Mi primera infidelidad

Mi primera infidelidad:


Primero me gustaría ponerlos en contexto, en cierta forma para que me entiendan, y de otra forma porque me deja más “tranquila” y porque lo uso como justificación cuando recuerdo esta historia.
No lo recuerdo exactamente, pero tenía entre 22 y 23 años. Había tenido recientemente un hijo, que no llegaba al año de edad, con una pareja tóxica con la cual convivía, hace ya 3 años.
Solo había estado con 3 hombres hasta ese momento, mi primer novio, un ex jefe y con, en ese entonces, mi actual pareja. No tenía mucha experiencia sexual, mis experiencias habían sido, digamos, comunes, pero siempre me conformé, porque era lo único que conocía.
La relación no estaba bien, teníamos muchos problemas, económicos y de otra índole, yo ya no trabajaba y dependía de él, lo cual hacía todo más complicado. No tenía mis tiempos, me dedicaba a tareas del hogar y criar a nuestro hijo. Si bien amo a mi hijo, en ese momento no lo había buscado, llegó como muchos hijos, en un momento no ideal.
No teníamos relaciones, o sólo en ocasiones, más por obligación que por deseo.
Pero más allá de ese malestar, seguimos siendo pareja.
En fin, surgió la posibilidad de salir a un bar con 2 amigas a jugar al pool. Mi pareja, si bien no estaba de acuerdo, no me importó, yo quería hacer algo por mí misma. Y a mi hijo lo cuidaban los abuelos (mis suegros) esa noche.
Salimos tarde, aprox a las 23 hs, no estaba acostumbrada a salir, por lo cual me parecía tarde.
Llegamos pedimos un par de fichas, y jugamos, pedimos una pizza y unas cervezas. Nos re divertimos, yo hace muchísimo tiempo no salía, ni sola ni en pareja.
Como era un pool de la zona, una de mis amigas se encontró con un amigo de la secundaria, que a su vez iba con otros dos amigos. Se saludaron, charlaron brevemente y se pusieron a jugar en la mesa que estaba al lado de la nuestra.
Uno de los amigos, estaba muy lindo, internamente pensé “que lindo que está ese!”, pero yo venía con la autoestima muy baja, y pensé que alguien como yo jamás tendría algo con alguien como él. Si bien en una época sé que estuve muy buena jajaja, ya no me veía linda, a pesar de que varios conocidos me decían lo contrario. El pensamiento se desvanece rápidamente, recordé que tenía marido e hijo, y esos pensamientos estaban “fuera de lugar”.
Seguimos jugando y tomando cerveza, hasta que mi amiga la cual cada tanto charlaba con su ex compañero, se le ocurrió intercambiar los equipos. Hicimos 2 equipos de tres, y continuamos en 1 sola mesa. En mi equipo me tocó una amiga, y este chico que me parecía lindo, seguimos jugando y tomando, entre charlas y risas, de fondo sonaba rock nacional para ambientar el lugar, y las luces eran tenues, típico de esos lugares.
Entre las charlas que cruzamos, nunca mencioné ni mi marido, ni mi hijo, sé que tal vez esté mal, pero no era la intención, yo quería salir a divertirme nomás, y despejarme.
Mis amigas y yo, éramos malísimas jugando, ellos sabían más ya que frecuentaban el lugar.
En una, me tocaba hacer una jugada complicada, y no tenía idea cómo tirar, estaba por hacer cualquier cosa…
él: qué estás por hacer?
yo: voy a tratar de pegarle a aquella…
él: jajaja, no no, pero no vas a poder, es imposible, le vas a pegar a la negra que está en el medio…
yo: y bueno, no sé, qué hago?
él: queres que te ayude?

Mis amigas, miraban de reojo, una conversaba con su amigo, y la otra comía una porción de pizza, ella sabía toda mi situación en casa, y tampoco había mencionado mi situación sentimental en toda la noche.

Entre su pregunta, y mi respuesta, me puse re nerviosa, no sabia que decir, duró un segundo, pero mi corazón se aceleró, era tan tonta jajaja, pero respondí:

yo: bueno dale.

No sé qué pensé, en realidad sí sé que pensé, pensé que iba a agarrar el taco, e iba a tirar por mi. O que iba a ir del otro lado de la mesa y apuntarme a donde tendría que dirigir la bola. Esto ya lo había hecho con mi otra amiga en el transcurso de la noche.
Pero nada de eso pasó.

Yo estaba apoyada en la mesa, y él se acerca de atrás, sin apoyarse ni nada, pero muy cerca, yo me puse aún más nerviosa, sólo me rozaba.
Hablándome por la espalda, me dice…
él: te tenes que estirar un poquito más, y subirte un toque en la mesa, como apoyarte en la mesa, así llegar un poco mejor, entendes?
Algo de su pecho rozaba mi espalda, sus piernas también, y su manos tocaban mis brazos, para enseñarme cómo hacerlo.

Mis amigas, disimuladamente, redirigieron sus miradas a la situación.
Yo sonreía, realmente de nervios, me reía, no sabia que hacer, estaba muy muy nerviosa y me había despertado algo en mi, algo que hace mucho estaba dormido, me estaba calentando, por un roce con un extraño, que a su vez me parecía lindo.

yo: no me va a salir, no puedo…
él: si si dale, yo te ayudo, vos podés, dale, intenta…

Disparé, y lógicamente la mandé a cualquier lado, pero el pool había pasado a ser algo secundario. La situación me había encantado, a pesar de ser tan inocente…
él: huyyy! bueno, casi, te faltó dejar más estables las manos, pero bien igual
yo: ¡soy malísima!
él: tranqui, es sólo práctica…

La noche continuó, y siguió todo  igual, con la diferencia que él cada tanto hacía más contacto conmigo que con mi amiga, y cruzamos más palabras mientras eran los turnos de los demás.

Entre lo que charlamos, y por ahí, por culpa, no lo sé, le comenté que tenía un hijo, y que convivia con mi marido, pero estábamos separados, lo cual no era del todo verdad. Me arriesgué al contarle eso, yo pensé que a un hombre cuando le decis que tenes hijo, sale corriendo. Pero él no dijo nada, me preguntó más cosas, no salió corriendo.


Después de jugar varios partidos, queríamos descansar, mis amigas y sus amigos hicieron 2 parejas de 2 y siguieron jugando, yo me senté en una banqueta alta (sólo había banquetas en el lugar) y use de respaldo la pared, y él charlando se quedó al lado mío, tomando ambos otra cerveza.
Como comente anteriormente, el lugar era más penumbra que otra cosa, de hecho lo único iluminado eran las mesa de pool, todo el resto era apenas visible.
No recuerdo exactamente de qué hablamos, nada importante…
Y de la nada le pregunté:
yo: te gusta mi amiga no? la estuviste aconsejando bastante al jugar
(yo quería saber si estaba interesado en ella)
él: jajaja no no, éramos todos compañeros de equipo, la ayude como hubiese ayudado a cualquiera, a vos también te ayude…
yo: si, pero a ella la ayudaste más
él: si, puede ser, pero ella no me gusta…
yo:.... (sólo lo mire…)
él: me gustas vos…
yo: … (lo seguía mirando)

Se me pone enfrente mío, y yo estaba con las piernas juntas, me las abre delicadamente, me acerca la ingle a la mía, me besó, mientras que sus manos siguen en mis piernas…
La calentura que me metió, así, tan maleducado, sin preguntar, sin nada, abriéndome las piernas, apoyándome o cuasi apoyándome su ingle con la mía, beso, besos bien tiernos, y con lengua apasionados, uff… me indigne, no sé, pero me re gustó, re transamos, mal, nos matamos… no se cuanto duro, me pareció eterno, o por ahí fueron unos segundos. El corazón me salía del pecho, estaba nerviosa, palpitos, piel de gallina, mis pezones duros duros, piedras, y la conchita, se me hizo agua en un segundo, me empecé a mojar mal, me hervía, calentita, uff!
Estaba entregada, ahí quería todo, todo de todo, sólo quería sacarme la ropa y cojer, muy muy caliente.
Ese momento, que no sé cuánto duró, estaba con los ojos cerrados, cuando los abrí, y volví a la realidad, tenía las miradas de mis dos amigas (a sus amigos se ve que mucho no le importaba, no le dieron mucha bola a la situación). Me avergoncé, pensé en la situación, en mi hijo, en mi marido, en mi casa, había sido infiel por primera vez en mi vida, con un beso y con mis pensamientos.
Sin embargo… la calentura me pudo más, si bien no volvimos a besarnos el resto de la noche como esa primera vez, cada vez que el me buscaba, yo caía y nos entrelazamos en besos, la verdad me re gustaba sentirme atractiva, querida, deseada, calentarme, la situación, algo que hace rato no experimentaba.


La noche llegaba a su fin, el me invita a ir a “otro lado” (a un telo, me imagino jajaja), yo no podía ni quería, no sé, ya había sido suficiente por esa noche, ya había hecho bastante cosas malas, y yo había salido con mis amigas y tenía que volver con mis amigas. Intercambiamos números de teléfono, o yo le di el mío, no recuerdo como fue, de última si queremos ubicarnos había amigos de por medio que podían pasarnos los números. Era época de SMS, y por suerte mi marido no era lo suficientemente tóxico para revisarme el celular también.
Se que puedo sonar como una putita, pero después del primer beso, sentí que otra persona entró en mi cuerpo, alguien apoderada por el deseo, estaba en piloto automático, y para muchas cosas no podía pensar.
Llegamos a mi casa con mis amigas, todos dormían, ellas eran cómplices, me hacían caras y burlas, refrescamos con agua y se van cada cual a su casa.
Mi marido dormía, roncaba, seguramente borracho. Yo me acosté a su lado, y no podía pensar en otra cosa que en las situaciones. Me empecé a calentar, mal, otra vez…
Lo podía despertar para tener sexo, pensando en otras cosas, pero no me convención esa idea, así que me toqué, empecé a tocarme delicadamente, superficialmente, el clítoris, esa zona, cada tanto lubricaba, escupiendome la palma de la mano o lamiéndola directamente, y sentía el gusto a mi conchita, riquísima… y cuando me acordé como me abrió las piernas, me metí los dedos, primero uno, después dos, después 4 (el pulgar no entraba), más y más rápido, cuando iba a acabar, bajaba la intensidad para hacer la experiencia mas larga. Mi conchita era una laguna, re calentita, rica, hermosa, estaba empapando las sábanas entre mis jugos y mi transpiración. Me tocaba con la otra mano los pezones y las tetas, me las apretaba despacio y luego más fuerte. Regulé 3 veces la intensidad para no llegar al orgasmo, la 4 vez, calculé mal y no regulé a tiempo, y acabé a chorros, mi lado de la cama era un asco, pero yo feliz. Cada tanto miraba a mi marido, por miedo a que se despierte, mi marido ni se inmutó. Me dormí profundamente al rato.

Al otro día, mi marido no me preguntó ni cómo me fue, ni si me divertí, ni salió el tema, ese era el tipo de relación que tenía en casa, no fue raro, era lo cotidiano…


Al otro día, entre mis tareas, mi hijo y mis responsabilidades, seguía pensando en el asunto…

Aproximadamente a las 14 horas, recibo un SMS…

Pero esto, es otra historia…


9 comentarios - Mi primera infidelidad

benjamnn +2
Me gustó mucho tu relato, lo describes muy bien!
putitaanonima +1
Muchas gracias benjamnn
loregus +1
@putitaanonima me encantó ,casi como me paso ami
gabriel2901 +1
Qué ganas de que me tires los jugos de tu concha en mi boca.
putitaanonima
Gracias gabriel2901!
martinfcd +1
Excelente historia. El momento cuando te apoya mientras te enseña a jugar al pool está muy bien contado.
putitaanonima
Gracias martinfcd!
Jux406
Que rica
putitaanonima
gracias!
Jux406
@putitaanonima me la dejaste dura jsjjs
noteolvides2019 +1
no habre sido yo el de la historia, recuerdo una historia similar en mi pasado, era una chica rubia
putitaanonima
no no, no eras vos, ya voy a cotinuar el relato cuando tenga tiempo
dai232b
Exelente, me encantó
putitaanonima
me alegro, atento a la segunda parte....
anfora
Lindo y caliente relato! Ojalá vengan más!!
putitaanonima
gracias, ya está la 2da parte
eswa32
muy exitante el relato e encanto a esperar la segunda parte
putitaanonima
Ya esta subida la segunda parte, que la disfrutes
38015LG
Son momentos únicos , esas experiencias son lo más !!
putitaanonima
muchas gracias, esta la 2da parte si te interesa..