sexo con hermosa veterana en el trabajo

Hola esto que voy a narrar es cuando trabajaba de seguridad, el cual nos tocaba trabajar en distintos lugares, en este caso fue en un gimnasio y mi trabajo es proteger la instalación durante la noche. El establecimiento abre a las 7 de la mañana y cierra a las doce de la noche.


Mi horario es de once de la noche a siete de la mañana y una vez que ya se han ido todos los clientes y compañeros, me puedo relajar en la sala de oficinas desde donde veo todas las instalaciones por las cámaras de seguridad y solamente un par de veces diarias me doy un paseo por las instalaciones para estirar las piernas y cumplir con el protocolo de seguridad.


Este trabajo al estar toda la noche solo me sobraba tiempo para estudiar sin que nadie me moleste, ya que tan solo la señora de la limpieza viene sobre la una y se va a las cinco de la mañana. Es la única forma de mantener limpias las instalaciones sin incomodar  a los clientes. 


Al principio era una chica de veinticinco años, con la que me llevaba muy bien, pero se quedó embarazada de su novio y a los seis meses tuvo que dejar de trabajar por complicaciones. La sustituyo Alejandra, una mujer de cuarenta y ocho años que no tiene nada que ver con la anterior. Antes me recreaba observándola por las cámaras de circuito cerrado, pero la verdad es que con el cambio dejé de hacerlo. Físicamente la diferencia era importante.


Alejandra resulto ser una mujer agradable. Todos los días traía algo dulce de comer y me invitaba. Aceptó este trabajo porque al ser nocturno se paga bastante bien en relación a los sueldos del sector y tiene dos hijos a los que mantener desde que el marido los abandonó.


Mi forma de mirarla cambio el día que la vi por las cámaras cambiarse la bata de la empresa para el trabajo. Estaba sola y para nada se le ocurrió pensar que podía estar observándola. Aprovechó que estaba en ropa interior para subirse a las espalderas y hacer unos cuantos levantamientos de piernas, como si se estuviera probando a ver cuántos era capaz de hacer seguidos. La visión de su cuerpo me dejó perplejo. Su estómago era como una tableta de chocolate perfecta.


Un par de horas más tarde vino al despacho y me ofreció un trozo de tarta de manzana que había hecho ella en casa. No sabía si confesarla que la había visto por la cámara, que no espiarla, ya que ese es mi trabajo. Finalmente, se lo dije y alabé su cuerpo por lo bien trabajado que lo tenía. Me dijo que no la importaba, al fin y al cabo, la ropa interior bien podía ser el atuendo de muchas mujeres de hoy día para ir al gimnasio. 


Ambos coincidimos en que nos gustaba el ejercicio y yo la confesé que muchos días me quedaba después del trabajo a ejercitarme, porque me salía gratis.


A partir de ese día mi interés por Alejandra cambió de rumbo. Ya no solo me caía bien. Ahora la espiaba constantemente por las cámaras y empecé a notar que las batas de trabajo ahora eran más cortas y más ajustadas, sobre todo en la zona del busto. Los botones ahora estaban siempre tirantes.


Una noche vino a verme en lo que ya se había convertido en una rutina. Yo ponía los cafés que me llevaba de casa en un termo para pasar la noche y ella algo dulce de comer. Poco antes la había visto en las espalderas con un tanga que apenas le tapaba los labios del sexo. Esta vez el ejercicio que probó fue levantar las piernas y una vez en ángulo recto las abrió todo lo que pudo.


Ni siquiera se me ocurrió pensar en lo que estaba haciendo. Centré el zoom de la cámara en ella y observé que la ropa además de minúscula era transparente y lo que había debajo estaba completamente depilado. Abrió varias veces las piernas y en un momento dado, como si supiera que la observaba, me guiñó un ojo.


Nada más llegar al despacho se sentó encima de la mesa donde estaba yo sentado y cruzó las piernas dándome una amplia visión de los muslos mientras destapaba los bollitos que traía. Saco de su bolsa un cuchillo y los cortó en trozos mientras yo servía los cafés en las tazas y les ponía azúcar.
-          ¿Te ha gustado lo que has visto antes por la cámara? Preguntó como quien no quiere la cosa.
-          No sé a qué te referis – contesté.
-          A la exhibición de sexo que te he dedicado – respondió.


Casi me atraganto con el sorbo de café y me quedé cortado. Ella, sin embargo, como lo más natural del mundo me dijo que se había excitado pensando que a mi me estaba pasando lo mismo observándola mientras jugaba con el zoom de la cámara y por eso había abierto las piernas, para ofrecerme una buena visión.


Dicho lo cual, se desabrochó los dos botones inferiores de la bata y se le abrió hacia los lados, como por arte de magia, dejando al descubierto la prenda transparente que resulto ser azul claro, porque a través de la cámara todo es gris. Ahora, vivo y en directo me pareció aún más minúscula de lo que había pensado.


-          Me encantan estas tangas porque llevan unos corchetes a los lados y te los puedes quitar sin necesidad de bajártelos – dijo al tiempo que desplazaba la parte de tela del pubis hacia abajo, dejándolo descubierto.
-          Creo que me estas invitando a que te acaricie y si no es así, decime – dije dirigiendo ya la mano a su entrepierna.
Ni afirmó ni negó. Simplemente separó los muslos mientras se acababa de desabrochar la bata.
Jugué un poco con los labios y empezó a destilar flujo lo que me indicó que ya estaba preparada para meter los dedos y lengua. Me incorporé y le chupé un pezón estirándolo un poco hacia afuera, momento que aproveché para introducir dos dedos en su vagina super humeda. Empezó a gemir tímidamente y la dije al oído que iba a hacer que se corriera y luego ya me correspondería. Asintió con la cabeza en el momento que la presioné el clítoris con el pulgar, 
Se llevó una mano al pecho libre y empezó a acariciarse el pezón con energía. Juro que me hubiera encantado que me hubiera agarrado la pija y me hubiera hecho una paja, pero no era mi momento. Así que me dediqué por entero a ella y me ocupé del cuello que me ofreció en cuanto la pasé la lengua. De ahí fui hacia la cara y cuando estaba chupándole las comisuras de los labios, giró la cabeza y me comió la lengua.
Ahora eran las dos manos las que utilizaba para masajearse los pechos y según crecía la excitación, más agresivas eran las caricias. Decidí acariciarla el culo con la mano libre y al sentirme alzó el glúteo para darme acceso y puse un dedo justo en la entrada trasera. Le saqué los dedos de la vagina y empecé a frotar el clítoris al tiempo que intentaba hacer círculos con el dedo del culo.


Temí que me arrancara la lengua cuando se corrió, por cómo me la succionaba. Empezó a retorcerse sobre si misma como una culebra y a gritar como una desesperada. No llegó a caerse de la mesa porque la tenía bien sujeta, sobre todo por el dedo dentro del culo y finalmente me retiró la mano del clítoris porque ya no podía más.
La recosté con la espalda sobre la mesa y empecé a bajarme los pantalones. De pronto se metió la mano en el bolsillo de la bata y sacó un preservativo que me ofreció diciendo que ya tenía la menopausia, en alusión a que no se podía quedar embarazada, pero qué si prefería cogerla sin forro, por ella no había problema. Prescindí del condón y la penetré con ansia metiéndosela entera. Me la aprisionó. Tenía tal fuerza en los músculos vaginales que era capaz de estrujármela. Es lo que tiene hacer deporte.
Una docena de envites es lo que duré antes de correrme. Pensaba sacársela en el momento de correrme y hacerlo encima de ella, simplemente por el morbo de hacerlo. 


Pero no fui capaz. Una vez se inicio el principio del orgasmo deseé correrme dentro de ella y me dejé llevar en el momento que ella tuvo su segundo orgasmo. Algo que raramente me pasa, porque tengo bastante auto control al respecto.


Me senté de nuevo en la silla con sus muslos a los lados. Ella se incorporó para quedar sentada en la mesa y juntos nos reímos cuando mi semen empezó a chorrearle del papo, cayendo a la mesa primero y de ahí encima de mí.


Saqué unos pañuelos de papel y empecé a limpiarla entre los muslos. Poco a poco fui prescindiendo de los pañuelos y pasé a acariciar de nuevo directamente el clítoris. En el momento que dio un par de respingos al presionárselo, decidí que seguro que si se lo hacía con la lengua me lo iba a agradecer. Y así fue.


Me cogió la cabeza con las dos manos y ella misma gestionó la intensidad y el lugar donde quería que la lamiera en cada momento. Iba a por su tercer orgasmo seguido y tardo bastante en correrse, permitiéndome disfrutar de su sabor y el mío mezclados un buen rato. El tercero fue demoledor para ella. Yo seguí chupándola con más energía si cabe hasta que me retiró bruscamente entre gemidos y aspavientos del cuerpo.


Sin casi apenas tiempo para recuperarse, se bajó de la mesa y se arrodilló entre mis piernas apoyándose en mis muslos. Me cogió la pija con una mano y se la metió en la boca. Fue chupándola poco a poco, despacito, buscando poder disfrutar de ella el mayor tiempo posible. Una vez ya dura como una piedra gracias a sus caricias orales, empezó a metérsela más allá de la glotis dejándola resbalar por el interior de la garganta y aguantando hasta que se quedaba sin aire.


Sabía que no debía correrme allí dentro porque la podía hacer daño y en consecuencia ella a mí también al retirarse bruscamente, pudiendo llegar a morderme. Así que la avise que me iba a correr y se dedicó a succionarme pasando le lengua por la punta del glande al tiempo que me masturbaba con ambas manos.


En cuanto sintió la acidez del semen en su lengua, empezó a tragar según se lo daba, sin cejar en su empeño hasta que ya no salía nada. Se incorporó y me dio un beso en los labios. Se sentó encima de mis rodillas y me pasó los brazos por encima de los hombros dándome un abrazo. Allí estuvimos un rato, sin decir nada y acariciándonos la piel.
Fue el inicio de un nuevo aliciente para ir a trabajar y duro casi 6 meses. Al menos dos días en semana cogiamos como animales. Hasta que llegó el día que le ofrecieron otro puesto mejor y aceptó por razones económicas y de vida. Nunca mas la volvi a ver

2 comentarios - sexo con hermosa veterana en el trabajo

TAURO38 +1
Muy buen relato. Van mis 10 pts.Viva las milf que no ni no !!!!!jajaja