Sexo en paris

Sexo en paris

Bueno aqui contare la historia de "nina" Nombres cambiados para protejer las identidades
Nina:

Llegando a paris
Me pongo uno de los vestidos lindos que traje para esta travesía. Es ligero, azul, escote en V, lo bastante sexy como para saber que si me agacho mi linda lencería roja saldrá a flote.
He tomado una ducha, me visto y preparo mientras tengo la ventana abierta de mi cuarto de hotel. Mientras me pongo linda abro miro la torre Eiffel que se ilumina cada hora por la noche. Wow qué mágico espectáculo.

En fin, el caso es que dicen que los franceses son nacionalistas ¿no? Entonces para hacerle honores a la bandera me he puesto hoy los colores que le dan forma: azul, blanco y rojo. Lo blanco, mis zapatos y la bolsa. Espero que el francesito que conocí este día se dé cuenta de mi sentido del humor.

Este mediodía en Pigalle fue él quien me preguntó mi nombre. Nina no le pareció raro, como a veces me ocurre en México, y es verdad, mi nombre es muy común aquí. Y debo decir que me encanta. El de él por suerte no es tan difícil de pronunciar para mí: François. Pero cuando lo pronuncio me parece como un chiste: ay si tú, muy "fransua". Así que prefiero decirle Frank. Espero que no le moleste.

Frank me dijo que vendría esta noche por mí para llevarme a conocer las profundidades de París, imagino que me llevará a cenar a una brasserie clásica de esas que me muero por conocer acompañada por alguien que sabe qué pedir, én dónde y cómo no parecer turista perdida en las inmensidades de esta ciudad luz.

Luego, seguramente me llevará a bailar a algún sitio, a conocer una verdadera "soirée" francesa con la música de moda que bailan por estos lares y terminaremos hasta altas horas de la madrugada en mi habitación de hotel si es que antes no hemos sucumbido de deseo y pasión en el taxi.

Es ya la hora en que Frank me dijo que llegaría. Suena entonces, con singular puntualidad, el teléfono de la habitación. Es la recepcionista que me avisa que él está esperándome abajo. Estoy a punto de decirle que sí, que ya bajo, cuando él parece preguntarle no sé qué en un francés del que no entiendo una palabra. La recepcionista sólo me dice en inglés que el señor está a punto de subir a mi habitación. Ok. Corro a arreglar un poco el desorden de maletas, a ponerme un poco de gloss en los labios y un poco de... cuando tocan a la puerta.

Abro la puerta y parece impresionante la belleza de este hombre. No es rubio, tiene el cabello un poco rojizo, ondulado y largo, desmechado pero con estilo. Los ojos azules y no es muy alto ¿pero quién se fija en pequeñeces? Viene en un negro total, elegante pero clásico. Quiero comerlo ahora mismo. Me entrega un ramo de flores de colores: no rosas, demasiado cliché, me dice. Wow, le respondo que es verdad entonces todo eso sobre el romanticismo francés. No, ése es otro cliché. Los franceses sólo son románticos en las películas y lo fueron en los años 50. Hoy ya nadie se acuerda de lo que es eso aquí. Me siento halagada, bueno, ok, gracias.

Se da cuenta al fin de mi vestido, de mi escote y de mis piernas que no deja de mirar. Me dice que estoy guapísima y rápidamente me pregunta si acaso la lencería que llevo es roja porque entonces así jamás la bandera de Francia estuvo tan mejor puesta. Le digo que sí. Que si quiere lo descubra.

Cierra la puerta y lejos de tener miedo tengo entonces un imparable deseo. Me toma por la cintura y me da uno de los mejores besos que me hayan dado jamás. Largo, intenso, grande, conocedor. Mientras sus manos recorren la redondez de mi trasero. Después de ese beso no podemos hacer nada para que la pasión no desborde. Mete su mano entre mis cabellos, huele su perfume y me dice algunas palabras en francés al oído. Pienso: este hombre sabe y habla tanto de clichés que no me importa que los cometa conmigo. ¡Más, más clichés por favor!

Yo en ese momento estoy tan mojada que me he olvidado de la brasserie, la cena y la supuesta salida a bailar. Lo que quiero ahora es bailar sobre esa cama, cenarlo a él y quedarme con ese hombre en mi habitación toda la noche.


Y eso... lo contaré en mi siguiente post...

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