Mi primera peteada

Hola, ¿cómo están? Espero que bien. Hace tiempo tenía ganas de empezar a contar mis experiencias pero no sabía por cuál. Así que empiezo por una de las de este año: mi primera chupada de pija.

Cada tanto entro a una aplicación de encuentros sexuales. Busco mujeres pero casi siempre te escriben tipos, es un milagro encontrar una ahí y que te habilite para poder empezar a chamuyar y ver qué onda. Más allá de lo que busque, siempre respondo a quienes me escriben y a veces flasheo con las propuestas; estoy abierto a nuevas experiencias.
La cosa es que a veces coincidía con un flaco que charlábamos. Ambos con pareja (él casado). Siempre buena onda. Uno de los tantos días que estaba caliente entro a la página y estaba conectado. Nos escribimos y por fin le acepto la oferta de concretar algo en su casa. No me quedaba lejos, en Plottier (una ciudad pegada a Neuquén).
Su mujer no estaba, tenía la casa sola y le gustaba chupar pijas. Yo estaba caliente y con ganas de que me den una mamada y tener una nueva experiencia. Así que cerraba por todos lados.
Llego a la casa, nos saludamos como amigos cualquiera. Entro y charlamos un poco, me ofrece agua y después me dice: ¿vamos a la habitación? Le dije dale, con naturalidad pero con nervios.
Nos tiramos en la cama y él pone una porno. Para esto ya habíamos charlado que todo tranqui. Empieza sacándose los pantalones y yo hago lo mismo, uno al lado del otro, mirando la peli y cada uno con su bulto. En un momento siento que su mano viene a mi boxer. Yo ya estaba empalmado; así que fueron dos caricias por encima y mandó mano. Me la agarró firme y me empezó a pajear suave, con movimientos lentos. Yo hice lo mismo, moví mi mano derecha para su boxer. Su pija yo la conocía por fotos, parecía una buena pija en tamaño, él me había dicho que le medía 18cms. Todavía no le tenía dura del todo pero se notaba que no mentían las fotos.
Estuvimos un rato así, haciéndonos una paja cruzada, muy chill, hasta que me dijo "sacatelo" mientras se acomodaba para bajar. Obvio le hice caso, cómo me voy a negar. Y ahí estaba yo, sin calzoncillos, con mi pija durísima, con su curvatura natural, venosa y gordita. Él se acercó y empezó con una chupada suave, rítmica. Mientras yo miraba como en la tele a una rubia le daban masa con ganas y de reojo a mi amigo que me peteaba muy, muy rico. Jugaba con la lengua y la cabecita de mi pija, se la metía toda, aceleraba y bajaba el ritmo. Hacía todo bien. Para no hacerla larga, después de un buen rato de satisfacción con gemiditos de placer, le avise que no aguantaba más. Eso le encantó porque en lugar de aflojar, me la empezó a chupar con más ganas. El resultado: unos lechazos en su boca que me dejaron la pija y las piernas temblando. Él, un señorito, se la banco con toda e incluso siguió un poquito más, ese ratito que quedás hipersensible y que cada roce te mueve todo el cuerpo.
Se fue al baño a escupir y después pasé yo a lavarme un poco. Nos volvimos a acostar con el porno de fondo. Nos dijimos las dos tres pavadas típicas después de un polvito. Cuando lo miro todavía la tenía a medio camino a la pija. Entonces le dije: "Te quiero devolver el favor. Te hago una paja". Aceptó con ganas. El trato era que me la chupaba y listo; pero hay que ser agradecidos. Así que le agarré la pija y empecé con una paja tranqui. Él se acomodó, cerro los ojos y se dejó pajear. Poco a poco su respiración se hizo más profunda y su pija se endureció en mi mano.
Era una pija rosadita, cabezona y larga. Es un poco más larga que la mía. Era un pijón hermoso. Entonces dudé una, dos, pero a la tercera pensé "somo él, yo, nadie más y una calentura bárbara". Así era la oportunidad para que mi boquita quede oficialmente desvirgada.
Me dije: si la vas a chupar, tenés que ser la más puta. Así que nada de mandármela de una, sino que empecé como me gusta que me hagan a mí: lenguetazo desde la base a la cabeza. Mi corazón explotaba de nervios y mi pija se volvía a parar. Creo que él no se la esperaba, pero en seguida se relajó y dejó que pase lo que tenga que pasar. Un par de lamidas y ahora sí, había que hacerlo: abrí la boca y me metí algo más que la cabeza. Empecé a chupar, a seguir el ritmo. Por primera vez tenía una pija en mi boca. Sentía el calor de eso en mi boca, su sabor intenso pero no desagradable, la suavidad. Me recontra calenté. La empecé a chupar la pija recordando todas esas veces que me la chuparon y que me encantaba que me hagan. Le agarraba firme la base de su poronga mientras con la otra mano me empecé a pajear.
Él gemía, respiraba cada vez más fuerte. Me acariciaba la cabeza. En un momento me dijo: ya estoy. Y hasta ahí llegue, no me animé a recibir su leche, por primera vez sentí miedo y un poco de asco. Saqué la cabeza y le pegué una pajeada fuerte y rápida. En segundos 4 chorros de semen blanco y líquido volaron junto con un suspiro fuerte. Mi mano y su abdominales quedaron enchastrados. Poco a poco me fui frenando. Otra vez hicimos un silencio. Le dije que me iba a limpiar y después él.
Volvimos a la habitación pero para cambiarnos. Me estaba poniendo los boxer, cuando vino de atrás me apoyó y me agarró la pija y me dijo: "todavía esto está duro". Era verdad. Me di vuelta y me dijo: "esta es rapidita antes que llegue mi señora". Se arrodillo y volvío a darme una mamada riquísima. Él si se bancó otra vez que le acabe en la boca.
Terminado todo, nos despedimos como dos amigos en la puerta de su casa. Yo le dije que la próxima capaz me animaba a que me acabe y él que capaz se dejaba hacer el culo.
Así nos despedimos, con el sabor de su pija en la boca y con la idea de que se repita. Si volvió a pasar y qué paso, se los cuento en otra ocasión.