Con mi novia en la Iglesia

Con mi novia ya llevabamos unos dos años de relación y el sexo ya no era como antes. Al principio la tensión que sentíamos entre los dos hacia que nuestras relaciones sean muy calientes, pero con el pasar del tiempo ya nos acostumbramos. Siempre en los mismos lugares (normalmente mi casa), mismas posiciones y casi siempre tenia que ser tan planeado por que no siempre nos podíamos ver y cuando podíamos no teníamos tanto tiempo y resultaba en algo un poco mas duradero que un rapidin. Todo esto hizo que se perdiera el romanticismo y lo espontaneo de nuestros encuentros.
Mi novia es muy santita de las que no les gusta probar cosas nuevas, yo por el contrario fantaseo con situaciones que de contarselas a ella seguro se enojaría conmigo.
Un dia estábamos en una plaza, en la hora de la siesta chapando y apretando en un banco detrás de un árbol. La intensidad de los besos nos provoco una calentura difícil de controlar. Mientras la besaba recorría todo su cuerpo con mis manos, con una le sostenía el pelo casi tirando de el y con la otra le empecé a manosear el culo y de a poco ir subiendo hasta sus tetas. Primero todo por encima de la ropa pero no me pude controlar mas y le metí la mano por debajo de su remera para tocarle sus pechos. Entre beso y beso ella suspiraba, pero de repente ella se aleja y me dice. 
-Amor frena un poco, nos va a ver alguien y nos van a sacar. 
-Es que me deje llevar, hacia rato que no nos calentamos así.
-Si tenes razón, yo estoy toda mojada ¿No podemos seguirlo en tu casa?
-No, están mis tíos de visita.
Ella puso una cara como de pena pero después comenzó a besarme en el cuello para retomar en lo que estábamos. Cuando gire la cabeza para seguir chapando mire de reojo la iglesia del barrio y se me ocurrió una idea.
-Veni seguime. Ya se donde podemos estar mas cómodos.
-¿A donde me llevas? 
Le sonreí y no conteste. La agarre del brazo y camine hacia la iglesia. Ella me miraba con una cara extraña y desconcertada. Entramos en la iglesia y nos sentamos en la ultima hilera de bancos en la esquina. En los bancos mas cercanos al altar había una mujer rezando en voz baja.
-Vos estas loco, ni sueñes que va a pasar algo acá.
-Dale vos dejate llevar, nunca intentamos nada nuevo. No va a venir nadie a esta hora y la señora de adelante esta muy concentrada ni se entero que estamos acá. 
-Pero esta mal, pueden llamar a la policía y vamos a pasar mansa vergüenza.
-Bueno pero unos besos no mas, como estábamos haciendo en la plaza no tiene nada de malo, si nos ven van a decir que salgamos pero nada mas.
Se quedo callada como si estuviera dudando. La mire a los ojos y le comí la boca. No puso resistencia y me agarro de la cabeza,pero unos segundos después me dice al oído.
-Solo unos chapes pero no te ilusiones.
Los besos no tardaron en subir la temperatura. Yo no podía ni pensar, la adrenalina me tenia excitado y el corazón me iba a mil. Ella estaba entregada, con su mano en mi nuca apretando fuerte y la respiración agitada. Disimuladamente puse mi mano en su rodilla y muy despacio fui subiendo hasta su entrepierna cuando ella me agarro el brazo. Yo detuve el avance pero no saque mi mano del lugar y ella tampoco lo hizo, unos momentos despues toco su bombacha húmeda por debajo de su falda y al no notar resistencia metí mi mano dentro. Como lo sospechaba su concha estaba empapada y muy caliente. Al notar mi mano ella empezó a besarme mas fuerte y suspiro cuando le cole los dedos. Yo ya sabia como le gusta que la toque por lo que ella solo tenia que dejarse llevar. Los besos eran interrumpidos por ella al tener que recuperar el aire mientras me miraba con una cara de placer intentando que sus ojos no se pongan en blanco. 
El momento no podía ser mejor, pero de repente escuchamos el crujir del banco de mas adelante. Rápidamente nos separamos y saque mi mano de su concha. La señora que rezaba se había levantado, se acerco a una estatua de cristo beso sus pies y camino hacia la puerta para irse, pasando por adelante nuestro pero ni siquiera nos dirijo la mirada. Nosotros mirábamos al suelo intentado no reírnos. Una vez que la señora se fue mire a los ojos a mi novia y levante mi mano con los dedos pegajosos. Me meti el dedo medio a la boca y después le ofrecí el índice a ella que con una sonrisa traviesa se lo acerco a la boca y se lo metió de una para limpiarlo con su lengua. 
Volví a meter mi mano derecha en su concha y mi mano izquierda la puse en su cuello para sostenerla mientras le volvía comer la boca, ella puso su mano en mi pija acariciando y aprentandola un poco. Pero este beso no duro mucho ya que comencé a besarla en la mejilla luego el cuello e ir bajando. Después de besarle el pubis (yo ya debajo de ella) le pregunte si le gustaría ir mas lejos. No me respondió pero su cara de felicidad me dijo que si. Comencé a recorrer su vulva con mi legua de arriba a abajo, su sabor era mejor que nunca. Sus dedos acariciaban su clitoris mientras que una de mis manos se alzaba buscando sus tetas. Después que de mi boca escurrieran sus fluidos retire su mano de su clitoris para poder comérmelo y mis dedos aprovechando la lubricación los metí hasta el fondo de su vagina. Su respiración se agitaba cada vez mas y sus suspiros empezaron a ser mas fuertes hasta el punto de ser ruidosos pero en ese punto ya no importaba nada. Me apretaba la cabeza fuertemente contra ella, yo no podía respirara pero hacia lo posible por aguantar y seguir chupandola. Entre tantos suspiros de placer escucho un grito ahogado que se desvaneció entre la respiración que se relajaba poco a poco. Cuando me suelta, tomo aire y alzo la vista, ella estaba con los ojos cerrados completamente tirada en el banco. Me pongo de pie porque estaba muy incomodo y ella se levanta conmigo buscando mi boca. Su lengua se deslizaba buscando sentir su propio sabor y su mano me acariciaba el bulto. Cuando me dice con voz suave.
-¿Tenés forros? 
-No, los deje en mi casa.
-Que lastima. Pero igual no te voy a dejar con las ganas. Te tengo que devolver el favor. 
Me baja los pantalones y bóxer y me masturba despacio y me dice que le acaricie las tetas. Yo me hice para atrás para poder apoyarme en la pares de al lado, ella se levanto la remera dejando al aire sus pechos, se agacho y empezó a chuparme la pija. Por la calentura que yo tenia ya entonces me preocupaba que no pudiera aguantar mucho. Pero ella parece que se dio cuenta, bajo un poco el ritmo y me tallo todo el tronco con su lengua. Yo me agarraba la cabeza para no venirme. Su mano acariciaban mis huevos, que de vez en cuando, también recorría con su lengua. Alternaba entre chupadas y miradas a los ojos con sonrisas que le causaba mi esfuerzo por no acabar. Ella hacia todo lo posible para hacerme acabar y a mi me costaba mas aguantarme. Cuando se metía hasta el fondo la verga mis piernas temblaban. Sabia que no aguantaría mucho mas. Le dije que ya estaba por venirme, ella se retiro la mayor parte de la boca dejando solo la cabeza y por dentro su lengua hacia rápidamente movimientos impredecibles. Sin poder contenerlo solte dos gemidos fuertes, saco su boca y acerco sus tetas para que acabe sobre ellas y eso hice. 
-Me manchaste toda jajajajaja.
-Necesito sentarme.
Saco de su bolso toallas humedas para poder limpiarnos. Ninguno de los dos podía disimular nuestras caras de felicidad.
-No hay que abusar de nuestra suerte.Vámonos.
Cuando llegamos a su casa nos quedamos un rato chapando en la puerta hasta que empezó a oscurecer y me tuve que ir. Luego de esta experiencia nuestras relaciones volvieron a ser mas apasionadas o hasta incluso mas de como eran antes. 
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3 comentarios - Con mi novia en la Iglesia

wade-x
Muy bueno y muy cierto para revivir la pasión siempre ayuda un poquito de peligro de ser expuesto +10