El mejor relato

Les dejo una historia de las mejores!

Lucy...veterana almacenera

Hace muchos años que conozco a Lucy. Ella es dueña de un pequeño almacén que queda a pocas cuadras de mi casa en Buenos Aires. Lucy tiene unos 55 años, bien llevados por cierto, con un hermoso par de buenas tetas y un culito que hace tiempo es mi obsesión…
Siempre nos miramos de manera especial con Lucy. Ella esta casada, y yo también, pero ambos nos teníamos muchísimas ganas. Vieron cuando hay onda con una mina? Es al pedo, uno se hace el boludo un tiempo, pero llega un momento en el cual las cosas se tornan insostenibles, y por algún lado la cosa estalla...
Yo no podía decirle mucho, pues notaba que su marido sospechaba de todo hombre que se le acercara a su hembra, y lo bien que hacía este buen señor, pues Lucy estaba realmente para cogerla sin parar…De modo que este buen hombre, tenía a Lucy “marcada hombre a hombre” como se dice en términos futboleros, sin perderle pisada y controlándola en cada uno de sus movimientos.
Era casi imposible intentar algo con ella , ya que para colmo su “maridito carcelero” estaba desempleado desde hacia años y vivían de una pensión. Pero había algo más que celos, e indagando un poco supe de algunas infidelidades por ambas partes en sus años juveniles y de un problema de próstata de él, que impedía una buena vida sexual, y el hecho de no poder satisfacer a su hembra, mas el terror de que se marchara con otro, explicaban su implacable vigilancia y recelo por su esposa.
Algo habia entre nosotros. Algo que había logrado franquear su férrea custodia, ya sean miradas, palabritas cargadas de doble sentido, roces de manos al intercambiar dinero…
Pequeñas muestras, indicios apenas de una calentura que cual volcán en silenciosa eclosión, crecía escondido en los abismos de nuestros deseos mas ardientes…
Como ven, nos teníamos entre ceja y ceja.
Ambos buscábamos la oportunidad para realizar nuestras fantasías, pero nos movíamos con sigilo, sin levantar sospechas de nadie, como panteras en celo que se acechan en las sombras de una selva negra, Lucy y yo estábamos conectados, pero debíamos esperar…
Pasamos años deseándonos en secreto. Cuánto lamento haber perdido tanto tiempo!!!!
Yo entre tanto seguí cogiéndome a mi esposa imaginando el culito de Lucy. Quería lamérselo, abrírselo con mi lengua, enterrar en ese monumental orto mi pija bien dura y llenárselo de tibia leche. Cada vez que pasaba por el frente de su despensa o la veía barrer su vereda la saludaba cortésmente, pero por dentro la desnudaba y le hacia todo aquello que soñaba hacerle alguna vez. Su boquita también me enloquecía… Mis pensamientos se hacían la película con esos labios a los que casi podía ver tragarse mi verga con desesperación y mamarla como una fiera, como una descontrolada hembra sedienta del mas caliente placer tanto tiempo negado…
Mas tarde supe que pensamientos parecidos a los míos revolotearon su cabecita por muchooooo tiempo… deseos de semen y de maratones de sexo conmigo. Lucy me contaría (ya con nuestro acto consumado) que fueron incontables las veces que se pajeó pensando en mi. Yo tuve que confesarle que, muchas veces, al hacerle la cola a mi mujer, me la imaginaba a ella!!! Que pérdida de tiempo…! Tantos años queriendo los dos lo mismo…
A veces me consuelo diciéndome que el quererla tanto y desearla por tantos dias fue lo que hizo del sexo con ella, Tal vez el mejor sexo que he tenido, seguro de los mas calientes.
Oh, si! Ella siempre será una de las GRANDES MUJERES DE MI VIDA, me hizo, me hace, y me hará el hombre mas feliz del mundo en la cama. Pero me estoy adelantando a lo que ocurrió entre nosotros. La historia arranca asi;
Un día mientras me vendía algunos comestibles, sabedor de que su marido no estaba, pues le había visto salir momentos antes, inicié el ataque final.
Comencé diciéndole que estaba guapa, a lo que me respondió que yo también tenía lo mío y que era codiciado por mas de una mujer en el barrio. Me reí y me animé a preguntarle:
-Y por vos no Lucy?
Ella se sonrojo apenas y mirando pícara me soltó:
-Más vale que sí. Estás muy bueno…
Casi no podía respirar de calentura y nervios. Tengo 34 años y esa hembra era un sueño largamente anhelado por mi verga. Casi tartamudeando le contesté:
-Podríamos hablar de ello en otro lugar no te parece? Digo…si quieres
Ella aún con esa sonrisa sexy en los labios me dijo:
-Claro que quiero. Toma mi celular…- y anotó el número en un papelito. Yo la miraba escribir y sentía una revolución en los calzoncillos. No sólo se me estaba endureciendo, se me mojó de una.
Ella se inclinó hacia mí y bajando la voz me dijo:
-Llámame de tarde y arreglamos…si no te respondo es porque esta Juan conmigo si?
-Ok Lucy. Me muero de ganas de charlar contigo.- Le susurré.
-Y yo con vos…¡Chau! - se despidió nerviosa pues venía su hijo entrando desde la calle.
Esa misma tarde la llamé y arreglamos vernos a la mañana siguiente, a unas cuadras de allí.
¡A la mañana!!! Nos citamos para ir a garchar a la mañana!!! Era el único horario en el que no levantaríamos sospechas.
Esa noche no dormí. Tenía la pija endurecida y no se me bajaba, pero no quise culiarme a mi mujer, para reservar todo el semen para mi encuentro con Lucy.
Me costó calmarme, pero al final, cerca de las 2; 30 de la madrugada, me dormí.

Me desperté con el despertador clavado a las 7:00 am. Me dí una rápida ducha y salí a las apuradas. El sol entibiaba el asfalto húmedo de rocío. Los pájaros cantaban mas fuerte que de costumbre. Mi adrenalina estaba por las nubes.
Al llegar a una cuadra de la dirección ví a mi mujercita esperándome.
Se había producido para la especial ocasión, un vestido no muy corto, pero bien pegado al cuerpo, una blusa escotada, labios rojos y zapatos de taco…Mmmmmm….de sólo verla así para mí, mi aparato se puso al palo con semejante espectáculo.
- Hola Lucy. Tomemos un remís. Tengo un lugar que quiero mostrarte.- dije al tiempo que la besaba en la mejilla pero orillándole los labios. Su sonrisa compitió con el sol, iluminándome los ojos.
En el viaje casi no hablamos. Bajamos en una estación de tren, pero sólo para cambiarnos de remís, por las dudas.
Llegamos a un hotel y le pedi al chofer que entrara al estacionamiento y nos bajara allí, para no correr riesgos de ser vistos. Parecía una de espías!!! Que persecutta que teníamos!!!
Asi lo hicimos y nos registramos en la suite 23, del segundo piso.
Mientras subíamos en el ascensor abracé y besé a mi Lucy con pasión. Nuestras hambrientas lenguas se encontraron afiebradas en una caliente batalla. Mis manos bailaban por su cuerpo, yendo de sus nalgas a sus pechos y viceversa, mientras ella palpaba mi “paquete”. Yo estaba en mi cielo, soñaba despierto, quería congelar ese instante para vivirlo eternamente, y aún lo mejor no había llegado. Gocé ese beso. Lo disfruté como la dicha misma. Eramos bocas, manos, lenguas, dedos, pieles, humedades y deseos atropellándonos en la cumbre de la excitación. Entramos a la suite y continuamos besándonos y manoseándonos como desesperados.
Desvestirnos fue cosa de pocos instantes, primero quité su blusa, luego su vestido y la dejé en corpiño y tanguita, ella me quitó la camisa y el pantalón dejándome en bóxers.
Le arranqué el corpiño y comencé a chupar esos pezones duros y erectos mientras mis manos rebalsaban de tetas.
Ella jadeaba despacio al principio, pero rápidamente fue aumentando la intensidad de su goce.
- Si mi amor - me decía - chupame bien estas tetas bebé!!!
Me sacó la pija dura del bóxer y la comenzó a menear. Mientras tanto mis dedos ya investigaban la humedad de su vagina con suaves movimientos sobre su clítoris, lo cual la hacía temblar en espasmos de gozo.
Caímos en la alfombra, mientras nos dábamos a la tarea de brindarnos goce oral. Hicimos un 69 impresionante, ella me aferró la poronga con ambas manos y se la tragaba casi hasta la campanilla de su garganta una y otra vez sin darle tregüa a mi glande empapado por mis jugos y su saliva.
- Cógeme papito, haceme tu hembra, llename de tu leche por todos mis agujeros –clamaba entre jadeos y gemidos.
Yo estaba alucinado con su inundada concha, metia mi nariz en su vagina, mi lengua succionaba su humedad, me relamia mientras jugueteaba con su clítoris y la hacía gritar mas y mas fuerte… Estaba tan caliente que restregaba mi cara en esa argolla, empapándome con sus juguitos!!!
Le abrí las nalgas, grandes, lindas, exquisitas y me mandé de cabeza a chuparle el culo. El olorcito tenue a mierda mezclado con el olor de su flujo no me dieron asco, tal vez por la excitación que tenia, me pusieron aún mas al palo y me abandoné a la inminente descarga de semen que ya sentia venir.
La tome de la nuca y le anuncié:
- toma mi lechita Lucy, tómala toda, no derrames nada mi amor!!!!
- Siiii papi…hag…aggghhhh,,,slurb…chup…chup…slurbss..ahhggghh…siii..mmmmm…
Mientras mi pija se vaciaba en su garganta, y Lucy dudó si quitarse de alli, pero yo la sostuve firmemente de la nuca y los cabellos para que finalizara de tragarse mi semen, senti su lengua viboreando alrededor del glande mientras mi chota escupía esperma. Ella taponaba el agujerito de la cabeza unos segundos y lo destapaba para dejar correr mi lechita. Qué manera de chupar una poronga!!! La estaba saboreando, y yo me sentía al borde del desmayo. Volvi como pude a la carga con su conchita divina, con mi lengua y con mis dedos y al cabo de un rato, ella comenzó a tener un orgasmo que la hizo contorsionar como una serpiente…me restregaba el orto en la cara y me empapaba la boca con su acabada…Casi se me sienta en el rostro, aplastándome con su sexo chorreando y ardiendo en orgasmos.
Fue sensacional. Mi Lucy gritaba.
- Ahhhhhhh....ahhhhhhhhh...ay..ay...ay... siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii...ahhhhhhhhh...ayyyyy...siiiiiiiiiii...cogemeeeeee....siiiiiiiii...
Se desahogaba de meses sin un polvo decente. Se desahogaba conmigo, un hombre que siempre la había deseado y que estaba feliz de hacerla feliz. Me encantaba que gozara así. Yo sabía cuánto ella lo necesitaba, y verla temblar y revolcarse de placer, con sus gemidos llenándolo todo con esa melodía tan cachonda, me daban la pauta que estaba dándole a Lucy algo mas que un polvo; le estaba dando una revancha contra su vida gris.
Ya mas calmada me limpió la verga con devoción y esmero, lustre le sacó la hija de puta…
No les voy a hacer el típico verso de que mi verga se paró en segundos, nada que ver. El segundo polvo tuvo que esperar a la naturaleza unos 15 minutos. Su flequillo le cubría un ojito, ella me sonreía.
- Sos una fiera! - me elogió.
- Vos sos una dulce - le contesté.
La atraje a mi pecho, y la apoyé allí, mientras le acariciaba sus cabellos dorados. Sus uñas pintadas de rojo jugaban con el vello de mi pecho.
- Valió la pena la espera mi amor- le dije.
- SIIII!!! Ya lo creo que si! - respondió emocionada.
Nos miramos fijo, con la sonrisa de los amantes furtivos que ya no tienen nada que esconder. Nuestros labios se buscaron, nos lamimos, nos metimos las lenguas hasta la garganta, nos chupamos las bocas con pasión y arrancamos con otro 69 divino. Y con paciencia y mucho trabajo de su mandibula, mi amigo se endureció otra vez!!! Las venas hinchadas y el glande enrojecido volvían a pedir un segundo tiempo.
Una vez empalado le pedí que montara mi miembro de una buena vez. Quería que mi yegua me montara mientras me deleitaba con sus tetazas.
Asi lo hizo. Cabalgaba como una furia, gritaba, me rasguñaba el pecho, gemía de lo lindo, me gritaba que la haga acabar toda la tarde, y yo me deleutaba viéndola cerrar los ojos y abandonarse al traqueteo encima mío. Nos disfrutamos un largo rato. Se vino mientras yo chupaba sus tetas y metia mi dedo en su culo, y aunque en principio se mostró incómoda con mi indice hurgando su recto, al rato le tomó el gustito y con amor y abundante saliva, hice desaparecer anular e indice en su hoyito cremoso.
-ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh ……ahhhhhhhhhhhhhhhhhh…..ahhhhhhhhhh mi amor……
La muy puta se me venía, se estremecía en un intenso frenesí y todo preanunciaba una acabada de aquellas.
Me tuve que concentrar en pensamientos abstractos para no dejarme ir y llenarla ahi nomás. Los jadeos y los grititos eran una banda de sonido demasiado excitante, pero logré bancar la lechada en las pelotas un rato mas, mientras ella acabó con una violencia y una energía que duró unos cuantos minutos, tras los cuales casi se desmaya encima mío. La mimé mientras se reponía, dándole besitos en el cuello y las orejas. Ella me volvió a repetir:
- Sos muy dulce vos! Mirá que a mi eso me fascina! Me puedo volver adicta!
- Eso me haría tan feliz preciosa! - le respondí con una sonrisa.
Su corazón latía rápido, y por sus muslos se percibían las réplicas del temblor de su orgasmo.
La acosté boca arriba, le abrí las piernas y le comencé a lamer de nuevo la argolla, puse sus tobillos en mis hombros, ella me dijo;
-hace años que no me hacen patita al hombro!!!
Me recalentó aun mas!!!
La embestí sin mas trámites, sintiendo como resbalaba mi verga en esa cueva lubricadisima y algo estrecha.
-Cojeme hijo de puta!!! Gozame papito!!! -me decia ella en susurros bien de puta.
-Si mi amor!!! te cojo mi hembra -le respondi entre mete-saca...
Un buen rato de bombeo para que mi Lucy repasara viejos recuerdos.
Me salí de su conchita y entonces, ayudandome con ambas manos, subí mas sus caderas hasta tener su culito al alcance de mis labios y mi lengua.
Le metí la lengua en el culo y lo fui dilatando, intercalando lengua con dedo, salivandolo, mojandolo, dilatandolo con paciencia mientras sus jadeos aumentaban intensidad…
-hmmmmmmmmmmmm siiiiiii papito rompeme el orto!!!! Bramó enloquecida – adivinaba mis intenciones.
La di vuelta y le meti primero el glande, que costó entrar en esa cuevita, pero cedió enseguida, ella gritaba y me pedia que fuera mas suave, y lo fui.
Poco a poco fui metiendo carne a ese apretadísimo ojete que cedía con esfuerzo…
Mucho tiempo sin uso. Una pena.
Seguí enterrándome.
-ahhhhhhhhhhhhh siiiiiii cógeme hijo de mil puta, partime el orto, llename los intestinos de leche ¡!!!
- Siiiiiii mi amor aca la tenes adentro, bien adentro, te parto como a un queso yegua de mierda!!!
Y el mete – saca no se hizo esperar…
Gritos, jadeos, gemidos, insultos, mi verga entraba enloquecida en ese agujerito cremoso y estrechisimo…
Ella gozaba como una puta, me daba culazos, ayudaba a que mi pija se entierre mas y mas dentro suyo…
- La quiero hasta los huevos papito…!!!!- me gritaba poseída de calentura la muy turra.
Yo seguía bomba y bomba...
- Si tomá tomá poronga nena, te lleno el caquero de lechita!!!!
Ya no pude mas, ella se venía y yo también.
Aceleramos movimientos, y ella gritó su orgasmo mientras le sobaba las tetas por detrás…
- Lucy mi amor, te lleno el orto hija de puta gózame ahhhhhh... aha... haha... haha... haaaaaa...siiiiiiiiiii!!!
Los chorros de semen la inundaron en segundos y caimos en la tersura de la alfombra…
Un hilo de leche asomaba de su agujerito. Nos abrazamos, ambos teníamos la piel erizada.
Mientras nos besabamos como si recién empezaramos la garchada, ella me invito a la camita, a darme mas de lo que tenia guardado para mi…
Y seguimos dandonos amor por horas. MI LUCY y YO…
- Me vuelvo a sentir viva - me dijo aquella gloriosa mañana.
Y yo sentí en el pecho, la convicción de que aquello que hicimos, no debería llamarse pecado...

El gerente del hotel llamo 2 veces esa mañana para avisar que nuestro turno habia concluido…


aguanten las minas veteranas

1 comentario - El mejor relato

acariciameporfin
El valor de un par de zapatillas rojas como publicidad mas un par de contactos adecuados .