Mi turra me garcha frente a su primo pajerito

Esta historia es una de las mejores representaciones de la Jessie y su hermosa familia turra. Es como si pudieras poner en una sola historia el reflejo de una típica familia bien villera sus costumbres sus formas y una hermosa doble vara tan solo recordándola me caliento como si hubiera sido en esa oportunidad. Tengo que darle las gracias a uno de ustedes hablando por mensaje también sus experiencias me hizo recordar historias de hace varios años.
También quiero decirles que nos encanta que nos escriban por mensajes que nos hagan preguntas usamos mucho la página para distraernos y también para calentarnos y terminar garchando.
 
A cuento de no recuerdo qué unos familiares de mi turrita venían de Santiago Del Estero a Buenos Aires se iban a quedar en la casilla de mi turra algo así como una semana o dos antes de volver a partir a sus pagos. Les recuerdo o Les comento a los que nos leen por primera vez que la casilla ya era muy pequeña. Además de recontra cagada a palos. Con mi turrita compartíamos la pieza con sus dos hermanas más chicas. Posiblemente la habitación de tamaño de la de cualquiera de ustedes. Nosotros teníamos la cama en el medio y ahí a menos de un metro de cada lado estaban las camas de mis cuñadas. Los muebles con la ropa Por cierto ropa diminuta de mi turrita y mis cuñaditas y los bultos que se iban acumulando para nuestra primera bendición Dylan hacían casi imposible caminar en la pieza. 
Recuerdo por ejemplo que uno de los muebles con ropa tenía cinco cajones. Los primeros tres tenían las tanguitas de cada una de las turritas. El de más arriba era el de la Jessi que Lucía bien putona tanguitas hilito con ese triangulito perfecto atrás y todo el hilo al costado y la argolla metálica. 
El segundo y el tercero eran de mis cuñadas y algo que me volvía loco y que cada vez que podía no dejaba de revisar era que pese a su muy corta edad y a diferencia de cualquier pendeja cheta también usaban tangas diminutas. Como una especie de copiar a la hermana mayor en todo y con el vivo ejemplo de mi suegra que también usaba tangas bien chiquitas. 
Lo más lindo es que muchas veces las metían en los cajones sin siquiera lavarlas o apenas con una enjuagada en el balde del baño. Sí dije vale porque no había agua corriente. De modo que con cierta sutileza podías agarrar la cañita de una de tus cuñadas y olerla disfrutando de ese hermoso lo la concha villera. Claro está que el olorcito más fuerte las tenían las de mi turrita por el flujo de estar embarazada y de que vivíamos garchando.
La otra pieza la tenía mi suegra que la utilizaba con algún chongo para garchar un pequeño comedor que a duras penas entraba en la mesa y las sillas, la cocina desvencijada y un baño tan terrorífico como hermoso completaban la casilla. de modo que no había lugar para más familiares. Pero eso en el mundo turno no es un problema así que así como llegaron cargados de bultos y bolsos acomodando algunos en el comedor otros en la pieza con mi suegra y el que nos interesa el primo de mi turrita en nuestra pieza. Si mal no recuerdo Alexis tenía Apenas Un año menos que mi turra. Estaba en esa edad en donde todo te calienta y había llegado al paraíso de la calentura. 

Apenas lo vi cruzar la puerta me di cuenta que era calentón que era pajero. En algunos aspectos me hacía acordar a mis ex compañeros Chetos del colegio. Tenía ese Aroma de virgen pajero consumidor de porno y no pudo ni disimular la mirada con sus ojos fichando el culito de dos de sus primas. 
En su defensa sus dos primitas tanto la Jessi como la hermana tenían puesto una calcita de color gris bien finitas de esas que se transparenta todo marcando la curva de su cola de forma espectacular. Haciendo los cachetes bien redondos bien firmes y paraditos. Para peor recontra entangadas con una tanguita hilito en el caso de Jessi y Blanca en el caso de la hermana. Qué difícil no mirar. Pero apenas yo vi podía sacarle los ojos de encima a las colas de las turras sabía que nos íbamos a divertir mucho pero mucho con su primo pajerito. 
Esa misma noche comimos un asado de bienvenida a los familiares. Mi turrita se la pasó la noche sentada a upa mio calentándome la verga y provocándome. El embarazo la tenía más caliente que una pava hirviendo. Yo sabía que la noche se iba a poner buena. Mantenías su calsita bien entangada y completaba con una musculosa blanca sin corpiño. Los pezones recontramarcados. El primo levantando temperatura como Auto con las junta soplada o mirar a cualquiera de las otras dos turritas. Creo que hasta la cola de mi suegra buenas miradas por parte del primo. No había mucha carne en la parrilla la verdad es que la mejor carne estaban las colas de las turras. tanguitas Y burras marcadas no faltaban. 
sin importarle Absolutamente nada el embarazo la Jessie había estado descargando birra con las hermanas y la tía. Esto la había puesto todavía más caliente. 
Para eso de las 4 de la mañana nos fuimos todos bastante en pedo a dormir o bien a garchar. Al primo pajerito le dieron un par de sábanas y una frazada para usarla de acolchado en el piso. Me sorprendió un poco que no le hayan dado una de las camas mis cuñadas pero al parecer las turritas a sabiendas de que su primo era pajarito lo ignoraban con cierto asco. La famosa frase no te toco ni con un palo. De mis cuñaditas a mí me calentó todavía más pero más ganas de disfrutar de garchar bien salvaje a mi turrita sabiendo que el pajarito iba a tener que estar ahí en la misma pieza a nada de diferencia de nosotros. 

La situación fue hermosa desde el minuto cero. El primo pajerito acomodaba su frazada de colchón en el piso y se había puesto ya su ropa de dormir. Un short de Central Córdoba de Santiago Del Estero por supuesto y una remera blanca con la estampa del Oso Yogui. Más virgen imposible. Miro con mucho asombro como yo me desnudaba por completo y quedaba con mi verga totalmente al desnudo incluso frente a mis cuñadas. Pero su mayor asombro y una inyección tremenda de calentura le llegó cuando vio a su prima a mi turrita sacarse tanto la musculosa al desnudo sus pequeñas tetas y la calcita mostrando su cola perfectamente entangada. No tengo pruebas pero tampoco dudas deben haber sido el primer par de tetas que el pajerito habrá visto en su vida al menos en vivo. 

Como la luz todavía estaba prendida yo vi su cara completamente roja. Mezclando asombro y calentura pero sin dejar de mirar las tetas de mi turrita. Mis cuñaditas bien Malditas también se quedaron tan solo con la tanguita frente a sus ojos. No solamente era el único virgen vestido sino que encima debería estar a 1500 grados. Una turra en tetas y con una tanga hilito ya era mucho pero tres era una auténtica locura. Me imagino que en su mente ahora pensado que no podía ver algo más que esa noche ya estaba completa y en realidad recién empezaba. 
Rápidamente apenas estábamos los dos juntos en la cama con mi turra empezamos a comernos a besos. Eran esos besos calientes de lengua profundos esos besos que mientras te comes la boca te tocas las tetas la cola y la verga. Disculpen por la falta de detalles pero la verdad es que yo también estaba medio en pedo pero sí recuerdo patente que en uno de esos besos profundos deslicé mi mano y le colé dos dedos en la concha mi turra la tenía recontra mojada empapada. No tuve que esperarme demasiado para hacer la maldad porque rápidamente la Jessi Se subió encima mío mi verga deslizó sin forro piel con piel dentro de su concha y la sábana sucia que teníamos cayó para un costado. 
Apenas mi verga entró sin forro dentro de la concha de la Jesi ella dio un grito de placer. Un grito agudo con esa voz todavía de pendejita trolita. Inmediatamente que empezó a cabalgarme yo miré por el costado para ver al primo pajerito. Estaba duro como una momia. Con el reflejo de luz del comedor todavía le podía ver la cara completamente roja. Estaba inmóvil caliente a más no poder. Dejé de mirarlo para comerle las tetas a mi turra. Se las chupaba con ganas y le mordía los pezones. Mi turrita me saltaba encima me destrozaba la pija mientras daba un concierto de gritos. Mis cuñaditas estaban en la suya básicamente ya acostumbradas a tener nuestros garches por la noche. 
Yo sentía como mi verga se clavaba en el fondo de la concha de mi turra empapada bien flujeada. Sus gritos eran un oasis de placer. Para cuando volví a mirar al pajerito me llevé la sorpresa de que se estaba pajeando. se había sacado su pequeño pito bajándose un poquito el short y con su mano derecha se pajeaba. Más allá de la calentura que tenía yo y de disfrutar el momento la escena daba algo de risa. Y no es que yo me considere un recontra pijudo pero eso en serio era un pitito. Recuerden este dato porque va a servir en los próximos relatos. 
La cuestión es que dejé de mirar al pajerito para continuar disfrutando del hermoso garche con mi turra embarazada. 

Y he aquí en este momento en donde viene lo que les dije al principio la belleza y la doble vara hermosa de una familia turra.
En pleno garche y mientras Jessi me cabalgaba que daba gusto y sus tetas se perdían en mis besos un grito agudo y desaforado irrumpió la pieza. 
"tiaaaaaaaaaaaaaaaaa tu wacho se ta pajeando que ascooooooooooooo"
era la voz de una de mis cuñaditas, de la más chica. mi turrita No dejó de cabalgarme pero yo dejé de besar sus tetas para ver que pasaba. 
No pude ni llegar a apreciar la escena cuando cayó el segundo grito de mi cuñadita: "tiaaaaaaaaaaa veniii k asco ete wacho loco".
En ese momento la tía entró a la pieza. Dato de color con una remera ajustada sin corpiño que le marcaba muy bien sus tetas y dejaba ver sus pezones oscuros. Mi turrita me seguía Cabalgando y el pajarito seguía tocándose su pequeño pito. 
Así como entró la tía le pegó flor de cachetazo. Durísimo. Le dijo de todo. le dijo que era una vergüenza que era una deshonra y una falta de respeto a sus pobres primas. A todo esto mi turrita me seguía Cabalgando y recién ante los gritos de la tía con su hijo pajerito detuvo su cabalgata. 
"por eso no tenés novia porque sos Un pajero de mierda". Le dijo la tía a su hijo con un tono que les puedo asegurar a mí me paró la pija más. Para peor la Jesi comenzó un sutil movimiento de cabalgata. Yo volaba de calentura. Sentía el flujo de mi turra veía la escena de la tía y el pendejo pajerito que ya había guardado su pito sin acabar tenía la cara Roja de la calentura y del cachetazo. 
" decime a vos te parece tocarte el pito estando a tus primas, no te reviento la cara porque no estamos en casa pero en Santiago vas a ver"
para colmo y Echando más leña al fuego mi cuñadita la que lo había denunciado aportó a la escena: " Perdón tía que te haya molestado pero es un asco este guacho. Por qué hace eso" hablando con una voz de nena inocente.
"porque es un pajero de mierda. Te juro no sé qué hacer con este guacho. Me tiene cansada" le respondia la tía a mi cuñadita mientras mi turrita aumentaba el nivel de su cabalgada. 
Eso era lo más lindo de todo el primo pajerito se llevaba todas las cagadas a pedos mientras nosotros garchábamos sin ningún problema. 
La tía se incorporó ver de vuelta sus pezones oscuros bien transparentados en su remera. Le tiró un poquito del pelo al pajarito y lo amenazó con severidad. " una sola cosa más y te juro que vas a dormir en el patio con las cucarachas"
Recién ahí la tía se dirigió a mi turrita y esbozando una hermosa sonrisa bien putona le dijo: Perdón sobri seguí tranquila. 
Se dio media vuelta y salió de la pieza. 
Yo que para esa altura ya era un volcán creo que con suerte si resistí diez minutos más antes de llenar por completo de leche a mi turra. 
Como no podía ser menos la Jessi manoteo una remera que había dejado el primo pajerito justo cerca de nuestra cama se limpió bien la concha y se la tiró hacia donde él estaba.