Un padrecito en apuros, capítulo I

Hola, poringuer@s! Éste es mi primer posteo. Espero que les guste mucho.
..........
Capítulo I
Corrían los años 80. La Argentina retornaba, al fin, a la democracia.
El padre Julián planchaba su larga sotana, con dedicación y paciencia, en su casa. Hoy era domingo, y se preparaba para la habitual misa.
Colocó su vinilo favorito. Sonaba For your precious love, de Otis Redding. Ello le recordaba su adolescencia y sus anhelos más intrínsecos.
Condujo con parsimonia con su auto despintado, hasta la capilla, ubicada en una zona carenciada de San Martín.
Llegó temprano, como siempre solía hacerlo. Detuvo el motor, mientras se proponía leer y repasar la homilía escrita prolijamente en una libreta. Hablaría del Sermón del monte. Hablaría de la sencillez y la humildad. Trataría de apaciguar las necesidades de sus feligreses con sus palabras.
La gente ya se ubicaba en sus asientos.
Julián inició la ceremonia, blandiendo ufano su biblia de tapa dura, y las notas de su libreta.
Todo transcurrió en una hora y pico.
La gente egresaba feliz de haber oído todo aquello.
El padre Julián los saludaba con un beso en la mejilla y un abrazo.
Era un día muy bonito. Templado, con un buen sol primaveral. Decidió recorrer un poco las calles de su barrio. Se detuvo en la tienda de los libros. Aunque se hallaba cerrada, pudo ingresar ya que conocía al dueño. Buscaba algún buen libro de poemas. Pero ningún título le llamó la atención.
Ya eran las seis de la tarde cuando regresaba a su casa. Se bajó del auto. Y cuando abrió la puerta halló en el suelo un papel con una nota: "Te deseo".
El padre Julián apartó su vista, frunciendo el ceño.
Fue entonces que vino a su mente un suceso de su adolescencia. Aquello lo atormentaba. Tanto deseo liberado frenéticamente... Un recuerdo guardado con culpa, el cual solía acosarlo.
Rápidamente entró a su hogar. Arrojó la nota hecha ya un bollo. Mordía sus dientes tratando así de alejar tales pensamientos.
Decidió, pues, orar a Dios. Se arrodilló y dijo varias oraciones. No obstante, esto no le trajo sosiego. Indignado, se incorporó y preparó todo para pegarse una ducha caliente, para así relajarse.
La noche caía. Ya hacía algo de frío. Julián no pudo calefaccionar adecuadamente su habitación. No contaba con suficiente querosen en su estufa. Aunque ya estaba acostumbrado a eso.
Tomó asiento en un viejo sillón. ¿Qué había sido aquello que había sentido? Apretó con fuerza sus dientes para ya no recordarlo. Se levantó y busco algo para leer en su pequeña biblioteca. Pero un no sé qué lo aguijoneaba desde su interior.
-Carajo, mierda- exclamó.
Decidió irse a dormir, sabiendo que le costaría conciliar el sueño. Le invadía cierta sensación en su cuerpo veinteañero.
El pecado asediaba ya sus puertas...

............
Bueno, mi gente, aquí finaliza este capítulo. En breve estaré posteando el siguiente. Espero sus comentarios. Saludos!! 🤗😚

2 comentarios - Un padrecito en apuros, capítulo I