Mi preciosa follamiga Silvia M, iba a estar sola un rato por la tarde y me invito a tomar café y, lógicamente, pasar un muy buen rato. Nada más llegar y verla mi polla se puso contentísima y la dije que la quedaba de diez el bañador. Iba simplemente espectacular con un bañador amarillo muy sexy, que marcaba sus pechos operados y dejaba ver la mitad de su culazo, muy marcado también. Tenía un escotazo en v que dejaba ver muy bien su canalillo, y unos tirantes finos naranjas, que se cruzaban varias veces en su espalda, que estaba al descubierto, acabando en un nudo, casi a la altura de su culazo.
Al cerrar la puerta de la calle, nos empezamos a besar y mis manos acariciaron su culazo. Me cogió de la mano y me llevo al jardín. Durante el camino no podía apartar la vista de su culazo. Tenía todo preparado para tomar el café en una mesita que tiene bajo el techado. Antes de sentarme con ella en el sofá de mimbre, me quite la ropa, quedándome con un bañador slip rojo, muy ajustado. Nada más sentarme, Silvia acaricio mi paquete diciéndome que a mí también me quedaba muy bien el bañador.
Tomando el café y charlando, el calor subió bastante, pues hablamos de otras veces que habíamos quedado para follar y de los enormes cuernos de su marido. Silvia no dejaba de acariciar mi paquete y yo lo hacía con su muslo más cercano. Cuando se acercaba para besarme, aprovechaba para acariciar sus pechos. Silvia se levantó y se fue a la piscina, mientras decía que tenía mucho calor por todo el cuerpo. Yo preparé unas copas y fui hacia la piscina con ella. Mi paquete iba a explotar en el slip y Silvia me hizo ver que le encantaba verlo, con varios comentarios. La di su copa y brindamos antes de comenzar a tomárnoslas. Allí nos veían sus vecinos, por lo que todo lo que pasaba era bajo el agua. Sus pies no paraban de acariciar mi paquete, por lo que este siempre estaba bien duro.
Cuando Silvia M se acabó la copa, salió de la piscina, con una sonrisa traviesa. Se fue al techado, donde no podían ver nada los vecinos y se tumbó en una tumbona, medio inclinada mirándome. Separo un poco sus piernas y aparto el bañador, mostrándome su mojado coño. La sonreí y ella empezó a masturbarse, sin dejar de mirarme fijamente. Me bebi, de un trago, lo que me quedaba de copa y salí de la piscina, hacia la tumbona. Me arrodillé entre sus piernas y comencé a lamer su clítoris, mientras ella seguía masturbándose. Mis manos acariciaban sus muslazos. Silvia saco sus dedos mojados con sus jugos y se los lamí. Bajé la cabeza y comencé a comerla el coño, con mis manos aun en sus muslazos. Silvia apretó fuerte sus piernas, agarrando mi cabeza y también la acaricio con su mano. Mi lengua se movía a distintas velocidades y, cuando lo hacía a una elevada, Silvia apretaba más fuerte aun sus muslos contra mi cabeza. No pare hasta que se corrió en mi boca.
Con sus jugos en mi boca, me coloque arrodillado al lado de su cara y nos besamos. Con mi mano acaricie sus pechos tan redonditos y bien operados, mientras que ella estiro la suya para acariciar mi paquetón durísimo. Me puse de pie y Silvia comenzó a morder mi polla por encima del slip. Agarre su cabeza y le aprete contra él. Silvia soltó algún mordisquito que me puso más animado aún. En cuanto solté su cabeza, Silvia abrió mi slip y mi polla salió disparada, golpeando su preciosa cara. Silvia la agarro y la empezó a dar buenos lametones. Saco mis huevos y empezó a comérmelos, mientras me masturbaba. Mi mano, estirada, acariciaba uno de sus pechos, notando como se ponía duro el pezón.
Volví a agacharme y nos dimos un buen beso, con ella masturbándome de nuevo. Baje besando su cuello, hasta llegar a sus pechos, besándolos y mordiéndolos por encima del bañador. Me puse de pie y empecé a golpear su cara con mi dura, y mojada por sus babas, polla. Empecé a follarla la boca, mientras acariciaba sus pechos. Subí la fuerza de las penetraciones en su boca, mientras sacaba uno de los pechos por el escotazo y pellizcaba su pezón, el cual estaba bien duro.
Me quite el slip, mientras Silvia me puso un condón. Me coloque, de nuevo, entre sus piernas. Me agache, colocando una rodilla en la tumbona. Levante una de sus piernas, poniéndola contra mi pecho y metí mi polla en su coño, follándola. Lo hacia suave y a fondo, mientras que lamia su dedo gordo del pie y acariciaba su muslazo levantado. La coloque a gatas en la tumbona y pase mi polla por su culazo. Aparte de nuevo su bañador y la folle el culazo. Durante el anal, no pare de azotarla, hasta que me tumbe sobre su espalda. Nos besamos y acaricie sus pechos. Le saque el otro pecho y pellizque ambos pezones. No podía dejar de besarla con la lengua bien dentro, para que no soltara gemidos de dolor.
Me arrodille en el suelo y bese las partes de su culo que el bañador no la tapaba, mientras se lo acariciaba entero. Desabroche el nudo de la cintura, mientras la besaba la espalda. La coloque de rodillas en la tumbona y nos besamos, mientras la bajaba el bañador hasta su cintura. Acariciaba y pellizcaba sus pechos redonditos y operados. La volví a colocar a gatas y la quite el bañador. Volví a meter mi polla en su culo, follándoselo bien fuerte, mientras tiraba de su larga melena.
La tumbe bocarriba, me tumbe sobre ella y volvimos a follar como locos. Silvia me rodeo con sus piernas y yo acariciaba sus muslazos. Nos besábamos y de vez en cuando bajaba la cabeza para morder sus pechos. Cambiamos, tumbándome yo abajo y seguimos follando, mientras acariciaba su culazo y la comía los pechos. Se sentó y cabalgo con fuerza, mientras mis manos jugaban con sus pechos.
Cuando Silvia iba a volverse a correr, la hice tumbarse sobre mí, en posición de 69. Comencé a comerla el coño y ella me comió la polla, tras quitarme el condón. Ella se corrió primero y siguió mamando, mas veloz aun, mi polla, mientras mi lengua jugaba con su clítoris, tras limpiarla los jugos del coño. Cuando me corrí, Silvia M se tragó toda mi leche, sin dejar que nada se cayera.
Silvia se volvió a tumbar sobre mí. Nos besamos, mientras la acariciaba el culo. Me puse el slip y me metí en la piscina a darme un baño, mientras ella me observaba en la tumbona desnuda. Cuando salí de la piscina y me sequé, me vestí. Nos dimos un buen beso, comí sus pechos por ultima vez, pues aun estaba desnuda, y me fui a mi casa.
Al cerrar la puerta de la calle, nos empezamos a besar y mis manos acariciaron su culazo. Me cogió de la mano y me llevo al jardín. Durante el camino no podía apartar la vista de su culazo. Tenía todo preparado para tomar el café en una mesita que tiene bajo el techado. Antes de sentarme con ella en el sofá de mimbre, me quite la ropa, quedándome con un bañador slip rojo, muy ajustado. Nada más sentarme, Silvia acaricio mi paquete diciéndome que a mí también me quedaba muy bien el bañador.
Tomando el café y charlando, el calor subió bastante, pues hablamos de otras veces que habíamos quedado para follar y de los enormes cuernos de su marido. Silvia no dejaba de acariciar mi paquete y yo lo hacía con su muslo más cercano. Cuando se acercaba para besarme, aprovechaba para acariciar sus pechos. Silvia se levantó y se fue a la piscina, mientras decía que tenía mucho calor por todo el cuerpo. Yo preparé unas copas y fui hacia la piscina con ella. Mi paquete iba a explotar en el slip y Silvia me hizo ver que le encantaba verlo, con varios comentarios. La di su copa y brindamos antes de comenzar a tomárnoslas. Allí nos veían sus vecinos, por lo que todo lo que pasaba era bajo el agua. Sus pies no paraban de acariciar mi paquete, por lo que este siempre estaba bien duro.
Cuando Silvia M se acabó la copa, salió de la piscina, con una sonrisa traviesa. Se fue al techado, donde no podían ver nada los vecinos y se tumbó en una tumbona, medio inclinada mirándome. Separo un poco sus piernas y aparto el bañador, mostrándome su mojado coño. La sonreí y ella empezó a masturbarse, sin dejar de mirarme fijamente. Me bebi, de un trago, lo que me quedaba de copa y salí de la piscina, hacia la tumbona. Me arrodillé entre sus piernas y comencé a lamer su clítoris, mientras ella seguía masturbándose. Mis manos acariciaban sus muslazos. Silvia saco sus dedos mojados con sus jugos y se los lamí. Bajé la cabeza y comencé a comerla el coño, con mis manos aun en sus muslazos. Silvia apretó fuerte sus piernas, agarrando mi cabeza y también la acaricio con su mano. Mi lengua se movía a distintas velocidades y, cuando lo hacía a una elevada, Silvia apretaba más fuerte aun sus muslos contra mi cabeza. No pare hasta que se corrió en mi boca.
Con sus jugos en mi boca, me coloque arrodillado al lado de su cara y nos besamos. Con mi mano acaricie sus pechos tan redonditos y bien operados, mientras que ella estiro la suya para acariciar mi paquetón durísimo. Me puse de pie y Silvia comenzó a morder mi polla por encima del slip. Agarre su cabeza y le aprete contra él. Silvia soltó algún mordisquito que me puso más animado aún. En cuanto solté su cabeza, Silvia abrió mi slip y mi polla salió disparada, golpeando su preciosa cara. Silvia la agarro y la empezó a dar buenos lametones. Saco mis huevos y empezó a comérmelos, mientras me masturbaba. Mi mano, estirada, acariciaba uno de sus pechos, notando como se ponía duro el pezón.
Volví a agacharme y nos dimos un buen beso, con ella masturbándome de nuevo. Baje besando su cuello, hasta llegar a sus pechos, besándolos y mordiéndolos por encima del bañador. Me puse de pie y empecé a golpear su cara con mi dura, y mojada por sus babas, polla. Empecé a follarla la boca, mientras acariciaba sus pechos. Subí la fuerza de las penetraciones en su boca, mientras sacaba uno de los pechos por el escotazo y pellizcaba su pezón, el cual estaba bien duro.
Me quite el slip, mientras Silvia me puso un condón. Me coloque, de nuevo, entre sus piernas. Me agache, colocando una rodilla en la tumbona. Levante una de sus piernas, poniéndola contra mi pecho y metí mi polla en su coño, follándola. Lo hacia suave y a fondo, mientras que lamia su dedo gordo del pie y acariciaba su muslazo levantado. La coloque a gatas en la tumbona y pase mi polla por su culazo. Aparte de nuevo su bañador y la folle el culazo. Durante el anal, no pare de azotarla, hasta que me tumbe sobre su espalda. Nos besamos y acaricie sus pechos. Le saque el otro pecho y pellizque ambos pezones. No podía dejar de besarla con la lengua bien dentro, para que no soltara gemidos de dolor.
Me arrodille en el suelo y bese las partes de su culo que el bañador no la tapaba, mientras se lo acariciaba entero. Desabroche el nudo de la cintura, mientras la besaba la espalda. La coloque de rodillas en la tumbona y nos besamos, mientras la bajaba el bañador hasta su cintura. Acariciaba y pellizcaba sus pechos redonditos y operados. La volví a colocar a gatas y la quite el bañador. Volví a meter mi polla en su culo, follándoselo bien fuerte, mientras tiraba de su larga melena.
La tumbe bocarriba, me tumbe sobre ella y volvimos a follar como locos. Silvia me rodeo con sus piernas y yo acariciaba sus muslazos. Nos besábamos y de vez en cuando bajaba la cabeza para morder sus pechos. Cambiamos, tumbándome yo abajo y seguimos follando, mientras acariciaba su culazo y la comía los pechos. Se sentó y cabalgo con fuerza, mientras mis manos jugaban con sus pechos.
Cuando Silvia iba a volverse a correr, la hice tumbarse sobre mí, en posición de 69. Comencé a comerla el coño y ella me comió la polla, tras quitarme el condón. Ella se corrió primero y siguió mamando, mas veloz aun, mi polla, mientras mi lengua jugaba con su clítoris, tras limpiarla los jugos del coño. Cuando me corrí, Silvia M se tragó toda mi leche, sin dejar que nada se cayera.
Silvia se volvió a tumbar sobre mí. Nos besamos, mientras la acariciaba el culo. Me puse el slip y me metí en la piscina a darme un baño, mientras ella me observaba en la tumbona desnuda. Cuando salí de la piscina y me sequé, me vestí. Nos dimos un buen beso, comí sus pechos por ultima vez, pues aun estaba desnuda, y me fui a mi casa.
0 comentarios - Que maravilloso le queda el bañador amarillo a Silvia M