ÂżCuánto puedes estimar una persona?, podrĂas trascender las barreras de este mundo en tu verdadero yo y la forma que amas a los que te rodean, es una pregunta que aparentemente resulta sencilla de responder, pero sincerándote contigo mismo ÂżpodrĂas decir adiĂłs fácilmente a quienes amas?, estar dispuesto a solo mirar cĂłmo se hunden a cada segundo sin mover un solo dedo, si tu respuesta es un si lo harĂa, mejor deja de leer mi historia, pero si tu corazĂłn aun duda o la respuesta es no, comprenderás por quĂ© y mis razones para entender esta historia.


“John?…. John?... John despierta otra vez estas soñando despierto” dijo mi tia Karina con esa sonrisa suave y amable, “perdĂłname tia no estaba escuchando” le conteste mientras bebĂa mi leche, era hora de ir al colegio y tenĂa que darme prisa, “ya cálmate John lo harás bien” me dijo dando ánimos, “pero y si no…” estaba diciendo dudando de mi mismo, puso su dedo en mis labios y continuo “shhh se que eres muy listo, solo son tus nervios, has estudiado mucho para este dia, recuerda si te pones nervioso frente a todos solo imagĂnalos desnudos” dijo mi tia con una gran sonrisa, “desnudos!?” dije avergonzándome pues la quise imaginar desnuda, me gire de inmediato, “tontito es a ellos no a mi” dijo bromeando, “estarĂ© en la parte de atrás para apoyarte” dijo ella cuando me dejo en la escuela, “tu tia esta…. Auch!” decĂa mi amigo peter cuando lo golpee, “ya te dije que no digas una sola palabra de mi tĂa” le replique, “pero John ella no es tu tĂa solo es conocida de tus padres, asi que verla no es tan… auch… ya entendĂ alguien esta de mal humor” dijo mi otro amigo mark, “no me importa, ella es mi tia y no pienso de esa manera de ella, asi que se callan” dije muy molesto, justo como ellos lo decĂan no tenĂamos ninguna relaciĂłn sanguĂnea, es justo como mi tia dijo imagine a todos desnudos mientras representaba la obra teatral del colegio, tuve que evitar carcajearme, mi imaginaciĂłn era algo loca, cuando terminamos la obra y las luces se encendieron la tia Karina estaba ahĂ aplaudiĂ©ndome, me sentia muy bien al verla, tener alguien ahĂ para apoyarme era lo mejor del mundo pensaba, todo porque mis padres eran arquitectos y muchas ocasiones tenĂan que salir por largo tiempo, cuando la amistad fue lo suficientemente grande comencĂ© a quedarme con la tia Karina cuando ellos no estaban, no solo se limitaba a cuidarme, era mi amiga, me escuchaba y me trataba de comprender




aunque al final siempre terminábamos riendo pensando que ninguno de los dos nos comprendĂamos y olvidando el problema, por eso cuando la veĂa sonreĂr era como ver brillar el sol en la mañana, diferente de lo que todos pensaban su vida sexual y amorosa era casi nula, entonces conociĂł a un sujeto que hasta el dia de hoy el solo pensar en su nombre me revuelve el estĂłmago de coraje, nunca me dijo como lo conocio pero cuando empezĂł a salir con el su cara irradiaba alegrĂa, verla tan feliz me hacĂa feliz a mi tambiĂ©n, un sentimiento que solo puedes comprender cuando amas a otra persona, disfrutar su alegrĂa y llorar su tristeza junto a ella, “estuviste arrollador” dijo mi tia en camino a casa, de vez en vez se sonreĂa y acomodaba su cabello, “jiji” me rei al compartir su alegrĂa, “de que te ries John?” dijo tambiĂ©n sonriendo comprendiendo de lo que yo me reia,Â
Ăłrdenes y me dormĂ temprano.
Array
habĂamos desarrollado una cercanĂa tan grande que ya empezábamos a comprendernos sin siquiera hablar, como en aquella fiesta de la abuela cuando con los ojos me pidio auxilio para ayudarla a salir de ahĂ, “bueno John que pedimos esta vez, comida hindu, italiana, que se te antoja” dijo ella, “comida ordenada?, jiji lo sabĂa tia Karina, hoy tendrás una cita” le dije, “je lo siento por no decirte, tanto se noto?” dijo sonriendo, “si un poco, pero no te pongas nerviosa solo imagĂnalos desnudos” le dije animándola, “jiji es un muy buen consejo, quien te lo haya dicho debe ser muy inteligente” dijo, esa serĂa la Ăşltima vez que la verĂa sonreĂr tan sincera y alegremente durante muchĂsimo tiempo, antes de marcharse me ayudo a terminar con mis deberes escolares para que pudiera dormirme temprano, cuando la vi salir por la puerta parecĂa que el sol brillaba en todo su esplendor, tal y como habĂamos acordado seguĂ susÂ



 “buuu buaaaa…. Snif snif… buaaa buuu buu buaa” me despertĂł el sonido de llantos, me levante de la cama asustado, corri asustado sin importarme nada, solo querĂa llegar hasta donde podĂa escuchar a mi tia lamentarse, sentada en su cama tenia las manos cubriĂ©ndose el rostro, cuando me escucho entrar se lo descubriĂł, el rĂmel se le habĂa corrido y en la profundidad de sus ojos pude compartir su sufrimiento, su ropa parecĂa haber sido algo rota, calle mi enojo y solo corri para abrazarla, con mi pequeño cuerpo apenas y podĂa sostenerla pero mi abrazo tenia la intencio de cubrirla por completo y protegerla, “buaaaaaaaaaaa buaaaaaaa!” se solto a llorar completamente, no se cuanto tiempo pasamos abrazados ni tampoco me importo, solo querĂa verla sonreĂr, decir un perspicaz chiste o queÂ
Array
la realidad no fuera esta, como si la tormenta azotara una costa la felicidad de la tia Karina se desvaneciĂł, repetidas veces le pregunte que la habia destrozado pero solo se limitaba a decirme “no lo entenderĂas John, cosas de adultos”, mis padres regresaron y conversaron con ella pero no cambio nada, como una flor que es cortada su felicidad lo fue, la tia Karina tenia un gran negocio de fitness, dejo de frecuentarlo y un encargado le enviaba los informes, mi corzaon comenzaba a sufrir por ella pues pasaban las semanas y la notaba más decaĂda, cuando la visitaba limpiaba pilas de basura que se acumulaba mientras la veĂa casi siempre vestida en pijamas todo el dia, una noche por fin me lo conto todo, con dolor en mi corazĂłn y odio en mis manos querĂa salir a golpear aquel sujeto que la habĂa destrozado, “por que no fuiste a la policĂa” le pregunte, “lo hice pero dijeron que no se completo el susodicho ataque” contesto explicándome que el sujeto la habia intentado violar pero no lo consiguiĂł y que al acudir a la policĂa como habĂa tomado unas copas pensaron que era una pelea de pareja alcohĂłlica, “que malditos!” grite desquiciado,
pero en ese momento no podĂa comprender todo, lo Ăşnico que si comprendĂa era el dolor que me trasmitĂa, ya casi habia pasado medio año desde aquel incidente y la tia Karina no se recuperaba, la preocupaciĂłn alcanzo a mis padres que comenzaron a buscarle ayuda, yo me volvi muy agresivo cuando alguien siquiera la mencionaba con un estĂşpido comentario, por un tiempo me quede sin amigos, luego los que verdaderamente me estimaban lo comprendieron e hicimos las pases, una noche tiempo despuĂ©s por fin la pesadilla parecĂa haber terminado, fuimos a un restaurant donde cenarĂamos con la tia Karina, cuando llegamos la vi vestida en sus atuendos normales, durante la cena sonreĂa y bromeaba en varias ocasiones, “no te comeras eso John?” dijo mientras tomaba d emi plato un pequeño trozo de carne que guardaba para el final, “jajaja” reimos todos parecĂa que ella estaba de regreso, pero el destino es cruel y malvado pues de pronto se quedo casi totalmente inmĂłvil mientras miraba la salida del negocio, como si el tiempo pasara lento pude ver como se volvia a romper, soltĂł los palillos y trato de ocultar su rostro, lo que habia sido la cena de su regreso fue otra amarga experiencia, fuimos a casa y esa noche podĂa escuchar la discusiĂłn hasta mi habitaciĂłn, una discusiĂłn sobre intervenir directamente para que ella no cometiera algĂşn error, pasaron varios dĂas hasta que ella respondiera los llamados de mis padres, “John hemos sabemos que quieres mucho a la tia Karina, por eso necesitamos que la cuides, crees poder hacer eso?” dijeron ambos encomendándome quedarme con ella por un tiempo, los primeros dos dĂas intente de todo para animarla, aunque se esforzaba por fingir notaba que solo era eso, una ilusiĂłn, asi llego el dia cuando por mis padres lograron obtener una sesiĂłn con un psicĂłlogo muy renombrado y reconocido por rumores, como el rockstar de los psicĂłlogos anĂłnimos, segĂşn los rumores era alguien que lograba curar a sus pacientes, mis padres salieron a sus viajes frecuentes y luego de agendar la cita termine acompañándola, esperar fuera de la sala donde ellos conversaban fue bastante aburrido pero no pensaba separarme de su lado, se abriĂł la puerta y la tia Karina me pidio pasar, “es este chico la persona en quien mas confĂa en el mundo?, esta usted segura?” pregunto dos veces para cerciorarse, la tia Karina contesto “si, John es el Ăşnico en quien verdaderamente confio”, “uff bueno…. Dime hijo Âżquieres mucho a tu tia?, harias cualquier cosa por ella?” pregunto a lo que asentĂ sin dudarlo ni un segundo, “esta bien… pero este tratamiento es experimental, casi mĂstico y será mejor que sean discretos, dĂgame tiene algĂşn sitio donde pueda hacer un pequeño retiro por un par de dĂas para adaptarse” pregunto el sujeto, “si, tengo una casa fuera de la ciudad, pero Âżadaptarme a que?” pregunto la tia Karina, “no se imagina, pero necesito que este usted segura que quiere ser curada” dijo el hombre, “por favor tia vuelve a ser la que eras” le dije suplicando, “si quiero hacerlo es mi ultima esperanza” dijo muy melodramática, “¿su ultima esperanza?” me pregunte sin decirlo, “esta bien, ambos recuĂ©stense en estos divanes, necesito que se relajen y escuchen mi voz” dijo el sujeto luego poniĂ©ndonos algunos trapos para cubrir nuestras frentes, hablaba y hablaba pidiĂ©ndonos relajarnos “asi su lugar perfecto esta con ustedes…. Cuando cuente hasta el cero dormirán 3….. 2…… 1……. 0….” Tal como dijo sentĂ que entraba en un profundo sueño.



“chas! ¡Despierten!” escuchamos el chasquido de unos dedos y la voz de aquel hombre, abri los ojos mirando el techo de aquel consultorio pero no paso ni un segundo el sentirme extraño, “es todo?” escuche mi voz preguntar, “por que escuche mi voz” pregunte oyendo la voz de la tia Karina, me sente apresurado viendo las cosas distintas, un raro movimiento en mi pesado pecho, “no puede ser posible, soy John” escuche mi voz decir, cuando voltee senti como mi cabello ondeo por el impulso y muy impactado me vi a mi mismo con una cara asutada, “quien eres!?” le grite, conmocionado volteo a verme, se llevo la mano a la boca casi cubriĂ©ndosela “no puede ser soy yo” dijo mirándome, “yo?” pregunte mirándome, salte del susto al ver dos enormes cosas raras en mi pecho, trate de alejarlas con mis manos pero no pude, al tocarlas senti que eran parte de mi, reconocĂ elÂ
quiero verdaderamente, has sido un pequeño amigo que me conforto en el peor momento de mi vida, se que eres un chico honesto y te aprecio tanto, por eso ahora necesito que sepas que confiĂł en ti, tu eres John y yo soy tu tia eso nada ni nadie lo va a cambiar ok?” me dijo con los ojos cristalinos, “pero tia yo tengo tus…” trate de decirle llevando mis manos al pecho, “no me importa!, tu eres mi querido John y unos estĂşpidos senos no lo harán diferente, eres mas que mi sobrino, eres mi amigo” dijo sincera, “perdĂłname tia” le dije emotivamente, tomados de la mano caminamos hasta su guardarropa, despuĂ©s de buscar saco una bata, como era de noche tarde o temprano deberĂamos dormir, cuando me quite la blusa quede maravillado con lo que vi, “estos son unos pechos enormes…. De verdad están en mi pecho…” me quede pensando mirando las alienĂgenas formas salir muy lejos d emi pecho en un brasiere, las copas se curveaban aguantando el peso de ambos, el resorte en mi espalda sujetando hacia que las varillas se clavaran en mis costillas, “que es esto…” me seguia preguntando al empezar a ver el cuerpo de mi tia, muy a menudo la veĂa enseñar piel de mas pero el impacto de la ropa cotidiana hacia mas fuerte la sensaciĂłn de denudes,



“John se que son muy raras para ti pero son normales para un cuerpo femenino, son unos hermosos regalos para alimentar a los bebes” dijo ella tratando de explicarme, “que!?” grite al imaginarme un bebe pegado a mi pecho succionando, “por favor no toques mas de lo necesario, ahora toma cĂşbrete comamos algo” dijo ella, tome la bata para ponĂ©rmela, senti mi largo cabello cubriendo mi espalda hasta... por reacciĂłn solte la bata para tocar ese gran peso extra que cargaba detrás, “que es esto, es enorme” dije al haber palpado mi trasero, “toma John pĂłntelo ya” repitiĂł levantando la bata y entregándomela otra vez, al salir del guardarropa vi una pila de frascos de pĂldoras y un papel junto, me preocupe pensando que ella estaba enferma, cuando entramos en su cocina continuamos la conversaciĂłn con cosas que trataban de evitar el tema que mas nos preocupaba “nuestros cuerpos”, pero mi torpeza en utilizar mis manos y tener senos creaba ligeros accidentes, cuando terminamos de cenar decidiĂł que durmiĂ©ramos, primero fuimos otra vez a su guardarropa, mientras ella decidia difĂcilmente si pedirme dormir asi o darme algo cĂłmodo los frascos de pĂldoras me llamaron la atenciĂłn, tome el papel para ver la receta, gran sorpresa me lleve cuando comencĂ© a leer.
Array
collar que llevaba puesto “es el collar de la tia Karina!” dije asustado pensando que algo malo le habia pasado, pero mi voz seguĂa siendo la de ella, “jo… jo… John?” dijo titubeando, “si!” dije asustado, cai de la orilla del diván y senti lo que traĂa detrás, mire por mi costado y esas bolas en mi pecho se movĂan obstruyendo la visiĂłn, unos jeans azules ajustados me cubrĂan, “no, no, no, no, no puede ser!” dijimos ambos parándonos uno frente al otro, “tia Karina!?” pregunte, “si soy yo John, pero…. Esto es una locura… un sueño” decĂa al verme, ambos estábamos tan asustados e impresionados como para poner atenciĂłn a lo que empezamos a sentir, querĂamos respuestas cuando escuchamos la voz de aquel hombre “desde hoy y por los siguientes dĂas quiero que experimente una nueva perspectiva de la vida eso la curara”, “¿mi tia volteo aterrorizada “curarme!?, u… u… usted me puso en el cuerpo de mi sobrino!” grito, entonces me di cuenta “el cu… cu… cuerpo de mi tia!” dije al enterarme que habĂa pasado, “no, no, no, por favor doctor usted tiene… tiene que arreglar esto… no puede hacer esto…” decĂa mi tia muy trastornada, “usted me dio su consentimiento, mi deber como doctor es curar a mis pacientes, asi que no puedo detener la terapia, vuelva en una semana y valorare los resultados, ahora si me disculpa” dijo llamando a un sujeto que nos saco fuera, mis primeros pasos no los olvidare jamas,




fue como aprender a caminar de nuevo, sentia el movimiento de mis nalgas y el contoneo de mis caderas, querĂa controlar el rebote en mi pecho pero mi cuerpo no me obedecĂa, intentamos reclamar pero la respuesta fue absoluta, fuera del consultorio esperaba un hombre con un perico muy raro “siguiente paciente” dijo el hombre que nos empujo permitiĂ©ndole la entrada y cerrando, mi tia y yo nos quedamos por un largo momento mirándonos frente a frente, no tenia idea de como me veĂa ni por que se movĂa y sentĂa mi cuerpo tan extraño, “tenemos que buscar ayuda” le dije, “si, rápido, en mi bolso, llama a tus padres” dijo cuando levante su bolso, “no espera mejor no!, esto no lo van a creer” dijo mi tia antes de intentar reclamar varias veces, “el doctor se lamenta que usted no este contenta con el resultado pero dice que si no se marcha jamás volverá a atenderla” dijo el hombre cerrándole la puerta en la cara, todo sucedĂa tan rápido, el Ăşnico que podĂa arreglar todo se habĂa enfadado, ambos volvimos a mirarnos pensando en alguna soluciĂłn pero el solo pensar que si no nos marchábamos nunca volverĂamos a ser normales fue mas aterrador, “vámonos John, yo te cuidare” dijo ella, subimos al elevador y el solo estar uno junto del otro nos ponĂa incomodos, “tia yo que vamos a hacer, yo no quiero estar asi, me siento muy raro” le dije asustado tocando mi pecho, “tranquilĂzate John saldremos de esto, pero no pongas tus manos ahĂ, vayamos a casa, trata de soportarlo hasta llegar ahĂ” dijo ella, habĂamos llegado en auto pero que yo condujera era algo totalmente imposible, fue donde el auto y saco lo importante, obligados dejamos el auto en el estacionamiento de aquel edificio, no sabĂamos cuanto tiempo habia pasado, cuando llegamos era de dia y ahora las estrellas brillaban en el cielo, detuvimos un taxy para irnos, cuando subi “auch!” dije al golpear duro mi cabeza en un costado, el auto era mas bajito de costumbre, “a esta direcciĂłn rápido” fueron las Ăşnicas palabras de mi tia, sentados en el taxy ambos mirábamos por las ventanillas,




ninguno tenĂamos el valor de vernos, los ajustados pantalones me apretaban entre las piernas y me aterraba que no me estuvieran aplastando nada, cuando llegamos saco el dinero del bolso que me habia hecho llevar y pago, ambos fuimos directo a la casa donde por un momento nos sentimos mas seguros, luego el caos retorno, temblando me miro “no puede estar pasando esto John, no puedo con mas” dijo sentándose para abrazar sus rodillas y ocultar su rostro, “tia no por favor no te pongas asi yo estare a tu lado siempre” le dije teniendo que arrodillarme para estar frente a ella, el enorme peso de mi pecho o el tremendo cambio de proporciones no me importaba, incluso mi largo cabello interponiĂ©ndose era efĂmero, “mĂrame por favor tia” le grite llorando junto con ella, levanto el rostro y con esa conexiĂłn que tenĂamos vio en mis ojos lo preocupado y lo mucho que la querĂa, “perdĂłname John…. Buaa perdĂłname…” dijo abrazándome del cuello para llorar encima mio, sentir su rostro hundiĂ©ndose mis senos y la lluvia de lágrimas llenas de dolor mojando esos extraños miembros no tuvo efecto en mi, lo Ăşnico que habia era la necesidad y la desesperaciĂłn de hacerla sentir bien, cuando termino nos levantamos seco sus lágrimas “gracias” dijo profundamente, el tiempo de levantarnos llego esta vez haciĂ©ndome sentir intensamente el cuerpo femenino de mi tia, mis mojados senos fue algo difĂcil de abordar, “John vamos a…. que te cambies la blusa” dijo ella tomándome de la mano, “pero tia…” dije tratando de evitar lo que seguĂa, “lo se John!, no se como lidiar con esto, pero trata de ponerte en mis zapatos un momento y entenderme……..” dijo una frase muy comun cuando quieres que los demás te entiendan pero era tan ironica que de apoco las risas comenzaron a brotar de nuestros labios, ese pequeño chascarrillo logro hacernos sentir cercanos otra vez, “ven aquĂ John” dijo ella tomando mi rostro y obligándome a inclinar, “lo siento john esto es difĂcil para ambos, sabes que teÂ




Lo siento, lo siento tanto, pero no puedo más con mi vida, despierto por las noches asustada y vivo con temor, salgo a la calle y me siento perseguida, no puedo más con esta carga, no quiero que lloren por mi, no quiero que me recuerden, mi vida no vale nada, padres lo siento, amigos perdónenme si les causo dolor, no soy alguien que merezca su lastima ni afecto, no merezco ni valgo la pena pues tal vez a nadie le importo, como última voluntad quiero que me quemen y esparza mis cenizas, adiós a todos.
Mientras leia mis lagrimas comenzaban a correr por unas mejillas que no eran mĂas, las gotas caian en mis senos perdiĂ©ndose entre ellos, me sentĂa frustrado, triste y sobre todo enojado conmigo mismo, no fui lo suficientemente fuerte para demostrarle lo mucho que la querĂa a pesar de las incontables veces que me mostro su cariño, no fui lo suficientemente inteligente para estar a su lado, mi visiĂłn se torno muy borrosa detrás de unas gruesas lágrimas, “¿por que tanto silencio John?” me pregunto mientras se giraba viĂ©ndome con su nota suicida en mis manos y mis ojos ahogados en lagrimas, “a mi si me importas tia!!! A mi si me importas!! Me ibas a abandonar!!!?, me ibas a dejar solo!!?, acaso pensabas desaparecer sin decirme nada!!?, tu si me importas!!!” le grite lanzándomele encima sin importarme que ahora yo tenia el cuerpo mas grande de los dos, sin poderse defender la derribe mientras mis lagrimas caian en su rostro, lagrimas reales y mucho cariño, me aferre a su pecho mientras le gritaba “no me dejes solo!!! Te necesito!!, quien va a ser mi amiga!!?, a quien le voy a platicar lo que me pase!!?, a quien le preguntare cuando una chica me guste!! A quien!!! No te puedes ir hasta que yo lo diga!!”, gritos tardĂos por retenerla a mi lado que penetraron su lastimado y congelado corazĂłn, “no lo se John no lo se…. Buaaaa no lo se…. Quiero estar ahĂ para ti!!!, pero… pero!!!” decĂa, “prometelo!! Promete que estaras, promete que no me vas a abandonar!!!, promete que siempre seras mi amiga!! Que nunca me vas a dejar solo!!!” le grite, “lo juro!!! Y….yo… lo juro buaaaa prometo que nunca te voy a dejar solo!” grito, esa noche terminaba con lagrimas y nuevos comienzos, me separe para sentarme, ella se apresurĂł y seco mis lágrimas “perdĂłname John pero ya deja de llorar haras que me salgan arrugas” dijo con una broma ligera, esta vez cuando vi sus ojos el deseo de vivir en sus ojos habĂa vuelto, asentĂ con la cabeza pue mi garganta seguĂa quebrantada, asi como estábamos fuimos a la cama, esa noche la abrace con todas mis fuerzas, no querĂa soltarla, “John no me aprietes tanto me estas ahogando” dijo tratando de respirar entre mi pecho,



“perdĂłn…” dije, “esta bien, no quiero morir asfixiada por mis propios senos” dijo bromeando, “jiji” sonreĂ sintiendo su pequeño pero calido cuerpo, cuando cerraba los ojos por instantes lograba olvidar las sensaciones femeninas y me veĂa abrazado por ella.
El repicar de la alarma nos despertĂł con el brillo de la mañana y un nuevo comienzo, un comienzo bastante extraño para ambos, despuĂ©s de levantarnos el primer gran reto llego “tendremos que tomar un baño”, antes de todo hablo conmigo “John yo se que todo esto es fantástico y extraño pero necesito que lo afrontemos juntos, como sabes los niños y las niñas son diferentes, sabes lo que es una vagina y cĂłmo funciona?” me pregunto, “si se que somos diferentes pero no se mucho…” le conteste, “esto es embarazoso….” Dijo ella, “no podemos evitarlo?” le pregunte, “no John no ahora que tu tienes la mia, quĂtate la ropa” dijo ella, “pero tia!” le dije muy pero muy avergonzado, “John! Solo quĂtatela, es mi cuerpo se exactamente como se ve, solo quĂtatela”Â
guardo tanto cariño y respeto, al verme tan incĂłmodo me ofreciĂł uno de sus conjuntos que usaba para ejercitarse, la panty que me dio se sentia demasiado extraña, el cordĂłn entre mis nalgas y el pequeño triangulo que cubrĂa al frente aunque suave no era lo que desearĂa vestir, fuimos a la cocina y luego de freir un par de cosas comenzamos a comer, “john tenemos que hablar, ese sujeto dijo que si en una semana demostraba que esta curada nos arreglaba” dijo ella, “pero como pasare una semana asi, yo no se que tengo que hacer” le dije tratando de ayudar, “lo se John, apenas llevamos una hora y ya me siento exhausta, sin embargo….. gracias” dijo explicar por quĂ©, “gracias?” pregunte, “si John gracias por hacer esto por mi, gracias por estar a mi lado y gracias por traerme de vuelta” dijo con sus sentimientos mas claros, “no tia, con que seas feliz yo lo soy, solo trato de ayudarte como tu me has ayudado” le dije, “es increĂble lo distinto que es el mundo ahora, ese doctor tenia razĂłn, es algo muy drástico y que me pone en shock pero efectivo” explicaba, “aun no entiendo” le dije tratando de comprender para apoyarla, “toda mi vida crei ser feliz, crei que si me esforzaba en hacer felices a los que me rodeaban seria feliz, muchas veces Sali lastimada pero me obligue a creer en una falsa felicidad, luego conoci a tus padres, primero pensĂ© en ellos como un par de loquitos, cuando te conoci a ti pensĂ© en lo molestos que eran los niños, pero entonces empecĂ© a abrir los ojos, tu y tus padres me mostraron el significado de cariño que no conocĂa,





era deseada pero no apreciada, hay muchos tipos de amor como definiciones, sin embargo parece que no conocĂa ninguna antes de eso, siempre pensĂ© que una mujer debĂa ser un monumento a la belleza, que debĂa ser fuerte y alegre en todo momento, que con su presencia debĂa atraer a cuanto macho estuviera a su alrededor, pero exactamente en eso falle, no me comportaba como una mujer si no como una hembra animal, una hembra que buscaba el macho adecuado para procrear, mi vida amorosa era vacia por esa razĂłn, ni que hablar de mi vida sexual, nadie me llenaba el ojo” dijo mi tia con pensamientos profundos, “pero tia no dijiste que aquel sujeto” dije a medias, “si aquel tipo quiso violarme, todo por que no me le entregue de buena gana, no lo vi como el perfecto, entonces conocĂ el terror de ser casi abusada, despuĂ©s de ello maldije el ser mujer, maldije el no ser una fácil, hasta me pregunte para que querĂa esa cosa entre mis piernas, me hundi cada vez mas hasta pensar en suicidarme como ya sabes” dijo, “pero ya no lo haras verdad, dime que no lo haras” le dije, “je no puedo este cuerpo es tuyo, aun cuando tome malas decisiones nunca te lastimarĂa, asi que mientras este en tu cuerpo no lo haria” dijo ligeramente, “mientras estes en mi cuerpo?, entonces no quiero que cambiemos nunca, yo me quedare con tu cuerpo el resto de mi vida” le dije preocupado, “que!? Por que?” pregunto sorprendida, “por que si me quedo tu cuerpo tu nunca te haras daño” conteste, ella sonriĂł cálida, pacĂfica y tiernamente, “John estoy muy agradecida de que seas tu a quien elegĂ para esto, haber intercambiado cuerpo contigo es justo lo que necesitaba para empezar a curarme” dijo ella, el dia continuo con pláticas sobre los momentos felices que habĂamos pasado juntos, mirar tv e incluso casi nos olvidábamos la piel en la que vivĂamos ahora, entre mas hablábamos mas se sinceraba conmigo, desde sus negocios hasta sus amistades me conto, ya por la noche terminamos conversando de aquelÂ
sujeto, me mostro mensajes en su facebk, el acoso era algo que vivĂa a diario, los mensajes en su telĂ©fono eran “te extraño mi amor, haber cuando nos comemos eso” sugiriendo que solo la necesitaba para una cosa, ese dia fue mucho mas tranquilo, llego la hora de dormir y otra vez tuve que desnudarme, me dio un pequeño camison pero antes me dijo “John ven aquĂ” llevándome de la mano hasta el espejo y parándose junto a mi, “dime John que ves” pregunto, la respuesta mas obvia hubiese sido hablar de mis senos o mis inmensas caderas o mas importante de mi sexo, pero yo vi otra cosa “te veo a ti tia karina, te veo parada junto a mi con esa sonrisa que siempre me apoya” conteste, ella sonriĂł alegremente, “yo tambien te veo a ti john, no me importa que cuerpos ocupemos, no me importa que tengamos edades distintas, no me importa si ahora tu tienes senos y yo no, que ahora tu seas la mujer y yo un chico, no me importa nada, lo Ăşnico que me importa es lo que hay tras esos ojos” contesto ella, entonces ambos habĂamos llegado a la misma conclusiĂłn, que importa la forma de tu cuerpo, que importa si eres delgado o gordo, negro o blanco, alto o bajito, que importa!!!, una belleza que trasciende más allá de un simple cuerpo, de instintos animales y de lo obvio, cuando lo Ăşnico que de verdad importa es hacer felices a los que amas.






ordeno avergonzada, me quite el pantalĂłn sintiendo el frio en mi piel, sentia unos calzones raros y que se ajustaban en el frente, el vacĂo frente de mi cuerpo, para quitarme el braseiere tuvo que ayudarme a desabrocharlo, cuando lo hizo mi cuello se relajo mucho pero senti la pesada carga en mi pecho, no querĂa abrir los ojos, no querĂa ver la desnudes de mi tia, “abre los ojos John, tienes que hacerlo” dijo ella, “no lo hare, no puedo verte desnuda, no es justo” le dije, “esto es difĂcil!!, bueno entonces hagámoslo justo” dijo, escuchaba ruido tarde en decidir abrir los ojos y cuando lo hice “ah!!!” salte de la impresiĂłn, mis dos senos rebotaron incĂłmodamente, me gire, “por que te volteas es tu cuerpo, de que te ape… apenas….” Dijo titubeante, gire a verla, su cara estaba que brillaba de vergĂĽenza, se miraba avergonzada, miraba mi cuerpo desnudo, “ya vi tu cuerpo desnudo, ahora tu puedes ver el mio” dijo para alentarme, “pero tu… “trataba de negarme, “dijiste que estuviera siempre contigo y aquĂ estoy, tu tambien dijiste que estarĂas conmigo” dijo para presionarme muy resuelta a lograr obligarme, gire la cabeza abajo y mire de primera mano los hermosos senos de mi tia, “por que son tan grandes!” dije al ver el tamaño de mis pezones y sacudiĂ©ndome, mis senos se revolotearon sin control, “detĂ©nganse” dije llevando mis manos para sostenerlos, entonces senti las puntas en mis palmas, “perdĂłn no deberĂa tocar!” dije, “no deberĂas pero tienes que hacerlo, quĂtate tambiĂ©n las pantys” me ordeno, “pero tia…” dije, “tienes que quitártelas, necesitamos bañarnos” ordeno, me quite las pantis concentrado en no mirar, algo que deberĂa ser sencillo me parecio dificilĂsimo, entre a la regadera y ella me guio desde afuera, “ahora lava bajo los senos asi” decĂa solo pudiendo hacer ademanes con las manos pues su pecho era plano ahora, rebordear mis pesados senos se sentia muy extraño y me gustaba bastante, la parte mas difĂcil fue cuando me indico como lavar entre mis piernas, “no puedo, definitivamente ahĂ no puedo tocar” le dije, “si no lo haces tu lo hare yo y de verdad que no quiero, ya es muy difĂcil ahora” dijo ella, lavar mi largo cabello me habia parecido muy difĂcil pero esto lo superaba, cuando toque por primera vez me senti asustado al no encontrar nada, solo piel suave y tersa, a mi me habĂa salido un poco de bello ya, sabĂa que les salĂa bello ahĂ pero yo no tenĂa uno solo, mientras lavaba me asombre con el tamaño de mis nalgas, luego de que yo saliera ella tuvo su turno, pensĂ© que seria buena idea tratar de guiarla tambiĂ©n pero no fue asi pues tratar de explicarle como lavarse en medio me fue frustrante, “jajaja yo puedo sola John gracias, ahora no puedes de ningĂşn modo” dijo burlándose, “tia!!” le dije juzgando su picardĂa, mientras ella terminaba ahĂ me encontraba sentado tratando de no pensar en el cuerpo de mi tia, esa es de las mañanas mas largas de mi vida, cuando me enseñó a orinar fue otro momento embarazoso “no puedes guiar el chorro asi que debes inclinarte para que no mojes todo el lugar, abre las piernas y solo relaja” me explicaba sentada frente a mi, cuando fuimos a cambiarnos la vi por primera vez, vi por primera vez el traje de eva de mi tia, vi claramente toda su forma femenina y quedo grabado en mi mente su sexo, esa apretada abertura con dos extraños labios, eso estaba entre mis piernas ahora, solo puedo decir que me quede paralizado al verla, no me parecĂa algo hermoso, era mas bien algo monstruoso para mi, como si me hubieran arrancado el pene, una figura muy curveada y femenina, para cualquier chico el solo imaginar tener poder sobre el cuerpo de mi tia hubiera sido un motivo morboso y perverso, para mi fue algo terrible, me enfado el siquiera considerarlo, como podrĂa abusar del cuerpo de alguien a quienÂ




Los siguientes tres dĂas aprendimos uno del otro mucho mas, la confianza no paraba de crecer, mirarme al espejo dejo de avergonzarme, “eres hermosa tia” le dije en algĂşn momento, “gracias me halagas, anda porque no tocas si lo deseas, yo ire a ver la tv” dijo tranquila, “!que!? te refieres a…” dije avergonzado, “si John a eso mismo, he visto cĂłmo te observas y lo mucho que te obligas a respetar mi cuerpo, pero no tienes ya por que hacerlo, por esta noche ese cuerpo te pertenece completamente, cuando te mires no pienses en mi, piensa en lo mucho que te gustas y te deseas, hoy dormirĂ© en la habitaciĂłn que siempre usabas cuando me visitabas, esta noche entra a mi habitaciĂłn y da rienda suelta a tu imaginaciĂłn, anda entra” dijo ella que me habĂa llevado hasta hacerme entrar poniendo seguro antes de irse, la habitaciĂłn parecio hacerse inmensa, me hallaba solo en su habitaciĂłn, hasta hace un par de dĂas u lugar inaccesible, en estos dĂas me habia enseñado a ponerme y quitarme un sostĂ©n por lo que desnudarme fue fácil, “entonces….” Dije tratando de imaginarme que hacer, de verdad deberĂa hacerlo?, mire mis grandes pezones y curiosamente los acaricie, “owwmmm” dije al sentir un frio y crudo placer, “diferencia entre chicos y chicas…” pensĂ© en cuando me explico acerca de… “no se que hacer contigo” trataba de conversar con mi vagina, segĂşn ella tenia mucho que no habĂa gozado de placeres sexuales, cuando me bañaba por accidente uno de mis dedos cruzo la entrada y se sitio bien, asi que imagine que eso deberĂa hacer, lleve dos dedos presionando suavemente entre los dos labio, como si de mantequilla se tratara mis dedos se hundieron como cuchillos, “ahhmmm” gemi al sentir mis dedos hacer contacto, el clĂtoris de Karina era tan sensible que solo haber metido mis dedos ya me habia sacudido en placer, una fantástica sensaciĂłn me hizo temblar hasta mi alma cuando juguĂ© con mis dedos dentro, sentir el placer que emanaba de entre mis piernas me hacia perder el control, mis gemidos retumbaban en la caza como bombardeo, jugar con las enormes bolsas en mi pecho, jugar con mis senos!!! Wow!!, sobar mi enorme trasero, acariciar cada una de mis grandes nalgas, mover mis piernas, escuchaba la voz de mi tia mi tia Karina gritando extasiada por un placer que se habia aguantado por mucho tiempo, una satisfacciĂłn Ăşnica y placentera, “tia Karina…. No….mmmmm no….. no es mi tia soy yo….. pero tia Karina…… no…. Este soy yo!” gemia mientras debatia quien era quien gemia, mis oĂdos escuchaban la voz d ela mujer que siempre me tarto como su sobrino pero mi mente sabia perfectamente que era ahora mi voz y mi cuerpo.




“John?…. John?... John despierta otra vez estas soñando despierto” dijo mi tia Karina con esa sonrisa suave y amable, “perdĂłname tia no estaba escuchando” le conteste mientras bebĂa mi leche, era hora de ir al colegio y tenĂa que darme prisa, “ya cálmate John lo harás bien” me dijo dando ánimos, “pero y si no…” estaba diciendo dudando de mi mismo, puso su dedo en mis labios y continuo “shhh se que eres muy listo, solo son tus nervios, has estudiado mucho para este dia, recuerda si te pones nervioso frente a todos solo imagĂnalos desnudos” dijo mi tia con una gran sonrisa, “desnudos!?” dije avergonzándome pues la quise imaginar desnuda, me gire de inmediato, “tontito es a ellos no a mi” dijo bromeando, “estarĂ© en la parte de atrás para apoyarte” dijo ella cuando me dejo en la escuela, “tu tia esta…. Auch!” decĂa mi amigo peter cuando lo golpee, “ya te dije que no digas una sola palabra de mi tĂa” le replique, “pero John ella no es tu tĂa solo es conocida de tus padres, asi que verla no es tan… auch… ya entendĂ alguien esta de mal humor” dijo mi otro amigo mark, “no me importa, ella es mi tia y no pienso de esa manera de ella, asi que se callan” dije muy molesto, justo como ellos lo decĂan no tenĂamos ninguna relaciĂłn sanguĂnea, es justo como mi tia dijo imagine a todos desnudos mientras representaba la obra teatral del colegio, tuve que evitar carcajearme, mi imaginaciĂłn era algo loca, cuando terminamos la obra y las luces se encendieron la tia Karina estaba ahĂ aplaudiĂ©ndome, me sentia muy bien al verla, tener alguien ahĂ para apoyarme era lo mejor del mundo pensaba, todo porque mis padres eran arquitectos y muchas ocasiones tenĂan que salir por largo tiempo, cuando la amistad fue lo suficientemente grande comencĂ© a quedarme con la tia Karina cuando ellos no estaban, no solo se limitaba a cuidarme, era mi amiga, me escuchaba y me trataba de comprender




aunque al final siempre terminábamos riendo pensando que ninguno de los dos nos comprendĂamos y olvidando el problema, por eso cuando la veĂa sonreĂr era como ver brillar el sol en la mañana, diferente de lo que todos pensaban su vida sexual y amorosa era casi nula, entonces conociĂł a un sujeto que hasta el dia de hoy el solo pensar en su nombre me revuelve el estĂłmago de coraje, nunca me dijo como lo conocio pero cuando empezĂł a salir con el su cara irradiaba alegrĂa, verla tan feliz me hacĂa feliz a mi tambiĂ©n, un sentimiento que solo puedes comprender cuando amas a otra persona, disfrutar su alegrĂa y llorar su tristeza junto a ella, “estuviste arrollador” dijo mi tia en camino a casa, de vez en vez se sonreĂa y acomodaba su cabello, “jiji” me rei al compartir su alegrĂa, “de que te ries John?” dijo tambiĂ©n sonriendo comprendiendo de lo que yo me reia,Â
Ăłrdenes y me dormĂ temprano.
Array
habĂamos desarrollado una cercanĂa tan grande que ya empezábamos a comprendernos sin siquiera hablar, como en aquella fiesta de la abuela cuando con los ojos me pidio auxilio para ayudarla a salir de ahĂ, “bueno John que pedimos esta vez, comida hindu, italiana, que se te antoja” dijo ella, “comida ordenada?, jiji lo sabĂa tia Karina, hoy tendrás una cita” le dije, “je lo siento por no decirte, tanto se noto?” dijo sonriendo, “si un poco, pero no te pongas nerviosa solo imagĂnalos desnudos” le dije animándola, “jiji es un muy buen consejo, quien te lo haya dicho debe ser muy inteligente” dijo, esa serĂa la Ăşltima vez que la verĂa sonreĂr tan sincera y alegremente durante muchĂsimo tiempo, antes de marcharse me ayudo a terminar con mis deberes escolares para que pudiera dormirme temprano, cuando la vi salir por la puerta parecĂa que el sol brillaba en todo su esplendor, tal y como habĂamos acordado seguĂ susÂ



 “buuu buaaaa…. Snif snif… buaaa buuu buu buaa” me despertĂł el sonido de llantos, me levante de la cama asustado, corri asustado sin importarme nada, solo querĂa llegar hasta donde podĂa escuchar a mi tia lamentarse, sentada en su cama tenia las manos cubriĂ©ndose el rostro, cuando me escucho entrar se lo descubriĂł, el rĂmel se le habĂa corrido y en la profundidad de sus ojos pude compartir su sufrimiento, su ropa parecĂa haber sido algo rota, calle mi enojo y solo corri para abrazarla, con mi pequeño cuerpo apenas y podĂa sostenerla pero mi abrazo tenia la intencio de cubrirla por completo y protegerla, “buaaaaaaaaaaa buaaaaaaa!” se solto a llorar completamente, no se cuanto tiempo pasamos abrazados ni tampoco me importo, solo querĂa verla sonreĂr, decir un perspicaz chiste o queÂ
Array
la realidad no fuera esta, como si la tormenta azotara una costa la felicidad de la tia Karina se desvaneciĂł, repetidas veces le pregunte que la habia destrozado pero solo se limitaba a decirme “no lo entenderĂas John, cosas de adultos”, mis padres regresaron y conversaron con ella pero no cambio nada, como una flor que es cortada su felicidad lo fue, la tia Karina tenia un gran negocio de fitness, dejo de frecuentarlo y un encargado le enviaba los informes, mi corzaon comenzaba a sufrir por ella pues pasaban las semanas y la notaba más decaĂda, cuando la visitaba limpiaba pilas de basura que se acumulaba mientras la veĂa casi siempre vestida en pijamas todo el dia, una noche por fin me lo conto todo, con dolor en mi corazĂłn y odio en mis manos querĂa salir a golpear aquel sujeto que la habĂa destrozado, “por que no fuiste a la policĂa” le pregunte, “lo hice pero dijeron que no se completo el susodicho ataque” contesto explicándome que el sujeto la habia intentado violar pero no lo consiguiĂł y que al acudir a la policĂa como habĂa tomado unas copas pensaron que era una pelea de pareja alcohĂłlica, “que malditos!” grite desquiciado,
pero en ese momento no podĂa comprender todo, lo Ăşnico que si comprendĂa era el dolor que me trasmitĂa, ya casi habia pasado medio año desde aquel incidente y la tia Karina no se recuperaba, la preocupaciĂłn alcanzo a mis padres que comenzaron a buscarle ayuda, yo me volvi muy agresivo cuando alguien siquiera la mencionaba con un estĂşpido comentario, por un tiempo me quede sin amigos, luego los que verdaderamente me estimaban lo comprendieron e hicimos las pases, una noche tiempo despuĂ©s por fin la pesadilla parecĂa haber terminado, fuimos a un restaurant donde cenarĂamos con la tia Karina, cuando llegamos la vi vestida en sus atuendos normales, durante la cena sonreĂa y bromeaba en varias ocasiones, “no te comeras eso John?” dijo mientras tomaba d emi plato un pequeño trozo de carne que guardaba para el final, “jajaja” reimos todos parecĂa que ella estaba de regreso, pero el destino es cruel y malvado pues de pronto se quedo casi totalmente inmĂłvil mientras miraba la salida del negocio, como si el tiempo pasara lento pude ver como se volvia a romper, soltĂł los palillos y trato de ocultar su rostro, lo que habia sido la cena de su regreso fue otra amarga experiencia, fuimos a casa y esa noche podĂa escuchar la discusiĂłn hasta mi habitaciĂłn, una discusiĂłn sobre intervenir directamente para que ella no cometiera algĂşn error, pasaron varios dĂas hasta que ella respondiera los llamados de mis padres, “John hemos sabemos que quieres mucho a la tia Karina, por eso necesitamos que la cuides, crees poder hacer eso?” dijeron ambos encomendándome quedarme con ella por un tiempo, los primeros dos dĂas intente de todo para animarla, aunque se esforzaba por fingir notaba que solo era eso, una ilusiĂłn, asi llego el dia cuando por mis padres lograron obtener una sesiĂłn con un psicĂłlogo muy renombrado y reconocido por rumores, como el rockstar de los psicĂłlogos anĂłnimos, segĂşn los rumores era alguien que lograba curar a sus pacientes, mis padres salieron a sus viajes frecuentes y luego de agendar la cita termine acompañándola, esperar fuera de la sala donde ellos conversaban fue bastante aburrido pero no pensaba separarme de su lado, se abriĂł la puerta y la tia Karina me pidio pasar, “es este chico la persona en quien mas confĂa en el mundo?, esta usted segura?” pregunto dos veces para cerciorarse, la tia Karina contesto “si, John es el Ăşnico en quien verdaderamente confio”, “uff bueno…. Dime hijo Âżquieres mucho a tu tia?, harias cualquier cosa por ella?” pregunto a lo que asentĂ sin dudarlo ni un segundo, “esta bien… pero este tratamiento es experimental, casi mĂstico y será mejor que sean discretos, dĂgame tiene algĂşn sitio donde pueda hacer un pequeño retiro por un par de dĂas para adaptarse” pregunto el sujeto, “si, tengo una casa fuera de la ciudad, pero Âżadaptarme a que?” pregunto la tia Karina, “no se imagina, pero necesito que este usted segura que quiere ser curada” dijo el hombre, “por favor tia vuelve a ser la que eras” le dije suplicando, “si quiero hacerlo es mi ultima esperanza” dijo muy melodramática, “¿su ultima esperanza?” me pregunte sin decirlo, “esta bien, ambos recuĂ©stense en estos divanes, necesito que se relajen y escuchen mi voz” dijo el sujeto luego poniĂ©ndonos algunos trapos para cubrir nuestras frentes, hablaba y hablaba pidiĂ©ndonos relajarnos “asi su lugar perfecto esta con ustedes…. Cuando cuente hasta el cero dormirán 3….. 2…… 1……. 0….” Tal como dijo sentĂ que entraba en un profundo sueño.



“chas! ¡Despierten!” escuchamos el chasquido de unos dedos y la voz de aquel hombre, abri los ojos mirando el techo de aquel consultorio pero no paso ni un segundo el sentirme extraño, “es todo?” escuche mi voz preguntar, “por que escuche mi voz” pregunte oyendo la voz de la tia Karina, me sente apresurado viendo las cosas distintas, un raro movimiento en mi pesado pecho, “no puede ser posible, soy John” escuche mi voz decir, cuando voltee senti como mi cabello ondeo por el impulso y muy impactado me vi a mi mismo con una cara asutada, “quien eres!?” le grite, conmocionado volteo a verme, se llevo la mano a la boca casi cubriĂ©ndosela “no puede ser soy yo” dijo mirándome, “yo?” pregunte mirándome, salte del susto al ver dos enormes cosas raras en mi pecho, trate de alejarlas con mis manos pero no pude, al tocarlas senti que eran parte de mi, reconocĂ elÂ
quiero verdaderamente, has sido un pequeño amigo que me conforto en el peor momento de mi vida, se que eres un chico honesto y te aprecio tanto, por eso ahora necesito que sepas que confiĂł en ti, tu eres John y yo soy tu tia eso nada ni nadie lo va a cambiar ok?” me dijo con los ojos cristalinos, “pero tia yo tengo tus…” trate de decirle llevando mis manos al pecho, “no me importa!, tu eres mi querido John y unos estĂşpidos senos no lo harán diferente, eres mas que mi sobrino, eres mi amigo” dijo sincera, “perdĂłname tia” le dije emotivamente, tomados de la mano caminamos hasta su guardarropa, despuĂ©s de buscar saco una bata, como era de noche tarde o temprano deberĂamos dormir, cuando me quite la blusa quede maravillado con lo que vi, “estos son unos pechos enormes…. De verdad están en mi pecho…” me quede pensando mirando las alienĂgenas formas salir muy lejos d emi pecho en un brasiere, las copas se curveaban aguantando el peso de ambos, el resorte en mi espalda sujetando hacia que las varillas se clavaran en mis costillas, “que es esto…” me seguia preguntando al empezar a ver el cuerpo de mi tia, muy a menudo la veĂa enseñar piel de mas pero el impacto de la ropa cotidiana hacia mas fuerte la sensaciĂłn de denudes,



“John se que son muy raras para ti pero son normales para un cuerpo femenino, son unos hermosos regalos para alimentar a los bebes” dijo ella tratando de explicarme, “que!?” grite al imaginarme un bebe pegado a mi pecho succionando, “por favor no toques mas de lo necesario, ahora toma cĂşbrete comamos algo” dijo ella, tome la bata para ponĂ©rmela, senti mi largo cabello cubriendo mi espalda hasta... por reacciĂłn solte la bata para tocar ese gran peso extra que cargaba detrás, “que es esto, es enorme” dije al haber palpado mi trasero, “toma John pĂłntelo ya” repitiĂł levantando la bata y entregándomela otra vez, al salir del guardarropa vi una pila de frascos de pĂldoras y un papel junto, me preocupe pensando que ella estaba enferma, cuando entramos en su cocina continuamos la conversaciĂłn con cosas que trataban de evitar el tema que mas nos preocupaba “nuestros cuerpos”, pero mi torpeza en utilizar mis manos y tener senos creaba ligeros accidentes, cuando terminamos de cenar decidiĂł que durmiĂ©ramos, primero fuimos otra vez a su guardarropa, mientras ella decidia difĂcilmente si pedirme dormir asi o darme algo cĂłmodo los frascos de pĂldoras me llamaron la atenciĂłn, tome el papel para ver la receta, gran sorpresa me lleve cuando comencĂ© a leer.
Array
collar que llevaba puesto “es el collar de la tia Karina!” dije asustado pensando que algo malo le habia pasado, pero mi voz seguĂa siendo la de ella, “jo… jo… John?” dijo titubeando, “si!” dije asustado, cai de la orilla del diván y senti lo que traĂa detrás, mire por mi costado y esas bolas en mi pecho se movĂan obstruyendo la visiĂłn, unos jeans azules ajustados me cubrĂan, “no, no, no, no, no puede ser!” dijimos ambos parándonos uno frente al otro, “tia Karina!?” pregunte, “si soy yo John, pero…. Esto es una locura… un sueño” decĂa al verme, ambos estábamos tan asustados e impresionados como para poner atenciĂłn a lo que empezamos a sentir, querĂamos respuestas cuando escuchamos la voz de aquel hombre “desde hoy y por los siguientes dĂas quiero que experimente una nueva perspectiva de la vida eso la curara”, “¿mi tia volteo aterrorizada “curarme!?, u… u… usted me puso en el cuerpo de mi sobrino!” grito, entonces me di cuenta “el cu… cu… cuerpo de mi tia!” dije al enterarme que habĂa pasado, “no, no, no, por favor doctor usted tiene… tiene que arreglar esto… no puede hacer esto…” decĂa mi tia muy trastornada, “usted me dio su consentimiento, mi deber como doctor es curar a mis pacientes, asi que no puedo detener la terapia, vuelva en una semana y valorare los resultados, ahora si me disculpa” dijo llamando a un sujeto que nos saco fuera, mis primeros pasos no los olvidare jamas,




fue como aprender a caminar de nuevo, sentia el movimiento de mis nalgas y el contoneo de mis caderas, querĂa controlar el rebote en mi pecho pero mi cuerpo no me obedecĂa, intentamos reclamar pero la respuesta fue absoluta, fuera del consultorio esperaba un hombre con un perico muy raro “siguiente paciente” dijo el hombre que nos empujo permitiĂ©ndole la entrada y cerrando, mi tia y yo nos quedamos por un largo momento mirándonos frente a frente, no tenia idea de como me veĂa ni por que se movĂa y sentĂa mi cuerpo tan extraño, “tenemos que buscar ayuda” le dije, “si, rápido, en mi bolso, llama a tus padres” dijo cuando levante su bolso, “no espera mejor no!, esto no lo van a creer” dijo mi tia antes de intentar reclamar varias veces, “el doctor se lamenta que usted no este contenta con el resultado pero dice que si no se marcha jamás volverá a atenderla” dijo el hombre cerrándole la puerta en la cara, todo sucedĂa tan rápido, el Ăşnico que podĂa arreglar todo se habĂa enfadado, ambos volvimos a mirarnos pensando en alguna soluciĂłn pero el solo pensar que si no nos marchábamos nunca volverĂamos a ser normales fue mas aterrador, “vámonos John, yo te cuidare” dijo ella, subimos al elevador y el solo estar uno junto del otro nos ponĂa incomodos, “tia yo que vamos a hacer, yo no quiero estar asi, me siento muy raro” le dije asustado tocando mi pecho, “tranquilĂzate John saldremos de esto, pero no pongas tus manos ahĂ, vayamos a casa, trata de soportarlo hasta llegar ahĂ” dijo ella, habĂamos llegado en auto pero que yo condujera era algo totalmente imposible, fue donde el auto y saco lo importante, obligados dejamos el auto en el estacionamiento de aquel edificio, no sabĂamos cuanto tiempo habia pasado, cuando llegamos era de dia y ahora las estrellas brillaban en el cielo, detuvimos un taxy para irnos, cuando subi “auch!” dije al golpear duro mi cabeza en un costado, el auto era mas bajito de costumbre, “a esta direcciĂłn rápido” fueron las Ăşnicas palabras de mi tia, sentados en el taxy ambos mirábamos por las ventanillas,




ninguno tenĂamos el valor de vernos, los ajustados pantalones me apretaban entre las piernas y me aterraba que no me estuvieran aplastando nada, cuando llegamos saco el dinero del bolso que me habia hecho llevar y pago, ambos fuimos directo a la casa donde por un momento nos sentimos mas seguros, luego el caos retorno, temblando me miro “no puede estar pasando esto John, no puedo con mas” dijo sentándose para abrazar sus rodillas y ocultar su rostro, “tia no por favor no te pongas asi yo estare a tu lado siempre” le dije teniendo que arrodillarme para estar frente a ella, el enorme peso de mi pecho o el tremendo cambio de proporciones no me importaba, incluso mi largo cabello interponiĂ©ndose era efĂmero, “mĂrame por favor tia” le grite llorando junto con ella, levanto el rostro y con esa conexiĂłn que tenĂamos vio en mis ojos lo preocupado y lo mucho que la querĂa, “perdĂłname John…. Buaa perdĂłname…” dijo abrazándome del cuello para llorar encima mio, sentir su rostro hundiĂ©ndose mis senos y la lluvia de lágrimas llenas de dolor mojando esos extraños miembros no tuvo efecto en mi, lo Ăşnico que habia era la necesidad y la desesperaciĂłn de hacerla sentir bien, cuando termino nos levantamos seco sus lágrimas “gracias” dijo profundamente, el tiempo de levantarnos llego esta vez haciĂ©ndome sentir intensamente el cuerpo femenino de mi tia, mis mojados senos fue algo difĂcil de abordar, “John vamos a…. que te cambies la blusa” dijo ella tomándome de la mano, “pero tia…” dije tratando de evitar lo que seguĂa, “lo se John!, no se como lidiar con esto, pero trata de ponerte en mis zapatos un momento y entenderme……..” dijo una frase muy comun cuando quieres que los demás te entiendan pero era tan ironica que de apoco las risas comenzaron a brotar de nuestros labios, ese pequeño chascarrillo logro hacernos sentir cercanos otra vez, “ven aquĂ John” dijo ella tomando mi rostro y obligándome a inclinar, “lo siento john esto es difĂcil para ambos, sabes que teÂ




Lo siento, lo siento tanto, pero no puedo más con mi vida, despierto por las noches asustada y vivo con temor, salgo a la calle y me siento perseguida, no puedo más con esta carga, no quiero que lloren por mi, no quiero que me recuerden, mi vida no vale nada, padres lo siento, amigos perdónenme si les causo dolor, no soy alguien que merezca su lastima ni afecto, no merezco ni valgo la pena pues tal vez a nadie le importo, como última voluntad quiero que me quemen y esparza mis cenizas, adiós a todos.
Mientras leia mis lagrimas comenzaban a correr por unas mejillas que no eran mĂas, las gotas caian en mis senos perdiĂ©ndose entre ellos, me sentĂa frustrado, triste y sobre todo enojado conmigo mismo, no fui lo suficientemente fuerte para demostrarle lo mucho que la querĂa a pesar de las incontables veces que me mostro su cariño, no fui lo suficientemente inteligente para estar a su lado, mi visiĂłn se torno muy borrosa detrás de unas gruesas lágrimas, “¿por que tanto silencio John?” me pregunto mientras se giraba viĂ©ndome con su nota suicida en mis manos y mis ojos ahogados en lagrimas, “a mi si me importas tia!!! A mi si me importas!! Me ibas a abandonar!!!?, me ibas a dejar solo!!?, acaso pensabas desaparecer sin decirme nada!!?, tu si me importas!!!” le grite lanzándomele encima sin importarme que ahora yo tenia el cuerpo mas grande de los dos, sin poderse defender la derribe mientras mis lagrimas caian en su rostro, lagrimas reales y mucho cariño, me aferre a su pecho mientras le gritaba “no me dejes solo!!! Te necesito!!, quien va a ser mi amiga!!?, a quien le voy a platicar lo que me pase!!?, a quien le preguntare cuando una chica me guste!! A quien!!! No te puedes ir hasta que yo lo diga!!”, gritos tardĂos por retenerla a mi lado que penetraron su lastimado y congelado corazĂłn, “no lo se John no lo se…. Buaaaa no lo se…. Quiero estar ahĂ para ti!!!, pero… pero!!!” decĂa, “prometelo!! Promete que estaras, promete que no me vas a abandonar!!!, promete que siempre seras mi amiga!! Que nunca me vas a dejar solo!!!” le grite, “lo juro!!! Y….yo… lo juro buaaaa prometo que nunca te voy a dejar solo!” grito, esa noche terminaba con lagrimas y nuevos comienzos, me separe para sentarme, ella se apresurĂł y seco mis lágrimas “perdĂłname John pero ya deja de llorar haras que me salgan arrugas” dijo con una broma ligera, esta vez cuando vi sus ojos el deseo de vivir en sus ojos habĂa vuelto, asentĂ con la cabeza pue mi garganta seguĂa quebrantada, asi como estábamos fuimos a la cama, esa noche la abrace con todas mis fuerzas, no querĂa soltarla, “John no me aprietes tanto me estas ahogando” dijo tratando de respirar entre mi pecho,



“perdĂłn…” dije, “esta bien, no quiero morir asfixiada por mis propios senos” dijo bromeando, “jiji” sonreĂ sintiendo su pequeño pero calido cuerpo, cuando cerraba los ojos por instantes lograba olvidar las sensaciones femeninas y me veĂa abrazado por ella.
El repicar de la alarma nos despertĂł con el brillo de la mañana y un nuevo comienzo, un comienzo bastante extraño para ambos, despuĂ©s de levantarnos el primer gran reto llego “tendremos que tomar un baño”, antes de todo hablo conmigo “John yo se que todo esto es fantástico y extraño pero necesito que lo afrontemos juntos, como sabes los niños y las niñas son diferentes, sabes lo que es una vagina y cĂłmo funciona?” me pregunto, “si se que somos diferentes pero no se mucho…” le conteste, “esto es embarazoso….” Dijo ella, “no podemos evitarlo?” le pregunte, “no John no ahora que tu tienes la mia, quĂtate la ropa” dijo ella, “pero tia!” le dije muy pero muy avergonzado, “John! Solo quĂtatela, es mi cuerpo se exactamente como se ve, solo quĂtatela”Â
guardo tanto cariño y respeto, al verme tan incĂłmodo me ofreciĂł uno de sus conjuntos que usaba para ejercitarse, la panty que me dio se sentia demasiado extraña, el cordĂłn entre mis nalgas y el pequeño triangulo que cubrĂa al frente aunque suave no era lo que desearĂa vestir, fuimos a la cocina y luego de freir un par de cosas comenzamos a comer, “john tenemos que hablar, ese sujeto dijo que si en una semana demostraba que esta curada nos arreglaba” dijo ella, “pero como pasare una semana asi, yo no se que tengo que hacer” le dije tratando de ayudar, “lo se John, apenas llevamos una hora y ya me siento exhausta, sin embargo….. gracias” dijo explicar por quĂ©, “gracias?” pregunte, “si John gracias por hacer esto por mi, gracias por estar a mi lado y gracias por traerme de vuelta” dijo con sus sentimientos mas claros, “no tia, con que seas feliz yo lo soy, solo trato de ayudarte como tu me has ayudado” le dije, “es increĂble lo distinto que es el mundo ahora, ese doctor tenia razĂłn, es algo muy drástico y que me pone en shock pero efectivo” explicaba, “aun no entiendo” le dije tratando de comprender para apoyarla, “toda mi vida crei ser feliz, crei que si me esforzaba en hacer felices a los que me rodeaban seria feliz, muchas veces Sali lastimada pero me obligue a creer en una falsa felicidad, luego conoci a tus padres, primero pensĂ© en ellos como un par de loquitos, cuando te conoci a ti pensĂ© en lo molestos que eran los niños, pero entonces empecĂ© a abrir los ojos, tu y tus padres me mostraron el significado de cariño que no conocĂa,





era deseada pero no apreciada, hay muchos tipos de amor como definiciones, sin embargo parece que no conocĂa ninguna antes de eso, siempre pensĂ© que una mujer debĂa ser un monumento a la belleza, que debĂa ser fuerte y alegre en todo momento, que con su presencia debĂa atraer a cuanto macho estuviera a su alrededor, pero exactamente en eso falle, no me comportaba como una mujer si no como una hembra animal, una hembra que buscaba el macho adecuado para procrear, mi vida amorosa era vacia por esa razĂłn, ni que hablar de mi vida sexual, nadie me llenaba el ojo” dijo mi tia con pensamientos profundos, “pero tia no dijiste que aquel sujeto” dije a medias, “si aquel tipo quiso violarme, todo por que no me le entregue de buena gana, no lo vi como el perfecto, entonces conocĂ el terror de ser casi abusada, despuĂ©s de ello maldije el ser mujer, maldije el no ser una fácil, hasta me pregunte para que querĂa esa cosa entre mis piernas, me hundi cada vez mas hasta pensar en suicidarme como ya sabes” dijo, “pero ya no lo haras verdad, dime que no lo haras” le dije, “je no puedo este cuerpo es tuyo, aun cuando tome malas decisiones nunca te lastimarĂa, asi que mientras este en tu cuerpo no lo haria” dijo ligeramente, “mientras estes en mi cuerpo?, entonces no quiero que cambiemos nunca, yo me quedare con tu cuerpo el resto de mi vida” le dije preocupado, “que!? Por que?” pregunto sorprendida, “por que si me quedo tu cuerpo tu nunca te haras daño” conteste, ella sonriĂł cálida, pacĂfica y tiernamente, “John estoy muy agradecida de que seas tu a quien elegĂ para esto, haber intercambiado cuerpo contigo es justo lo que necesitaba para empezar a curarme” dijo ella, el dia continuo con pláticas sobre los momentos felices que habĂamos pasado juntos, mirar tv e incluso casi nos olvidábamos la piel en la que vivĂamos ahora, entre mas hablábamos mas se sinceraba conmigo, desde sus negocios hasta sus amistades me conto, ya por la noche terminamos conversando de aquelÂ
sujeto, me mostro mensajes en su facebk, el acoso era algo que vivĂa a diario, los mensajes en su telĂ©fono eran “te extraño mi amor, haber cuando nos comemos eso” sugiriendo que solo la necesitaba para una cosa, ese dia fue mucho mas tranquilo, llego la hora de dormir y otra vez tuve que desnudarme, me dio un pequeño camison pero antes me dijo “John ven aquĂ” llevándome de la mano hasta el espejo y parándose junto a mi, “dime John que ves” pregunto, la respuesta mas obvia hubiese sido hablar de mis senos o mis inmensas caderas o mas importante de mi sexo, pero yo vi otra cosa “te veo a ti tia karina, te veo parada junto a mi con esa sonrisa que siempre me apoya” conteste, ella sonriĂł alegremente, “yo tambien te veo a ti john, no me importa que cuerpos ocupemos, no me importa que tengamos edades distintas, no me importa si ahora tu tienes senos y yo no, que ahora tu seas la mujer y yo un chico, no me importa nada, lo Ăşnico que me importa es lo que hay tras esos ojos” contesto ella, entonces ambos habĂamos llegado a la misma conclusiĂłn, que importa la forma de tu cuerpo, que importa si eres delgado o gordo, negro o blanco, alto o bajito, que importa!!!, una belleza que trasciende más allá de un simple cuerpo, de instintos animales y de lo obvio, cuando lo Ăşnico que de verdad importa es hacer felices a los que amas.






ordeno avergonzada, me quite el pantalĂłn sintiendo el frio en mi piel, sentia unos calzones raros y que se ajustaban en el frente, el vacĂo frente de mi cuerpo, para quitarme el braseiere tuvo que ayudarme a desabrocharlo, cuando lo hizo mi cuello se relajo mucho pero senti la pesada carga en mi pecho, no querĂa abrir los ojos, no querĂa ver la desnudes de mi tia, “abre los ojos John, tienes que hacerlo” dijo ella, “no lo hare, no puedo verte desnuda, no es justo” le dije, “esto es difĂcil!!, bueno entonces hagámoslo justo” dijo, escuchaba ruido tarde en decidir abrir los ojos y cuando lo hice “ah!!!” salte de la impresiĂłn, mis dos senos rebotaron incĂłmodamente, me gire, “por que te volteas es tu cuerpo, de que te ape… apenas….” Dijo titubeante, gire a verla, su cara estaba que brillaba de vergĂĽenza, se miraba avergonzada, miraba mi cuerpo desnudo, “ya vi tu cuerpo desnudo, ahora tu puedes ver el mio” dijo para alentarme, “pero tu… “trataba de negarme, “dijiste que estuviera siempre contigo y aquĂ estoy, tu tambien dijiste que estarĂas conmigo” dijo para presionarme muy resuelta a lograr obligarme, gire la cabeza abajo y mire de primera mano los hermosos senos de mi tia, “por que son tan grandes!” dije al ver el tamaño de mis pezones y sacudiĂ©ndome, mis senos se revolotearon sin control, “detĂ©nganse” dije llevando mis manos para sostenerlos, entonces senti las puntas en mis palmas, “perdĂłn no deberĂa tocar!” dije, “no deberĂas pero tienes que hacerlo, quĂtate tambiĂ©n las pantys” me ordeno, “pero tia…” dije, “tienes que quitártelas, necesitamos bañarnos” ordeno, me quite las pantis concentrado en no mirar, algo que deberĂa ser sencillo me parecio dificilĂsimo, entre a la regadera y ella me guio desde afuera, “ahora lava bajo los senos asi” decĂa solo pudiendo hacer ademanes con las manos pues su pecho era plano ahora, rebordear mis pesados senos se sentia muy extraño y me gustaba bastante, la parte mas difĂcil fue cuando me indico como lavar entre mis piernas, “no puedo, definitivamente ahĂ no puedo tocar” le dije, “si no lo haces tu lo hare yo y de verdad que no quiero, ya es muy difĂcil ahora” dijo ella, lavar mi largo cabello me habia parecido muy difĂcil pero esto lo superaba, cuando toque por primera vez me senti asustado al no encontrar nada, solo piel suave y tersa, a mi me habĂa salido un poco de bello ya, sabĂa que les salĂa bello ahĂ pero yo no tenĂa uno solo, mientras lavaba me asombre con el tamaño de mis nalgas, luego de que yo saliera ella tuvo su turno, pensĂ© que seria buena idea tratar de guiarla tambiĂ©n pero no fue asi pues tratar de explicarle como lavarse en medio me fue frustrante, “jajaja yo puedo sola John gracias, ahora no puedes de ningĂşn modo” dijo burlándose, “tia!!” le dije juzgando su picardĂa, mientras ella terminaba ahĂ me encontraba sentado tratando de no pensar en el cuerpo de mi tia, esa es de las mañanas mas largas de mi vida, cuando me enseñó a orinar fue otro momento embarazoso “no puedes guiar el chorro asi que debes inclinarte para que no mojes todo el lugar, abre las piernas y solo relaja” me explicaba sentada frente a mi, cuando fuimos a cambiarnos la vi por primera vez, vi por primera vez el traje de eva de mi tia, vi claramente toda su forma femenina y quedo grabado en mi mente su sexo, esa apretada abertura con dos extraños labios, eso estaba entre mis piernas ahora, solo puedo decir que me quede paralizado al verla, no me parecĂa algo hermoso, era mas bien algo monstruoso para mi, como si me hubieran arrancado el pene, una figura muy curveada y femenina, para cualquier chico el solo imaginar tener poder sobre el cuerpo de mi tia hubiera sido un motivo morboso y perverso, para mi fue algo terrible, me enfado el siquiera considerarlo, como podrĂa abusar del cuerpo de alguien a quienÂ




Los siguientes tres dĂas aprendimos uno del otro mucho mas, la confianza no paraba de crecer, mirarme al espejo dejo de avergonzarme, “eres hermosa tia” le dije en algĂşn momento, “gracias me halagas, anda porque no tocas si lo deseas, yo ire a ver la tv” dijo tranquila, “!que!? te refieres a…” dije avergonzado, “si John a eso mismo, he visto cĂłmo te observas y lo mucho que te obligas a respetar mi cuerpo, pero no tienes ya por que hacerlo, por esta noche ese cuerpo te pertenece completamente, cuando te mires no pienses en mi, piensa en lo mucho que te gustas y te deseas, hoy dormirĂ© en la habitaciĂłn que siempre usabas cuando me visitabas, esta noche entra a mi habitaciĂłn y da rienda suelta a tu imaginaciĂłn, anda entra” dijo ella que me habĂa llevado hasta hacerme entrar poniendo seguro antes de irse, la habitaciĂłn parecio hacerse inmensa, me hallaba solo en su habitaciĂłn, hasta hace un par de dĂas u lugar inaccesible, en estos dĂas me habia enseñado a ponerme y quitarme un sostĂ©n por lo que desnudarme fue fácil, “entonces….” Dije tratando de imaginarme que hacer, de verdad deberĂa hacerlo?, mire mis grandes pezones y curiosamente los acaricie, “owwmmm” dije al sentir un frio y crudo placer, “diferencia entre chicos y chicas…” pensĂ© en cuando me explico acerca de… “no se que hacer contigo” trataba de conversar con mi vagina, segĂşn ella tenia mucho que no habĂa gozado de placeres sexuales, cuando me bañaba por accidente uno de mis dedos cruzo la entrada y se sitio bien, asi que imagine que eso deberĂa hacer, lleve dos dedos presionando suavemente entre los dos labio, como si de mantequilla se tratara mis dedos se hundieron como cuchillos, “ahhmmm” gemi al sentir mis dedos hacer contacto, el clĂtoris de Karina era tan sensible que solo haber metido mis dedos ya me habia sacudido en placer, una fantástica sensaciĂłn me hizo temblar hasta mi alma cuando juguĂ© con mis dedos dentro, sentir el placer que emanaba de entre mis piernas me hacia perder el control, mis gemidos retumbaban en la caza como bombardeo, jugar con las enormes bolsas en mi pecho, jugar con mis senos!!! Wow!!, sobar mi enorme trasero, acariciar cada una de mis grandes nalgas, mover mis piernas, escuchaba la voz de mi tia mi tia Karina gritando extasiada por un placer que se habia aguantado por mucho tiempo, una satisfacciĂłn Ăşnica y placentera, “tia Karina…. No….mmmmm no….. no es mi tia soy yo….. pero tia Karina…… no…. Este soy yo!” gemia mientras debatia quien era quien gemia, mis oĂdos escuchaban la voz d ela mujer que siempre me tarto como su sobrino pero mi mente sabia perfectamente que era ahora mi voz y mi cuerpo.


1 comentarios - Las enormes tetas de mi tĂa chichona parte 1🍒