Lara, la hija del jefe.

Lara se habia preparado toda la tarde para salir esa noche de sábado.
Quedó en encontrarse con sus amigas en uno de los boliches mas conocidos de la ciudad.
Era el fin de la época de examenes en la facu y queria despejarse.
Se miro una ultima vez en el espejo.
Estaba vestida para matar.
No habia una parte de su cuerpo que no transmitiera la idea de sexo.
Lo primero que se destacaba, era su carita delicada y de nariz respingona.
Unas pecas decorando sus mejillas dandole un aspecto jugueton pero a la vez inocente.
Lara tiene esa cualidad particular de las pelirrojas, una dualidad angel/demonio.
Su pelo largo, ondulado y cobrizo hasta la mitad de las espalda.
Pero los deliciosos razgos de Lara no eran su unico atributo deseable.
Unas curvas voluptuosas y pronunciadas definían su cuerpo.
La blusa verde, bien apretada, remarcaba su increibles pechos, parecian que iban a escapar en cualquier momento.
La diminuta minifalda negra, que mas que tapar, remarcaba su perfecto y rendondo culito.
Y para terminar el look de trola, unas botas bucaneras de cuero negro y taco ancho que le llegaban hasta las rodillas
Estaba hecha una diosa, y esa noche salia a matar.
– asi vas a salir vestida Lara?! – de repente le recrimino Jorge, su papa, desde el fondo del pasillo
– ayyy Pa! ya tengo 23 años.
Puedo cuidarme sola.
Ademas todas salen asi arregladas.
No es nada fuera de lo comun.
– se defendía Lara, sabiendo que estaba vestida super trola
– mmmm.
no me parece.
Pero bueno.
Por lo menos dejame que te lleve.
Pasamos por la remiseria, veo como anda el turno noche y despues te dejo en donde quieras.

– ok! pero hace rapido.
– acepto Lara, ya acostumbrada a ser traida y llevada por su papi o cualquiera de los empleados de la remiseria a todos lados.
Durante el viaje, Jorge llego a sentirse algo incómodo.
Sabía que la imagen de un hombre grande como él acompanado de una nena tan joven y atractiva iba a ser totalmente malintepretada por cualquiera.
Aunque en un analisis mas honesto, no seria una tan mala interpretacion.
Cada tanto Jorge miraba las piernas descubiertas, perfectamente torneadas de su hija y sentia un cosquilleo que le recorria todo el cuerpo.
Por una decima de segundo, jugo con la idea de meterse con el auto en un telo y que su hija le siguiera el juego.
Avergonzado por sus pensamientos, borro esa imagen de su cabeza inmediatamente.
– que pasa papi? estas muy callado- dijo Lara mientras se miraba en el espejo de mano y disimuladamente se acomodaba las tetas.
Gesto que no paso para nada desapercibido por Jorge
– nada hija.
Estoy cansado nomas.
Mucho trabajo en la remiseria.
Entrenando a estos pibes nuevos.

Hablar de los nuevos empleados de su padre, le recordo a Lara uno de ellos en particular.
Si bien hacia años que se paseaba por las oficinas de la remiseria del padre haciendose desear.
Recien ahora habia entrado a trabajar uno que le parecia atractivo, Mario.
Un tipo joven, morocho y musculoso.
Siempre muy arreglado.
Las veces que se lo había cruzado, intercambiaron miradas de deseo.
Lara buscaba la chance de tenerlo a solas y hacer uso de sus encantos femeninos.
Llegaron a la remisería que consistía en una oficina pegada a un gran garage cubierto en donde estacionaban los coches.
En la entrada, estaba sentado Alberto uno de los empleados mas antiguos de la remiseria.
Lara lo conocia desde que era chica y lo consideraba algo asi como un tio.
En los ultimos años, comenzó a notar como Beto la miraba de una manera libinidosa, desnudándola con la mirada.
A Lara le divertía un poco ser el objeto de deseo de un hombre tan tosco y fuera de su categoria.
Beto era un tipo gordo, morocho y no siempre muy conciente de su higiene personal, pero era simpatico y se hacia querer por todos.
– Beto! como estas?!- lo saludo Lara con un abrazo y beso en el cachete
– Muy bien querida.
Trabajando, como siempre.
vos? te vas de fiesta?- le contesto mientras escaneaba la deliciosa figura de la joven de pies a cabeza
– Obvio! Es sábado.
– le replico Lara con una sonrisa compradora y sacando pecho para exhibir su profundo escote.
– Que lindo ser joven! – se reía Beto
– Si habras tenido tus años de joda! – le retruco Lara mientras seguia de largo hacia la cocinita en el fondo de la oficina
El intercambio con Beto la habia calentado un poco.
Sabía que el gordito la deseaba y eso la ponia a mil.
Le encantaba exhibirse.
-Hola!- la sorprendio Mario entrando en la cocina
-Hey! como va Mario? venia a hacerme un cafecito-
-Que loco verte por aca un sábado.
y vestida asi! – se reia Mario
-Y bueno.
viste como es el cuida de mi viejo.
Insiste en llevarme a todos lados.

-Lo entiendo.
No quiere que le pase nada a su princesita.

-Jajaja.
dejate de joder.
Es un goma.
Y vos que haces? terminando tu horario?-
-Nooo.
ojala! Empezando.
Trabajo toda la noche.

-Ahh bueno.
entonces no te va a molestar si te llamo para que me pases a buscar a la salida del boliche.
no?- con esta frase, se le dibujo una sonrisa de oreja a oreja a Mario
-Como decirle que no a la hija del jefe! jajaja-
-Excelente.
Voy a tratar de no tomar mucho.
No vaya a ser que te aproveches de mi.
– lo tentaba Lara con un guino de ojo.
-Jamas! siempre un caballero.

Con esa última frase, pasó Jorge por la puerta de la cocina.
– Vamos Lara.
Ya termine con todo-
– oki.
Papi.
Chau Marito! Nos vemos-
Lara salio de la cocina meneando sus perfectas nalguitas.
Mario no podia despegar sus ojos de esa figura deliciosa.
La blusa no llgaba a cubrirle toda la espalda, exhibiendo un invitador tatuaje justo donde empieza la cola.
El pobre remisero se quedo con la cabeza a mil, pensado si la pendeja lo estaba boludeando o si realmente tenia chances.
Decidio esperar y dejar que los sucesos hablen por si solos.
-Ahi en la esquina papi.
Ahi están mis amigas.
– le indicaba Lara al padre para que la baje del auto
-Ok! Tene cuidado, y ya sabes, cuando salgas llama a la remiseria que te manden un coche.

-sisi.
tranqui papi- contestaba Lara mientras bajaba del auto.
Jorge no se quedo para nada tranquilo al ver como todas las miradas de la gente en la puerta del boliche se posaban en su hija.
Particularmente lo perturbó ver como uno de los patovas se toco por encima del pantalón mientras le murmuraba algo al oído a su companero señalando a Lara.
– Amigas! como estan?-
– Esperandote! Cuanto tardaste! – le reprocharon
– Ya saben como es mi viejo.
Vueltero.
Pero ya estoy aca, entramos?-
– Dale.

Lara y sus dos amigas entraron sin problemas al boliche.
El unico costo de la entrada, fueron un par de palmaditas en la cola por parte de los patovas.
La noche pintaba caliente, eso era solo el comienzo.
Todo siguio como la típica noche de sabado.
Inmediatemente ordas de pibes las comenzaron a encarar e invitar tragos.
Con el pasar de las horas y el alcohol, cada vez le importaba menos que alguna mano indiscreta se pose sobre su cola o pechos.
Tanto toqueteo la estaba poniendo caliente, pero no queria terminar con cualquier flaco del boliche.
Tenia a Mario entre ceja y ceja, no lo iba a descartar asi nomas.
Aprovechando la desinhibición, Lara se metio en el baño y posando como la mas puta se saco una selfi.
En la foto sali su exhuberante escote, con esas perfectas tetas que parecían querer soltarse en cualquier momento.
Sin muchas vueltas le mando la foto a Mario junto con un texto "Estoy aburridaaaa.
me pasas a buscar Marito?"
A los pocos segundos recibió la respuesta.
"Vos me queres volver loco nena! en una hora estoy por ahi.
"
A Lara le latia fuerte el corazon, nunca habia sido tan lanzada con un tipo.
Se preguntaba que iba a hacer cuando llegue.
Chaparselo en el auto? echarse un rapidito? Tenia la cabeza llena de incognitas y la tanguita super mojada.
Los minutos pasaron rápido.
Pendiente del celular hasta que llego el mensaje "Estoy en la esquina linda".
Casi sin despedirse de sus amigas, salio del boliche al encuentro de Mario.
-Pero que buen servicio! puerta a puerta.
– se reia Lara, consciente de que estaba un poco pasada de copas
-No podia ser de otra manera.
– le seguía el juego Mario, mientras abria la puerta del auto
-Gracias!-
Lara estaba tan perra como hacia una horas, pero la joda de la noche la habia desalineado un poco.
La minifalda se habia subido varios centímetros, dejando casi todo a la vista.
La blusa, ya de por si diminuta, estaba corrida para todos lados mostrando carne de mas.
Mario no perdía detalle del cuerpito de la muchacha sentada a su lado.
-Veo que la pasaste bien- le dijo mientras manejaba
-Re bien.
siempre! jejeje-
-Linda foto me mandaste.
Me quede con ganas de mas.
– le tiro con voz sugerente el muchacho mirandola de reojo.
-Ah si? mmmm.
a ver.
creo que te lo mereces- agrego Lara sugerentemente y de un movimeinto se saco la blusa dejando esas deliciosas montañas de carne al aire.
Mario no podia concentrarse en el camino con ese par de tetas a su lado.
Sus ojos iban de un lado a otro.
Queria comer esas delicias de pelirroja, con sus pequitas y pesones rosados.
-Ufff me vas a volver loco! estoy manejando-
-mmmm.
vos quedate tranqui.
yo me encargo.
– agrego Lara, con su mejor voz gatuna
Con su delicada manito, comenzó a acariciarle el bulto.
En cuestión de segundo, la pija de Mario estaba libre y dura como un mástil.
La colorada se inclino delicadamente sobre su falda y de a poco empezó a besar y lamer esa suculenta pija.
Mario suspiraba con cada lamida.
Lara se divertía viendo como se le complicaba cada vez mas mantener el control del auto.
La brillante cabellera roja de la joven subia y bajaba ritmicamente.
Era una hermosa imagen.
Con una mano, el muchacho tomo el celular y le saco un foto.
-Estas guardando el recuerdo amor?- le preguntó Lara con media pija metida en la boca
-Si linda.
Vos segui chupando.
– le indicaba Mario a la vez que empujaba su cabeza atragantandola de verga
Luego de unos minutos.
Al auto frenó.
Lara no tenia idea de donde estaban, habia estado todo el viaje mirando la pelvis de Mario con una pija en la boca.
Levanto la cabeza e inmediatamente reconocio el lugar.
Estaba en el estacionamiento de la remisería! Claro que era tarde en la madrugada y no habia nadie.
Pero la idea de estar en la empresa de su papi la puso nerviosa.
– Que hacemos aca? – le pregunto Lara, algo confundida pero divertida
– Me parecio un buen lugar.
Tranquilo.
Para poder estar solos un rato.

– mmm.
me gusta la idea.

Se dirijieron a un sillon bastante amplio que estaba en una esquina del garage.
Algo asi como una zona de esparcimiento para los remiseros.
Mario se sento y dijo:
– a ver.
porque no me haces un showcito? ya que te gusta mostrarte tanto-
– mmm.
sos perversito.
Me gusta.

– no te imaginas.

Lara empezo a sacarse la poca ropa que le quedaba y quedándose sólo con las botas que tan trolamente bien le quedaban.
Era un espectaculo el cuerpo desnudo de la joven.
Piel super blanca, pecas decorando cada curva.
No era muy alta, pero ese cuerpo perfectamente torneado era una delicia a la vista.
Su cola era lo mas destacable ademas de las tetas.
Mario estaba con la pija afuera y se tocaba lentamente admirando cada movimiento de la jovencita.
– Y? te gusto? -le pregunto Lara luego del mini show
– espectacular! – grito una voz desde el fondo oscuro del garage
– Que onda?! quien es?!- se dio vuelta Lara asustada y tapandose como podia las tetas y conchita.
– No reconoces la voz del tio Beto? – agrego Beto, ya visible.
A pocos metros de la joven
– Que carajo haces aca Beto?! Andate.

– Justo ahora que el show estaba tan bueno? – la boludeaba
– cuando mi viejo se entere.

– de que? de que te estabas por garchar a uno de sus empleados en la oficina? si.
seguro le va a encantar esa noticia.

Ahi le cayo la ficha.
Mario y Beto habian planeado todo.
Probablemetne esa foto que le saco peteando en el auto era para Beto, avisandole que vaya al garage.
No podia creer que Mario fuese tan perverso.
Estaba super indignada y asustada.
En un acto reflejo fue a buscar la tanguita, decidida a vestirse e irse.
Pero no llego, Mario la agarro fuertemente del brazo y le dijo:
– Dale Larita.
No te pongas asi.
La estamos pasando tan bien.

– Pero que pretendes.
que nos vea garchar Beto? estas loco?-
– En realidad Beto queria participar.
Al pobre lo tenes caliente desde hace tiempo.
y anda con ganas de descargar.
Dale, se buenita.

Entre forcejeos, Lara volvio a sentir la calentura que la habia llevado hasta ese punto de la noche.
Ademas le calentaba un poco pensar que Beto, despues de tantas calentadas de pija que le provoco podia llegar a salirse con la suya.
– Mmmm.
no se.
Nunca estuve con dos hombres.
– finalmente agrego Lara duditativa
– Tranquila bebe.
Vos deja que nosotros nos encargamos.
Disfruta.

Para ese punto de la conversacion, Beto ya estaba completamente en bolas y con la pija al palo.
Era una imagen bastante desagradable.
Un tipo grande, gordo, peludo y morocho.
Demas esta decir que no era el estilo de Lara.
Pero antes de que pudiese arrepentirse, la joven estaba rodeado por los dos hombres y sus manos recorrian ese angelical cuerpito.
-Por dios! que bien que esta esta nena!- exclamaba Beto mientras apretaba esas dulces nalguitas
-Viste lo que es.
una delicia-
-No sabes hace cuanto tiempo que le tengo ganas a esta piba.
Siempre paseandose como una trolita por la oficina con el viejo cuida.

-jajaja.
me imagino.
que lindo tener a la hija del jefe asi- agregaba mario mientras chupaba las tetas de Lara
-arrodillate bebe.
quiero que le hagas al tio Beto lo mismo que me hiciste en el auto.

En un movimiento, la hicieron arrodillar y tenia la desagradable pija de Beto a milimetros de su boca.
El olor era intenso, Lara hizo una mueca de asco.
– dale bebe.
no me hagas quedar mal- decia Mario
– No esta acostumbrada al olor a hombre.
– se burlaba Beto
Tomando coraje y sabiendo que no tenia muchas opciones, Lara trago de un saque esa pija.
Inmediatamente sintio una arcada por el intenso gusto salado y amargo de esa pija que no se lavaba hacia tiempo.
Luego de unas lamidas a fondo y mucha saliva, el gusto se fue diluyendo y la colorada paso a chupar esa vergota como la mejor.
– mmmm.
que bien que la trega.
Esos labios son como una aspiradora.

– viste Beto.
te dije que era espectacular!-
– nunca me imagine que tanto!-
La escena era obscena.
El cuerpito angelical de la joven arrodillada entre dos tipos entregando la boquita como una puta cualquiera.
Para su sorpresa, la humillacion la super calentaba.
Le gustaba sentirse una puta.
Luego de un rato de tragar esas pijas.
La hicieron levantarse.
Mario se sento en el sillon.
– Veni linda.
Sentate aca.

– Mmmm.
que linda verga.
Era hora de que me la metas Marito.
– ya Lara habia perdido todo el pudor, estaba super caliente con el trio
La joven se fue sentando en esa linda vega lentamente, disfrutando cada centimetro que entraba.
Llego hasta los huevos y comenzo a cabalgar.
Sus tetas rebotaeban en la cara de Mario que no paraba de disfrutar.
– no no noooo nooooo!!.
– insperadamente empezo a gritar Lara mientras trataba de salir de arriba de Mario
– euuuu.
Que pasa?! – se sobresalto Mario, pero su pregunta fue respondida inmediatamente cuando vio lo que pasaba
Beto esta pegado en el culito de la joven, la agarraba fuertemente de la cintura.
La estaba queriendo sodomizar.
Trataba de mantenerla quieta para ensartar ese virginal anito.
– Tenemela quieta Mario!- le ordeno Beto, algo agitado por tanto esfuerzo
– Dale.
Tranquilo.
– respondio Mario a la vez que cruzaba los brazos por la espalda de la joven y la dejaba completamente inmobilizada
– Ahora si!- festejo Beto
– No Hijo puta! nooooooo.
– esa ultima silaba coincidio con la verga de Beto entrando sin asco en las entranas de la joven.
Se podia observar claramente como el anito rosado de Lara luchaba con espasamos tratando de tragar el grosor imposible de esa pija.
– Mmmm.
no sabes las ganas que tenia de romper este culo.
– decia Beto, con la pija enterrada hasta el fondo, disfrutando de la lucha que le daba el culito indefenso de Lara
La joven solamente aspiraba bocanadas de aire y miraba hacia el horizonte con los ojos completamente abiertos, tratando de sobrellevar la situacion lo mejor posible.
Pasados unos segundos, Beto empezo a bombear ese culito como poseido.
Mario estaba super caliente, no podia creer la manera brutal en la que se estaban cogiendo a esa piba.
Lara reacciono y volvio a moverse en la pija de Mario.
Lo peor habia pasado y estaba aprendiendo a disfrutar las dos vergas dentro suyo.
– Viste que te iba a gustar, putita.
– agrego Beto
– Seguime cogiendo turro!- decia Lara desencajada
– jajajajaj.
mirala a la hija del jefe- se reian los muchachos
Despues de un rato, decidieron cambiar de posición.
Lara estuvo en 4, contra la pared, patitas al hombro, la pasearon por todas las poses habidas para luego hacerla arrodillar y llenarle la carita de leche entre los 2.

2 comentarios - Lara, la hija del jefe.