Siempre me han gustado mucho los hombres, me encanta el sexo, pero antes era más selectiva. Me acabo de dar cuenta que cada vez cojo con quien sea, ya no me importa tanto el físico ni nada de eso.



Desde que entre a la secundaria cuando estaba en segundo año, me besé con casi todos los de último año sólo porque se me hacían guapos.
A mis maestros en la escuela los terminaba seduciendo para aprobar sus clases, muchas veces los esperaba en un sitio apartado donde pasaba por mí para llevarme a un motel a coger. Yo encantada aceptaba, así no me preocupaba más por las tareas y tenía más tiempo para salir de fiesta con mis amigas.




Odiaba que las materias difíciles las impartirá una profesora pues no tenía otra opción que ponerme a estudiar.
Cuando mis papás se divorciaron me quedé viviendo con mi mamá. Ella varias veces trató de rehacer su vida conociendo otros hombres.
Pero había uno en específico que era un HDP en toda la extensión de la palabra, era un borracho y mi madre lo mantenía; además se cogió a todas sus amigas y claro yo no fui la excepción.
Entraba a mi cuarto cuando estaba en la escuela y se robaba mis tangas del cesto de ropa sucia.


Me espiaba cuando me bañaba y cuando invitaba a mis amigas a la casa siempre andaba cerca morboseandolas.
Un día llegué muy borracha de una fiesta y el muy cabrón se coló a escondidas hasta mi cuarto para cogerme, no recuerdo mucho como pasó pero al día siguiente la cama estaba muy mojada.
El hijo de puta me hizo correrme una y otra vez hasta que se se cansó.


Desde ese día aprendí que nunca puede faltar una pastilla postday en mi bolso.
Nunca tuve el valor para contarle a mi mamá pero poco después le descubrió otra infidelidad y lo mandó al carajo.
En vacaciones cuando me iba con mi papá unos días siempre me terminaba acostando con los hijos de sus amigos, a veces con los papás también.



Un día en el cumpleaños de mi novio su papá me comió las tetas, cuando nadie nos miraba le enseñé un pezon. El entendió perfectamente el mensaje y me siguió. Nos estuvimos besando en el baño hasta que empezaron a preguntar donde estábamos.


Me cogí a todos los papás de mis amigas y ellas al mío, nos contábamos quién la tenía mas grande y las cosas que nos hacían.


Con el tiempo fuí probando de todo, en las fiestas coqueteaba con quien sea que me gustara, no me importaba si llevan a su novia de la mano, les quitaba la mirada de encima y ellos lo notaban. Morboseaba a todos los hombres tratando de imaginarme de que tamaño la tienen; me encanta exitarlos. Cada fin de semana era despertar en una cama diferente.



Aunque algunos hombres eran muy bruscos o no les importaba en lo más mínimo satisfarme, les bastaba con vaciarse las bolas y me arrojaban a un lado o simplemente se vestían y se iban a casa con sus esposas.

Ahora prefiero mil veces a un hombre feo pero que sepa usar lo que tiene entre las piernas a un guapillo que sólo se tumba en la cama y me deja matarme sola; para eso ya tengo mis juguetitos.


Pero de lejos y por mucho el hombre que me metió las mejores cogidas de mi vida, fue mi propio tío.
Desde la primera vez que hicimos el amor conectamos muy rico, me hacía mil perversiones que a mí nunca se me hubieran ocurrido se podían disfrutar tanto.


Desde entonces mantuvimos una relación en secreto, en varios de mis escritos hablo de él.
En resumidas cuentas hace poco dimos por terminado lo nuestro. Las semanas pasaban, la pequeña de su bebé nació, likie todas sus fotos donde salía él abrazándola.
Pasaron una par de meses despues de eso, los días pasaban y muchas veces, sentia ese impulso de buscarlo que trataba a toda costa de apagar como fuera.
No había un sólo día que no pensara en él y recordara todo lo que vivimos. Se me erizaba la piel recordando su manera de hacerme el amor; sabía perfectamente cómo volverme loca en la cama.

A veces en el gimnasio recordaba cómo a él le encantaba verme a la salida porque amaba mi olor después de ejercitarme. Y era muy difícil para mí ocultar mi humedad, me ponía rojísima de la vergüenza y tenía que retirarme en ese instante cuando sentía empapada la entrepierna.

Traté de olvidarlo de todas las maneras que se pueda imaginar.
Traté de concentrarme en mis estudios para mantener la mente ocupada. Traté de hacer deporte, de salir más seguido con mis amigas; me cogí a cada hombre que se me puso enfrente y nunca nada era igual. Nunca era lo mismo, nunca era él...

Hace como 5 meses también tuve mi primer experiencia con otra chica, con una amiga.
Pero esa es harina de otro costal. Comenten si quieren saber la historia.
Chao 💋



Desde que entre a la secundaria cuando estaba en segundo año, me besé con casi todos los de último año sólo porque se me hacían guapos.
A mis maestros en la escuela los terminaba seduciendo para aprobar sus clases, muchas veces los esperaba en un sitio apartado donde pasaba por mí para llevarme a un motel a coger. Yo encantada aceptaba, así no me preocupaba más por las tareas y tenía más tiempo para salir de fiesta con mis amigas.




Odiaba que las materias difíciles las impartirá una profesora pues no tenía otra opción que ponerme a estudiar.
Cuando mis papás se divorciaron me quedé viviendo con mi mamá. Ella varias veces trató de rehacer su vida conociendo otros hombres.
Pero había uno en específico que era un HDP en toda la extensión de la palabra, era un borracho y mi madre lo mantenía; además se cogió a todas sus amigas y claro yo no fui la excepción.
Entraba a mi cuarto cuando estaba en la escuela y se robaba mis tangas del cesto de ropa sucia.


Me espiaba cuando me bañaba y cuando invitaba a mis amigas a la casa siempre andaba cerca morboseandolas.
Un día llegué muy borracha de una fiesta y el muy cabrón se coló a escondidas hasta mi cuarto para cogerme, no recuerdo mucho como pasó pero al día siguiente la cama estaba muy mojada.
El hijo de puta me hizo correrme una y otra vez hasta que se se cansó.


Desde ese día aprendí que nunca puede faltar una pastilla postday en mi bolso.
Nunca tuve el valor para contarle a mi mamá pero poco después le descubrió otra infidelidad y lo mandó al carajo.
En vacaciones cuando me iba con mi papá unos días siempre me terminaba acostando con los hijos de sus amigos, a veces con los papás también.



Un día en el cumpleaños de mi novio su papá me comió las tetas, cuando nadie nos miraba le enseñé un pezon. El entendió perfectamente el mensaje y me siguió. Nos estuvimos besando en el baño hasta que empezaron a preguntar donde estábamos.


Me cogí a todos los papás de mis amigas y ellas al mío, nos contábamos quién la tenía mas grande y las cosas que nos hacían.


Con el tiempo fuí probando de todo, en las fiestas coqueteaba con quien sea que me gustara, no me importaba si llevan a su novia de la mano, les quitaba la mirada de encima y ellos lo notaban. Morboseaba a todos los hombres tratando de imaginarme de que tamaño la tienen; me encanta exitarlos. Cada fin de semana era despertar en una cama diferente.



Aunque algunos hombres eran muy bruscos o no les importaba en lo más mínimo satisfarme, les bastaba con vaciarse las bolas y me arrojaban a un lado o simplemente se vestían y se iban a casa con sus esposas.

Ahora prefiero mil veces a un hombre feo pero que sepa usar lo que tiene entre las piernas a un guapillo que sólo se tumba en la cama y me deja matarme sola; para eso ya tengo mis juguetitos.


Pero de lejos y por mucho el hombre que me metió las mejores cogidas de mi vida, fue mi propio tío.
Desde la primera vez que hicimos el amor conectamos muy rico, me hacía mil perversiones que a mí nunca se me hubieran ocurrido se podían disfrutar tanto.


Desde entonces mantuvimos una relación en secreto, en varios de mis escritos hablo de él.
En resumidas cuentas hace poco dimos por terminado lo nuestro. Las semanas pasaban, la pequeña de su bebé nació, likie todas sus fotos donde salía él abrazándola.
Pasaron una par de meses despues de eso, los días pasaban y muchas veces, sentia ese impulso de buscarlo que trataba a toda costa de apagar como fuera.
No había un sólo día que no pensara en él y recordara todo lo que vivimos. Se me erizaba la piel recordando su manera de hacerme el amor; sabía perfectamente cómo volverme loca en la cama.

A veces en el gimnasio recordaba cómo a él le encantaba verme a la salida porque amaba mi olor después de ejercitarme. Y era muy difícil para mí ocultar mi humedad, me ponía rojísima de la vergüenza y tenía que retirarme en ese instante cuando sentía empapada la entrepierna.

Traté de olvidarlo de todas las maneras que se pueda imaginar.
Traté de concentrarme en mis estudios para mantener la mente ocupada. Traté de hacer deporte, de salir más seguido con mis amigas; me cogí a cada hombre que se me puso enfrente y nunca nada era igual. Nunca era lo mismo, nunca era él...

Hace como 5 meses también tuve mi primer experiencia con otra chica, con una amiga.
Pero esa es harina de otro costal. Comenten si quieren saber la historia.
Chao 💋
1 comentarios - Un vistazo al pasado