la sexualidad kynky

la sexualidad ofrece muchos matices, opciones y caminos, y el sexo 'kinky' es uno de ellos. Es el sexo atrevido, espontáneo, pícaro, explosivo y un poco salvaje. Con una pareja 'kinky' nunca sabes qué te depara el día: una batalla campal con almohadas, amor a fuego lento en la cocina, una proposición 'bondage' o una sesión apasionada en el mar aprovechando el vaivén de las olas. Con ella, las sorpresas llegan solas. ¿A quién no le gustaría añadir en su vida sexual un toque de novedad, pasión y alegría? Lo mejor es que cualquiera, hombre o mujer, puede convertirse en amante 'kinky'. La única vía es que uno de los dos quiera cambiar. Como explica la sexóloga Núria Jorba, no tiene más exigencia que la imaginación y el deseo de no caer en el bostezo. "La imaginación nos permite crear ese espacio de pasión, fogosidad y deseo. Con ella suprimimos además el pensamiento racional y los dolores de cabeza del día a día".Y si falla la imaginación, siempre queda el recurso del cine erótico y la recreación de las escenas más excitantes, imitando posiciones, roles, situaciones, etc. O un texto erótico como preámbulo para despertar el deseo carnal. Para hacerse una idea, una mujer 'kinky' siempre guarda en su mesita de noche algún pañuelo de seda, una pluma, un consolador o un liguero. Por su parte, al hombre 'kinky' le gusta el juego de palabras obscenas que hagan sentir a su pareja deseada y sexy. Otras parejas dan un paso más con prácticas que disparan un chute de adrenalina explosivo: sexo en un lugar público, fetiches o juegos sadomasoquistas. En las prácticas más extremas, la pareja comparte una 'safeword' o palabra secreta para indicar que uno quiere parar.
Existen incluso redes sociales, grupos y hoteles especializados en sexo 'kinky' con una oferta inacabable para explorar la sexualidad. Aun a riesgo de parecer estrambóticas, estas prácticas previenen el deterioro de la relación y desinhiben la libido. Los sexólogos las aconsejan para romper la monotonía con pasión y erotismo.
Los límites son personales. "No hay -indica Jorba- unas prácticas adecuadas o no, simplemente unas van bien para determinadas parejas y otras no forman parte de sus deseos o de su idea de sexualidad. El primer punto es conseguir que cada miembro de la pareja exprese aquello que desea, su meta a conseguir. Sin juzgar y sin etiquetar. Si no coinciden, hay que intentar buscar un punto medio".

0 comentarios - la sexualidad kynky