Nos habíamos mudado juntos hacía poco, de novios hacía más de dos años, nos juntamos. Ella 24 y yo 26 años. Departamento en pleno centro y con varias construcciones alrededor.
Todo transcurría con normalidad hasta que empecé a notar algo raro. Cada vez que mi novia salía de casa, volvía con unas ganas de coger tremendas. Yo la pasaba espectacular pero me parecía raro que siempre hiciera lo mismo. Empecé a charlarla pero no le podía sacar el tema nunca. Hasta que un día se lo planteé, me miró, sonrío, se le cayeron algunas lágrimas y dijo “te lo voy a contar, lo traté muchos años con mi psicóloga”.
Cuando era más chica, hace unos 8 años, salí temprano del colegio porque había faltado una profesora y me fui a mi casa. Cuando llego siento algunos suspiros, mis viejos estaban haciendo el patio nuevo y supuse que eran los albañiles que estaban cansados. Mientras caminaba hacia la cocina, los suspiros se convirtieron en gemidos, me acerco despacio, escondiéndome y la veo a mi vieja cogiendo con los dos albañiles.
Ella arriba cabalgando a uno mientras se la chupaba al otro. Verla me re mil excitó. Ella disfrutaba a full y los chabones no podían más. Hasta que acabaron, ver a mi mamá llena de leche hizo mojarme toda. Ver la pija de los dos albañiles, me hizo mojar más. Eran enormes. Me tuve que ir al baño de arriba a tocarme y acabé al poco tiempo.
Dos semanas después, yo seguía muy excitada. Entonces ideé un plan para quedarme sola en casa con los albañiles. Pasaron dos días y efectivamente quedé sola, sola con los dos albañiles. Salí al patio y me les insinué, para mi sorpresa agarraron muy rápido y fuimos a mi habitación. Los desnude, se las chupe, me cogio uno y después el otro, los fui llevando y aguantaron bastante hasta que les pedí la leche en mi cuerpo.
Desde ese día vivo caliente con los albañiles y si me gritan, peor.
Todo transcurría con normalidad hasta que empecé a notar algo raro. Cada vez que mi novia salía de casa, volvía con unas ganas de coger tremendas. Yo la pasaba espectacular pero me parecía raro que siempre hiciera lo mismo. Empecé a charlarla pero no le podía sacar el tema nunca. Hasta que un día se lo planteé, me miró, sonrío, se le cayeron algunas lágrimas y dijo “te lo voy a contar, lo traté muchos años con mi psicóloga”.
Cuando era más chica, hace unos 8 años, salí temprano del colegio porque había faltado una profesora y me fui a mi casa. Cuando llego siento algunos suspiros, mis viejos estaban haciendo el patio nuevo y supuse que eran los albañiles que estaban cansados. Mientras caminaba hacia la cocina, los suspiros se convirtieron en gemidos, me acerco despacio, escondiéndome y la veo a mi vieja cogiendo con los dos albañiles.
Ella arriba cabalgando a uno mientras se la chupaba al otro. Verla me re mil excitó. Ella disfrutaba a full y los chabones no podían más. Hasta que acabaron, ver a mi mamá llena de leche hizo mojarme toda. Ver la pija de los dos albañiles, me hizo mojar más. Eran enormes. Me tuve que ir al baño de arriba a tocarme y acabé al poco tiempo.
Dos semanas después, yo seguía muy excitada. Entonces ideé un plan para quedarme sola en casa con los albañiles. Pasaron dos días y efectivamente quedé sola, sola con los dos albañiles. Salí al patio y me les insinué, para mi sorpresa agarraron muy rápido y fuimos a mi habitación. Los desnude, se las chupe, me cogio uno y después el otro, los fui llevando y aguantaron bastante hasta que les pedí la leche en mi cuerpo.
Desde ese día vivo caliente con los albañiles y si me gritan, peor.
0 comentarios - Construyendo calor