La hermana de Juan 3

LEE LAS DOS ANTERIORES PARTES ANTES

http://www.poringa.net/posts/relatos/1294689/La-hermana-de-Juan.html

http://www.poringa.net/posts/relatos/1297050/La-hermana-de-Juan-2.html

Y SE VA LA TERCERA:

Mara me fue acariciando el pecho y el vientre hasta llegar a mi pija. Mientras yo trataba de reaccionar, mi verga por suerte ya estaba despierta.

Ella la sobó lentamente por sobre el calzoncillo, hasta que se dio cuenta que yo ya estaba despierto. La señal supongo, fue mi mano buscando torpemente sus tetas al desnudo y luego su entrepierna, todavía cubierta por una tanguita blanca de algodón.

-Que pasa nene? Te calentaste? Jajaja,- se rió.
Yo para no ser menos me reí también y luego retruqué.
-A vos se te nota toda la bombachita mojada.

Ella se rió, me dio un beso en el cuello y acercó su boquita a mi oído. “Es que estuve toda la noche pensando en comerme ésta pija”, me contestó. Entonces metió la mano dentro de mi bóxer, la agarró y se acomodó.

Estuvo unos segundos mirándola de cerca como si fuera un premio, y luego comenzó a lamerme todo a lo largo. Estuvo dos minutos pasando su lengua de arriba abajo, sin metérsela nunca en la boca.

Lamió todo el tronco, el glande, y también los testículos. Los huevos reaccionaron al contacto con su lengua y se fueron bien para arriba al tiempo que la pija pegaba un salto en su mano que la sostenía firme.

Eso le encantó y me hizo una mamada de huevos genial, antes de volver a la verga. Yo la agarré de la cabeza y la obligué a meterse toda mi pija en la boca, y ella me agarró el tronco de la chota con una mano para hacer tope.

“Vení que te quiero comerte toda”, le dije suavecito. Pero ella no largaba el pete. Le tiré del pelo para sacarle la pija de la boca. "Si… hacéme lo que quieras Max…". La acosté con las patas abiertas.

Le corrí la tanguita y palpé esa conchita, estaba empapada, llena de juguitos. Empecé a acariciarla con mis dedos, ella se movió y uno de mis dedos fue a parar derecho en su agujerito. Muy linda putita!. Le separé bien las cachas y me dediqué a chuparle esa rajita hermosa.

Mi lengua rozaba su clítoris mientras dos de mis dedos seguían entrando y saliendo de su concha empapada y viscosa. La visión era inmejorable… por Dios… ese ojetito!, Sin dudarlo, en medio de esa frenética chupada de argolla, le puse un dedo en la entradita de su culo y con el mismo balanceo de Mara entró.

“Ayyyyyyyy, uummm”. “¿Te gusta?”, le pregunté. No me contestó. Me metí de lleno en su concha. “Ahhhhhh”. Así siguió gimiendo. “¿Te gusta bebé?”, volví a preguntar. “Siii” largó suavecito. Casi un suspiro.

Otra vez le pasé toda la lengua por la concha. Dos o tres veces más y después me entretuve jugando con su clítoris. Hasta que aflojé y la miré. Estaba divina, abiertísima de piernas, con los pezones parados y la cara colorada de la calentura.

“No pares por favor que me encanta, seguí”. Me sumergí otra vez y empecé a darle la mejor chupada de concha y ojete que podía. “Sí pajeame Max!”, decía. Ella se retorcía y gemía, marcando su pronto orgasmo “Aaaaahhhh”, largó.

Yo aceleré los langüetazos. “Me viene!…me viene!…aaah! Cómo acabo!… Tomá, toma, acabo en tu mano…cómo me gustaaaa!…me guuustaaa! Meee…guuustaaa!…”. Y se vino a chorros. Acabó como una reina mojando toda la bombachita.

Como salía! Me lo comí todo, lo que hizo que se volviera a poner a mil. Yo seguía al palo, así que me le subí hasta llegar a su boca y nos volvimos a besar. Y mi pijita sola se le acomodó entre las piernas.

-Pará ponete un forro primero.
-Acá no tengo, tengo arriba,- le dije.
-Agarrá de mi cartera que está ahí,- me señaló.
Manotié y encontré unos Prime. Abrí la cajita y en dos minutos me chanté uno. Cuando giré para ir de una a la batalla ella estaba con una sonrisa.
-Qué pasa!?
-Nada.

Le levanté las piernas y le saqué la bombachita mojada como un trapo de piso. Me le acomodé entre las piernas y le calcé el glande entre los labios vaginales. Después la miré a los ojos mientras se la dejaba ir. Cerró los ojos, se mordió el labio y después soltó un “ahhh”.

Me quedé quieto sin moverme, con la pija clavada, hasta que abrió otra vez los ojos y me miró. “Ayy que lindo sentirte así”. “Qué linda que sos”, se me escapó sin pensarlo. Y entre a cogerla. Ella respondió cerrando otra vez los ojos y ahogando sus gemidos. “Ayy cómo me gusta esto”, me dijo despacito.

Yo me la cogía suave, como acariciando su concha con mi verga. Y ella no paraba de darme manija con las cosas que decía. “Que buena pija que tenés, me encanta esa pija, dámela ¡todaaaaaaa!”. “Te gusta mi pija?”. “Siiiiiiii, sssiiiiiii, dámela hasta el fondo”

Que sensación más maravillosa, tener un perrita así, totalmente entregada, con todo el control de la situación, pidiendo a gritos que la coja, y por si fuera poco morbo, la hermana de mi amigo. “¿Te gusta que te garche?”, le decía. “Siiiiiiii, cogéme, cogéme!”

Mientras, le había agarrado las tetas, y juntándoselas, le estaba comiendo los pezones.
- Así, así, cómetelas, me encanta ver como te las comes…
-Qué buenas tetas que tenés!
-Seguí chupándomelas entonces,- pidió en un susurro

Mi verga ya había entrado toda y yo la sacaba hasta la mitad y se la volvía a enterrar hasta las pelotas. Eso la calentaba más y me decía: “Cógeme, cógeme, cógeme…así, así, así…si, si, si, ahhhh, ahhhhh, ahhhhh…aaaaaahhh…”

Le aceleré la cogida dándole más fuerte y sentí que se le venía otro orgasmo. Mi pija estaba lista también y mis huevos se prepararon para vaciarse. Yo pare, como tratando de controlarme. “No me acabés, que quiero más”, dijo ella. Se le saqué y le pedí que se pusiera en cuatro.

Con la cabeza de ella apoyada contra el respaldo, yo me dediqué a acariciarle el culo mientras se me tranquilizaba un poco la japi. Se lo lamía, lo abría y le empecé a comer la rajita, todo muy despacio, ella me pedía que se la ponga.

-Querés verga?
-Siiiii, dámela, quiero tu pija yaaaa!
-Tranquilita, vas a tener que espera un cachito más.

Estuve un par de minutos dándole lengua a la conchita y el culito. Se lo llené de saliva y le metí el dedo índice mientras le lamía el clítoris y ella gritaba: “Siiiiiiii, asssiiiiiii, mmaaaaaaaaasssss, dame la pija, no puedo más. ¡Quiero que me cojas!”.

Me arranque el forro que estaba seco y le acerqué la cabeza de la pija a la conchita y se la frote despacito. Ella pedía que se la meta

-¿La querés? Me vas a tener que rogar putita.
-Dale, por favor cogeme que no aguanto más,- dijo ella.
Y se le mandé despacito
-Siiiiiiii, asssiiiiiii, hasta el fondoooooooo.
-Que linda conchita que tenés… está mojadita mal!
-Aaayyy si como me calentás…. Aaayy ayyy que rica pija…,- decía mientras yo le manoseaba el culo.

Metió una mano entre las piernas, y mientras se comía la verga, me acariciaba los huevos. Mi calentura ya estaba al máximo y yo reloco viendo como rebotaba mi vientre contra sus nalgas. En un momento la agarré de los pelos y le tiré la cabeza y aceleré la cogida.

Ella acabó diciendo “asiiiiii que mmme viiennnneeeeeeeeee aaaagh!!!!!!”. Yo aguanté la leche como pude, hasta que ella terminó de sacudirse, entonces me salí y le regué toda la cola y le espalda.

Cuando me recobré del vértigo y pude hacer foco, me quedé viendo las manchitas de semen en su espalda y se las unté. “No seas chancho”, dijo ella y salió disparada al baño. Yo la seguí y me metí atrás de ella en la ducha.

Yo le enjaboné la espalda y la cola hasta dejarla limpita y después ella hizo lo mismo con mi verga. Mientras la manoseaba con el jabón limpiándomela (al tiempo que simulaba una paja), me dijo “que buena pija que tenés”.

“Sabías que mil veces le pregunté a mi hermano por vos…”, siguió ella. “A mi nunca me dijo nada”, le dije. “Mentira, a mi me dijo que te preguntó por mi y le dijiste que estaba buena”, retrucó.

“Eso si, pero nunca me dijo que te gustaba”, aclaré yo. “A mi me dijo que tuviera cuidado porque la tenías muy grande”. “Eso te dijo?!”. “Si, me dijo que tuviera cuidado porque la tenés grande y fama de rompeculos”, se rió. “Es un boludo, lo voy a matar”, le dije.

“Al revés, tenés que agradecerle que me dio manija”, me corrigió. “Ahh bueno, marche una grande para el culito de Mara entonces!!”, le tiré mientras la agarraba de la cola. Se rió otra vez. Estaba hermosa.

Volvimos a la cama, nos tapamos porque con el aire acondicionado hacía frío en la habitación, y ella me pidió que la abrazara. Se enroscó a mi cuerpo entrelazándose las piernas. Y se quedó dormida al rato. Yo también.

Cuando me desperté estaba solo en la cama. Me di cuenta que había dormido un montón. Miré el reloj y ví que eran las cuatro de la tarde. Me puse el jean y salí del cuarto. En el living estaba Juan jugando a la Play.

“Boludo, cómo torraste”, me dijo. “Estaba palmado”, le contesté. “También, qué manera de garchar”, me contestó. No sabía si me lo decía por lo de las dos pendejas o si había escuchado algo de lo que había pasado con su hermana. ‘Que pendejas putas”, contesté a final.

“Por suerte se fueron, dos días más y quedábamos anémicos, jajaja”, se rió. Yo me reí también. “Igual del bocho quedé recaliente”, agregó al rato. “Yo también”, dije. Era una cagada tener que estar midiéndome con Juancito. Pensaba, yo se lo escupo como salga y listo. Sabía que no iba a pasar nada. Pero me contuve. De cagón, o de culposo, no se.

“Qué hacemos hoy”, me preguntó. “Relajemos un poco”, le dije. “Tenía ganas de hacer un asadito y invitar a las chicas”. “Dale, yo lo hago”. “Sabías que te iba a pedir que lo hicieras vos, a mi me sale horrible”, me dijo. Le mandó un texto a Mara y Nati a ver si se prendían. Mara contestó “le digo a las chicas”. Nati: “dale, a qué hora”. Quedamos para las nueve.

El resto de la tarde boludeamos tranquilos sin salir de la casa. La Play nos robó dos horas de partidos. Y después nos metimos a la pile. Otra vez la charla fue para el lado de las minas.

“Sabés con qué ando caliente no?”, me dijo. “No”, dije. “Con agarrar a Nati y a Fer”, me contestó. “A Nati dos copas de chapán y arranca”, le dije. “No se, a mi sigue sin aflojarme”. “O un poquito de merca”, seguí yo. “Es merquera?”, me preguntó Juan.

“Me dijo tu hermana que anduvo toda la semana como loca para ver quién le conseguía acá”. “No sabía nada”, dijo él. “Y la petisa (por Fer) está recaliente. Ayer la vi hablando con un pibe y andaba como loca por comérselo, y el putazo no le dio ni la hora”. “Y vos con mi hermana qué onda?", tiró después Juan. Glup. Me había relajado y se vino nomás.

“Me vuelve loco”, le dije. “Y dale. Ella te tira onda a más no poder”, me contestó sin drama. “Ayer nos dimos un beso”, le dije. “En el boliche?”. “Si”. “Me hubieras dicho y te quedabas”, me tiró y le cambió el tono de voz. “Vos estabas clavado con ir con las dos pendejas”, le dije. “Che, bueno, tampoco te hagas el sacrificado que la pasaste mal por mi”, sonó medio enojado. No se si venía en serio o en joda porque él todo el tiempo se hacía el actor.

“No boludo, lo que digo es que vine a Carlos Paz para estar con mi amigo, nada más”, contesté serio. “Ya lo se boludo”, me dijo. “Te jode si pase algo con Mara”, pregunté directo. “No, nada que ver. Si yo le doy manija con vos todo el tiempo”, conestó otra vez relajado.

“Es cierto que le dijiste que tuviera cuidado que la tenía grande y era un rompeculos”, le pregunté. “Jajajajaj”, se cagó de la risa. “Se lo dije en joda…”. “Ella me dice que se lo dijiste para darle manija”, le dije. “Bueno, se ve que le quedó…q ue turra que es… son todas putas…” . “Es tu hermana boludo, un poco de seriedad”, le dije en joda.

“Porque sea mi hermana no quiere decir que no le pueda gustar la pija! Eso si, cuidáte porque después no te la sacás más de encima. Esta te pone de novio…”. “Me gusta de novia”, le dije. “Con mi hermana o no, si te pones de novio te puteo…”, me dijo siguiendo la joda. “Sos un caso boludo… sos el único tipo que conozco que habilita a la hermana, pero si le decís que va en serio se enoja…jajaja”.

Tipo siete marchamos para el supermercado a comprar todo para hacer el asado, y mucho chupi. Volvimos a la hora y media. Me puse a preparar la carne y después a hacer el fuego. Cuando vi que había arrancado bien, me fui a pegar un baño. Cuando salí de la ducha las minas habían llegado. “Pensé que ibas a cocinar” me dijo Nati bardeando. “Fumá, ya está todo encaminado”, le contesté. Le di un beso a Fer y otro a Mara, en la mejilla.

Después rajé a ver como iba el fuego. Puse los chorizos y la carne. Las chicas armaron las ensaladas y Juan se encargó de servir la bebida. Yo tomé cerveza con Juancho, pero a ellas se les dio por armar unos tragos con naranja, frutillas, durazno y vodka. Para cuando salieron los choris ya estaban colocaditas.

“Hoy a dónde vamos?”, preguntó Nati. “Yo por mi me quedaría acá”, dijo Mara. “Vos también te quedás?”, preguntó Juan mirándome. “Yo mañana me vuelvo”, le dije. “Me había olvidado, a qué hora te vas”. “Tengo vuelo para las doce”. “Vas a ir a trabajar”. “Voy a llamar, y si está todo tranqui no”. “Entonces salgamos un rato, por lo menos”, insistió Juan. “Si dale”, le dijo Nati a Mara, “vamos”. Mara accedió.

Terminamos de cenar en el quincho y levantamos la mesa. Después nos fuimos a sentar en las reposeras alrededor de la pileta. Fer se sacó las ojotas y se sentó en el borde de la pile y metió los pies en el agua. Mara la imitó. Yo me recosté en una reposera y Juan se acomodó en la otra al lado de Nati que estaba medio ebria. Ella le pidió masajes en los pies. Y éste fue al pie (cuac!).

“Cómo me calienta que me hagan masajes en los pies”, dijo ella para motivarlo. “Hoy se te da”, le dije yo. “Dios te escuche, mirá cómo la vengo remando”, me contestó. “No se hagan los pobrecitos ustedes dos que anduvieron de joda todo el fin de semana”, dijo Mara. “Antes de ayer estos dos hijos de puta se armaron una fiestita con las dos pendejas que se levantaron en el boliche”, agregó. Era obvio que Juan no servía para guardar secretos.

“En serio?”, dijo Fer. Juan hizo que si con la cabeza. Pero a Nati pareció no importarle. “Bueno, por lo menos tienen aguante”, siguió Fer. “Fer está recaliente porque la semana pasada vino el novio y no le dio todo lo que ella esperaba”, siguió Mara que tenía la lengua demasiado suelta.

Se ve que Fer también, porque se largó a contar que el novio ya no la atendía como antes, que a ella le gustaba coger mínimo cinco veces por semana, y que él últimamente no le seguía el ritmo.

“Yo me levantaba a la mañana y me gustaba chuparle la garcha hasta que acababa, pero el tarado ahora me dice que lo deje dormir!”, dijo enojada y todos nos reímos. “No se rían boludos, estoy que estallo, quiero una pija”, dijo sacada. “Acá hay dos”, le dijo Juan. Lo miré a Juan. “No hace falta, hoy me agarro a Nico que me encanta y lo mato”, siguió Fer.

Al rato se fueron a cambiarse a lo de Nati y Fer antes de ir para el boliche. Mientras Juan se bañaba Mara se me vino al humo y me dijo que quería que volviéramos temprano para estar solos. Yo quería lo mismo.

Aparecimos por el boliche tipo una. Fer como había prometido se lo encaró a un pibe con facha de modelo que trabajaba ahí. Juan se acaparó a Nati. Y Mara se quería ir y se hizo la descompuesta. “Llevátela que se muere por estar con vos”, me dijo Juan avivado al oído. “Mañana despertáme que te llevo al aeropuerto”, agregó. Le dije que no hacía falta pero me insistió.

Agarramos el auto de Mara y manejé yo hasta volver a la casa. En el trayecto ya me manoteaba la pija. Apenas entramos en la casa fuimos derecho para los sillones del living. Se arrodilló antes de que me acomodara y me bajó los lienzos. “Uummm… ¡como estás!, tenés la pija re dura”, dijo contenta. Y se la entró a comer.

Le pasó la lengua varias veces. Se metía toda la cabeza en la boca, sacándola despacito, mientras jugaba con la puntita de la lengua en el ojo de mi verga. Cuando se cansó de la cabeza, empezó a tragarse todo el tronco, mientras me acariciaba los huevos.

Yo no decía palabra. Estaba copadísimo viéndola comerse mi pija. “Uyyy puta, que bien que la chupás… pará un cacho que me vas a hacer acabar….”, dije al rato. “Acabáme, si querés”, contestó sacándosela de la boca y pajeándome fuerte. Pero yo me la quería coger. Quería oirla gritar todo lo que no había podido a la mañana.

La levanté del suelo, la puse en pelotas y la senté en el sillón. “Vamos a ver que tan caliente esta la nena”, le dije.

Su conchita estaba recontar mojada, los pezones todos duros. Me dijo que se estaba muriendo de ganas de que me la coja toda y que la llene de leche por todos lados. Le metí dos dedos en la concha, le chupé las tetas y le mordí los pezones.

Después bajé hasta la argolla y le chupé el clítoris en circulitos. Y se lo mordí. Ella gritaba de una forma increíble y me decía que le encantaba, que estaba reputa por mi culpa, que hace mucho que me quería coger, y que toda la calentura que tenía era por pija. Yo le contestaba que esa noche le iba a hacer de todo, que le iba a romper todo el orto y que la iba a hacer gritar mucho.

-Me calentás mucho, quiero que me cojas toda.
-Abrite bien que te la doy.
Le agarré los tobillos y le subí las piernas poniéndola patitas al hombros. Y la penetré por la conchita.
-Ay Max, cómo me llena tu pija. La quiero entera, quiero sentirla toda. Cogéme.
Se la mandé adentro, y le refregué el clítoris con el hueso en la base de la verga

Me la cogí un buen rato, intercalando bombazos fuertes y largos con otros más cortos, y refregadas de clítoris. Ella me acabó en la pija mientras yo le chupaba otra vez esas tetas enormes y esos pezones paraditos que me tenían copado. Tanto que se la saqué y me le subí encima y se la puse entre las tetas y me empecé a pajear.

Mara me pedía la leche. Y después de unos minutos de turca y paja, le di el gusto. “Vení, chupá putita que te voy a llenar toda la boca de leche”.

Empezó a tragarse mi pija. Y mientras la chupaba, con una mano me masturbaba. Fue maravilloso ver la furia de ese pete. Chupaba y chupaba. “Ahí te lleno la boca de leche!”, grité mientras sentía como inundaba la boquita a Mara que se la tragó toda.

Después me le salí de encima y me tiré en el sillón, agotado por el placer. Ella me besó los abdominales y me pasó la lengua por la pancita, después me dejó limpita la poronga. Y se quedó con la vista en mi tranca.

-Qué bien que me cogiste!
-Te gustó.
-Sí, mucho, te merecés un premio
-Qué me vas a dar?

Me dijo que me daba su culito, que quería que se lo rompa bien. Después se fue al baño a hacer pis y yo me fui para el cuarto de ella a esperarla. Volvió al rato con algo en la mano.

-Qué traés ahí?
-A la tarde pasé por una farmacia y compré vaselina,- dijo abriendo la mano y mostrándome el potecito.
-Venís preparada?
-Seeee
-Estás segura entonces.
-Ayy, más o menos
-Por?
-Esa pija me tiene recaliente, pero me da un poco de miedo
-Porqué?
-Porque es enorme boludoooo!, nunca me comí una tan grande por el culo
-Y las otras que te comiste te gustaron?
-A veces sí, a veces no…
-Mirá que no estás obligada…
-Ya se, soy yo la que quiere…
-Estás recaliente no?,- le pregunté.
-Si, no sabés las pajas que me hice pensando en esto…
-Hoy?
-No, hace un tiempo, desde que mi hermano me empezó a hacer la cabeza…
-No sólo es un buen amigo, sino un gran hermano que se preocupa porque disfrutes…,- le decía en joda mientras le acariciaba las tetas.
-Si, no se si es un premio o un castigo…
-Las dos cosas, pero para que lo pases bien tenés que estar recaliente…
-Ya estoy recaliente
-Más…,- le dije mientras le metía una mano entre las piernas.
-Vení, ponete en cuatro
-Que me vas a hacer?,- preguntó.
-Yo te voy a chupar ese culito hermoso. Pero mientras, quiero ver como te pajeas, quiero que te pajees para mi...

Ella abrió bien las piernas mostrándome la concha. Tenía la argolla muy colorada, y el clítoris parecía que iba a explotar. Se empezó a pajear con una mano el clítoris y con la otra mano se agarraba una teta. .

Yo comencé a prepararla chupándole su agujerito. Al rato de cogérmela con la lengua por el culo, ya estaba pidiendo dedo. Agarré el pote de vaselina, le unté el orto, y le metí el índice en el ojete y el pulgar en la concha. Mara gritaba desesperada y pedía que me la cogiera, que quería tenerla todo adentro. Y volvió a acabar.

“Ahora vas a ver lo que es tener una pija en el medio del orto”, le dije mientras me le acomodaba atrás. Con la cabeza de la chota llena de vaselina le pincelé el culo y la puertié mientras le abría el culito cerradito con los dos pulgares. La pija encontró el hoyito, y yo empecé a empujar. Centímetro a centímetro veía a mi verga perderse en el interior de ese culito hermoso.

Ella pedía que pare, que le dolía. Yo le decía que era muy puta y que sabia que se estaba mojando toda mientras sentía mi pija en el culo. Para comprobarlo llevé una mano a la argollita. Era verdad la concha se le estaba haciendo agua. “Pajeate putita, pajeáte mientras te la voy enterrando por el culito”. “Ayy hijo de puta como me tenés”, contestó mientras me hacía caso y se frotaba el clítoris.

Cuando la tuvo toda adentro emitió un largo suspiro, me quedé quieto un instante. “Ahí la tenés”, le dije. “Si entró, entró, la siento bien adentro, entró toda”, dijo en un tono que iba del quejido a la sorpresa. Pero estaba todo bien. La saqué un cachito y me la unté con más vaselina. Y despacito le entre a bombear la colita.

No se imaginan que placer estar comiéndome ese culito.
-Cogeme bien cogida, quiero sentir tu poronga en el culo. Es todo tuyo,- dijo para alentarme a ir más fuerte.
Mi pija empezó a entrar y salir, y los huevos empezaron a hacerle “plop, plop, plop”, pegando en sus nalgas.
-Más Max, rompeme el culo. Abríme toda.
-Te gusta putita como te estoy cogiendo?
-Siiiiii, cogeme bebé, cogeme bien, bien cogida!!!!!!
Ella empezó a mover su cola, y sentí como gozaba. Y le entré a dae más fuerte.
-Ayy puta de mierda, qué ganas de pija que tenía este culo.
-Si dame fuerte, necesito que me des fuerte así, así…
-Mañana cuando tengas que cagar te vas a acordar de mi pija. Mirá como te estoy partiendo el culoooo!!
-Si, partime, que me gusta, me guuustaaaa, mmmaaaaaaassssss que mmmmeeee aaacccaabbbboooo de nuevo…aaaaaaaaaayyyyyyyyyy….. tommmaaaaaa, toommmmmmaaaaa!!!!!!!!

Apenas sintió mi acabada, mi leche llenándole su culito, pegó un grito fenomenal de placer y también acabó, conmigo todavía adentro. Cuando paró de jadear, y yo también pude recuperar el aliento, porque el corazón parecía que se me iba a salir del pecho, me le acerque al oído: "¿Te gustó putita te rompí el culito?. ¿La sentiste bien?”. “Si, esto era lo que quería”, me contestó.

13 comentarios - La hermana de Juan 3

chavalin
si eso era lo que quería.... 😀
un día me tocará a mi 😉
BioAlex
+5 porque la hermana está buena...
relatosunicos
excelente... muy bueno... sin palabras... +10... y una pregunta... como haces para acordarte de los dialogos???
maguito
laaaaaaaaa que buen relato por diossssssss!!!!+10.......que importa como hace para acordarse la cosa es que te calentas como locoo!!jajaja!un abrazo capo! 😉
Alanq
chavalin dijo:si eso era lo que quería.... 😀
un día me tocará a mi ;)

jeejje tiburón a la vista! jaja,todo bién igual eh!!
que relato chabón!! +10
angieyruben
Relato bien caliente !!!
Felicitaciones.
Gracias por compartir.
Besos y Lamiditas !!!
La hermana de Juan 3
tabi2771
👏 👏 👏 👏 👏 👏 👏 👏 EXCELENTE Y LA HNA DE UN AMIGO ES LO ++++++++++++ jajajaajajaj 🔥 🔥 🔥 🔥 🔥 🔥 🔥 🔥