Hola. Soy Paula y tengo 19 años. Mi hermana Ceci, tiene 18. Vivimos juntas en un departamento en Córdoba. Durante años, tuvimos relaciones de noviazgo con chicos y, en mi caso, experiencias sexual con chicas.
De chicas, nos habíamos dado unos besitos, como para "practicar". Un invierno estábamos solteras las dos y nos habíamos dormido juntas en el sillón. En realidad, Ceci se había dormido y me invitó a acostarme con ella.
Bajo la manta estábamos agarradas de las manos, con nuestras caras a centímetros. Al despertar, instintivamente, la solté y con una mano le agarré la cintura, mientras que, con la otra, la tomé de la cara. Ella abrió los ojos y sonrió.
Pasados unos segundos, me dice:
-Pau, es re raro ésto.
Sonreí y me subí arriba de ella y la besé en la mejilla y después en la boca y ella respondió apasionadamente. Nos acariciamos mientras chapábamos bien intenso. Nunca había sentido algo así.
Me sentí y se subió encima mío rodeándome con sus piernas. Se tiraba para adelante y me frotaba mucho mientras nuestras lenguas se entrelazaban de una manera indescriptible.
Me sacó el saquito de lana que llevaba y puse sus manos en mi espalda por debajo de mi remera blanca. A medida que avanzábamos, las acercaba a mis pecho. Cuando llegó a ellos sentí un calor inmenso. Terminamos de sacarnos las remeras y nos acariciamos y besamos las tetas con muchísima ternura.
Fuimos a su cama y nos sacamos las calzas. Ahí me la chupó ella a mí, en lo que fue la mejor chupada de concha de mi vida. Luego, cambiamos para para me acabe en la boca y me llene de sus fluidos.
Desnudas, nos frotamos, con bastante inexperiencia, seguro. Pero entre dedos y frotadas, ambas llegamos, otra vez, al orgasmo. Terminamos agotadas pero muy muy felices.
Así empezamos y así seguimos, en lo que hoy es la mejor relación que podría tener.
Pueden ver nuestras mejores fotitos en patreon.com/ContenidoCaliente350
De chicas, nos habíamos dado unos besitos, como para "practicar". Un invierno estábamos solteras las dos y nos habíamos dormido juntas en el sillón. En realidad, Ceci se había dormido y me invitó a acostarme con ella.
Bajo la manta estábamos agarradas de las manos, con nuestras caras a centímetros. Al despertar, instintivamente, la solté y con una mano le agarré la cintura, mientras que, con la otra, la tomé de la cara. Ella abrió los ojos y sonrió.
Pasados unos segundos, me dice:
-Pau, es re raro ésto.
Sonreí y me subí arriba de ella y la besé en la mejilla y después en la boca y ella respondió apasionadamente. Nos acariciamos mientras chapábamos bien intenso. Nunca había sentido algo así.
Me sentí y se subió encima mío rodeándome con sus piernas. Se tiraba para adelante y me frotaba mucho mientras nuestras lenguas se entrelazaban de una manera indescriptible.
Me sacó el saquito de lana que llevaba y puse sus manos en mi espalda por debajo de mi remera blanca. A medida que avanzábamos, las acercaba a mis pecho. Cuando llegó a ellos sentí un calor inmenso. Terminamos de sacarnos las remeras y nos acariciamos y besamos las tetas con muchísima ternura.
Fuimos a su cama y nos sacamos las calzas. Ahí me la chupó ella a mí, en lo que fue la mejor chupada de concha de mi vida. Luego, cambiamos para para me acabe en la boca y me llene de sus fluidos.
Desnudas, nos frotamos, con bastante inexperiencia, seguro. Pero entre dedos y frotadas, ambas llegamos, otra vez, al orgasmo. Terminamos agotadas pero muy muy felices.
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2 comentarios - Mi hermana, mi novia...