El sumiso y el bully (parte 3 de 4)

Hablando por chat, Marcos le confesó a Gabi que había convencido a Tania de que lo llevara a la fiesta. Lo que sucedió fue porque Marcos reconoció a Gabi en unas fotos que Tania había publicado en redes, daba la casualidad de que ella era un contacto entre estos 2 antiguos compañeros, Marcos confesó haberse calentado al ver a su víctima de la infancia, tan delicado, suave y pálido como siempre, y le dijo que también se había masturbado con esas fotos.

El bully le había ofrecido una buena cantidad de dinero (de sus padres) a Tania para cumplir su plan, y ella había aceptado traicionando a su amigo, traición que irónicamente... le mostraría el verdadero camino a ambos. ❤️‍🔥

Gabi no hizo mucho escándalo por todo lo ocurrido, tenía la mente fría, lo hecho hecho está. Con la misma calma le propuso a su bully volver a verse, y que tendría que ser en la casa de este último, pero... tendría que esperarlo al menos 5 días, esta era la condición. A Marcos le agarró un sofocón de ansiedad y emoción, algo que Gabi preveía, y no podía aguantar volver a ver a quien pudo hacer su trola hace muy poco.

Pero ahora Gabriel tenía el control, sentía algo de ansiedad por el encuentro, pero el sabía lo que estaba preparando y sabía que ahora él, de esta forma, tenia poder sobre su bully. Puso manos a la otra su plan, el que sería la respuesta al plan de Marcos, y se dispuso a hacer unas... compras 👀

Pasó poco más de una semana, fue entonces cuando Gabi, después de haber ignorado sus mensajes desde la confesión le habló, antes de siquiera saludarlo le expuso: buscame en tu moto. Marcos estaba un poco impactado por la actitud tan firme de quien había sido su pasivo.

Luego de tener su ubicación, Marcos se puso en marcha, llegó hasta la casa de Gabi, este se tomó su tiempo para salir, el pasivo se hizo desear y aunque estaba listo dejó pasar un minuto antes de salir.

Gabi se subió a la moto, y sin saludar (ni sonreír) le dijo: llevame primero a la plaza central, Marcos quiso discutirlo, Gabi se bajó, "a la plaza o no me subo" expuso femeninamente con los brazos cruzados, algo que excitó fugazmente a Marcos, quien al final aceptó. Ya en camino ahora Gabi sí sonreía.

Llegados y sentados el alfa se sentía un tanto incómodo al tener a Gabriel tan cerca suyo, el beta estaba decidido a apostar todo y correr el riesgo de que los vieran de una forma muy cercana, aunque esto también lo ponía muy nervioso. "Compré esto para merendar", dijo Marcos mientras le ofrecía caballerosamente al sumiso algo dulce, "gracias" respondió. Pasados los minutos hacían agua conversando sobre cualquier cosa que no fuera su intimidad, se ponían al día después de tantos años. En algún momento, entre sandeces, Gabi interrumpió a Marcos, "Tania está jodida". El alfa quedó un poco descolocadon pero en pocos segundos comprendió que el beta había entrado a ese tema: su intimidad. "Tengo su chat, tengo capturas, no hay prueba de nada íntimo entre nosotros pero tengo pruebas de que ella me manipuló. Por otro lado... lo que divulgue de vos sería pura palabra nada más, pero no me importa quedar como maricón para hundirla a ella y joderte a vos". Marcos estaba un poco impactado, no se había percatado que llevar a Gabi hasta el punto de hacerla su puta en la cama podía traerle consecuencias en su vida personal, o quizás lo que había ocurrido en su cabeza es que ni siquiera consideraba esa posibilidad, para él Gabi siempre fue un sumiso, no esperaba que se revelara de esa manera. 😱
"Qué querés" respondió Marcos, decidió no contraatacar y ponerse q la voluntad del beta. Gabi, aunque actuaba con coraje, estaba temblando de miedo. "Vos siempre me agarrabas la pija, me torturabas así, intentá agarrarmela ahora". Marcos lo miró a los ojos confundido, "qué?" Gabi no giró la mirada, "es en serio, intentá agarrarmela" había unas cuantas personas alrededor, Marcos entendió esto como una prueba de valor, se aseguró de reojo que nadie los mirara, "dale, que no me hiciste tu puta?" Dijo Gabi provocandolo. Marcos tenía al sumiso a su derecha, con las manos apoyadas al suelo para sostenerse, se decidió y actuó: llevó su mano más cercana (la derecha), rápido pero disimulado, a la verguita del beta, en el instante sintió algo duro, quitó su mano, todo duró menos de 2 segundos, pero fue suficiente para darse cuenta que esa dureza... no era de la pijita del beta, era algo más 😳 
Marcos estaba mucho más confundido aún. Miró a Gabi interrogativamente. "Es una jaula de castidad, de plástico, rosada, lo más gay que un sumiso maricón puede usar" simbólicamente usarla excitaba mucho al sumiso ya lo privaba de su virilidad, no la tenía hace mucho y la semana que le dió a Marcos fue para idear un plan para ponerlo contra las cuerdas, la jaula le facilitó el plan perfecto. "Te gustaría verla? Agarrarla? Lástima, no vas a tener mi cuerpo, no a menos que hagas un par de cosas... compres un par de cosas" el cuerpo de Marcos había subido mucho de temperatura, la idea de Gabi usando eso, la imagen de su sumiso usando eso, estaba excitandose demasiado, cualquier amenaza que Gabi podría hacer ahora no podría afectar para nada la forma en la que ya estaba afectado. Gabi se levantó, se limpió un poco la rompa, Marcos aún miraba hacia abajo, "si querés mi cuerpo" arrojó un papelito al suelo "vas a tener que comprarme esto". Gabriel se dio la vuelta y se fue caminando, Marcos aún estaba ardiendo, desde la perspectiva de un tercero podría decirse que estaba atónito, pero en realidad en su mente sólo podía pensar en que la posibilidad de hacer a Gabi suyo de nuevo estaba a un par de condiciones. Aún sentado tomó el papel, lo abrió y leyó lo que estaba escrito, su corazón volvió a latir con suma intensidad, luego de terminar de leer, levantó lentamente la mirada hacia el beta, SU beta, que se alejaba. Gabriel, aún nervioso por todo el momento y la tensión, caminaba acelerado y sintió de repente como si lo acechara la mirada de un tigre que está a punto de cazar, y su instinto no le mentía.

Pasaban los días, no habían vuelto a hablar, Gabriel no podía concentrarse en sus cosas del día a día, sólo podía pensar, y excitarse con la idea de que Marcos volviera a ser su macho y lo poseyera. En una pequeño viaje que hizo con su familia a otra ciudad aprovechó que nadie lo conocía en ese lugar y compró un consolador en un sex shop, eligió el más parecido a la verga de Marcos que pudo encontrar. No lo probó al principio, pero con los días, luego de estar estralkeando a quien lo hizo una puta, no soportó la calentura y empezó a utilizarlo, se dio cuenta que su ano, pese a la experiencia que tuvo con el alfa, no estaba bien entrenado, así que fue difícil encontrar placer al inicio. Pero con el tiempo empezó a encontrar placer, aunque se daba cuenta que no era lo mismo, no era solo la penetración, sino el hecho de que alguien más lo penetrara y lo inmovilizara con unos fuertes brazos, sentir una respiración jadeante y los aplausos de una cadera firme en su culo chato y blanco. Era una diferencia sustancial, por lo que el beta nunca consiguió el orgasmo con su consolador. Aún así, eso no detuvo que todos los días se comiera esa falsa verga con su hambrienta cola.

Casi un mes luego del último encuentro su teléfono sonó, Gabi sabía que era él, casi no hablaba con nadie, con Nadia todo se había ido a la basura y no tenía ningún compromiso. Su corazón comenzó a acelerarse, sus manos a sudar y su verguita a endurecerse. Efectivamente, era el alfa, sólo había una foto y un mensaje: ya las tengo, este sábado a las 18 te paso a buscar.
Gabriel no tenía nada que hacer ese día, pero si lo tuviera aún así tendría que cancelarlo, se daba cuenta que ahora Marcos volvía a tener la ventaja, volvía a ser el dominante que lo fue esa noche. Abrió la imagen para verla mejor, estaba todo lo que le había puesto como condición: un portaligas, unas bucaneras y unos guantes tul, todo de color rosa pastel. Su espíritu femboy lo dominó totalmente, no aguantó la calentura así que se colocó su jaulita y se masturbó analmente.

Continuará...

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