Mi cuñada nos escucha garchar con mi turra (cap 8

La primera noche en la casa de mi turra me costo mucho quedarme dormido primero porque estábamos flujeados enlechados y segundo porque después de tremendo garche es como que las emociones se empezaron a acomodar y la ficha de estar oficialmente viviendo en una casilla se hacia sentir. Me abre dormido como a las cinco de la mañana, cuando mirando y contemplando ese orto precioso de mi turra me daba como fuerzas como otro aire de una nueva vida. La grata sorpresa me la lleva a eso de las nueve de la mañana cuando mi hermosa luchona me despertó haciéndome un pete. Abri los ojos al sentir como una lenguita se deslizaba por mi verga que ya la tenia bien dura parada y cabezona. Mi turra dejo de petearme un segundo para clavarme sus ojos de luchona alsada y decirme “buen dia bebu” y volvió a mi verga a seguirla chupando que daba gusto. Levante apenas la mirada y mi cuñada se había ido seguramente al colegio, mi turra me chupaba la verga con pasión y estando ella completamente desnuda en concha y tetas. Yo empezaba a sentir ese fuego recorrer mi cuerpo, el calor del pete su putez y toda la situación. Mi turra que pese a ser mas chica que yo tenia muchas cuadras del barrio pateadas entendio que la mejor manera que me adapte a todo este nuevo mundo era con una hermosa cuota de calentura y sexo constante. Me miro de vuelta y me dijo “vamo a desayunar bebu” y dejándome asi caliente como una pava hirviendo se acerco a mi y me comio la boca de un buen beso. Delante de mis ojos se puso una tanguita hilito blanca diminuta y una musculosa de vóley (anda a saber donde la “consigio”) sin corpiño, marcándose todos sus pezones y sus hermosas tetas.

Yo me puse uno de mis joggins sin bóxer de esos que se marca bien la pija sobre todo con el pete que me había hecho mi turrita, una remera y arrancamos para el comedor. Mates y galletitas de agua con dulce y una buena compañía fue nuestro desayuno. Despues de desayunar nos quedamos un buen rato viendo la tele y mi primera sorpresa fue que no se almuerza al mediodía. A lo sumo se pica algo de la noche anterior. Yo moria de hambre, asique aprovechando los pesos que me había traido fuimos con mi turra a comprar algo de fiambre. De paso conocía un poco el barrio, las calles son todas de tierra, que básicamente mea un gato y se transforma en un barrial. Me explico los negocios mas baratos y los mas caros pero con palabras mas simples “el de la esquina e un chorro se re vuela” “vamo al pepe”. Tambien me di cuenta como mi turra a toda persona que nos cruzábamos y que era conocida de ella le contaba de nuestro embarazo. Mas alla de la emoción del bebe en camino se lo contaba como un trofeo, como que su macho osea yo hacia las cosas bien en la cama. Que era digno del barrio. De hecho cuando nos saludamos con una pibita bastante linda bien turrita también encalsada como Jesica mi luchona le dijo literal: “al toke me preño este”. Yo sentía el fuego en la pija de escucharla hablar y presumirme asi. Me tenia completamente en sus manos.  

El resto del día lo fui pasando cada vez más tranquilo más metido poco a poco en el mundo turro, tampoco tenía más opciones claro está. Lo cierto es que todo el rose y el Pete de la mañana habían incrementado mucho mi calentura, mis ganas de garchar a mi luchona embarazada. Una buena para mí fue que cenamos pizza, muy rica incluso mucho mejor que cualquier pizzería cheta de moda. Nos quedamos tomando una birra y charlando de fútbol y boliches. Esa noche me sentí muy dentro del mundo de mi luchona compartir la mesa con toda la familia como una gran familia fue muy lindo. Además como macho que tenés que ser sentís que cuidas plenamente de tu hembra preñada. De modo que pregunte por el tema del trabajo si alguien sabía de algo o donde podía ir. Claramente era una época muy diferente a la actual y había oferta laboral. Mi cuñado entonces me recomendó ir a un corralón de materiales que necesitaban alguien que atienda y a un supermercado para repositor. Hasta había lugar en una Remiseria pero sinceramente no quería arruinar el pobre Fiat 147 tan rápido. 

Ya bien tarde por la noche nos fuimos para la pieza con mi luchona, cruzabamos miradas de calentura de ganas de garchar como salvajes. Está vez mi cuñada más chiquita no se dormía por lo tanto mi turra me dice: "ya fue vamo al baño". Caliente como estábamos los dos encaramos para el baño. Entramos sin hacer demasiado ruido y cerramos la puerta. El lugar era chiquito húmedo y sucio. Poco y nada nos importo. Comenzamos a besarnos pasionalmente con todas las ganas. Lengua con lengua bien entrelazados. La adrenalina de saber que estábamos en el baño le daba un toque especial increíble. Yo fui bajando de su boquita de turra petera al cuello. Se lo chuponeaba todo mientras mi mano acariciaba sus tetas por debajo de su musculosa sin corpiño. Mi turra gemia. La luz del baño titilaba por la baja tensión. Le saque la musculosa dejándola en tetas frente a mi boca. Redonditas firmes con pezones preciosos. Se los empeze a chupar a morder mientras mi turra aumentaba sus gemidos cada vez más. Mi luchona me apretó la cabeza bajandomela hasta su concha. Le baje la calsita y quedé frente a su tanguita hilito empapada. Se respiraba ese olor a turra preñada que daba gusto. Le baje la tanguita pasándole bien la mano por su flujo y dejé esa concha hermosa frente a mi. Le empecé a pasar la lengüita comiéndome todo ese flujo. Le colaba la lengua en la concha literal. Mi turra gemia y se le escapaba algún grito de placer. Yo seguía chupandole la concha como loco. Disfrutaba ese momento a pleno y tenía la verga durísima titilando mal. Más gemia y yo más se la chupaba más me flujeaba la boca y yo más le colaba la lengua. Cuando ya no daba más del éxtasis de la calentura me incorpore y la puse de espaldas hacia mi. Con esa colita perfecta apuntando directo a mi verga.

Mi turra se apoyo con ambas manos en la pared de ladrillo hueco sin revocar y yo le metí obviamente sin forro piel con piel mi verga hasta el final de su concha. Flor de grito pego la turra. Tanto que me quedé quieto inmóvil por si alguien se iba a acercar al baño. Nada paso. "Garchame toda bebu" fueron las palabras de mi turra engolosinada con mi verga. Yo le bombeaba verga dentro suyo, mi luchona gemia apoyada contra la pared, a lo lejos se escuchaba sonar una cumbia, el inodoro viejo y el tacho lleno de papeles completaban un ambiente perfecto. Además de un par de tangas colgadas que seguramente estaban mezcladas entre las de mi turra y las de mis dos cuñadas. Volviendo al garche la cosa se iba poniendo cada vez mejor. Yo controlaba las bombeadas dentro de mi turra y la estaba haciendo gozar de lo lindo. Sentía el flujo salir de su concha. Sentía el fuego en cada embestida. Ella disfrutaba como turrita alsada. En el mejor momento del garche se escucha que alguien golpea la puerta dos veces. Mi luchona casi que cortando el gemido pero sin que yo le saque la verga de adentro dice "ocupado" con un hilo de voz. Pero no se escuchó. La voz de mi cuñada aparece en escena "quiero mear". Yo volaba de calentura y seguía dándole verga a mi turra. Jesica gozando la verga bien adentro y sabiendo que era su hermana la que golpeaba la puerta no responde pero pega dos gemidos de placer bien fuertes. Se escucha una risita del otro lado. "Que puta que sos" dice mi cuñada seguramente conteniendo las ganas de mear. Finalmente mi cuñada se va y nuestro garche de volvió aún más salvaje con esa adrenalina de la situación a flor de piel. Cuando ya los vergasos dentro de mi turra eran una explosión de calentura me solté del todo y la llene completamente de leche. Sentí dos chorros violentos de leche salir de mi verga y entrar en la conchita turra de Jésica. Ella los recibió con placer. Dio dos gritos agudos de disfrute y se dió vuelta para comerme la boca de un beso. "Ya te hice turrito e" me dijo mi luchona mientras me mordía fuerte el labio inferior. Nos dimos un bañito juntos que nos dió pie para seguir calentando nos pero la cosa seguiría en la pieza....



Foto ilustrativa