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Un viaje corto y una infidelidad larga

La historia de este relato transcurrió hace tiempo ya, poco antes de graduarme de la preparatoria. Estábamos en el último año y ya se sentía un aire de libertad en toda la escuela por la emoción de terminar el ciclo escolar. Incluso algunos maestros ya ni siquiera nos iban a dar clases y teníamos horas libres, y había unos pocos que solo iban a decirnos que trabajáramos en proyectos pendientes para después irse. Obviamente no hacíamos nada y nos la pasábamos haciendo cualquier otra cosa menos trabajar.


Nuestra ceremonia de graduación estaba cerca, y después de eso por fin iríamos a nuestro viaje de generación. Pero antes de eso, mis amigos y yo queríamos organizar un viaje solo de amigos. Algo no tan caro, y cerca de la ciudad. Terminamos encontrando un Airbnb en Morelos que tenía alberca, asador, dos cuartos pero suficiente espacio para varias personas, y lo mejor de todo, nos alcanzaba.


Entonces empezamos a planear todo, la comida, el alcohol que llevaríamos y el transporte que necesitábamos. Pero el grupo de amigos había empezado a separarse en los últimos meses. Habíamos tenido problemas durante la organización de eventos escolares y durante la recaudación del dinero para el viaje de generación. Y aunque al principio iríamos 10 personas al Airbnb, poco a poco algunos amigos empezaron a poner excusas para no ir, y para que el plan no se cayera a pedazos y se cancelara incluso invitamos a gente de una generación más abajo de la nuestra. Y cuando parecía que ya todo iba bien, y cuando ya teníamos la comida y el alcohol para 7 personas, 3 de ellas nos cancelaron una noche antes.


Mi novia de ese momento me dijo que no importaba y que su papá nos podía llevar hasta el Airbnb que estaba en Morelos, y aunque yo al principio dudé porque pensaba que sería aburrido que fuéramos solo cuatro personas, acepté porque tampoco quería cancelar el plan.


Y así fue como un viernes pedimos permiso en la administración de la escuela para salir antes y evitar un poco del tráfico de la carretera. Al final solo fuimos, mi novia, dos amigas de ella; Violeta y Luciana, y yo.


Para entender la historia tengo que aclarar que yo tenía historia con Luciana, pero nunca llegamos a nada. Yo sabía que le gustaba desde primero de secundaria, pero en ese entonces no me interesaba estar en una relación. Fue hasta primero de preparatoria que empecé a hablar más con ella e incluso salimos al cine en una ocasión, dónde aproveché para avanzar un paso más y tomarla de la mano. También cada día en la mañana, al llegar la abrazaba y le daba un beso, y al final del día, antes de irnos, repetíamos el proceso. Sin embargo, yo no me sentía seguro de querer algo serio con ella, y me carcomía la culpa de sentir que solo buscaba coger con alguien después de tanto tiempo.


Cuando todo terminó fue cuando fui a una fiesta con varios amigos. Esa noche una chica, de pelo corto, morena, delgada y que en algún momento me interesó por su belleza, se me acercó y me propuso ir a un cuarto solos. Ya era tarde y todos estaban pedos, pero de igual manera me aseguré de preguntarle si estaba en sus cinco sentidos preguntándole a ella, y a más personas de la fiesta que la conocían. Al confirmarlo me fui con ella a un cuarto y ahí nos empezamos a besar mientras ella me quitaba la ropa y yo se la quitaba a ella. Yo fui el primero en bajar a su cuello y luego a sus tetas, que aunque no eran nada grandes, eran hermosas. Sus pezones pequeños y redondos estaban ya erectos y con cada roce de mi lengua se ponían aún más duros. Seguí bajando por su abdomen no antes sin haberme asegurado de dejar algunos chupetones en sus tetas cerca de sus pezones ya llenos de mi saliva.


Al llegar abajo fui lento, me aseguré de que sintiera mi respiración caliente en sus muslos y en su vagina. Luego se la mamé haciéndole círculos en su clítoris con mi lengua mientras variaba la presión con la que lo hacía. Después pasaba mi lengua desde su ano hasta volver a llegar a su clítoris, pasando por sus labios ya mojados por sus fluidos.


De vez en cuando restregaba toda mi boca y nariz y me movía rápido para luego meterme en la boca todo lo que podía y succionar. Veía sus reacciones y oía sus gemidos para entender que le gustaba, y cuando tuvo un pequeño orgasmo me detuve.


Me dijo que era su turno de mamármela, pero yo no me rasuraba hace mucho tiempo y la verdad me daba pena. Tuve suerte esa noche porque su papá la llamó en ese instante, ya había llegado y la estaba esperando afuera. Nos vestimos rápido y cuando salimos de la habitación estaba Luciana en la sala con todos. Se veía triste y parecía haber llorado. Obviamente yo sabía la razón pero fui un estúpido y no hablé con ella, simplemente seguí caminando. Así fue como ella me dejó de hablar, pero también fue así como empezó mi relación con mi novia de ese momento.


Tras conocer está historia, y conocer un poco el contexto podemos seguirle con el relato principal. Habían pasado ya dos años de esa fiesta y esa noche, y Luciana y yo habíamos arreglado las cosas y éramos amigos nuevamente.


No había tensiones entre ninguna de las cuatro personas que íbamos a Morelos, el viaje fue tranquilo, la carretera estaba verde y el sol quemaba incluso con las ventanas del auto cerradas. Llegando al Airbnb sacamos todo del coche y metimos lo necesario al refrigerador. El papá de mi novia se quedó a comer con nosotros un pollo que cocinamos y me enseñó a hacer un coctel para invitárselo a las chichas. Después de eso se fue, y nosotros nos pusimos los trajes de baño.


Ahí fue cuando me empecé a poner nervioso. Yo quería mucho a mi novia, habíamos logrado una relación sana y estable, llena de confianza, pero su cuerpo no se podía comparar con el de Violeta o el de Luciana. Ellas dos parecían actrices porno. Nunca las había visto de esa forma, pero también es cierto que nunca las había visto con bikini. Valeria era blanca, castaña, con unas tetas grandes y un culo firme por el gimnasio. Luciana también me sorprendió, se había puesto más buena, sus tetas eran igual de grandes que las de Violeta y su culo un poco las pequeño, pero su pelo largo y lacio de color negro brillaba con el sol de una forma excitante. Y además, lo que más me gustaba, su piel morena llena de bloqueador la hacía parecer llena de aceite. Ambas con una cintura que mataría a cualquiera y unos muslos que rebotaban con cada paso.


Cuando me di cuenta de que estaba mirando mucho, y que podría llegar a verse obvio, decidí aventarme a la alberca para enfriarme un poco, y también para ocultar la erección que poco a poco se notaba más. Por suerte para mí, ninguna de las tres pareció darse cuenta y también se metieron a la alberca. Tras un rato de jugar los cuatro en el agua, decidimos quedarnos en el chapoteadero para relajarnos tomando unas cervezas, fumar unos cigarros y hablar. Aunque yo hablaba con ellas con normalidad, no podía evitar ver de vez en cuando sus tetas mojadas que escurrían agua.


Para cuándo nos empezó a dar frío por estar tanto en la alberca decidimos salir a bañarnos y luego jugar algo para seguir tomando. Mi novia fue la primera en salir corriendo a la casa para evitar sentir más frío, y luego Luciana salió. Pero al hacerlo pasó cerca de mí y rozó sin querer mi pene que estaba erecto y había tratado de ocultar. Yo no pude hacer nada para evitarlo porque cuando pasó estaba tomando un trago de la cerveza y no ví cuando se acercó, pero ella tampoco pareció notarlo así que me quedé tranquilo. Violeta se fue tras acabarse su cigarro y le dije que yo me quedaría un ratito más para ver el atardecer que realmente estaba sorprendente ese día, y aunque era verdad, también quería esperar a que mi erección bajara antes de salir.


Cuando salí fui al cuarto principal donde mi novia y yo nos estábamos quedando. Me metí a la regadera con ella y cuando me estaba enjuagando el shampoo de mi cabeza y tenía los ojos cerrados, sentí como mi novia lamía mi verga flácida lentamente para después meterla en su boca y dejarla ahí, dejando que creciera entre su lengua y el paladar.


Ella siguió chupando mientras yo terminaba de bañarme y cuando estaba a punto de eyacular, la saqué de su boca y me corri en toda su cara y cabello. El agua hizo que el semen resbalara por todo su cuerpo y entre risas me dijo que se tendría que bañar de nuevo. Yo me reí y me disculpé para después darle un beso y salir a secarme y ponerme ropa.


En lo que ella volvía a bañarse yo salí del cuarto y puse unos vasos en la mesa para jugar beerpong. El alcohol que llevábamos era para 6 o 7 personas, el doble de las que éramos realmente, así que no escatime en ponerle un montón de tequila en cada vaso. Mientras hacia eso escuché a alguien bajar las escaleras. Eran Violeta y Luciana ya bañadas. Ambas iban en shorts cortos y con un top ajustado. Agradecí al maldito calor que hacía ese día por haberme permitido ver esos cuerpos con tan poca ropa.


Pasamos toda la tarde jugando, tomando y cantando hasta casi quedarnos sin voz. El alcohol parecía apenas estar haciendo efecto en mi cuando mi novia, Violeta y Luciana ya estaban hasta su puta madre. Así que decidí no quedarme atrás y tomar varios shots. La noche terminó como las 2:30 de la mañana, y Luciana y Violeta subieron a su cuarto compartido en la parte de arriba. Mientras que mi novia y yo nos quedamos en el cuarto principal en el piso de abajo. Ambos estábamos muy calientes y nada más entrar nos quitamos la ropa y nos aventamos a la cama. Los ventiladores eran viejos y sonaban tanto que ocultaban todos los ruidos de la cama y los gemidos de mi novia, y además, los grillos y las ranas que sonaban afuera de la casa hacían más romántico el momento.


A mí novia y a mi nos gustaba coger duro, se la metía hasta el fondo con una embestida dura y seca. Se la dejaba adentro para que tomara aire y volvía a embestirla con más fuerza y más rápido hasta que sus gemidos eran casi gritos, y cuando eso empezaba a pasar la ahorcaba con las dos manos. A ella le encantaba que la ahorcara, cuando lo hacía, ella sonreía, sacaba la lengua y volteaba los ojos como una perra.


Esa noche estabamos tan borrachos que cogimos como animales, yo la ahorcaba mientras se la metía duro hasta que sonara su culo rebotar mientras le susurraba "eres una puta perra por dejarse coger así". Y ella solo me respondía "si, si soy tu puta perrita y quiero que me violes papi, violame hasta que ya no pueda pensar más". Escuchar eso me excitó muchísimo más y la cambié de posición. La puse de espaldas a mi y se la metí de un solo movimiento. Tenía una mano en su cadera para controlar el movimiento y otra en su cuello para ahorcarla. Estuvimos así por un rato hasta que ella empezó a decir "me voy a correr, me voy a correr papi, sigue metiéndomela así". Y cuando finalmente se corrió se dejó caer sobre la cama y quedó con el culo al aire para después soltar tres chorros de squirt directamente hacia mi abdomen y mi pene. Quedó tan agotada que se quedó dormida casi al instante totalmente desnuda, como una puta literalmente. Yo en cambio no me corrí. He notado que estando pedo se me complica correrme, así que simplemente me acosté junto a ella acariciando su cabello.


Tras un rato de no poder dormir decidí salir a la cocina por agua. Eran más o menos las 4 cuando escuché unos pasos bajando intentando no hacer ruido. Entonces por la puerta de la cocina se asomó Luciana. Venía con una tanguita morada y un top blanco casi transparente que por lo viejo que era, dejaba ver claramente sus pezones.


Nos saludamos y le dije que venía por agua y ella dijo que igual quería agua. Le servi un vaso y nos quedamos hablando. Descubrimos que ninguno podía dormir por el calor y que seguíamos mareados por tanto alcohol. Así que le propuse algo estúpido, seguir tomando.


Tomamos varios shots de ron intentando no hacer caras y jugamos un juego inventado sin sentido solo para seguir tomando. Cuando los dos estábamos pedos hasta el culo de nuevo, ella me dijo "oye, no te lo iba a decir pero ahorita que estoy peda ya no me importa" yo solo me le quedé viendo, "cuando salí de la alberca te roce sin querer, y sentí...tu pene, estaba duro. Nos estabas viendo a violeta y a mí?"


Yo me quedé aturdido por lo que acaba de decir. Pero finalmente respondí "pensé que no te habías dado cuenta, y me da mucha pena, pero sí, aunque lo intente evitar no puedo y mi cuerpo reacciona así aunque no quiera". Ella se quedó viendo su vaso y dijo "A mi me gustas todavía, sabes?, intenté dejar de hacerlo después de lo que hiciste pero simplemente no puedo, y cuando toque tu pene hoy me excité, me masturbe pensando en ti cuando me bañaba. Se que eres el novio de mi amiga, pero en este momento simplemente no puedo evitarlo tampoco, mi cuerpo también reacciona".


Yo sentía como mi pene ya estaba erecto y estiraba mi boxer. Y le dije "A mi también me atraes, eres hermosa y tú cuerpo me excita". Nos quedamos en silencio un rato, cuando de repente ella se paró y se puso frente a mi. Su tanga morada estaba metida entre sus labios y dejaba ver su monte de venus completamente rasurado. Entonces llevó sus manos a su top desgastado y lo levantó lentamente, y cuando subió por completo sus tetas quedaron a plena vista mientras rebotaban.


Se sentó sobre mis piernas y comenzó a besarme lentamente. Su boca sabía a alcohol y aunque al principio dudé, me deje llevar y correspondí al beso. Tomándola de la cintura la levanté y la recargue contra la pared. Mientras nos besábamos llevé mi mano a sus tetas y las acaricié lentamente para luego apretarlas desde abajo. Luego seguí bajando y llegué a su vagina. Hice a un lado su tanga y la empecé a tocar. Estaba completamente mojada y mi dedo meñique entró sin ningún problema. Ella detuvo el beso porque estaba gimiendo y tuvo que morderme el cuello para contenerse.


La seguí dedeando hasta que sus piernas empezaron a temblar y dejo salir con chorrito de squirt junto con un gemido ahogado en mi oído. Se dejó caer de rodillas frente a mi, y cuando levantó su mirada se encontró frente a frente con mi boxer totalmente levantado. Ella sin dudarlo lo bajó y se quedó viendo mi verga. "Es justo como la imaginaba, gruesa, larga y con la punta rosada".



Entonces la metió lentamente a su boca, bajando el prepucio con sus labios. La llenó de saliva y luego me empezó a masturbar con una mano mientras jugaba con mis testículos con la otra. Yo solo podía morderme los labios intentando no gemir mientras veía desde arriba como una mujer que no era mi novia me la estaba mamando. Además desde ese ángulo veía como sus tetas se movían cada vez que ella metía y sacaba mi pene de su boca.



Le dije que se detuviera. La puse de pie y la besé tiernamente. Le pregunté si quería llegar más lejos. Y ella respondió que solo conmigo quería hacerlo. La volví a besar y luego le dije que iba al cuarto por algo. Crucé la puerta en silencio, y tras confirmar que mi novia seguía dormida tomé un condon de mi mochila. Pero antes de salir llamé a mi novia, y cuando no respondió la moví un poco. Ella solo se quejó y se volteó al otro lado de la cama.



Cuando regresé con Luciana ella estaba sobre la barra de la cocina masturbándose. Cuando me vio vino corriendo hacia mi y me empezó a besar. Tomó el condón y me lo puso aunque le costó un poco. La lleve de nuevo a la barra y la senté ahí. La altura era perfecta y mi pene quedaba justo frente a su vagina. La masturbe un poco y luego embarre mi pene de sus fluidos para que entrara mejor. Cuando la estaba metiendo la sentí muy apretada. Su vagina estaba hirviendo y me costaba meterla. Entonces ella me abrazó con sus piernas y me apretó contra ella. Mi pene entró de golpe. Ella cerró sus ojos y le salieron lágrimas y yo me espanté. Saque mi pene y pregunté si estaba bien, ella solo asintió, pero al bajar mi mirada ví el condón con sangre. Luciana era virgen y yo había sido el primero en meterle el pene en la vagina de una puta tan hermosa como ella.

Le pregunté si estaba bien y que si quería seguir, pero ella solo se abalanzó contra mi y me tiró al suelo. Antes de que pudiera reaccionar mi pene ya estaba dentro de ella otra vez. Me empezó a montar lentamente mientras sus gemidos eran suaves. Dejé que se acostumbrara un rato, y cuando la ví muy activa la cambie de posición. Me la empecé a coger de misionero mientras chupaba sus tetas. Me movía lentamente porque no quería lastimarla y estaba muy pedo como para moverme rápido.



Tras varios minutos la levanté y la puse contra una ventana. Sus tetas se aplastaban contra el vidrio con cada embestida y desde mi punto de vista veía como sus nalgas rebotaban. No aguante más por lo apretada que estaba, y antes de correrme la senté frente a mi y me corri en su cara que estaba roja y sudada. Mi semen salió tan caliente que se escurrió rápidamente a sus tetas, y ella empezó a jugar con ellas y a embarrarse de mi corrida. Ver eso me excitó tanto que se me volvió a poner dura. Luciana entonces al ver eso metió mi pene entre sus tetas y las empezó a mover rápido. Fue la mejor rusa que me han hecho. Terminé corriéndome en todo su cuerpo y caí al suelo junto a ella.



Nos quedamos un rato así hasta que escuchamos que violeta bajaba las escaleras. Nos paramos y vestimos ya rápido como pudimos, nos sentamos en la mesa y pusimos música en volumen bajo. Cómo si estuviéramos jugando aún. Cuando Violeta entró a la cocina se sacó de onda por vernos jugando, y dijo que estabamos locos mientras se reía. Tomó un vaso de agua y volvió a subir. Poco después Luciana me dijo que iba a limpiarse y luego dormir. Y yo también me fui a mi cuarto. Pero cuando estaba ya acostado me llegó una notificación. Era Luciana. Me había mandado una foto de ella en el baño completamente desnuda y llena de mi semen. Terminé masturbándome otra vez.



Al día siguiente no podíamos ni vernos o los ojos, pero actuamos normal. A medio día nos metimos todos a la alberca y estuvimos un rato hasta que Violeta y mi novia fueron por una botana a la casa. Yo estaba recargado en una pared cuando sentí que Luciana se acercó por atrás y me bajó el traje de baño. Le dije que qué hacía y que estábamos en la alberca y que nos podrían ver. Ella solo me susurró que lo disfrutara y me empezó a masturbar. Justo antes de que salieran de la casa Violeta y mi novia, Luciana me hizo eyacular en el agua.



Ese día no pasó nada más. Hicimos un asado y en la noche volvimos a tomar hasta quedarnos todos dormidos. Y al día siguiente vinieron por nosotros y regresamos a la ciudad. Luciana y yo no volvimos a hablar de eso porque ella empezó a salir con alguien, y tiempo después le perdí el rastro porque se mudó de ciudad para ir a la universidad. Nunca nadie se enteró de lo que pasó, y yo seguí con mi novia hasta mucho tiempo después, hasta que por una discusión terminamos.


Gracias por leer el relato, pronto subiré más.

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