Tengo dieciocho años y me he decidido a escribir esto porque asà me lo han pedido mis amigas. Hace poco tiempo descubrimos esta página en la que se escribÃan relatos eróticos. Voy a un colegio muy prestigioso de Valencia de monjas. Desde muy pequeñita siempre me habÃa gustado ver a hombres desnudos y me asombraba los diferentes tamaños de pene que encontraba. Las revistas eran de mis padres que además tienen un gran número de pelÃculas porno. Lo cierto que tanto mi hermana como yo nos aficionamos a verlas desde que tenÃamos apenas diez años.
Ella es un año mayor que yo. En el colegio con mis amigas empezamos a decir cual era la polla mas grande que habÃamos visto, pero no valÃa las de las revistas. Asà que me tuve que resignar porque a decir verdad nunca habÃa visto ninguna a pelo. Mi mejor amiga Marta se burló de mi y todas las demás la acompañaron por lo que me sentà como una tonta. Asà hasta que una morbosa apuesta se puso en escena y no era otra que la de demostrar con foto que chica era capaz de ver la polla mas grande. Acerté el reto por no quedarme fuera de nuestro grupo que veÃa en aquello algo muy normal. Marta sorprendió a todas con una foto de un chico de unos veinte años que tenÃa una buena tranca, la foto no era trucada ya que hasta salÃa Marta al lado del chico. Luego no nos quiso contar lo que sucedió después, pero todas nos lo imaginamos.
Según pasaban los dÃas las chicas iban aportando fotos y yo comencé a sentirme desplazada del grupo. Hasta que un dÃa se lo conté a mi hermana y esta sonriendo me dijo que para ganar la apuesta, solo tenÃa que quedarme en casa, que lo tenÃa muy cerca. Al principio no la entendÃ, pero luego y ante mi sorpresa mi hermana confesó que se habÃa tirado a papa. Quede en fuera de juego, pero ella parecÃa muy tranquila, sonriendo mientras que empezó a darme detalles de lo ocurrido. Mi padre tiene cuarenta años pero la verdad es que no los aparenta. Es un hombre muy atractivo y posee unos fuertes y marcados músculos. Desde que eramos pequeñitas siempre se cuidó mucho de nuestra dieta, de nuestra imagen y la verdad que a parte de ser muy guapas, consiguió vestirnos con excelentes ropas. Nunca le habÃa dado importancia que muchas noches nos recostáramos sobre el mientras nos acariciaba el pelo, las piernas, la espalda y a veces muy cerca del pecho o las ingles. Hasta ese dÃa me parecÃa normal. Pero el regocijo con el que muchas veces me iba a la cama, después de aquellas maravillosas caricias, era fruto de que me habÃa excitado. Mi hermana me contó que un dÃa papa se estaba duchando y ella entró al baño de mis padres porque el nuestro estaba estropeado. De esa manera vio por primera vez a mi padre empalmado. A lo mejor se estaba masturbando, pero mi hermana me comentó que no tenÃa nada que ver a cuando la tenÃa normal que en muchas ocasiones yo también la habÃa visto, sin mas. Después me contó todo lo que ocurrió y me dejó perpleja. Es mas mi hermana aseguraba que nuestra madre lo sabÃa, y que la próxima seré yo. Me dijo que lo mejor era ponerle caliente un dÃa en el sofá y cuando se fuera a su cuarto era porque se la iba a cascar, que le siguiera y le propusiera lo de la foto. Eso era una verdadera locura, siempre he notado un ambiente muy liberal en nuestra familia, pero yo no era capaz de hacer eso con mi padre.
Al dÃa siguiente otra de las chicas del grupo vino con otra foto, la de su hermano, que estaba como un tren, tenÃa treinta años pero el tÃo se salÃa de lo bueno que estaba. Comenzaron las bromas que como no se lo habÃa tirado y que le diese el teléfono. Luego las bromas se dirigieron a mi. Llegué a casa abatida, triste. Al principio no reparé en quien estaba en casa pero al cabo de unos minutos vi a mi madre muy arreglada. Me besó y dijo que mi padre no tardarÃa en llegar,ella no volverÃa hasta la noche con mi hermana. Iban a comprar ropa y pasarÃan el dÃa con mi tÃa. Me fui a la ducha y al salir mi papa ya habÃa llegado. Antes estuve observando mi cuerpo, me notaba caliente y en mi interior empecé a pensar que podÃa aprovechar esa tarde para conseguir hacerle una foto a mi padre empalmado.
Salà con mi bata rosa que tanto le gustaba a mi padre, pero ahora me quedaba mas corta. Mi papa también se habÃa duchado y salió con su albornoz. Se sorprendió al verme con la bata y comentó el tiempo que llevaba sin ponérmela. Comimos y después nos sentamos en el sofá a ver la tele, aunque mi padre solÃa aprovechar para echarse una siesta. Me acurruqué en su pecho doblando mis piernas, me di cuenta que al hacerlo casi enseñaba mis nalgas y la parte de arriba se entreabrió enseñando casi al completo uno de mis pechos. Pero me dio igual, mi intención era poner caliente a mi padre. Al principio mi papa comenzó a acariciarme el pelo como siempre pero yo noté como se fijaba en mis curvas, no dijo que me tapara, al contrario, miró descaradamente por la abertura de mi bata observando mi pecho duro y grande, puse una de mis manos sobre su ancho pecho y con el antebrazo noté su entrepierna, notaba su calor y poco a poco iba creciendo.
Quise hacerme la tonta como que nada estaba pasando pero yo le acariciaba con mis uñas entrelazando los pelos de su pecho a la vez que apretaba mi antebrazo mas a su polla. Asà seguimos un buen rato sin hablar nada, pero mi papa iba a explotar, de repente se levantó y me dijo que se iba a echar en la cama. Le di un tierno beso en los labios, como siempre. Me levanté, puse bien mi bata y noté que estaba mojada. Fui a la habitación muy despacio, al llegar comprobé que la puerta estaba cerrada. Abrà con mucho cuidado y al hacerlo por el cristal vi a mi padre tumbado en la cama desnudo y masturbándose. Su polla era enorme y gorda. Me quede quieta sin dar ni un solo paso mas. De repente mi padre me vio, intentó taparse mientras me preguntaba que hacÃa allÃ.
Sin mediar palabra me acerqué a su cama y ante al asombro de mi papa me solté la cuerda de la bata y la deslicé hasta el suelo. Me quedé desnuda ante mi padre. Finalmente se destapó, me acerqué y me puse a cuatro patas sobre la cama, imitando lo que veÃa en las pelis porno, fui acercándome sin dejar de mirarle a los ojos a su polla. Al fin tenÃa una verga de verdad cerca de mi boca. Comencé a chuparla despacio, como en las pelÃculas y luego me la tragaba todo lo que podÃa, ante mi sorpresa noté como su polla aún se ponÃa mas grande y gorda. Mi papa se puso las manos en la nuca y se dejó hacer. Agarre la base de su tranca mientras no paraba de chuparla, me pareció muy rica, me estaba gustando tanto que habÃa olvidado lo de la foto. Pero perdà la noción del tiempo y el pudor, se la mame hasta que un ardiente chorro de leche inundo mi boca y mi cara. Yo estaba goteando de gusto y papa entró en acción. Se puso de pie y en la misma postura que estaba me la fue metiendo poco a poco. Nunca habÃa sentido nada igual. Todo mi cuerpo se convulsionaba de placer y de un ardor inenarrable. Grité como una zorra de verdad y dije cosas muy guarras. Aquello hizo que mi papa perdiese el control y me folló como un loco hasta que se corrió de nuevo en mi cuerpo.
Tras un descanso cogà el teléfono y puse a mi padre de nuevo a cien. Hice la dichosa foto y de nuevo follamos como dos amantes. Para mi todo aquello era nuevo y no querÃa parar, mi papa quedó agotado y yo además de sentirme mujer gane la apuesta. Eso si, me convertà en la favorita de mi papa y en su amante. No he visto ninguna polla como la de mi padre y ningún chico me ha saciado de esa manera. Tengo muy claro que follaré con el todas las veces que pueda.
5 comentarios - La tiene muy gorda
yo tambien tengo una gorda que me la dejaste mas gorda aun despues de leerte...
Besos hermosura