Tengo 25 años. Mi cabello es un hermoso marron oscuro liso, tengo ya 4 años yendo al gimnasio y mis piernas y caderas muestran todo ese sacrificio. Desde los 21 me entregue a la vida del placer. Consiguiendo una vida nueva dejandome llevar por el consumo, la vida de los placeres.


Quien se iba a imaginar que antes, si los hombres se me quedaban viendo me asustaba y me incomodaba. Ahora siento esa atracción y lo uso a mi favor. No hay un limite, gordo, en forma, negro, blanco, joven, viejo, si me produce morbo me entrego y dejo que me lleven a la cama. Es obvio que este estilo de vida pues en la casa no lo saben, y aunque siempre he podido mantener esas dos experiencias divididas, les vengo a contar de como un joven amigo de mi hermano me hizo sentir una calentura que jamas he sentido. Sus nombres son Diego y Paul.

La primera vez que los vi llegando con mi hermano senti esa mirada penetrante que siempre recibo en la calle, y aunque en la casa, cuando estan amigos de mis papás o amigos de mi hermano, siempre me hago la tonta… Hoy cuando vi a Diego y a Paul senti que la sangre en mis venas comenzo a hervir, como si era esa joven alborotada con esos cambios de hormonas.
La primera vez que los vi, era un Lunes, yo venia de un domingo alocado de tener sexo con el Señor Alberto de 68 años y llegue en la madrugada a mi casa. Me pare porque escuche la voz de mi hermano y baje a saludarlo como siempre ando. Un shortsito y un top pegadito. Fue alli donde los vi a los 3. Pude ver que ambos se quedaron viendome con una mirada timida, esa mirada de dos jovenes que estan empezando a vivir y algo dentro de mi se estremecio. Me acerque y salude a mi hermano, y pude sentir que esa timidez se transformaba en morbo. Mientras mas veian mis piernas y mi culo esos pensamientos ya no eran tan inocente.


-Hola, soy Valeria, la hermana de Luis- Me presente.
-H-h-hola, y-yo soy…-
-Yo soy Diego- Interrumpio diego a paul. Se ve que el es el que mas confianza agarro, cosa que me excito mucho.
-S..Si y yo soy Paul- Dijo apenas pudiendo verme a los ojos.
Su dualidad me excitaba mucho, sentia una calentura que sabia que estaba mal, ya que eran los amigos de mi hermano pero no podia sacarlos de mi cabeza. Y eso me provoco un rubor que recorrio todo mi cuerpo.
La seducción comenzó con pequeños detalles.
Empecé a "encontrármelos" en el pasillo cerca de mi puerta, siempre abriendola poquito para ver cuando salía de la ducha, con mi bata apenas cerrada, el vapor seguia saliendo de mi piel. Dejaba que la seda se abriera un poco al inclinarme para recoger el correo, mostrando el comienzo de mis duras y grandes nalgas. Antes cerraba mi puerta del cuarto con llave, pero sabiendo que me veian, llegaba un punto pues que hasta dejaba la puerta medio abierta, podia sentir sus ojitos viendome y sentia que me mojaba toda.


Todo subio de nivel cuando un Jueves nuestros padres anuncian que se van a una conferencia fuera del estado y que regresaban el Domingo. De momento todo bien, en mi mente se me vino el señor Alberto, que aunque viejo, cogia divino. Ya estaba escribiendole diciendole que me tenia todo el fin de semana como su putita personal cuando mi hermano Antonio pregunto si sus amigos se podian quedar a dormir en la casa el fin de semana, ya que era algo que habian acordado el Lunes.
-Dios Antonio… Disculpa hijo, se me habia olvidado.. No se.. Me da miedo que se queden solo- Decia mi mama con cara de verguenza.
-Tranquila mamá. Yo puedo quedarme cuidandolos, no tengo nigun problema- Digo yo mientras siento el calor de mis cuerpo llegar hasta mis pezones. Podia llegar a sentir mi pantaletita humedecerse
- Y eso mija? Tienes mas de un año que siempre sales los fines de semana, no se te va a ocurrir tu tambien traer “visita” verdad?- Mi Papá sospecha que algo esta pasando y que buen presentimiento tiene mi viejo.
-No Papá, me siento mal que Antonio tenga que cancelar sus planes. Es mas, si quieres dile al señor Jose de Vigilancia, que nada mas autorice que entren Diego y Paul. Estarias mas tranquilo asi?- Con ese argumento le elimino cualquier sospecha a mis inocentes padres y aceptan.
Llega el dia y desdes que me desperte me quedaba viendo la ventana esperando la llegada de Diego y Paul. Me puse una falda muy reveladora, de esas que siempre tengo escondidas hasta de mis padres para evitar los discursos de siempre. Me puse mi gel rico de ducha y un perfume que me regalo uno de mis tantos amantes.


Los vi llegar y me anticipe a la puerta, no le dije nada a Antonio para poder tener ese primer contacto entre ambos a solas. Les abri la puerta y los salude y los abrace, de manera que me asegure que mis pechos estuviesen cerca de su cara y pudieran ver lo que se pudieran comer, solo si se atrevian.

-Pero que guapos andan hoy muchachos. Vienen de conquistar unas noviecitas?- les pregunto yo, sabiendo que eso era casi imposible.
-Si Vale, bueno, yo tengo 2 novias, solo que no saben jaja- Dice Diego con la peor cara de mentiroso que he visto en mi vida. Me hago la sorprendida y le creo
-N…Noo.- Dice paul con la mirada baja, como si lo hubiese ofendido -Nunca he… bueno nunca he tenido novia, ni he estado con una mujer-
Esa confesion recorrio como electricidad todo mi cuerpo. Lo que ya yo sabia, son dos apres de virgenes, unos tesoros intactos que yo anhelaba corromper.
Llame a Antonio, le dije que viniera por sus amigos y subi a mi cuarto, principalmente para masturbarme pensando en sus torpes manos tocandome todo, devorandome con un trio divino de dos inexpertos y yo, la patrona del placer.
La primera vez que los toque fue "accidental".
Esa tarde, luego de masturbarme deliberadamente y compensar al señor alberto con unas fotos, ya que no lo iba a ver este fin de semana. Me dormi y me pare con el ruido de los 3 muchachos jugando en la piscina con la pelota de playa. Los vi alli, jugando y gritando y sali corriendo, aun mareada del sueño a buscar mi traje de baño mas revelador y bajar a “jugar con ellos”. Me iba a duchar para quitarme el olor a sexo que cargaba, pero preferi que se percataran de todo eso.




-Se divierten muchachos?- Pregunte yo, abriendo al puerta deslizante que llevaba a la piscina y posando con mi traje de baño muy revelador.
Nadie respondio, Paul, Diego e inclusive mi hermano Antonio se quedaron atontados. Luego fue mi hermano que respondio
-S..Si, hermana, tu que, que planeas hacer?-
Les puse una sonrisa picara mientras me agachaba para mover una silla cerca de la piscina
-Pues tengo tiempo que no juego en la piscina y creo que es una buena idea, puedo jugar con ustedes?- Les preguntaba mientras mi pie con mis dedos hechos en el manicurista, esos dedos preciosos gorditos, con las uñas pintadas de blanco jugaban con el agua.
-S-si valeria, puedes jugar conmigo… Digo.. puedes jugar con nosotros.. Claro si Antonio quiere- Dijo paul, quede muy sorprendido porque fue el mas penoso el de la iniciativa.
Mi hermano acepto y comenzamos a jugar con la pelota. A ellos se les ocurrio que el juego trataba de que tenian que quitarme la pelota a mi, y yo tenia que durar la mayor cantidad de tiempo posible con la pelota. Ya me imaginaba yo que estaba pasando cuando sentia que algunas pequeñas manos no iban por ninguna pelota sino que me tocaban mis nalgas, y me agarraban mi pecho.
En eso se me salio una teta del traje de baño y los muchachos se quedaron congelados en su lugar. Yo me sonrio picaramente y les digo que no pasa nada pero que ya era hora para yo salir de la piscina. Le pedi a Antonio que fuese de una a comprar refresco al bodegon cerca de la casa antes que cerraran para cenar y que fuese rapido si no queria problemas con mis papás.
Yo le digo a los otros dos muchachos que se pongan comodos y se sequen y se metan a bañar en el cuarto de antonio que yo iba para lo mismo. Como siempre les deje la puerta medio abiertas y sabia que me estaban viendo. Me “duche” rapidamente y esta vez no me hice la loca. Sali con mi cuerpo mojado de la ducha y les abri por completo la puerta.
-Perdon Valeria. No queriamos.. No era nuestra…- Paul estaba que se desmayaba del miedo
--Es que queriamos saber si estabas bien- Trato de salvarlo diego
-Por es siempre se quedan viendo cuando me ducho muchachos?- Les pregunto mientras los agarro de al mano y los meto al cuarto.
Los muchachos nerviosos e inocentes pensaban que venia un regaño
-Shhh muchachos, yo se lo que quieren y yo estoy loca por cumplirlo-
-Están nerviosos?- , pregunté, bajandoles a ambos sus trajes de baño.
-Es que... nunca…- balbucearon los dos

-Yo sé, mis amores. Yo sé- , respondí, guiando sus manitos hacia mi pecho.
Sus dedos torpes encontraron mis pezones y un gemido escapó de mis labios. Qué delicia era esta inocencia, esta exploración tentativa. Mientras me acariciaban, yo deslizaba su traje de baño hacia abajo, revelando esas vergas jovenes, palpitantes, tan erectas que casi dolía mirarlas.
-Por favor-, suplicó Paul, -no sé qué hacer-.
-Yo los guiaré, cariño. Solo dejense llevar
Tomé a Diego en mi boca primero, sintiendo cómo se estremecía ante la sensación de una lengua experimentada. Mientras lo hacía, mis manos acariciaban a Paul, mostrándole el ritmo, preparándolo para lo que vendría.

Paul era más grande, más grueso, pero Diego tenía una resistencia que me sorprendió. Alternaba entre ellos, saboreando sus diferencias, disfrutando de cómo gemían mis nombres entre dientes.
"Por favor, señora Valeria", suplicó Paul en un momento dado, "ya no aguanto más".




En eso llego mi hermano Antonio, y los muchachos tuvieron que subirse sus trajes de baño y salir corriendo. Agarre a paul antes de salir y le clave un beso que meti toda mi lengua en su boquita y le dije que en la noche seguiamos. Que no se durmieran…
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Quien se iba a imaginar que antes, si los hombres se me quedaban viendo me asustaba y me incomodaba. Ahora siento esa atracción y lo uso a mi favor. No hay un limite, gordo, en forma, negro, blanco, joven, viejo, si me produce morbo me entrego y dejo que me lleven a la cama. Es obvio que este estilo de vida pues en la casa no lo saben, y aunque siempre he podido mantener esas dos experiencias divididas, les vengo a contar de como un joven amigo de mi hermano me hizo sentir una calentura que jamas he sentido. Sus nombres son Diego y Paul.

La primera vez que los vi llegando con mi hermano senti esa mirada penetrante que siempre recibo en la calle, y aunque en la casa, cuando estan amigos de mis papás o amigos de mi hermano, siempre me hago la tonta… Hoy cuando vi a Diego y a Paul senti que la sangre en mis venas comenzo a hervir, como si era esa joven alborotada con esos cambios de hormonas.
La primera vez que los vi, era un Lunes, yo venia de un domingo alocado de tener sexo con el Señor Alberto de 68 años y llegue en la madrugada a mi casa. Me pare porque escuche la voz de mi hermano y baje a saludarlo como siempre ando. Un shortsito y un top pegadito. Fue alli donde los vi a los 3. Pude ver que ambos se quedaron viendome con una mirada timida, esa mirada de dos jovenes que estan empezando a vivir y algo dentro de mi se estremecio. Me acerque y salude a mi hermano, y pude sentir que esa timidez se transformaba en morbo. Mientras mas veian mis piernas y mi culo esos pensamientos ya no eran tan inocente.


-Hola, soy Valeria, la hermana de Luis- Me presente.
-H-h-hola, y-yo soy…-
-Yo soy Diego- Interrumpio diego a paul. Se ve que el es el que mas confianza agarro, cosa que me excito mucho.
-S..Si y yo soy Paul- Dijo apenas pudiendo verme a los ojos.
Su dualidad me excitaba mucho, sentia una calentura que sabia que estaba mal, ya que eran los amigos de mi hermano pero no podia sacarlos de mi cabeza. Y eso me provoco un rubor que recorrio todo mi cuerpo.
La seducción comenzó con pequeños detalles.
Empecé a "encontrármelos" en el pasillo cerca de mi puerta, siempre abriendola poquito para ver cuando salía de la ducha, con mi bata apenas cerrada, el vapor seguia saliendo de mi piel. Dejaba que la seda se abriera un poco al inclinarme para recoger el correo, mostrando el comienzo de mis duras y grandes nalgas. Antes cerraba mi puerta del cuarto con llave, pero sabiendo que me veian, llegaba un punto pues que hasta dejaba la puerta medio abierta, podia sentir sus ojitos viendome y sentia que me mojaba toda.


Todo subio de nivel cuando un Jueves nuestros padres anuncian que se van a una conferencia fuera del estado y que regresaban el Domingo. De momento todo bien, en mi mente se me vino el señor Alberto, que aunque viejo, cogia divino. Ya estaba escribiendole diciendole que me tenia todo el fin de semana como su putita personal cuando mi hermano Antonio pregunto si sus amigos se podian quedar a dormir en la casa el fin de semana, ya que era algo que habian acordado el Lunes.
-Dios Antonio… Disculpa hijo, se me habia olvidado.. No se.. Me da miedo que se queden solo- Decia mi mama con cara de verguenza.
-Tranquila mamá. Yo puedo quedarme cuidandolos, no tengo nigun problema- Digo yo mientras siento el calor de mis cuerpo llegar hasta mis pezones. Podia llegar a sentir mi pantaletita humedecerse
- Y eso mija? Tienes mas de un año que siempre sales los fines de semana, no se te va a ocurrir tu tambien traer “visita” verdad?- Mi Papá sospecha que algo esta pasando y que buen presentimiento tiene mi viejo.
-No Papá, me siento mal que Antonio tenga que cancelar sus planes. Es mas, si quieres dile al señor Jose de Vigilancia, que nada mas autorice que entren Diego y Paul. Estarias mas tranquilo asi?- Con ese argumento le elimino cualquier sospecha a mis inocentes padres y aceptan.
Llega el dia y desdes que me desperte me quedaba viendo la ventana esperando la llegada de Diego y Paul. Me puse una falda muy reveladora, de esas que siempre tengo escondidas hasta de mis padres para evitar los discursos de siempre. Me puse mi gel rico de ducha y un perfume que me regalo uno de mis tantos amantes.


Los vi llegar y me anticipe a la puerta, no le dije nada a Antonio para poder tener ese primer contacto entre ambos a solas. Les abri la puerta y los salude y los abrace, de manera que me asegure que mis pechos estuviesen cerca de su cara y pudieran ver lo que se pudieran comer, solo si se atrevian.

-Pero que guapos andan hoy muchachos. Vienen de conquistar unas noviecitas?- les pregunto yo, sabiendo que eso era casi imposible.
-Si Vale, bueno, yo tengo 2 novias, solo que no saben jaja- Dice Diego con la peor cara de mentiroso que he visto en mi vida. Me hago la sorprendida y le creo
-N…Noo.- Dice paul con la mirada baja, como si lo hubiese ofendido -Nunca he… bueno nunca he tenido novia, ni he estado con una mujer-
Esa confesion recorrio como electricidad todo mi cuerpo. Lo que ya yo sabia, son dos apres de virgenes, unos tesoros intactos que yo anhelaba corromper.
Llame a Antonio, le dije que viniera por sus amigos y subi a mi cuarto, principalmente para masturbarme pensando en sus torpes manos tocandome todo, devorandome con un trio divino de dos inexpertos y yo, la patrona del placer.
La primera vez que los toque fue "accidental".
Esa tarde, luego de masturbarme deliberadamente y compensar al señor alberto con unas fotos, ya que no lo iba a ver este fin de semana. Me dormi y me pare con el ruido de los 3 muchachos jugando en la piscina con la pelota de playa. Los vi alli, jugando y gritando y sali corriendo, aun mareada del sueño a buscar mi traje de baño mas revelador y bajar a “jugar con ellos”. Me iba a duchar para quitarme el olor a sexo que cargaba, pero preferi que se percataran de todo eso.




-Se divierten muchachos?- Pregunte yo, abriendo al puerta deslizante que llevaba a la piscina y posando con mi traje de baño muy revelador.
Nadie respondio, Paul, Diego e inclusive mi hermano Antonio se quedaron atontados. Luego fue mi hermano que respondio
-S..Si, hermana, tu que, que planeas hacer?-
Les puse una sonrisa picara mientras me agachaba para mover una silla cerca de la piscina
-Pues tengo tiempo que no juego en la piscina y creo que es una buena idea, puedo jugar con ustedes?- Les preguntaba mientras mi pie con mis dedos hechos en el manicurista, esos dedos preciosos gorditos, con las uñas pintadas de blanco jugaban con el agua.
-S-si valeria, puedes jugar conmigo… Digo.. puedes jugar con nosotros.. Claro si Antonio quiere- Dijo paul, quede muy sorprendido porque fue el mas penoso el de la iniciativa.
Mi hermano acepto y comenzamos a jugar con la pelota. A ellos se les ocurrio que el juego trataba de que tenian que quitarme la pelota a mi, y yo tenia que durar la mayor cantidad de tiempo posible con la pelota. Ya me imaginaba yo que estaba pasando cuando sentia que algunas pequeñas manos no iban por ninguna pelota sino que me tocaban mis nalgas, y me agarraban mi pecho.
En eso se me salio una teta del traje de baño y los muchachos se quedaron congelados en su lugar. Yo me sonrio picaramente y les digo que no pasa nada pero que ya era hora para yo salir de la piscina. Le pedi a Antonio que fuese de una a comprar refresco al bodegon cerca de la casa antes que cerraran para cenar y que fuese rapido si no queria problemas con mis papás.
Yo le digo a los otros dos muchachos que se pongan comodos y se sequen y se metan a bañar en el cuarto de antonio que yo iba para lo mismo. Como siempre les deje la puerta medio abiertas y sabia que me estaban viendo. Me “duche” rapidamente y esta vez no me hice la loca. Sali con mi cuerpo mojado de la ducha y les abri por completo la puerta.
-Perdon Valeria. No queriamos.. No era nuestra…- Paul estaba que se desmayaba del miedo
--Es que queriamos saber si estabas bien- Trato de salvarlo diego
-Por es siempre se quedan viendo cuando me ducho muchachos?- Les pregunto mientras los agarro de al mano y los meto al cuarto.
Los muchachos nerviosos e inocentes pensaban que venia un regaño
-Shhh muchachos, yo se lo que quieren y yo estoy loca por cumplirlo-
-Están nerviosos?- , pregunté, bajandoles a ambos sus trajes de baño.
-Es que... nunca…- balbucearon los dos

-Yo sé, mis amores. Yo sé- , respondí, guiando sus manitos hacia mi pecho.
Sus dedos torpes encontraron mis pezones y un gemido escapó de mis labios. Qué delicia era esta inocencia, esta exploración tentativa. Mientras me acariciaban, yo deslizaba su traje de baño hacia abajo, revelando esas vergas jovenes, palpitantes, tan erectas que casi dolía mirarlas.
-Por favor-, suplicó Paul, -no sé qué hacer-.
-Yo los guiaré, cariño. Solo dejense llevar
Tomé a Diego en mi boca primero, sintiendo cómo se estremecía ante la sensación de una lengua experimentada. Mientras lo hacía, mis manos acariciaban a Paul, mostrándole el ritmo, preparándolo para lo que vendría.

Paul era más grande, más grueso, pero Diego tenía una resistencia que me sorprendió. Alternaba entre ellos, saboreando sus diferencias, disfrutando de cómo gemían mis nombres entre dientes.
"Por favor, señora Valeria", suplicó Paul en un momento dado, "ya no aguanto más".




En eso llego mi hermano Antonio, y los muchachos tuvieron que subirse sus trajes de baño y salir corriendo. Agarre a paul antes de salir y le clave un beso que meti toda mi lengua en su boquita y le dije que en la noche seguiamos. Que no se durmieran…
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2 comentarios - Consumida por los amigos de mi hermano parte 1
Cuál sos vos en las fotos?