Doble vida IV

Después de la absolutamente esperable crisis, volvía a tener a Lili ansiosa por entrar a su nueva vida, desesperada por conocer detalles mientras le avisaba a Silvia que estábamos abajo. Cuando contesta el teléfono, me pide que nos demoremos un rato, que tenía problemas con una de las chicas, que nos hablaba cuando estuviera lista.
La cara de desencanto de Liliana me sorprendió. Le comenté que era sólo un rato, que Silvia nos avisaría, que mientras tanto fuéramos a tomar un café.
Nos sentamos en el bar de la esquina, pedimos un cortado, y volví a remarcarle los temas que más me interesaban, para que quedara en condiciones de ser rápidamente sometida, como me habían pedido Martín y Silvia.

"Dejar que te controlen, que te dominen, permitir que hagan lo que quieran con vos, es sanador, sobre todo en estos tiempos, donde todo es "liberación femenina", mi amor. de vez en cuando, necesitamos que nos rigoreen un poco, que nos obliguen a hacer cosas que en casa no haríamos; y esta actividad es especial para eso .En esa idea, tanto Silvia como Martín buscan que sus chicas ya seamos madres, porque sostienen que la obligación de estar permanentemente al cuidado de las familias origina la necesidad de entregar el control a otros para poder descansar, control que tanto Silvia como Martín toman, sobre todo y especialmente de sus cuerpos, de nuestros cuerpos, para poder complacer con ellos los caprichos de otros, sean los que sean, siempre que  puedan pagarlos"

Sin mirarme y revolviendo el café, Liliana me contestó:"¿Vos sabés que sí? Muchas veces pensé en eso, aunqe te tengo que confesar que algunas veces lo hice exitada, pero en otras con terror .Lo que no se me había ocurrido es que la prostitución fuera una herramienta para eso"

Salté yo; "mi vida, acá no venimos sólo a prostituirnos, venimos a ser puteadas, que es otro nivel. Estamos acá porque alguien vió en nosotras, como yo lo ví en vos, la necesidad de perder el control, de ser usadas, que fantaseamos sexo un poco más duro del que estamos acostumbradas, que pedimos a gritos pero sin usar palabras ser ocasionalmente humilladas"

Ví como Liliana temblaba, asimilando mis palabras. Continué: "Y la magia de este nivel, como ya lo vas a ver, es que la vas a pasar muy bien, aún pasándola, a los ojos de los que no conocen la movida, mal .Sé que no conocés de drogas, pero estoy segura que en algunas  ocasiones, pocas, cuando las características del servicio al que te asignen realmente lo ameriten, y no siempre avisándote, te van a hacer probar algunas  experimentales que van a hacer de vos la nena más dulce, caliente ,dócil y complaciente de la ciudad . ¿Y sabés por qué las vas a necesitar?"

-...-

-"Esto te lo tendría que estar contando Silvia. Nuestros clientes, por lo general, son maridos con dinero, que tienen como señoras a mujeres como nosotras. Pero también tienen deseos inconfesables, y para cumplirlos, estamos nosotras, reemplazando a sus esposas, siempre intocables y respetadas"

-."¿Deseos como cuales?"_

Muy cerca de ella, agarrándole la mano porque sabía como iba a reaccionar,(como reaccionaríamos todas), le susurré "Verte coger con animales, por ejemplo, mi amor. Algún dogo domesticado, algún pastor inglés, perros grandes. Puede pasar. Y tenemos que estar dispuestas, aunque sea con ayuda química"

La cara de terror de Liliana era cinematográfica,c on su cuerpo al borde de las convulsiones. Estoy segura que por su cabeza pasó su imagen siendo salvajemente penetrada por algún perro enorme.(Por la mía también .Liliana esperando  la pija de la bestia, para ser empalada despiadadamente, en estado de absoluta sumisión. Química, no habría otra forma; drogarla con el más fuerte de los anuladores de voluntad. Y el morbo: contarle mientras se lo aplican el servicio a prestar para el cual la habíamos elegido, para que el pánico juegue su papel...)

 Para bajar tensión, le sonreí, y conté: "Que pueda pasar no significa que pase siempre. Silvia me contó que ese servicio se lo pidieron una sola vez, hace como cuatro años, y se lo asignaron a Sandra, una arquitecta muy bonita de 30 años en ese entonces que, ayudada con una droga que se llama burundanga, que era la que estaba disponible en aquel momento para provocar sometimiento a los deseos del otro,a hora hay otras mucho más fuertes y efectivas, quedate tranquila, no tuvo mayores problemas  ni trabas morales en realizarlo. Después, continuó su vida de los más normal. Todavía viene de vez en cuando. Cuando le pregunté como la había pasado prestando ese servicio, sonriendo, me comentó_ "La experiencia de quedar abotonada, con una pija monstruosa dentro tuyo, es algo que deberíamos pasar todas las chicas que en algún momento nos dedicamos a esto. Es explosivo. La calentura del cliente observando tu sufrimiento, tu desesperación, no tiene precio. No quiero volver a hacerlo, pero no me arrepiento de haberlo hecho""

Respirando un poco, y esbozando una sonrisa dijo Lily "Pareciera que la experiencia del dolor la tenemos que pasar todas con algunos clientes", ya hablando como puta, lo que me encantó.

"Sí", le contesté. "Con eso disfrutan muchos hijos de puta. Es inevitable. Y por eso te elegí, por tu espíritu masoca. Ya me vas a contar en quien estás pensando para integrar al negocio, porque a alguna amiga tenés que traer, te habrás dado cuenta."

Apoyando la mano en la cara, hacía ver como que estaba pensando en quién, cuando el brillo en sus ojos delataba que ya había elegido su víctima propiciatoria. Más trabajo, pensé para mis adentros. No he olvidado a Sole ni a Mayra, mis próximos proyectos. Ni el objetivo central:e sclavizar a las tres...

Mensaje en mi celular. Lo veo y digo "Vamos; nos espera Silvia"
Pedimos la cuenta, pagamos y salimos del bar, rumbo al ¿paraíso? ¿Infierno?...

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