Coolhinha - Izuku x Ochako

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La noche era un misterio y en la Pascua quedaba aún mejor que cualquier otra cosa. Todos estaban felices de ganar un huevo de chocolate o una caja de bombones.

Pero algunos preferían algo más singular y depravado, como Ochaco, que ahora escondía su fantasía en el lugar más inusual que conocía, el baño.

Esperaba que su marido, Izuku, no la encontrara, sin embargo, volvió a la cocina para finalizar la cena romántica que decidió preparar.

La mujer cogió una cuchara, bañándola en el jarabe de chocolate y se la llevó hasta la boca, lamiendo el dulce por la superficie, que por cierto estaba una delicia.

Inclinando su cabeza hacia un lado, recapituló mentalmente lo que iba a darle a su marido como regalo de Pascua; llevó una de las manos hasta su culo y lo apretó, pero de inmediato sacudió su cabeza negativamente.

Por mucho que quisiera regalarle su hermoso trasero, el cual su marido tanto amaba, ella quería que fuera un momento más tierno y amoroso para esta noche.

Con ese pensamiento, la castaña se fue a bañar, tarareando suavemente la música que tocó en su boda.

El Héroe y portador del One For All llegó a casa después de otro día agotador, ser el número 1 solo triplicaba sus responsabilidades comparado con los otros de la rama heroica, pasando horas en la calle haciendo todo tipo de trabajo; pero eso, por desgracia, no le evitaba de firmar montañas de papeles en su agencia.

A veces se preguntaba cómo All Might había conseguido organizar su vida la mayor parte del tiempo.

Pero estaba feliz y satisfecho, la sonrisa de un ciudadano seguro significaba un trabajo bien hecho. Y gracias a eso, podía irse a casa tranquilo y disfrutar de la noche de Pascua sin preocupaciones.

Soltó un largo suspiro y cerró los ojos, sentándose en el sofá para descansar, cuando sintió una mano en su hombro y la otra adentrando, atrevidamente, su camisa.

Una breve sonrisa se formó en sus labios, mientras sostenía la diestra de su esposa y la llevaba hasta la boca, depositando un beso en el dorso.

-¿Cómo estás?_preguntó Uraraka, agachándose y besando el cuello del hombre.

-Estoy bien, solo cansado._él respondió, aún sin abrir los ojos.

_ Cansado..._ella murmuró cerca a su oído, sonriendo al sentirlo estremecer._ Está cansado para mí, número uno?

El peliverde abrió sus ojos, mínimamente agrandados, y los guió hacia su rostro, que esbozaba una sonrisa ladina y sexy.

_No hay manera de que yo esté cansado para ti, mi amor._tiró a la mujer que estaba detrás de ti, haciéndola caer en tu regazo._Eres la única para mí, siempre tendré tiempo para ti. Te amo mucho, mucho...

Los labios de la heroína sonreían de oreja a oreja. Amaba cuando él la trataba como a una princesa y decía frases tan cálidas.

Sus manos fueron hasta el rostro del hombre y, con una sencilla sonrisa, depositó un beso en su boca. No había palabras para explicar el amor que Ochaco sentía por Midoriya, le gustaba la forma en que hacía latir su corazón.

_ Yo también te amo. _ella susurró, intercalando la mirada entre la boca y los ojos de él._Gracias por amarme... Hay tantas cosas que quiero agradecer, que tardaría horas._rió animada.

Deku la miró con devoción, mientras mariposas agitadas tomaban cuenta de su estómago con cada palabra que salía de la boca ajena, y eso lo hacía sentirse el tipo más afortunado del mundo. Nunca la dejaría atrás, jamás abandonaría a su mujer por otra cosa, ni por su empleo.

La amaba inmensamente, desde el primer contacto que tuvieron.

_ No tienes que agradecerme, mi hermosa, yo que soy afortunado de tenerte en mi vida, ¡una mujer increíble que me ha dejado de cuatro fácil!_sonrió con admiración, pues incluso cuando pensó que nunca se comprometería con nadie más que con su trabajo, o tendría una vida estable fuera de la agitación profesional, Ochaco apareció iluminando todo._Te amaré siempre, Ocha.

Una vez más los labios de la chica se inclinaron en una sonrisa llena de felicidad. Ya con sus 26 años, Ochaco tenía su vida de ensueño; actualmente poseía su propia agencia junto con su marido, permanecía entre los Top 10 del ranking y su condición financiera era una de las mejores.

Su desempeño y esfuerzo constantemente siendo reconocidos por la población, por otros héroes renombrados e, incluso, en premios.

¡Era increíble! Y poder disfrutar de todas esas conquistas, junto a la persona que amas, era surrealista.

Y, en medio de eso, Uraraka sintía que solo faltaba un detalle más para que sus vidas fueran perfectas.

Ella miró hacia atrás, en la dirección de la cocina.

_ Vamos a cenar?_arqueó una ceja, divertida.

_ Por supuesto, mi vida.

Ambos se levantaron, dirigiéndose hacia la cocina. El peliverde envolvió su brazo en la cintura de la mujer mientras entraban en la habitación, completamente oscuro.

Uraraka encendió algunas velas aromatizadas, que iluminaron el lugar con la comida y bebidas presentes, los preferidos de él; por supuesto, no podía olvidar los bombones y huevos de chocolates que estaban en la esquina de la mesa.

Llenó dos copas con vino tinto, entregando una para su marido y brindando enseguida.

Los dos se sentaron, comieron y conversaron en medio de toques, besos y manos tontas, como siempre.

Después de saborear los deliciosos chocolates, escogidos a dedo por ella, Ochaco miró a su hombre con ojos traviesos, pues el momento que había preparado finalmente llegó y estaba muy eufórica.

_ La noche aún no ha terminado, mi héroe..._ ella sonrió, convencida.

Midoriya arqueó una ceja, mirando la cara de la joven un poco curioso. ¿Qué haría su chica esta noche?

Sería mejor estar alerta, Ochaco solía celebrar todas esas fechas especiales de una manera bien... caótica, hecho un niño fuera de control.

¿Qué estás tramando, eh?

La castaña se puso el dedo índice en la boca, gesticulando una pequeña señal de silencio para él.

_ ¡Es una sorpresa!_Uraraka se levantó, pasando por detrás de su esposo y tocando sus hombros, masajeándolo lentamente, mientras acercaba su boca a su oído._Estoy segura que te gustará mucho. Pero ahora, a la habitación.

_Huum, que mandona... _sonrió, pícaro._Ah, cuéntame!_insistió, haciendo ojitos tiernos.

_ Si te lo digo no será una sorpresa...

El muchacho gimió bajo con la mordida de la mujer en su oreja, sonriendo derrotado y dándose por rendido. Se levantó de la silla para ir al cuarto, pero antes de retirarse, robó un beso apasionado de su dulce esposa.

Y, por supuesto, durante el recorrido, él de vez en cuando miraba hacia atrás, viendo Ochaco quitar los platos de la mesa con cierta animación y ponerlos en el fregadero, aumentando más su curiosidad.

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_Qué día agitado..._gruñó, feliz; independientemente del cansancio, él estaba aliviado de otro día productivo y organizado en el trabajo. Mientras sacaba algunos accesorios del cuerpo, Deku notó un tubo de lubricante en la mesita de noche, un lugar que no debía estar._¿Qué está planeando ella?

Sus pensamientos fluyeron demasiado rápido, pasando por escenarios eróticos y depravados que lo hicieron dispensarlos inmediatamente.

Movió la mano hasta sus cabellos que, ahora tenían un corte undercut, y desordenó los hilos ondulados con cierta aflicción mientras suspiraba pesado.

Miró hacia la puerta, dándose cuenta de que su esposa no llegaría tan pronto. Se levantó, yendo hacia la ventana del segundo piso y observando a lo lejos a los niños, adolescentes, adultos y ancianos felices con los chocolates que recibieron de sus seres queridos.

La mayoría, principalmente los cristianos, se preparaban para las festividades que tendrían en las iglesias o santuarios religiosos.

Sonriendo ampliamente con ese clima tranquilo y festivo, el peliverde se alejó de la ventana, sentándose en el borde de la cama de espaldas a la puerta.

En el piso de abajo, Ochaco corría hasta el baño y entraba, cerrando la puerta con cuidado para no ser oída, agradeciendo mentalmente por el marido haberse bañado en la agencia.

En eso, vistió su disfraz de conejita sexy de color rosa, se puso su corbata blanca y, por último, la tiara de orejitas.

Se detuvo frente a la puerta, respirando hondo y mordiéndose el labio repetidas veces hasta crear el coraje para seguir con su sorpresa.

Ella fue a la cocina, cogiendo un tazón con jarabe de chocolate y subiendo las escaleras silenciosamente. Para finalizar, se puso un bonito par de tacones de aguja color negro que la esperaban en el rincón de la puerta.

Suspiró, entusiasmada con su imagen reflejada en el espejo colgado en el pasillo, esperaba que Izuku disfrutara de la noche de Pascua que había planeado.

Finalmente entró en el cuarto, viendo al peliverde de espalda sacar su camisa muy aéreo a su alrededor.

Tan pronto como las espaldas anchas y musculosas quedan expuestas, Uraraka siente su cuerpo entrar en combustión; sí, el deseo ardiente que surgía en sí con solo ver a su marido medio desnudo, la dejaba excitada fácilmente.

Deku, al notar la presencia en el cuarto, se volvió y esbozó un breve aire de sorpresa. La miró de arriba a abajo aún sin reacción, pues aunque ya la había visto con diferentes fantasías sexuales, ella no dejaba de sorprenderlo con su osadía que, para él, era la cosa más sexy del mundo.

Mordió su labio inferior con fuerza, sin dejar de comerla con los ojos que brillaban en deseo. Apoyó sus manos en el colchón y gateó hasta el otro lado, totalmente hipnotizado con la figura femenina.

Se le hizo agua en la boca cuando la castaña pasó, con las puntas de los dedos, el jarabe achocolatado por los pezones y ella sonrió de canto con la expresión ambrienta del hombre.

_ No vienes?_Ochaco hizo un pequeño pico, cogiendo un poco más de chocolate y chupando el dedo sensualmente._Pensé que estarías más emocionado con tu regalo.

El peliverde, al escuchar las palabras de la mujer, se puso de pie a toda prisa y caminó hacia ella. En lugar de tomarla, la obligó a apoyarse contra la puerta y humedeció sus labios con la punta de la lengua, descendiendo hasta el pezón del seno, lamiendo demoradamente la región endulzada.

Su lengua succionaba y chupaba el dulce con ganas. Hizo lo mismo con el otro lado, limpiando la zona con gusto mientras abría el resto de la fantasía y bajaba su boca hacia el vientre, besando la piel blanquecina.

Uraraka aprovechó el resto del jarabe para ensuciarse los dedos y meterlos en la cavidad bucal del chico, suspirando al sentir la lengua caliente deslizarse entre los dígitos.

Al llegar a la parte inferior, Midoriya rompió impacientemente la fantasía, sonriendo satisfecho por no tener ninguna braga bloqueando el camino.

Se arrodilló en el suelo y colocó la pierna de ella en su hombro, no tardando en deslizar su lengua ávida por la intimidad húmeda, alisando y chupando intensamente el clítoris mientras, una de sus manos, subía hasta el pecho de la chica y lo sostenía firmemente.

_Ah, Izu..._ella gimió con la succión fuerte que recibió, haciéndola soltar el tazón en manos para apoyarse en la cómoda al lado.

Los dedos ágiles del héroe la penetraron, el pulgar presionando su clítoris mientras él mordisqueaba suavemente la carne sensible; ella, de inmediato, llevó la mano hasta los hilos suaves y presionó el rostro ajeno contra la vagina.

La mujer movió las caderas, meneándose en el rostro de su marido, que se empeñaba en comerla con ahínco e intensidad, hasta que sus piernas temblaron y los ojos se retorcieron con la llegada del orgasmo.

Como un rayo, Izuku se levanto del suelo y se quitó los pantalones junto con la ropa interior, tomando a su esposa en brazos y caminando a la cama.

Frotó su extremidad rígida para extender la humedad y, sin mucho enredo, la penetró por completo fuertemente.

Cada estocada hacía que el cuerpo de Ochaco saltara sobre el colchón, estimulándola a arañar la espalda del hombre que gruñía excitado por el dolor.

Los gemidos comenzaron a aumentar con las penetraciones frenéticas y fuertes. Ella envolvió la cintura del hombre con sus piernas torneadas y presionó el cuerpo de él al suyo, dándole todo de sí, como besos, caricias y palabras dulces que se hicieron más frecuentes.

Levantó las caderas en dirección al pene, el brazo del peliverde abrazó su cintura mientras la otra mano sostenía su rostro, volviendo a besarla con volúpia.

Su cuerpo tan caliente permaneció en contacto con la piel hirviente del marido, que hasta entonces la hacía gemir y chillar como un conejito en celo.

Ambos cambiaron de posición, seguidas por varias otras, lo que no tardó en ocasionar el ápice placentero para los dos.

Midoriya se acostó al lado de Uraraka, respirando hondo y acelerado, complacido con el buen sexo que acababa de tener.
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_Ya cansó, mi amorcito?_él oyó a su esposa diciendo en tono burlón y se volvió hacia ella, que expresaba una sonrisa traviesa en los labios.

_ Yo dije que tenía una sorpresa._llevó la mano del muchacho hasta su boca, chupando y jugando con sus dedos._Rompiste mi calcetín, y ahora no puedo proteger mi culo, jajaj...

Ni le dio tiempo de seguir riendo, pues Deku tomó su boca en un beso profundo, ya entendiendo lo que ella quería decir con aquello; la mujer cedería su pequeño espacio trasero.

Izuku untó su dedo de lubricante y lo pasó con delicadeza en el ano femenino, metiéndolo con cuidado y moviendo lentamente por dentro.

Su mirada fue hacia la cara de Ochaco, mientras le daba más un beso antes de separarse y la posicionar de cuatro, apilando su culo en el aire.

Dos bofetadas en cada nalga fueron hechas por el chico, que mordió y besó a una de ellas, mientras continuaba ensanchando el agujero anal con el dedo.

_ Relájate, mochi, al principio duele un poco, pero después será solo placer._él aseguró, viendo a su esposa acordar y luego relajarse. Con eso, metió un dedo más y sonrió, oyéndola gemir.

Luego de unos minutos, el peliverde quedó detrás de ella y forzó su glande en la entrada trasera, penetrando lentamente.

Ochaco expulsó todo el aire de sus pulmones, sin embargo, dolió como si su alma hubiera sido partida en dos, el interior era dilatado y eso causaba punzadas bien incómodas en el local.

Apretó su mirada con fuerza, escuchando las palabras de consuelo del esposo se murmuradas en su oído y el toque del dedo de él sobre su clítoris, distrayéndola del dolor.

Poco a poco, el ardor cambió para el placer y cuando ella menos lo esperaba, se vio gimiendo por más, meneándose en el miembro con ganas.

Llevó la mano hasta su coño y metió dos dedos dentro de sí, dejando que el pulgar frotara su puntito sensible. Su cabello fue tirado hacia atrás, un acto sexy y excitante que la dejó con más fuego.

Los empujones rígidos y firmes fueron quedando más presentes, haciéndola sentir como una puta pervertida por estar disfrutando de ese lado salvaje del marido.

Si hubiera sabido que sería tan bueno, habría liberado esa parte íntima hace mucho tiempo. La heroína inclinó su cuerpo hacia atrás, pegando su espalda en el pecho masculino, gimiendo bajo al tener la mano de él apretando su seno y pellizcando el pezón.

En el transcurso del acto la pareja buscaba más placer, follando en cada rincón de la habitación, sin restricciones o pudor, simplemente transmitiendo el amor que sentían y gimiendo locamente, pero aun en medio de maldiciones, las palabras dulces y reconfortantes no desaparecían completamente. Las últimas estocadas fueron dadas y el líquido viscoso llenó a la mujer.

Después de toda esa euforia, que duró por horas, los dos cayeron al suelo totalmente exhaustos. Ambos soltaron risas divertidas, el brazo de Izuku pasó por el cuerpo de su amada y trajo junto al suyo, depositando un beso caluroso en su frente.

Le había encantado la sorpresa de su conejita, y mal sabía él que, en dos semanas, tendría otra...

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Deku caminaba hacia un lado y hacia el otro frente al baño, se sentía ansioso, ¿cuánto tiempo tardaría en salir el resultado?

La noche de Pascua fue tan intensa que, al recordarla, sonrió como un tonto, pero no era hora de pensar sobre ello. Se acercó a la puerta y apoyó su oreja en el costado, intentando oír algo.

_ Ocha, por favor, abre la puerta..._él masculló, impaciente. De repente, la puerta se abrió y su esposa salió con una postura rígida.

¿Por qué ella estaba así?

¿Qué pasó?

¡¿Algo salió mal?!

Ochaco, silenciosamente, le entregó el test de embarazo, el cual el peliverde cogió rápidamente y miró el resultado con ojos muy abiertos.

_Dio positivo..._ la voz de su esposa se apoderó del lugar.

El héroe volvió a mirar la prueba, viendo dos rasgos de positivo destacados en el objeto; la felicidad inundó dentro de su pecho, haciendo una sonrisa enorme surgir en su rostro.

Sujetó a Ochaco por la cintura y la giró en el aire, emocionado, luego la colocó en el suelo con cuidado.

_¡Maldita sea, voy a ser padre! V-vamos a ser padres...!_su mirada llenó de lágrimas felices.

Uraraka no tenía nada que decir, pues estaba tan contenta que las palabras simplemente no salían. Estaba en shock.

Pero la alegría eufórica del muchacho la contagió instantáneamente, siendo incapaz de no sonreír ante sus gestos torpes.

_ Sí! Serás un lindo papá de una conejita...o

_Conejito!_completó Izuku, tirando a su mujer para un beso lleno de amor, cariño y felicidad._Yo necesito contar a todo mundo!

Realmente la noche de Pascua rindió bastante, lo suficiente para generar una nueva vida. Ahora, todas las conquistas de la pareja Midoriya, estaban completas.

Fin

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