La puntita...

Desde el primer día que entré a trabajar como empleada en la papelería, supe que él sería mi perdición. Su sonrisa era como un rayo de luz en mi rutina de libretas y cartulinas. “Solo déjame entrar un poco en tu corazón”, me decía con esa voz que prometía más que palabras. Y yo, ilusa, caí en el juego de solo la puntita...

Cada día, entre estantes llenos de cuadernos, cartulinas y sueños escritos, me dejaba llevar por sus miradas y manoseos furtivos, por las promesas susurradas detrás de cada arrimón.
Él, mi patrón, el dueño de mi empleo y de mis pensamientos más secretos, jugaba a ser el caballero de una dama de piel de ébano, pero en su juego, yo no era la princesa, era solo un peón al que deseaba con lujuria.

"La puntita nada más", repetía cada que me veía, y yo, como si fuera un mantra, me lo creía. Pero la puntita se convirtió en un dolor que me hacía temblar y gritar, que me volvía loca y en el que caí día a día sin negarme una sola vez. Varios días después caí en la cuenta de que no era amor lo que él ofrecía, sino un pasatiempo cruel que dejaba mi culo roto cada vez que él me lo pedía.

Ahora, la papelería se ha convertido en un laberinto de recuerdos, donde cada esquina me habla de lo que hacíamos de forma lujuriosa. La tinta de los bolígrafos no puede escribir mi desamor, y las hojas en blanco reflejan la historia que nosotros nunca llegaremos a contar.

Me llamo Darline, soy una mujer de piel negra, de nacionalidad haitiana, con un corazón y un culo roto. Y esta es mi historia, un pequeño relato de desamor que comenzó con una simple puntita y terminó con mi ano roto y mi alma partida.

2 comentarios - La puntita...

Andy_Duarte1 +1
Que lastima te hayan roto el corazon...solo te tenia que romper el culo
logan624
Buen relato qué parece con rimas por momentos