Soy un hombre heterosexual y tengo esposa, y tenernos sexo con frecuencia, y siempre me deleitaba viendo como mi esposa disfrutaba tanto el sexo que siempre querĂa mas. Y empezĂł a circular por mi mente el deseo de tener un cuerpo de mujer, pero autentico, no de travestis o transexuales, sino que querĂa realmente convertirme en una mujer con pechos y vagina y con esos deseos en mi cabecita pasaba el tiempo, pero me convencĂa que eso no era posible, y no querĂa vestirme como travesti.

Un dĂa que estaba de compras, vi una librerĂa bastante descuidada e inclusive olĂa a humedad. Pero por curiosidad entre a ver que veĂa. Ya me iba a retirar cuando llamĂł mi atenciĂłn un libro viejo y maltratado sobre conjuros mágicos. Recordando ese deseo que tenia de tener un cuerpo de mujer real, lo comprĂ© y me fui a casa y lo deje olvidado. Un domingo que no tenia que hacer y estaba solo, pues mi esposa habĂa salido a visitar a su familia por unos dĂas, me puse a leer el libro y casi me voy de espaldas cuando habĂa un conjuro para transformarse en otra persona.
AsĂ que empecĂ© a leerlo con detenimiento y decĂa que tenia que tener en la mente bien fijo que tipo de persona y que cuerpo desearĂa tener. Además que si querĂa un cuerpo de mujer, decĂa que tenla que buscar una ropa de intima de mujer sin lavar y que tuviera restos de su cuerpo. Me acorde de la casa de una vecina que dejaba el cesto de ropa afuera de la casa, en los lavaderos y lo dejaba para el domingo para lavarlos.
Un dĂa, con el pretexto de ir a buscar a mi gato que no no encontraba, le pedĂ permiso para entrar y me puse dizque a buscarlo y asĂ lleguĂ© al lavadero y vi la cesta de ropa. Cuando nadie me vela, hurguĂ© en el cesto de ropa sucia y vi que habĂa varias pantaletas y le robe una que se veĂa que estaba manchada de sus lĂquidos, y me la llevĂ©, diciĂ©ndole que no encontrĂ© al gato.
Ya en casa, tome otra vez el libro y decĂa que tenia que pasarme el panty por todo el cuerpo y debĂa decir unas palabras que estaban escritas en el libro, por cierto bastante raras, pero lo hice tal y como estaba escrito. Me empezĂł a agarrar un sopor y un tremendo sueño que no lo soportaba, asĂ que me fui a la cama y me quedĂ© dormido.


Me despertĂ© cuando ya habla anochecido y me fui al baño a hacer pipĂ y cuando quise sacar el pene para orinar, tremenda fue mi sorpresa que no habĂa pene. Me asustĂ© enormemente, porque no creĂa que aquello fuera una realidad. Me fui inmediatamente a un espejo y lo que vi, primeramente me dejo sorprendido y temeroso, pero despuĂ©s poco a poco me fui calmando y empezĂł el morbo a circular por mi cabeza, asĂ que me desnude y empecĂ© a ver que tenia un cuerpo, sino escultural pero si atractivo y bien formado.
Me veĂa muy atractiva con el cuerpo de mujer, y ese era el deseo que siempre tenia y ahora lo tenla que disfrutar. Fui al guardarropa de mi esposa y saque unos pantys tipo cacheteros que ella siempre usaba, asĂ como un sostĂ©n y una faldita muy sexy que a veces se ponĂa. EmpecĂ© a disfrutar el estarme vistiendo con esas prendas y quede maravillado a ver que realmente lucĂa como una mujer coqueta, sexy y porque no, algo putita.
Me tomĂ© fotos frente al espejo y estaba excitado porque mi fantasĂa se estaba cumpliendo, asĂ que me empecĂ© a acariciar la vagina metiĂ©ndome los dedos hasta que pude experimentar un orgasmo y no querĂa que acabara, porque estaba muy caliente sintiendo por fin, lo que es el placer de sentirse como una puta. Pero querĂa probar una verga de macho que me hiciera gritar de placer y que me acariciara todo el cuerpo, que me mamara la vagina y que me metiera la verga en todas las posiciones imaginables.




Toda caliente, tomĂ© la decisiĂłn de salir a buscar un hombre, asĂ que me vestĂ como una puta y me fui a caminar, contoneándome y atrayendo muchas miradas, al grado que me confundieron realmente con una puta. AsĂ que vi que aquella era mi oportunidad para sentirme mujer y disfrutar de un buen macho y por fin poder experimentar lo que veĂa que mi esposa sentĂa cuando me la cogĂa.
Varios hombres que me encontraba en el camino me preguntaban que cuanto cobraba por un acoston pero como no se velan agradables, les decĂa que 2000 pesos y se alejaban. Hasta que se me acerco un macho simpático, bien vestido y me saludo con piropos agradables, diciĂ©ndome, princesa estas muy atractiva y me gustarĂa poder estar contigo. Le dije que le cobraba 500 pesos para que se animara y no se me fuera aquella oportunidad.
Me dijo que estaba de acuerdo y me pregunto que cuantas posiciones incluĂa el acostĂłn y le dije que tres posiciones. AsĂ que nos fuimos a un hotel y una vez que entramos a la habitaciĂłn me empezĂł a besar en la boca y acariciarme todavĂa con la ropa puesta y yo le dejaba que me acariciara como quisiera, pues aunque el no lo sabia, yo estaba disfrutando enormemente todo lo que me hacia.


Me empezó a quitase la ropa lentamente, me quitó la falda, la blusa y el sostén, después se arrodilló y me empezó a bajarme la tanga cachetero y abriéndome de piernas introdujo su boca en mi vagina y empezó a darme con la lengua. Ya para entonces estaba escurriendo de lo caliente que estaba y lo deje mamar a gusto mientras con las manos me apretaba las nalgas.
Me hizo llegar al orgasmo rápido y todos mis lĂquidos vaginales se los tragaba como algo delicioso. Luego me sentĂł en la orilla de la cama mientras se sacaba la verga y para mi buena suerte, tenia una verga enorme. Me la acercĂł a la boca y acariciĂł mis labios con la cabeza de su verga. Me dijo: ahora es tu turno de mamar, asĂ que ni tarda ni perezosa, abrĂ la boca y me empecĂ© a tragar esa enorme verga y empecĂ© a mamársela, primero suavemente porque querĂa disfrutarla.
Que rico sabia la verga, un sabor agridulce pero riquĂsimo. El empezĂł a moverse y yo chupaba con mas fuerza hasta que de pronto me apartĂł. Me dijo, no quiero acabar pronto, todavĂa quiero disfrutarte mas.
Me acomodĂł en la cama y me abrĂ de piernas y empezĂł a acercar su vergota a mi vagina. Yo estaba tan excitada que querĂa que se apresurara porque me morĂa de ganas de sentir la verga por primera vez. Puso mis piernas sobre sus hombros y empezó a metĂ©rmela despacito y poco a poco empezĂł a acelerar el bombeo, mientras me retorcĂa de placer, diciĂ©ndole que no parara, que me diera duro porque lo estaba disfrutando enormemente.



DespuĂ©s me puso en posiciĂłn de perrito y me clavo la verga por detrás haciĂ©ndome dar gemidos de placer mientras movĂa las nalgas para que me la metiera mas adentro. Tuve una enorme suerte de que fuera aguantador y no se viniera rápidamente.
Luego el se acostĂł boca arriba y me dijo que me sentara en su verga, asĂ lo hice y me metĂ esa enorme verga en la vagina y empecĂ© a moverme como desquiciada, permitiendo que me entrara toda enorme tranca en mi mojada vagina, no querĂa que acabara, pero estaba tan caliente que continuĂ© moviĂ©ndome hasta que Ă©l, dando un grito empezĂł a eyacular, llenando toda mi vagina con su semen.
Terminamos agotados pero los dos disfrutamos mucho esa increĂble cogida.
Me pagĂł, aunque hubiera querido decirle que no era nada, pero para que no sospechara y siguiera creyendo que era realmente una puta callejera, le aceptĂ© el dinero. Me dijo que querĂa volver a verme para volver a disfrutar mi cuerpo de puta.
Nos despedimos, esperĂ© a que se fuera y a los diez minutos salĂ y tome un taxi y me fui a a casa. TodavĂa tenla calentura asĂ que empecĂ© a masturbarme con un pepino que habĂa en el refrigerador hasta que volvĂ a venirme y asĂ me quedĂ© dormida.




Como mi esposa regresarĂa hasta dentro de dos dĂas, al dĂa siguiente decidĂ volver a repetir la aventura. AsĂ que ahora tome mi coche y vestida provocativamente, como toda una puta, me fui a otro sitio a caminar como puta y empezaron a llegar las ofertas.
Me fui inmediatamente con un macho robusto y se veĂa degenerado. Me llevĂł a un hotel cercano y ese tipo si fue rápido, pues rápido me quitĂł la ropa hasta que quedĂ© desnuda y se sacĂł la verga la cual empecĂ© a mamar como si fuera un delicioso dulce. Luego me acostĂł y me penetrĂł con su deliciosa verga hasta que se vino.
Este macho fue rápido y me dejĂł muy ganosa. AsĂ que una vez que se fue, me arregle y salĂ otra vez a la calle a seguir ofreciendo mi cuerpo al mejor postor. Se me acerco un jovencito como de 20 años. que se veĂa que andaba bien caliente, pactamos el precio, igual 500 pesos, y fuimos al hotel. TambiĂ©n este chico empezĂł a mamarme la vagina con unas ganas de exprimirme toda haciendo que me llevara al borde del placer y tuve un riquĂsimo orgasmo.
Luego empecĂ© a mamarle la verga, que tambiĂ©n era enorme, mas grande que la del macho del dĂa anterior, como de 20 centĂmetros, chupándole cada centĂmetro de su vergota y no se pudo aguantar, viniĂ©ndose en mi boca, y por fin pude saborear el semen tan delicioso que lleno mi boca y me lo traguĂ©.





Me dijo que le diera la oportunidad de reponerse para volver a meterme la verga y como estaba toda caliente, le dije que si, mientras lo dejaba que me acariciara mis nalgas, mis pechos los cuales me los empezĂł a mamar, mientras con la mano le acariciaba esa enorme y sabrosa verga que tenia.
Poco a poco reaccionó y se le puso dura otra vez. Asà que le dije que se pusiera boca arriba y me volvà a ensartar su vergota en mi panocha caliente y mojada y empecé a moverme, dando sentones una y otra vez, mientras disfrutaba lo delicioso que era sentirse mujer y poder tener enterrada la verga rica y sabrosa.
Después de un rato, se vino, llenándome la vagina de su leche.
Ya que terminamos, el se fue diciĂ©ndome que volverla otro dĂa por mi.
Me fui al coche y me dirigĂ a casa. AllĂ me puse a leer otra vez el libro de conjuros para volver a mi forma normal de hombre. VolvĂ a hacer lo que ahĂ decĂa, me pasĂ© una trusa mĂa que tenla restos de mi pene, me lo pasĂ© por todo el cuerpo, volvĂ a repetir las palabras raras que decĂa el libro.
Me volvió a agarrar un sueño inaguantable, me quedé dormido y al despertar ya tenia otra vez mi cuerpo de hombre.
Que experiencia tan placentera habĂa pasado y que lo volvĂ a repetir cuando mi esposa volvĂa a ir a visitar a su familia. Mientras tanto, disfrutaba el cuerpo de mi esposa, dándole el máximo placer que pudiera, porque ya sabia lo que se sentĂa, pero a l mismo tiempo disfrutaba el meterle la verga en varias posiciones, asĂ es mi secreto

Un dĂa que estaba de compras, vi una librerĂa bastante descuidada e inclusive olĂa a humedad. Pero por curiosidad entre a ver que veĂa. Ya me iba a retirar cuando llamĂł mi atenciĂłn un libro viejo y maltratado sobre conjuros mágicos. Recordando ese deseo que tenia de tener un cuerpo de mujer real, lo comprĂ© y me fui a casa y lo deje olvidado. Un domingo que no tenia que hacer y estaba solo, pues mi esposa habĂa salido a visitar a su familia por unos dĂas, me puse a leer el libro y casi me voy de espaldas cuando habĂa un conjuro para transformarse en otra persona.
AsĂ que empecĂ© a leerlo con detenimiento y decĂa que tenia que tener en la mente bien fijo que tipo de persona y que cuerpo desearĂa tener. Además que si querĂa un cuerpo de mujer, decĂa que tenla que buscar una ropa de intima de mujer sin lavar y que tuviera restos de su cuerpo. Me acorde de la casa de una vecina que dejaba el cesto de ropa afuera de la casa, en los lavaderos y lo dejaba para el domingo para lavarlos.
Un dĂa, con el pretexto de ir a buscar a mi gato que no no encontraba, le pedĂ permiso para entrar y me puse dizque a buscarlo y asĂ lleguĂ© al lavadero y vi la cesta de ropa. Cuando nadie me vela, hurguĂ© en el cesto de ropa sucia y vi que habĂa varias pantaletas y le robe una que se veĂa que estaba manchada de sus lĂquidos, y me la llevĂ©, diciĂ©ndole que no encontrĂ© al gato.
Ya en casa, tome otra vez el libro y decĂa que tenia que pasarme el panty por todo el cuerpo y debĂa decir unas palabras que estaban escritas en el libro, por cierto bastante raras, pero lo hice tal y como estaba escrito. Me empezĂł a agarrar un sopor y un tremendo sueño que no lo soportaba, asĂ que me fui a la cama y me quedĂ© dormido.


Me despertĂ© cuando ya habla anochecido y me fui al baño a hacer pipĂ y cuando quise sacar el pene para orinar, tremenda fue mi sorpresa que no habĂa pene. Me asustĂ© enormemente, porque no creĂa que aquello fuera una realidad. Me fui inmediatamente a un espejo y lo que vi, primeramente me dejo sorprendido y temeroso, pero despuĂ©s poco a poco me fui calmando y empezĂł el morbo a circular por mi cabeza, asĂ que me desnude y empecĂ© a ver que tenia un cuerpo, sino escultural pero si atractivo y bien formado.
Me veĂa muy atractiva con el cuerpo de mujer, y ese era el deseo que siempre tenia y ahora lo tenla que disfrutar. Fui al guardarropa de mi esposa y saque unos pantys tipo cacheteros que ella siempre usaba, asĂ como un sostĂ©n y una faldita muy sexy que a veces se ponĂa. EmpecĂ© a disfrutar el estarme vistiendo con esas prendas y quede maravillado a ver que realmente lucĂa como una mujer coqueta, sexy y porque no, algo putita.
Me tomĂ© fotos frente al espejo y estaba excitado porque mi fantasĂa se estaba cumpliendo, asĂ que me empecĂ© a acariciar la vagina metiĂ©ndome los dedos hasta que pude experimentar un orgasmo y no querĂa que acabara, porque estaba muy caliente sintiendo por fin, lo que es el placer de sentirse como una puta. Pero querĂa probar una verga de macho que me hiciera gritar de placer y que me acariciara todo el cuerpo, que me mamara la vagina y que me metiera la verga en todas las posiciones imaginables.




Toda caliente, tomĂ© la decisiĂłn de salir a buscar un hombre, asĂ que me vestĂ como una puta y me fui a caminar, contoneándome y atrayendo muchas miradas, al grado que me confundieron realmente con una puta. AsĂ que vi que aquella era mi oportunidad para sentirme mujer y disfrutar de un buen macho y por fin poder experimentar lo que veĂa que mi esposa sentĂa cuando me la cogĂa.
Varios hombres que me encontraba en el camino me preguntaban que cuanto cobraba por un acoston pero como no se velan agradables, les decĂa que 2000 pesos y se alejaban. Hasta que se me acerco un macho simpático, bien vestido y me saludo con piropos agradables, diciĂ©ndome, princesa estas muy atractiva y me gustarĂa poder estar contigo. Le dije que le cobraba 500 pesos para que se animara y no se me fuera aquella oportunidad.
Me dijo que estaba de acuerdo y me pregunto que cuantas posiciones incluĂa el acostĂłn y le dije que tres posiciones. AsĂ que nos fuimos a un hotel y una vez que entramos a la habitaciĂłn me empezĂł a besar en la boca y acariciarme todavĂa con la ropa puesta y yo le dejaba que me acariciara como quisiera, pues aunque el no lo sabia, yo estaba disfrutando enormemente todo lo que me hacia.


Me empezó a quitase la ropa lentamente, me quitó la falda, la blusa y el sostén, después se arrodilló y me empezó a bajarme la tanga cachetero y abriéndome de piernas introdujo su boca en mi vagina y empezó a darme con la lengua. Ya para entonces estaba escurriendo de lo caliente que estaba y lo deje mamar a gusto mientras con las manos me apretaba las nalgas.
Me hizo llegar al orgasmo rápido y todos mis lĂquidos vaginales se los tragaba como algo delicioso. Luego me sentĂł en la orilla de la cama mientras se sacaba la verga y para mi buena suerte, tenia una verga enorme. Me la acercĂł a la boca y acariciĂł mis labios con la cabeza de su verga. Me dijo: ahora es tu turno de mamar, asĂ que ni tarda ni perezosa, abrĂ la boca y me empecĂ© a tragar esa enorme verga y empecĂ© a mamársela, primero suavemente porque querĂa disfrutarla.
Que rico sabia la verga, un sabor agridulce pero riquĂsimo. El empezĂł a moverse y yo chupaba con mas fuerza hasta que de pronto me apartĂł. Me dijo, no quiero acabar pronto, todavĂa quiero disfrutarte mas.
Me acomodĂł en la cama y me abrĂ de piernas y empezĂł a acercar su vergota a mi vagina. Yo estaba tan excitada que querĂa que se apresurara porque me morĂa de ganas de sentir la verga por primera vez. Puso mis piernas sobre sus hombros y empezó a metĂ©rmela despacito y poco a poco empezĂł a acelerar el bombeo, mientras me retorcĂa de placer, diciĂ©ndole que no parara, que me diera duro porque lo estaba disfrutando enormemente.



DespuĂ©s me puso en posiciĂłn de perrito y me clavo la verga por detrás haciĂ©ndome dar gemidos de placer mientras movĂa las nalgas para que me la metiera mas adentro. Tuve una enorme suerte de que fuera aguantador y no se viniera rápidamente.
Luego el se acostĂł boca arriba y me dijo que me sentara en su verga, asĂ lo hice y me metĂ esa enorme verga en la vagina y empecĂ© a moverme como desquiciada, permitiendo que me entrara toda enorme tranca en mi mojada vagina, no querĂa que acabara, pero estaba tan caliente que continuĂ© moviĂ©ndome hasta que Ă©l, dando un grito empezĂł a eyacular, llenando toda mi vagina con su semen.
Terminamos agotados pero los dos disfrutamos mucho esa increĂble cogida.
Me pagĂł, aunque hubiera querido decirle que no era nada, pero para que no sospechara y siguiera creyendo que era realmente una puta callejera, le aceptĂ© el dinero. Me dijo que querĂa volver a verme para volver a disfrutar mi cuerpo de puta.
Nos despedimos, esperĂ© a que se fuera y a los diez minutos salĂ y tome un taxi y me fui a a casa. TodavĂa tenla calentura asĂ que empecĂ© a masturbarme con un pepino que habĂa en el refrigerador hasta que volvĂ a venirme y asĂ me quedĂ© dormida.




Como mi esposa regresarĂa hasta dentro de dos dĂas, al dĂa siguiente decidĂ volver a repetir la aventura. AsĂ que ahora tome mi coche y vestida provocativamente, como toda una puta, me fui a otro sitio a caminar como puta y empezaron a llegar las ofertas.
Me fui inmediatamente con un macho robusto y se veĂa degenerado. Me llevĂł a un hotel cercano y ese tipo si fue rápido, pues rápido me quitĂł la ropa hasta que quedĂ© desnuda y se sacĂł la verga la cual empecĂ© a mamar como si fuera un delicioso dulce. Luego me acostĂł y me penetrĂł con su deliciosa verga hasta que se vino.
Este macho fue rápido y me dejĂł muy ganosa. AsĂ que una vez que se fue, me arregle y salĂ otra vez a la calle a seguir ofreciendo mi cuerpo al mejor postor. Se me acerco un jovencito como de 20 años. que se veĂa que andaba bien caliente, pactamos el precio, igual 500 pesos, y fuimos al hotel. TambiĂ©n este chico empezĂł a mamarme la vagina con unas ganas de exprimirme toda haciendo que me llevara al borde del placer y tuve un riquĂsimo orgasmo.
Luego empecĂ© a mamarle la verga, que tambiĂ©n era enorme, mas grande que la del macho del dĂa anterior, como de 20 centĂmetros, chupándole cada centĂmetro de su vergota y no se pudo aguantar, viniĂ©ndose en mi boca, y por fin pude saborear el semen tan delicioso que lleno mi boca y me lo traguĂ©.





Me dijo que le diera la oportunidad de reponerse para volver a meterme la verga y como estaba toda caliente, le dije que si, mientras lo dejaba que me acariciara mis nalgas, mis pechos los cuales me los empezĂł a mamar, mientras con la mano le acariciaba esa enorme y sabrosa verga que tenia.
Poco a poco reaccionó y se le puso dura otra vez. Asà que le dije que se pusiera boca arriba y me volvà a ensartar su vergota en mi panocha caliente y mojada y empecé a moverme, dando sentones una y otra vez, mientras disfrutaba lo delicioso que era sentirse mujer y poder tener enterrada la verga rica y sabrosa.
Después de un rato, se vino, llenándome la vagina de su leche.
Ya que terminamos, el se fue diciĂ©ndome que volverla otro dĂa por mi.
Me fui al coche y me dirigĂ a casa. AllĂ me puse a leer otra vez el libro de conjuros para volver a mi forma normal de hombre. VolvĂ a hacer lo que ahĂ decĂa, me pasĂ© una trusa mĂa que tenla restos de mi pene, me lo pasĂ© por todo el cuerpo, volvĂ a repetir las palabras raras que decĂa el libro.
Me volvió a agarrar un sueño inaguantable, me quedé dormido y al despertar ya tenia otra vez mi cuerpo de hombre.
Que experiencia tan placentera habĂa pasado y que lo volvĂ a repetir cuando mi esposa volvĂa a ir a visitar a su familia. Mientras tanto, disfrutaba el cuerpo de mi esposa, dándole el máximo placer que pudiera, porque ya sabia lo que se sentĂa, pero a l mismo tiempo disfrutaba el meterle la verga en varias posiciones, asĂ es mi secreto
1 comentarios - Me encanta la verga me encanta ser mujer🍒🍑