaba cada vez más tensa, e intenté adoptar una posición más cómoda…
- No, quedate así como estás, de costado. Quiero verte entera, y apreciar las contorsiones de tu cuerpo.
Obviamente no me atreví a contradecirlo. Abrí mi boca, y ningún sonido salió de ella. Qué podría yo cambiar, si todo lo que se me indicaba, solo me provocaba placer… ¿para qué cambiar algo?
- ¿Te gusta?

- Pregunté si te gustaba… ¿seguimos?

- Quiero escucharte, no puedo adivinar lo que te hace feliz. Yo puedo manejar todo, excepto tus emociones. Pero bien, haré el intento de ir, por donde el instinto me guíe. Solo una cosa voy a exigirte: que no dejes de mirarme. Yo necesito ver tus ojos, todo el tiempo.- y repitió lentamente y arrastrando las palabras, como para no dejar ninguna duda- toooodoooo el tiempoooo!

El alivio de saber que no tenía obligación de hablar, hizo que mi cara trasmitiera cierta alegría, lo que fue instantáneamente notado por él, mi buen amigo.
- Sos mucho más sumisa de lo que yo podía llegar a imaginarme!!!, te dejás hacer. Quiero que tu mano derecha, se deslice hacia tus caderas…. ¿te dije alguna vez, que tenés un culo espectacular?, pero en serio, de libro…así, despacito, subí hasta tu cuello, y volvé a descender, suave pero con firmeza. Tu dedos deberán sentirse aprisionados por…
Mi cuerpo comenzó a moverse involuntariamente hacia adelante y atrás, y solo estaba imaginándome lo que me iba a ser solicitado, sabía que no aguantaría mucho más, y cada vez era más difícil mantener los ojos abiertos, y la mirada firme. Mi mano se había detenido en mi vientre, a la espera de la siguiente orden, pero ya se enfilaba peligrosamente hacia ese lugar, que desde hacía mucho rato, estaba anegado. No llegaba a darme cuenta, pero supongo que ya había fluídos mojando mis sábanas. Debía notárseme en la cara lo que estaba pensando, porque su voz, sonó enérgica, y cuasi enojada…
- ¡NO!, en ningún momento te dije que te resultaría tán fácil, alcanzar los lugares más candentes. Yo soy quien dice hasta dónde llegaremos, y en qué momento.
Sus palabras resonaron fuerte en todo el cuarto, y por un momento llegué a asustarme…., la situación me provocó una risa histérica…¿por qué estaba yo allí, tan expuesta, obedeciendo sumisamente las ordenes de alguien que no veía en 30 años, y sin embargo, y lo que más me sorprendía, por qué motivo no quería que se detuviera? Todo esto debió trasmitirse en mi mirada (acabo de descubrir, que mis ojos, también tienen vida propia), porque al instante ví un brillo en sus ojos que denotaba placer. No era placer sexual, como el que estaba sintiendo yo, sino de otro tipo, el placer que debe sentir alguien cuando domina la situación, sin temor a equivocarse.
- Quiero que la palma de tu mano, quede apoyada contra tu monte de venus, y que abras y cierres tus piernas, para que tus dedos queden aprisionados en tus ingles, inmóviles…- y sentenció – hacelo ahora.
Las ordenes, eran siempre así, comenzaban como un pedido, como quien le solicita un trabajo especial al carpintero, y se iban tornando melosas, exigentes, tajantes, irrebatibles.
- Ahora quiero que balancees tu cuerpo hasta que tu brazo izquierdo, quede abajo tuyo, aprisionado también. – y agregó -Hacelo ya.
Si antes me había sentido vulnerable, ahora, que todo mi cuerpo estaba a la vista, mis pechos colgando de lado, mis ojos sin poder dejar de mirar la pantalla, y ese temblor, que no se detenía jamás…todo esto me hacía sentir frágil, saber que no podía tocar lo que yo quería tocar, ni taparme, ni moverme…finalmente hablé…
- Necesito saber qué viene…quiero dejarme llevar y para eso necesito introducir mis dedos en mi vagina, y por sobre todas las cosas – intenté explicarle, -, cerrar los ojos porque yo…

- ¡JAMÁS! – me interrumpió – no creo que sea difícil de comprender que yo estoy al mando!…a menos que…
Mi mirada, que nunca se apartaba de la suya, era inquisidora….y finalmente un hilo de voz, volvió a brotar de mis entrañas, cada vez más temblorosas…
- ¿qué?, ¿a menos que qué?

- Que prefieras apagar el ordenador, y seguir manejando Tú sola, la situación. Esa es la única decisión que yo te permitiría tomar. Y podrías hacerlo cuando quieras, sin siquiera despedirte…

Esas palabras fueron demoledoras. De continuar como estábamos, estaría dando por aceptada, cualquier orden o deseo que se le pudiera ocurrir a mi amante bandido, con todos los riesgos que ello podría implicar…por otro lado, yo tenía la decisión de apagar la máquina, y dejar todo lo ocurrido, flotando en mi cabeza, cual sueño inconcluso….. Lo aturdidor de esta disyuntiva, no era tomar la decisión, puesto que yo no tenía dudas de lo que quería. Continuaría con esto hasta las últimas consecuencias, porque ya no podía detenerme. Pero tener la posibilidad de elegir, era un tormento. Mis únicas dos opciones, eras sentirme una puta, o sentirme una tonta, y lo peor, con él de testigo. Huelga decir que mi amante bandido, supo la respuesta, desde el principio, y tal vez fue por ello, que nunca se borró la sonrisa de su cara. Antes de que yo tuviera que indicar la decisión tomada, y cuando aún estaba buscando la forma de sonar lo menos guarra posible, su voz, implacable, volvió a ordenar:
- Deberás colocarte boca arriba, las piernas abiertas, pero no mucho, como para formar una mesa con ellas, donde colocarás el ordenador, de forma que yo pueda verte a los ojos, pero también tus partes más íntimas.

- Pero… – esbocé

- No te pregunté nada, ahora. – interrumpió él.

Mis piernas sostenían la netbook, en un equilibrio que parecía a punto de romperse… mi cuerpo nunca había dejado de temblar, y las piernas en el aire, no ayudaban mucho a lograr un cambio. Acababa de descubrir que la fuente, aparentemente inagotable, de lubricación que tenía en mi cuerpo… también tiene vida propia….ya casi no puedo controlar ninguna parte de mi cuerpo… mis órganos son independientes, o por lo menos, lo son de mí. Creo que sí responden, a la voluntad de “otros”.
- Ahora bien…- me explicó con la calidez de un profesor a una alumna – es muy importante que mantengas la compostura, ya que el ordenador, no puede caerse, porque se rompería, y es nuestro cordón umbilical, por ahora.
En ese momento sentí que realmente, me sentía así, como debe sentirse un individuo, justo antes de nacer, atado a la vida, por ese pequeño cordoncito… y me dije “no se caerá!”.
- Pero además, – agregó con esa voz, que ya se me hacía imprescindible – recordarás que no podés dejar de verme a los ojos, con el, tal vez sospechado, aditamento, de que deberás mantener un ángulo tal, que no solo nos permita el vínculo visual ininterrumpido, sino que yo tengo que tener siempre, en todo momento, la posibilidad de mirar las partes más íntimas de tu cuerpo….hasta casi penetrar en ellas…
Mi cuerpo volvió a agitarse compulsivamente, provocando que el ordenador se tambaleara. Temiendo que este desequilibrio enojara a mi amiguito, procuré compensarlo de alguna manera, acercando la computadora peligrosamente a mis labios…La imagen debió agradarle, porque no hizo ningún comentario, respecto a la pérdida de contacto visual conmigo, o eso creía yo.
- QUIERO QUE ME MIRES A LOS OJOS Y ME DIGAS QUIEN SOY YO! – vociferó.
- Yooo… – intenté comenzar a explicarme.
- No, conchudita, no te pongas nerviosa. Es solo una respuesta lo que te pido.
- Sos . . . – mi voz temblaba, con cierto temor, o gusto, no sabría identificarlo.
- Soy quien está a cargo hoy, soy el gatillo para que descubras sensaciones nuevas, y por lo tanto tengo el derecho bien ganado, de gozar mirándote – aclaró con mucha seriedad.
- Me dieron ganas de mostrarte algo . . . y creí que te iba a gustar. . . y además…
- NADA. Además nada. Yo sé lo que me gusta. Estábamos en que la netbook, debe permanecer sobre tu mesa de muslos, tus ojos en mis ojos, y tus dos manos, que no han podido quedarse quietas en todo este rato, actuando por su cuenta, deben ser castigadas.
Mi curiosidad era muy grande, y comencé a sentirme de su lado. Mis manos, y sus diez dedos, debían ser castigados. Y se me pasó por la cabeza que una buena manera, sería intentar ahogarlos en aquella zona inundada de jugos, que había por allí abajo. Solo imaginarlo, me puso la piel de gallina, y sentí como el elemento de castigo que yo imaginaba, crecía, corriendo como un arroyo que busca su cauce…hacia mis sábanas. Pues no. Éste método de castigo, no era el que mi amiguito, tenía preparado para mis manos.
- Con cuidado, lentamente, balanceate hacia la derecha, y colocá tu mano izquierda bajo tu nalga izquierda, y repetimos hacia el otro lado…ah, ah, ah, no tan rápido. Esto debe ser despacito, en cámara lenta, casi te pierdo de vista, cariño – reclamó con dulzura. Bien, ahora sí, con cuidado…ole, ese río siempre estuvo allí?, Vale, que vas a tener que cambiar tu ropa de cama, bomboncito!
Mis piernas ya no soportaban más, no sé cuánto tiempo estarían allí, en alto sosteniendo el ordenador. Ahora estaba desnuda, forzando mis abdominales, como jamás me lo exigieron en el viejo gimnasio del norte, mis manos, ya no colaborarían puesto que estaban inmovilizadas, todo mi ser temblando, y mi pequeño introito, intentando hablar, pidiendo a gritos, ser penetrado. Mi mirada, clavada en la suya, era suplicante. Necesitaba que me diera la orden de utilizar mis dedos, o lo que fuera…a esta altura, me hubiera conformado con una zanahoria…
El silencio era total, solo se escuchaban nuestras respiraciones, y yo seguía temblando… y él me miraba, y yo lo miraba… y temblaba…y me miraba…y su cara decía cosas…y ladeaba la cabeza. Podía notar como escrutaba la pantalla, yendo de mis ojos, a ….. Puede una persona generar litros de flujo lubricante, o me estaba haciendo pichí. Podía yo perder el dominio de mi cuerpo hasta tal punto?. Mi cuerpo estaba por explotar, mis piernas se abrieron un poco, y el ordenador quedó aprisionado entre ellas, justo apoyado en mis labios vaginales…nuestras miradas seguían fijas, el uno en el otro, mirándonos en forma oblicua, estábamos graciosamente inclinados….Fue involuntario, me tensé más aún, arqueando mi cuerpo, con lo que mis manos se vieron libres…
- De ninguna manera, las manos donde están. Este recurso es por ahora… ya tendré la oportunidad de ubicarte a mi antojo, y atarte para que tus dedos no se entrometan en nuestros juegos – dijo, por fin.
Esta aclaración lejos de asustarme, me provocó mucha más excitación de lo que me podía imaginar. ¿Atarme?, ¿estaría hablando en serio?, esa idea me provocaba algo muy fuerte en mi interior, y una vez más, mis ojos traicioneros, se lo contaron.
- Si, pero vamos a ir paso a paso, ahora solo está tu cuerpo, y tu ordenador, y “esta” vez,- remarcó – tenés las piernas libres, podés moverlas, usalas, aprisioná tu computadora, y ella te puede dar placeres insospechados…mi visión es perfecta…Vos querés, que yo esté allí. Estoy, sentime, buscame, estoy justo en el lugar que te hace explotar. Dejate llevar…- dijo por fin, autorizando mis movimientos convulsivos.
No dejaba de mirarme, mis rodillas fueron apretando la máquina contra mi clítoris, el talón de la pierna izquierda, la impulsaba hacia adelante, y mi cuerpo se contorsionaba cada vez más, hasta que dejé de mirarlo, mi cabeza se fue hacia atrás, mis manos saltaron de sus ataduras imaginarias, y mientras una agarraba el ordenador, refregándolo contra mi cuerpo, la otra se fue raudamente a buscar mi agujerito, y lejos de ahogarse, el primer dedo de zambulló en su interior, y pronto llamó a dos amigos más para que lo acompañaran, mientras yo me balanceaba a un lado y a otro, no pudiendo esperar más. Sabía que haber liberado las manos sin autorización, me traería inconvenientes en nuestros futuros juegos, y los castigos que se me pasaran por mi mente, nunca serían los previstos, lo que me hacía infinitamente feliz, porque me daría la posibilidad de obedecer nuevamente a mi amante bandido. Esa sensación de colegiala en off side, me conmovió aún más, mi respiración se entrecortó, y alcancé un punto exquisito, justo en el momento en que logré abrir los ojos, y entablar contacto visual, con él, quien estaba mirándome, con avidez, estudiándome, diría yo. Ese profesionalismo, cara de poker, hizo que en un momento, mis revoluciones aminoraran, para luego ver su sonrisa cómplice, y su mano mostrándome tres dedos, con picardía. Y ya no pude más, mi boca quiso esbozar una sonrisa de asentimiento, y solo salió un ruido gutural, mientras que mi espalda se separó casi 30 centímetros de la cama, mis talones y mi cabeza se irguieron como pilares de un puente, y fueron segundos eternos, en los que mis dedos jugaban sin parar, con el pulgar desenfrenado apretando desde afuera…. Y mi mano izquierda que no quería soltarlo, porque era quien me estaba brindando toda esta felicidad. Finalmente mi cuerpo se desplomó sobre la cama, y las lágrimas brotaron como ríos de mis ojos… Estaba llorando, si llorando de felicidad, porque esa noche, había descubierto muchas cosas, y porque sabía que era el principio de muchas otras. Cuando finalmente me calmé, y quise agradecerle los momentos vividos, a mi guía…. Desde el otro lado, me esperaba una mirada dura, enojada.
- No te comportaste a la altura de las circunstancias. Hiciste cosas que no te fueron solicitadas, y tomaste decisiones que no fueron autorizadas. Supongo que sabés que esta falta implica un castigo. – protestó.
- Pero yooo…- intenté explicar.
- Sin derecho a quejas. Esta noche, a la misma hora, en el mismo lugar, y con la misma ropa. Y no vengas sin ellas – dijo.
Mis ojos lo miraron interrogantes.
- Serán 2 metros de una cuerda fuerte pero suave.
Creo que eso ya estaba provocando otro orgasmo que comenzaba a gestarse en mi pequeño océano personal, y lo debo haber manifestado con mi mirada, porque sonriéndome desde la pantalla, me guiñó un ojo, a la vez que limpiaba una mancha blanquecina que tenía en el lente de su web Cam, y cortaba la conexión

2 comentarios - con tres deditos me toco

rbackman
Buen relato, me llevo un rato leer todo, gracias por compartir 🙎‍♂️
RicardoNoto
te felicito esta muy genial espero pases por mi primer post saludos