Sexo real con una amiga del msn

antes que nada, mencionar que me encanta esta página y todo lo que he encontrado por aquí 😃 Este es mi primer relato, una historia real. Omito detalles especificos por seguridad. espero que lo disfruten y comenten acerca de él (que les gustó y que no). Tengo otros relatos en el tintero que iré subiendo dentro de poco. Bueno, lena y opinen por favor (y disfruten).

Llegué a Puerto Vallarta, México con la intención de encontrarme con mi mejor amiga del msn. Llamémosla Yamileth. Viajé por motivos de estudio, pero tendría un cierto tiempo para salir y conocer los alrededores. Compraría un regalo, pues se acercaba el cumpleaños de ella y luego acordaríamos una fecha para pasar todo el día juntos.

¿Y qué tiene esto de importante? Pues que hacía 5 años que conocía a Yamileth (justo cuanto compré Internet en mi casa y busqué como loco gente para agregar al msn). En ese entonces era una muchacha tres años menor que yo, vivaracha, con curiosidad, andanzas, aventuras que contar y, sobre todo, un enorme corazón. Tanto así que luego de meses de hablar ya eras muy buenos amigos. Sabíamos casi todo el uno del otro.

Un día, con su entrega de joven me pidió que fuera su cibernovio. La idea me pareció extraña. Ella decía que era quien mejor la entendía y el chico que más la había apoyado. Estaba enamorada de mí. Como me caía tan bien (además que me enseño algunas fotos de ella donde no se veía nada mal) acepté.

De eso hace ya bastante. Ella estaba por cumplir 18 así que pensaba agasajarla por todo lo alto (y si podía meter mano mucho que mejor.
“Hola, Yamileth, te habla Rodolfo. Mira te tengo una sorpresa, vine a México para tu cumpleaños. Quisiera verte lo antes posible, me regreso en 5 días a mi país.”
“¿En serio, viniste? Haaaaaay que bonito detalle. Me encanta un montón, ya podré verte en persona. (Mentira, ya nos conocíamos de sobra a través de fotos y webcam) El viernes salgo temprano de la escuela y me encuentro contigo.”

Ese viernes al mediodía nos encontramos en un restaurante de comida rápida. “Hooooola Yamileth, te ves más preciosa en persona” Y era cierto. Era bajita, ojos y cabello negro. Pero su pequeña boca tiene una forma muy sexy, parece que siempre esta lista para besar. Llevaba un ajustado pantalón azul que marcaba su hermoso trasero (que es lo más grande que tiene aunque no es desproporcionado), una blusa azul claro semitransparente que dejaba ver un top blanco que cubría sus senos.

“Uuuuh, gracias fito –luego de darme un beso en cada mejilla- te ves más delgado en persona. Hasta se te marca un poquito el cuerpo que tienes” Si era cierto no me importa. El caso es que platicamos sobre nosotros, la impresión de tenernos frente a frente al fin y sobre lo que haríamos esa tarde. Decidimos ir al cine, luego saldríamos a pasear al malecón e improvisaríamos.

En el cine todo fue roces de manos y algunos comentarios coquetos. La verdad es que nos estábamos ligando inconscientemente. Cerca del final de la película (que era malísima a mi parecer) ella se recostó en mi hombro y suspiró de tal forma que comprendí que le encantaba estar conmigo. Seguía enamorada de mí. La besé en la mejilla y junte nuestras manos. Lentamente ella levantó la cabeza hasta que nos miramos a los ojos. Sin pensarlo nos dimos un largo beso en los labios. Fue hermoso, una mezcla de pasión lujuriosa y amor totalmente entregado. Nos besamos largo rato y ella empezó a mordisquearme los labios.

Al salir, paseamos por el malecón tomados de la mano. Nos detuvimos un momento a observar el océano. Entonces la rodee por la cintura y apoye mi rostro en su hombro. Le susurre piropos al oído mientras mis manos acariciaban su figura suavemente. Recordé que una vez juré hacerle el amor en la playa.

En eso estaba cuando noté algo. Ahí, abrazados, ella comenzó a moverse como quien no quiere la cosa. Pero con la cercanía justa para rozar su trasero en mi entrepierna a cada movimiento. Lo disfruté pero pensé que no iría a más. La tarde se fue entre coqueteos y ella dijo que se hacía tarde, pero que antes de irse quería conocer el hotel en que me hospedaba.

Subimos a mi habitación y mientras buscaba algo para mi invitada, ella me llamó. “Rodolfo, hay algo que te quería decir ya ratos. Vení, que no sé como vas a reaccionar”. Extrañado me senté junto a ella en el sofá. “Ajá, decime que querés” Al ver sus piernas moverse de forma nerviosa tuve deseos de comerla a besos ahí mismo. “Es que quería pedirte que… que te acuestes conmigo”

Una gran sonrisa se dibujo en mi rostro, claro que deseaba hacerle el amor. Pero ella siguió “pero no quiero que me hagas el amor como me dijiste por Internet. Es que quiero que me poseas con lujuria y pasión. Al final, tener sexo o hacer el amor, es lo mismo lo que entra” Esto ultimo lo dijo cuando quede boquiabierto por su petición.

Sin mediar palabras se lanzó sobre mí y empezó a darme un sensacional beso de lengua. Suavemente se levantó y se sentó sobre mis piernas. Coloqué mis manos en sus rodillas, maldije que no se le ocurriera ponerse falda. Luego del beso se separó un poco de mí y con una cálida mirada me dijo “anda quiero ser tuya”.

Le quité la blusa y empecé a manosear suavemente su top. Metía mis dedos por debajo de la tela para rozar sus senos directamente. Entonces ella tomó mis manos, las apretó contra sus senos y me dijo “No mi amor, no entendés. No quiero que seas suave, quiero que hoy me veas como tu putita. No sabes cuanto he deseado que me cojas.”

Prácticamente arranque su top al escuchar eso. Mis manos se cerraban sobre sus senos describiendo movimientos circulares. La traje hacia mí y le besé el cuello. Deslice mi lengua desde sus orejas hasta la base de sus senos. Con mis manos uní sus lolas lo más que pude y chupe ambos senos. Besaba y lamía de un pezón a otro mientras ella emitía sus primeros gemidos de aprobación y placer.

“Si que estas caliente mi amor” le dije mientras con mis manos pedía que se levantara para quitarle el jean. Se levanto y bailo un sensual striptease para mí. Con mi lengua recorrí toda la línea de tu braga, devorando su deliciosa carne. La desnudé por completo y la cargue en mis brazos para llevarla a la cama.

Ya en la cama me percaté que seguía vestido. De pie me quite la camisa frente a ella. Yamileth se lanzó a mi pecho besando y lamiendo cada centímetro de mi piel. Sus erectos pezones rozando mi cuerpo aumentaron mi erección. Ella se dio cuenta y se dispuso a quitarme el pantalón. “Te amo tanto preciosa” le dije mientras ella retiraba mi ropa interior.

Al liberar mi miembro ella empezó a rozarlo con sus dedos. Lo miraba extasiada. Me excitaba esa visión: ella con cara de niña y esa deliciosa boquita tan cerca de mi pene. Entonces tomó mi glande entre dos dedos y me miró de forma coqueta, sonriendo. “Querés que me lo coma” “Sí, Yamileth, comételo todo. Demuestra que me amas y dame la mejor chupada de mi vida”

Ella obedeció y comenzó a besar mi glande. Lo chupaba como un bombón mientras yo le acariciaba el rostro. Su lengua rodeaba mi pene y lo envolvía en una tremenda humedad. Con su mano izquierda acariciaba mis testículos. Luego empezó a besar por todo mi pene, que digo besar, casi me lo mordía.
Entonces abrió toda su boquita, como suplicando. Deslizó su lengua por debajo de todo mi pene y sin avisar se lo tragó todo. Era delicioso. Mi pene estaba atrapado en su boquita y podía sentir mi glande rozando su paladar. Sus labios recorrían mi falo y su lengua jugueteaba dentro de su boca. Yo estaba loco y solo deseaba que me lo siguiera chupando.

“Mmmm mi amor, que bien lo haces, eres toda una experta”. Ella detuvo su faena al escucharme decir eso. Esbozó una sonrisa tímida “Es que practique mucho antes de que vinieras, ya no soy virgen. Espero que no te importe” Me sorprendió lo que dijo, pero me dio valor para cogermela de la forma más brutal posible, tal como me lo pedía.

La tendí en la cama y me lancé sobre ella. Me comí sus pezones. Con mi mano derecha apretaba uno de sus senos mientras mi lengua la aureola del otro seno. No chupaba el pezón en si, sino toda su teta. Mordisqueaba y lamía golosamente. Ella empezó a estremecerse “Ahhhh si, mmmm papi. Así te lo pedía” Bajé besando por su vientre y le abrí las piernas. Contemplé por un momento su vagina, dispuesta a comérmela.

“Mmm mirá que tesoro más lindo el que tenemos acá” “¡Penetráme ya!” respondió ella. Hundí mi rostro entre sus piernas. Mis manos manoseaban sus muslos. Con mis pulgares dibujaba líneas desde su ano hasta la vagina. Inicié besando sus labios vaginales. Le metí la lengua y separé todo hasta dar con su húmedo clítoris.

A todo esto, su coño era un mar de espasmos. Ahí, en la profundidad de su intimidad me enloquecía con sus gritos. “Mmmm dale ya. Estoy tan caliente. ¡Dame como si fuera una puta!” Pero yo quería hacerla enloquecer como ella a mí. Le daría todo el placer posible antes de sodomizarla.

Con mis labios rodeé su clítoris. Succione sus jugos y empecé a besar toda su vagina. Bajé un poco y metí la lengua lo más profundo que pude. Luego metí dos dedos en la parte de arriba de su coño. Con ellos me encargué de su clítoris nuevamente. Me la estaba follando con lengua y dedos y ella estaba a punto de venirse. De repente sentí una gran sacudida, sus piernas se cerraron tan fuertemente que me atraparon y recibí un baño en sus cálidos jugos.

“AHHHHHH ahhhh ufffff mmmmm” Su cuerpo comenzó a relajarse. Me relamía en su primer orgasmo. Entonces decidí penetrarla por sorpresa. Cuando se acomodó sobre las sábanas y su respiración se hacía más lenta, me lancé sobre su pecho, la besé en la boca como una fiera. Ella aún tenía las piernas abiertas así que se la metí hasta el fondo.

Estaba húmedo y entró fácilmente. Mi pene estaba a punto de reventar, rodeado de calor y jugos. “Uhhhh noooo, ahhhhh mmm espérate” “No, me dijiste que te tratara como putita, además querías una gran cogida”. Con su cuerpo aún débil la tuve a mi merced. Empujaba con violencia. La tomé de su culito para tener mejor ángulo, saque mi verga, apunté y la penetré con todas mis fuerzas otra vez.

A los minutos, ambos sudábamos y jadeábamos exhaustos. Entonces sentí una explosión. Aumenté el ritmo de mis penetraciones. Parecía un animal. Todo mi cuerpo se tensó y me vine dentro de ella. Nos bésamos y reímos de placer.

Nos acostamos uno junto al otro. Besándonos. Yo acariciaba su cadera. No estaba dispuesto a dejarla descansar. “Papi, ha sido tan delicioso. Te juro que nunca había hecho algo así” “mientes –dije yo- me contaste que habias practicado” “Pero sólo por delante y las mamadas” Eso fue suficiente para mí: una aceptación tácita de que su culito, tan deseado por mí, aún era virgen.

“Qué tal si vamos a bañarnos” dije. Justo cuando ella estaba por levantarse la abracé por detrás. Besé su cuello y juguetee con sus senos nuevamente. “Mentí, prefiero seguir aquí contigo”.

Nos dimos un largo beso de lengua. Entonces la tomé y la recosté en la cama. Su culo lucía hermoso. Moreno, paradito, con un par de nalgas grandecitas y se veía tan apretado. Empecé a lamer las líneas entre los glúteos y las piernas. Ella previendo lo que venía, rió picadamente y empezó a aferrarse a las sábanas.

Mi lengua ingresó en la rajita entre sus nalgas. Di el beso negro. Luego, mojé dos de mis dedos con mi saliva. Primero ingrese el índice. Un suspiro ahogado en su boca fue la respuesta. Luego metí un segundo dedo. “Ahhh” Los movía suavemente, en círculos, luego metí un tercer dedo e inicié un mete-saca lento.

La estaba “monitoreando”. Para nada le molestaban mis dedos ahí. Es más, sus gemidos iban al ritmo de mis movimientos circulares. Su coño empezó a mojarse nuevamente. Estaba lista para ser penetrada por detrás.

Ella sola levantó su cadera, quedando su tórax pegado a la cama. Me entrego su ojete. Separé nuevamente sus nalgas. Puse un poco más de saliva en su ojete y coloqué mi glande en el agujero. “Mmmm seeeeeehhh” Nuevamente iba a enloquecerla, que me deseara.

Con una mano hice deslizar mi glande por todo el círculo del ojete. Lo coloqué en el centro, mientras con la otra mano apretaba sus nalgas. Entonces la penetré hasta el fondo. Ella gritó.

(Hasta el día de hoy, me excita recordar el enorme grito de ella. Era una mezcla de dolor desgarrante, de deseo, placer y lujuria.)

“Ahhh que rico papi sigue asíiiiiii” Su culo era virgen. Así que le dí penetradas lentas, pausadas, pero fuertes. Tomaba impulso y embestía. Cada nuevo impulso era acompañado de un gemido y una sacudida en su culo. Para mí era genial cogerla por ahí. Sus nalgas se apretaban con cada embestida y formaban un delicioso corazón frente a mí.

Levanté más su culito y empecé a penetrarla más fuerte. Sentía todo su calor en mi. Sus jugos vaginales empapaban mis testículos (y estos mojaban sus muslos) y chorreaban por mis piernas. Estaba tan excitado que empecé a penetrarla rápidamente y con fuerza. Me aferre a ella. Ambos temblábamos y sudábamos. Ella jadeaba del placer, sentía como perdía sus fuerzas así que tenía que acabar ya.

Mis últimas estocadas fueron frenéticas. En medio de un gemido mutuo, me vine dentro de su culito. Ella tuvo otro orgasmo y se desplomó en la cama De rodillas en la cama, contemplé su rostro de satisfacción. Ella estaba feliz, empapada y llena de semen. (Yo no estaba más limpio que ella).

Nos recostamos y descansamos un buen rato. Luego, cuando ya eran cerca de las siete de la noche la lleve a su casa y conocí a sus padres. Durante los tres días que estuve con ella en México dimos rienda suelta a nuestras fantasías. Lastimosamente, por diversas circunstancias perdí contacto con ella hace unos meses. Pero siempre la recordaré.

6 comentarios - Sexo real con una amiga del msn

102030chu102030
jajaja q buena historia! pero la posta q bajon siempre puta casualidad \" perdi contacto\" q bajon eh 🤔
NNeverminD
Interesante muy cierto lo del #1 bajon, pero seguro la vas a recordar siempre
96lagos
Es cierto esto, o es chamuyo nomas ???