Iré contando mi hermosa historia con Matías, mi sobrino. Fue creciendo el nene, y yo estimulando de a poco su independencia. Comenzo la facultad, llegó Semana Santa, le pedí permiso a mi hermana para llevar a Matías con nosotros a punta del este. Fuimos el martes por la tarde y volvimos lunes por la noche para no tener el tráfico intenso. Fue un finde donde empezamos a conversar de sexo en pareja y en grupo, debía explicarle que él, era mi prioridad pero también debía atender al tío cuckold. A medida que avanzaba la conversación me di cuenta que su erección empezó a aflorar, y mi concha se abrió como canilla. Lo ataqué con la intensidad de mis, casi, cuarenta en esa época y me comí la pija mientras él se retorcía por no acabar, aún tenía vergüenza de llenarme la boca con su leche, mi mirada de puta le ordeno que acabe y me tiro cuatro chorros.La cabeza sensible pedía tregua. Mi amorcito quedó extenuado! los flujos de mi concha estaban fogueando esa cabeza que me iba a taladrar ( aún sigue) por años. Aproveche para ir al baño dándole la privacidad de reponerse. Acomode mi estantería y en tanga volvi al dormitorio, el recostado con su boxer puesto y su mano agarrándose la pija, lo miré con cara pícara y me pareció frente a la cama puse mi mano dentro de mi tanga para masajear mi concha. Chúpamela!! le dije era su primera vez. Él intentó levantarse, quédate ahí! Le ordené y me saqué la tanguita (conchita depilada) subí a la cama y puse su cabeza entre mis rodillas y le refregué mi concha en su cara! Me pone muy caliente el pendejo!!! Después de unos minutos llevé mi cadera a su cintura y lo monté hasta acabar dos veces.
2 comentarios - Avanzando con mi sobrino